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parte dos porque... ¿por qué no?

Heeseung y Jaeyoon llegaron al apartamento del mayor. Heeseung guardó las llaves en el bolsillo de su pantalón y luego se quitó su abrigo, tirándolo sobre el sillón de la sala.

Al sentir la ausencia de Jaeyoon se volteó a verlo y lo encontró con la mirada perdida y mordiendo la uña de su dedo pulgar de una manera muy ansiosa.

—¿Estás bien? —Heeseung miró a Jaeyoon con preocupación, pues era muy raro ver al rubio callado, él era conocido por ser una persona bastante extrovertida y carismática y verlo así, tan ido, simplemente no se sentía bien, no se sentía normal.

Jaeyoon observó las manchas de pintura seca en su mano antes de prestarle atención a Heeseung.

—Perfectamente. ¿Por qué preguntas?

—No lo sé —Heeseung encogió sus hombros, acercándose lentamente al rubio. —Te noto distante —susurró, hundiendo su cabeza en el cuello de Jaeyoon, sintiendo el desagradable aroma de otro hombre en él.

Heeseung no podía esperar a que Jaeyoon tomara una ducha.

Jaeyoon rodó los ojos, era como si pudiera leer los pensamientos de Heeseung.

—No digas tonterías, Heeseung. Solo estoy cansado. Ha sido demasiado por el día de hoy —Jaeyoon suspiró, pensando en el agitado día que había tenido, él inconscientemente se preguntó cómo estaría Sunghoon.

Heeseung se separó de Jaeyoon solo para mirarlo a los ojos.

—Pensé que te verías más feliz después de conseguir lo que querías —Heeseung dijo, porque él había esperado ver a Jaeyoon jodidamente feliz, saltando de alegría y euforia.

Pero en lugar de ello se veía miserable, insatisfecho y hasta arrepentido.

—¿De qué estás hablando? Estoy feliz —Jaeyoon reaccionó a la defensiva, empujando el pecho de Heeseung para alejarlo de sí mismo.

—Pues no lo pareces —Heeseung insistió, comenzando a sospechar.

—¿A dónde mierda quieres llegar? —Jaeyoon le preguntó de una vez por todas, cansado de juegos de mierda, a él le gustaba que le hablaran claro, sin tantos rodeos.

Heeseung se quedó en silencio por un minuto hasta que dijo: —Hubo un momento en el que te creí, realmente pensé que me ibas a abandonar por él. Te veías tan real y serio.

—Obviamente tenía que lucir real y serio. Por el amor de Dios, Heeseung. ¡Era una jodida actuación! ¿Qué jodida parte no entiendes de eso? ¿Es demasiado difícil para que tu diminuto cerebro lo procese? —Jaeyoon comenzó a insultarlo y Heeseung sabía que solo actuaba así cuando estaba nervioso, se estaba poniendo en evidencia él solo.

—No te creo —Heeseung admitió, guardando la calma, muy al contrario de Jaeyoon, el rubio parecía que iba a explotar en cualquier momento.

—No tengo ganas de hacer esto. Estoy cansado y molesto, no quiero verte ahora mismo.

Jaeyoon hizo el intento de abandonar la habitación pero Heeseung lo detuvo al tomarlo fuertemente por el antebrazo.

—¿Por qué no me miras? ¿Decepcionado que que no sea Sunghoon? —Heeseung preguntó, celos y rabia brillando en sus ojos.

Jaeyoon soltó un gemido ahogado y se soltó del agarre de Heeseung.

—¿Te estás escuchando a ti mismo? Hablas como un completo paranoico —Jaeyoon escupió, Heeseung estaba irreconocible, estaba actuando como un maníaco celoso fuera de control.

—¿Estás seguro de que son paranoias mías? —Heeseung levantó una ceja.

—¿En serio quieres discutir ahora? —Jaeyoon alzó la voz, impacientándose con cada segundo que pasaba.

—No quiero discutir, quiero que me digas la verdad —Heeseung habló claro y preciso.

Pero Jaeyoon jugó bien sus jugadas.

—Bueno, la verdad es que me muero de ganas por follar con mi novio. ¿Crees que puedes hacer mis deseos realidad? —Jaeyoon puso sus manos en las caderas de Heeseung y lo acercó con bastante fuerza, el rubio comenzó a crear contacto entre las dos pollas.

Los pensamientos de la cabeza de Heeseung se fueron enfriando y perdieron consistencia.

—Jaeyoon, estamos hablando algo importante —Heeseung trataba de no distraerse pero cada vez le costaba más y más.

—No, tú estás hablando, solo. Yo solo quiero follar —Jaeyoon ahora tocó la polla endurecida de Heeseung sin mucha delicadeza. —Vamos, ¿tienes miedo de no hacerme sentir tan bien como Sunghoon? —Jaeyoon había tocado un nervio sensible.

—¿Qué? —Heeseung parpadeó.

Jaeyoon se rió muy ruidosamente solo para molestar a Heeseung.

—Oh, ya veo, estás inseguro por el tamaño de tu polla. Sunghoon realmente me sorprendió, es muy grande —Jaeyoon mordió su labio, su boca haciéndose agua al recordar la polla de Sunghoon.

Heeseung apretó sus manos en puños cerrados, sus nudillos realmente blancos debido a la presión ejercida.

—¿Sabes? Aún puedo sentir su polla dentro de mí, aún puedo sentir su sabor exacto, su grosor exacto.

Jaeyoon continuaba fantaseando con la polla de otro hombre delante de Heeseung, y Heeseung no sabía cuánto más podría seguir aguantando.

—Fue el mejor sexo que he tenido en mi vida —Jaeyoon habló, no hubo ni una pizca de duda o vacilación en su tono voz.

—Para —Heeseung le advirtió.

—¿Te acobardaste, no es así? Tienes miedo de follarme porque sabes que no lo harás tan bien como él, nunca estarás a su altura —Jaeyoon continuó con sus provocaciones, cada vez más divertido y sincero al respecto.

—Joder, cállate —Heeseung perdió la paciencia y tomó a Jake del cuello, tirándolo hacia la pared más cercana.

La cabeza de Jaeyoon se golpeó en el proceso pero no fue tan intensa como la ráfaga de sangre caliente que llegó hasta su polla para levantarla y endurecerla.

—Hazme callar —Jaeyoon lo retó, colocando sus manos sobre el brazo con el que Heeseung prácticamente lo asfixiaba.

—Jodida puta sedienta de atención —Heeseung le dedicó una mirada profunda y oscura, era como si quisiera consumirlo, en alma y cuerpo, pero sobre todo en cuerpo.

—Sí, eso es lo que soy. Entonces, ¿vas a follarme o no? Vamos, no tengo todo el día.

Heeseung tomó una respiración profunda, porque en verdad se necesitaba de mucha paciencia para lidiar con Jaeyoon.

—Inclínate.

Jaeyoon hizo caso entre risas molestas y provocadoras. Se bajó hasta quedar cara a cara con la polla de Heeseung.

—¿Te pusiste duro por todo lo que te dije? Dios, realmente tienes un serio problema, excitándote mientras te infravaloran. Ridículo y lamentable —Jaeyoon hizo diversión de él, conociendo perfectamente lo mucho que Heeseung disfrutaba ese tipo de charla sucia.

—Sigue hablando y te arrepentirás —Heeseung advirtió mientras se quitaba su cinturón y bajaba su bragueta.

—¿Oh, en serio? No puedo esperar para averiguarlo —Jaeyoon sonrió y después lamió la polla de Heeseung que todavía estaba cubierta por ropa interior, succionó un poco y después se separó, dejando una capa mojada de saliva en los boxers grises.

Heeseung maldijo en voz baja y se las ingenió para voltear a Jaeyoon, bajó sus pantalones y se metió dentro de él de una sola estocada.

—No mereces preparación, ya estás estirado por su polla —Heeseung explicó, motivado por los jadeos del rubio.

Jaeyoon trató de decir algo pero se atragantó con su saliva cuando Heeseung comenzó a moverse dentro de él.

Heeseung se rió de él y lo abrazó por la espalda, moviendo sus manos hacia los pezones de Jaeyoon para estimularlos. Jaeyoon reaccionó al tacto de manera exagerada, sollozó y tiró de la alfombra del suelo en un intento de sobrellevar el placer.

—Oh, así que estamos sensibles.

—Duele tan bien. Me gusta —Jaeyoon miró a Heeseung con sus grandes ojos indefensos y Heeseung sintió unas ganas salvajes de acabar con él.

—Por supuesto que te gusta, pequeño pervertido —Heeseung se burló, tomando ahora la polla de Jaeyoon en una mano para masturbarla.

Jaeyoon gritó y pegó su culo a las caderas de Heeseung, pidiendo por más embestidas.

—Muerde tu camisa, si la dejas caer en algún momento dejaré de follarte —Heeseung le indicó, viéndolo como algo realmente divertido pues le encantaría ver a Jaeyoon perder el control, volverse un desastre por su polla.

—Suena fácil —Jaeyoon pensó que era algo bastante estúpido así que lo hizo, solo para probarle a Heeseung lo tonta que era su idea.

Heeseung solo sonrió de lado y jaló de los mechones dorados de Jaeyoon cuando entró otra vez en él, seco y duro. Jaeyoon abrió los ojos y por mero acto reflejo también su boca, por lo que la camisa tocó el suelo.

Y eso fue algo que Heeseung no pasó por desapercibido.

—¿No decías que sería fácil? —Heeseung levantó una ceja, y aprovechó que tenía el cabello de Jaeyoon en su puño para obligarlo a que lo mirara.

Oh, él se veía absolutamente delicioso.

—Yo... —Jaeyoon trató de hablar, de decir algo coherente, pero ahora su cerebro se había desconectado, solo pensaba con la cabeza de su polla.

—Desobedeciste, no mereces que te folle —Heeseung sacó su polla del agujero de Jaeyoon pero no la separó del todo, ya que todavía presionaba la punta, dando esperanzas.

—¡Pero no es justo! —Jaeyoon lloriqueó.

Sí, eso era justo lo que quería Heeseung.

—Entonces suplica. Si me convences te follaré." Heeseung dijo, atrapando la mandíbula de Jaeyoon para mantenerlo en su campo visual, porque él no se quería perder ni la más mínima expresión facial del atractivo rubio.

—Por favor. ¿Porfis? —Jaeyoon logró hacer sus ojos más grandes, incluso realizó un mohín de labios que dejó a Heeseung sin palabras.

—¿Mi bonito ángel quiere la polla de hyung? —Heeseung ahora lo trató con más delicadeza, comenzando a acariciar el cabello que antes había jalado muy fuertemente.

—Sí, más que a nada —Jaeyoon asintió, pero sin mirar a Heeseung, él solo miraba la polla de Heeseung, como si eso fuera lo único que le importaba de Heeseung.

—Adorable —Heeseung sonrió y delineó el labio inferior de Jaeyoon. —Abre las mejillas de tu culo para mí.

Jaeyoon asintió y dejó caer parte de su torso al suelo, luego empinó bien alto su trasero y con la ayuda de sus dos manos le cedió a Heeseung la vista más hermosa del mundo, el agujero de Jaeyoon se cerraba y se abría, retorciéndose, pidiendo por una polla.

Heeseung suspiró bastante pesado al notar una sustancia blanca deslizándose del agujero de Jaeyoon, él había percibido algo húmedo en su interior cuando lo había follado pero no había caído en lo que era. Así que la puta ni siquiera se había duchado antes.

—Todavía tienes su semen en tu culo. ¿No te da vergüenza ser una puta? —Heeseung gruñó, la posesividad latiendo por sus venas, unas ganas inmensas de llenarlo con su semilla se apoderaron de él, porque Heeseung quería hacer desaparecer cada rastro de Sunghoon del cuerpo y la mente de Jaeyoon.

—No, me gusta serlo —Jaeyoon ahora sonreía con desfachatez, moviendo su trasero de lado a lado, tentando a Heeseung de una forma increíble.

Heeseung cambió a Jaeyoon de posición, ahora lo tenía frente a él, tomó sus piernas y las separó de par en par, follándolo casi al instante.

—Claro que te gusta, eres una perra hambrienta de atención. Te encanta que los hombres te miren, insinuarte ante ellos, apuesto a que te hace sentir poderoso, mejor que ellos —Heeseung lo humillaba, recordándole muy bien lo que era.

Jaeyoon asintió a cada palabra de Heeseung aunque nos las había escuchado del todo, porque es cierto que cuando tenía algo en su culo su habilidad de coherencia al pensar se esfumaba como por arte de magia.

Pronto, la cara de Heeseung se distorsionó, sus cejas se volvieron más gruesas, su piel más blanca y su rostro adquirió una forma ovalada.

—Sunghoon —Jaeyoon susurró, tocando el rostro de Heeseung.

El cuerpo de Heeseung se paralizó, su corazón se detuvo y él pudo escuchar cómo se desintegraba en diminutos pedazos, pedazos que rasgaban su interior y lo destruían lentamente.

—¿Acabas de llamarme por su nombre? —Heeseung preguntó en un hilo de voz, una voz pequeña y temerosa.

Jaeyoon se retorció e ignoró ignoró Heeseung, demasiado confundido sobre lo que pasaba.

—¿De qué hablas, Sunghoon? —Jaeyoon esta vez se escuchó a sí  mismo y sintió como como alma se le iba del cuerpo.

Heeseung no hizo ningún ruido y simplemente salió de él, procediendo a vestirse, pues ya el ambiente no era el adecuado para continuar.

Jaeyoon se sentó y subió sus pantalones mientras pensaba en lo que había hecho, él no sabía por qué seguía diciendo el nombre de Sunghoon una y otra vez.

—¿Qué mierda, Jaeyoon? ¿Cómo te atreves a llamarme por su maldito nombre —Heeseung finalmente rompió el silencio, él estaba dando vueltas por toda la habitación, sin saber qué era lo que había hecho mal.

Jaeyoon negó y se levantó de inmediato.

—No, espera, no quise decir eso —se justificó con una pobre excusa, siguiéndole el paso a Heeseung.

—Sabía que tu obsesión con él no era normal —Heeseung se detuvo y lo miró con una expresión dolida, se sentía tan estúpido y traicionado.

—No estoy obsesionado, solo quería conseguir mi venganza —Jaeyoon estaba ofendido, porque definitivamente él no estaba obsesionado con Sunghoon, claro que no, eso era una locura.

—¿Pero hasta qué punto? —Heeseung perdió la cabeza y tomó a Jaeyoon por los hombros, removiendo su cuerpo con nada más que rabia.

Jaeyoon se sintió bajo demasiada presión así que acabó por alejar a Heeseung de un empujón en el pecho.

—Heeseung, tú mejor que nadie conoces mi historia, sabes por todo lo que pasé —Jaeyoon se abrazó a sí mismo cuando los recuerdos llegaron a su mente como una tormenta inquebrantable. —Así que no te atrevas a juzgarme, no tú.

Heeseung tomó una respiración profunda y consiguió relajarse un poco, pero solo un poco.

—Lo sé, pero no dejo de pensar en que también me estás engañando a mí —Heeseung confesó su mayor miedo, el temor de que todo haya sido una mentira, una hermosa pero cruel ilusión, que ningún beso, ningún abrazo y ningún 'Te amo' hayan sido reales.

—No, no lo hago. ¿A qué te refieres?

—Sigues amándolo, Jaeyoon —Heeseung dijo en voz alta lo que tantas veces se había negado a aceptar. —Puedes mentirte a ti mismo pero no a mí.

Jaeyoon se quedó en blanco por un minuto hasta que procedió rápidamente en desmentir a Heeseung.

—Claro que no, yo te amo a ti —Jaeyoon tocó su rostro y lo miró con inquietud y nerviosismo.

Heeseung reprimió un jadeo de miseria y quitó las manos de Jaeyoon de su cara.

—No, tú me quieres, nunca pudiste llegar a amarme porque siempre había algo que te retenía, que te hacía dudar. Nunca has podido olvidar a Sunghoon.

—Eso no es verdad. No puede ser verdad —Jaeyoon ahora estaba dudando.

¿Él seguía amando a Sunghoon después de todo?

—Sí lo es, acéptalo —Heeseung ya lo había hecho de todas formas.

—Estoy tan confundido —Jaeyoon se dejó caer en el sillón de la sala, debatiéndose internamente, su cabeza ahora era un completo desastre. —Lo odio pero no dejo de pensar en él.

Jaeyoon finalmente se dio por vencido y salió de la negación, no podía seguir rechazando lo que su cuerpo y corazón querían. Ellos querían a Park Sunghoon.

—¿Quieres que te confiese algo realmente loco?

Heeseung solo le respondió con silencio y eso Jaeyoon lo tomó como un sí.

—Hubo una parte de mí que quería regresar con él, yo quería creer en sus estúpidas promesas —Jaeyoon casi sentía lástima de sí mismo, porque incluso después de haber pasado tantos años él no había cambiado nada, todavía seguía siendo un perdedor por Sunghoon.

Heeseung se acercó a Jaeyoon y se arrodilló ante él, incluso tomó su mano y la besó, sorprendiendo bastante al rubio.

—Lo sé, pero aún estoy dispuesto a aceptarte. Te ayudaré a superarlo, sé que puedo hacer que te olvides de él —Heeseung le prometió con los ojos inyectados en sangre.

—No lo haz hecho hasta ahora —Jaeyoon sabía que estaba siendo mezquino e insensible, pero solo era la verdad.

—Lo intentaré más duro. Me esforzaré, te lo prometo —Heeseung estaba prácticamente rogándole, pero Jaeyoon no se sintió conmovido, solo incómodo y hasta aburrido.

—Heeseung, detente. No puedo seguir haciendo esto —Jaeyoon suspiró, cansado y enfermo de la situación.

—¿A qué te refieres con 'esto'? —Los ojos de Heeseung mostraron el verdadero terror.

—A nuestra relación, a nosotros. Lo siento, hemos terminado —Jaeyoon decreto sin más, sin dar explicaciones o un motivo, pues pensaba que ya había quedado todo bastante claro.

—No, espera, vamos a hablarlo —Heeseung sollozó y trató de besar nuevamente la mano de Jaeyoon pero el rubio no se lo permitió.

—No hay nada de qué hablar. Vendré mañana a recoger las cosas que tengo aquí —Jaeyoon se levantó del sillón y se alejó unos cuantos pasos hasta que escuchó a Heeseung hablar otra vez.

—Si me dejas voy a hacer el vídeo público. Con ese vídeo en internet no podrás seguir en la universidad, te echarían de inmediato, incluso afectaría tus chances de conseguir empleo. Tus sueños se romperían y serás ridiculizado de por vida.

Heeseung estaba jugando sucio, él lo sabía perfectamente, pero haría cualquiera cosa con tal de mantener a Jaeyoon a su lado, cualquier cosa.

Jaeyoon se dio media vuelta y caminó hacia Heeseung con una sonrisa en la cara.

—Tú no vas a hacer nada de eso —Jaeyoon puso una mano en la mejilla de Heeseung, el pelinegro se dejó acariciar y soltó un gemido lamentable y vergonzoso.

—¿Cómo estás tan seguro de que no lo haré? —Preguntó con los ojos cerrados, disfrutando del tacto caliente del rubio.

—Porque estás enamorado de mí —Jaeyoon respondió, muy simple y sencillo. —Jodida y patéticamente. Por eso me apoyaste en todo. Y sé que nunca intentarías hacerme daño, no eres una mala persona, muy al contrario de mí.

Y lo peor de todo es que Heeseung no pudo negar nada de lo que dijo Jaeyoon, porque ambos sabían que era la honesta verdad.

Jaeyoon volvió a ponerse en marcha con claras intenciones de abandonar el lugar, pero Heeseung se aferró a una de sus piernas, abrazándola como un niño pequeño que pedía por atención.

—Por favor. Por favor, no me dejes —Heeseung dijo entre lloriqueos y lamentos inadecuados.

Jaeyoon rodó los ojos porque él realmente odiaba ese tipo de comportamientos patéticos e inmaduros.

—Heeseung, suéltame —Jaeyoon trató de zafar el agarre de Heeseung pero era en vano, Heeseung tenía mucha más fuerza que él.

—No, no te vayas. Quiero estar contigo, necesito estar contigo —Heeseung estaba cegado, pensaba que moriría sin Jaeyoon a su lado.

—Bueno, pues yo no te necesito a ti, ya no me eres útil —Jaeyoon dijo y bruscamente alejó a Heeseung de una patada.

Heeseung se quedó tirado en el suelo, abrazando sus piernas y tirando se sus cabellos, recriminándose y culpándose por tantas cosas.

—Eres un hombre grande, Heeseung, no un niño. Y no llores, es detestable y te hace menos atractivo.

Y sin decir más avanzó hacia la puerta.

—Espera, antes de irte dime qué hice mal —Heeseung quiso como su único deseo saber la respuesta de aquella incógnita que lo perseguía.

—Nada. Simplemente no eres él.

Primero se escuchó un portazo y después un corazón rompiéndose.

❪•••❫

Un solo golpe en la puerta sirvió para llamar la atención de Sunghoon.

—¿Qué mierda haces tú aquí? —Sunghoon escupió con rabia al ver a Jaeyoon parado en el umbral de la puerta de su apartamento.

—Hola —Jaeyoon dijo como un saludo casual porque no sabía qué demonios debía decir después de todo lo que había pasado entre ellos dos.

Sunghoon chasqueó la lengua, tomándoselo como una mala broma. ¿Acaso Jaeyoon estaba ahí para verlo destruido? ¿Para reírse de él? ¿Acaso no había tenido suficiente ya?

—No me vengas con un jodido 'Hola'. ¿Eres consciente de que cada segundo que pasas aquí es más peligroso para ti? —Sunghoon lo estaba amenazando abiertamente, no había ninguna señal de que estuviera mintiendo pero por muy estúpido que sonara Jaeyoon no se sintió intimidado, para nada.

—Oh, ¿en serio? —Jaeyoon avanzó dos pasos más cerca, mostrando su falta de miedo y seriedad.

—No me tientes, Jaeyoon, no sabes las ganas que tengo de hacerte daño —Sunghoon dijo, apretando el marco de la puerta con demasiada fuerza.

—Entonces hazlo, no te detendré —Jaeyoon encogió sus hombros, intrépido ante el peligro.

La sangre de Sunghoon comenzó a hervir, Jaeyoon podía ver perfectamente la vena de su frente hinchada.

—Estás mal de la cabeza. En serio, deberías buscar ayuda profesional, no estás bien.

—Yo tuve mi venganza, tú puedes tener la tuya ahora mismo —Jaeyoon miró a Sunghoon de arriba hacia abajo. —¿No es tentador? —Jaeyoon mordió su labio y movió su cabeza hacia un lado, dejando su cuello expuesto.

Sunghoon cayó en sus tácticas de seducción y notó algunas gotas de pintura en la piel de su garganta, y eso le hizo recordar todo de golpe.

—¿A qué estás jugando? —Sunghoon tomó a Jaeyoon por las solapas de su gabardina.

—No más juegos. Déjame entrar, tengo que hablar contigo —Jaeyoon lo miró con una expresión neutra, la franqueza y compostura eran notables en su semblante facial.

Sunghoon lo soltó y cambió de tema al percatarse de algo que había pasado por alto.

—¿Cómo sabes dónde vivo?

—He estado siguiéndote durante todos estos años. Me sé tu rutina diaria a la perfección —Jaeyoon habló con naturalidad.

Sunghoon parpadeó varias veces, confundido y fuera de contexto, así que Jaeyoon se vio en la necesidad de darle una explicación detallada para demostrarle que no estaba bromeando.

—Te levantas a las cinco de la mañana y corres por tu vecindario durante aproximadamente cuarenta minutos, luego vas a la cafetería que queda en la esquina de este edificio y pides un americano sin nada de azúcar, nunca te gustaron las cosas dulces. Después vas a la universidad y cuando terminas tus horas de clases te encierras en tu apartamento a pintar durante horas, normalmente sueles acostarte temprano pero no sin antes realizar tu sesión de cuidado de piel. Limpiador con base de aceite, exfoliante, tónico de rosas, hidratante y mascarilla de Aloe Vera."

¿Acaso era muy raro que a Sunghoon le gustase que Jaeyoon conociera cada pequeño detalle de él?

—¿Has estado acosándome? —Sunghoon sonó sorprendido pero no disgustado.

—No lo llamaría acoso, solo te observaba desde lejos —Jaeyoon dio su propio criterio.

Sunghoon se quedó en silencio, sin saber qué hacer con el chico frente a él.

¿Debería denunciarlo con las autoridades? ¿Echarlo de su casa a patadas? ¿O simplemente follarlo y sacarlo de su sistema de una vez por todas?

Aunque Sunghoon sabía muy bien que nunca podría olvidarse de Shim Jaeyoon.

—Quiero explicarte todo, pero no puedo hacerlo aquí afuera —Jaeyoon miró a su alrededor, viendo a unas ancianas con bolsas de compras en sus manos subiendo al elevador, ellas no les quitaban los ojos de encima mientras se susurraban, muy probablemente toda clase de chismes.

—No me interesan tus jodidas explicaciones —Sunghoon se mostró firme, no daría su brazo a torcer, no volvería a ser engañado por el caliente bastardo.

—Si no me dejas entrar voy a contarte mi historia de todas formas, y no sé si quieres que tus vecinos se enteren. Puedo ser especialmente ruidoso cuando quiero, y eso lo sabes muy bien —Jaeyoon sonrió de manera desvergonzada y Sunghoon sabía que no era una manera en vano.

—Entra antes de que me arrepienta —Sunghoon se hizo a un lado para que Jaeyoon pasara.

El rubio ingresó y comenzó a caminar hacia la cocina al sentir un delicioso aroma proveniente de allí.

—Huele bien, ¿estabas cocinando?

—Sí, filete —Sunghoon contestó y cerró la puerta con seguro. —¿Quieres quedarte a comer?

—No me vendría mal —Jaeyoon sonrió.

Cuando se entraron en la cocina Jaeyoon se halló en un abrir y cerrar de ojos presionado contra la mesa y con un cuchillo rozando peligrosamente contra su cuello.

—¿Ahora quién mierda es el tonto? —Sunghoon le recordó a Jaeyoon sus propias palabras.

—¿Vas a asesinarme? —Jaeyoon preguntó con una voz demasiado calmada, él mantenía sus emociones a raya porque sabía que Sunghoon no tenía los huevos para acabar con su vida.

Sunghoon abrió las piernas de Jaeyoon y se metió entre ellas, inclinó su espalda hasta quedar bastante cerca del rostro del rubio.

—No lo sé, ¿debería? —Sunghoon ahora pasó el cuchillo por la cara de Jaeyoon, pinchando su mejilla con la afilada punta.

—Haz lo que consideres necesario —Jaeyoon presionó su mejilla contra el cuchillo, una acción que le provocó una pequeña herida.

La primera reacción de Sunghoon fue atragantarse con su saliva ya que no podía creer lo temerario que era Jaeyoon, él no estaba huyendo, no le tenía miedo y de una forma  muy retorcida eso calentó a Sunghoon.

—Oh, créeme, lo haré —Sunghoon sonrió y procedió a rasgar por debajo de la mandíbula de Jaeyoon.

La sangre cayó en las manos de Sunghoon, un precioso rojo escarlata resaltando contra su pálida tez.

—¿Duele? —Sunghoon susurró cerca de la oreja del rubio e incluso la besó, fingiendo preocupación.

—Sí —Jaeyoon gimió al percibir la dura erección de Sunghoon contra su muslo, la ropa estaba comenzando a sobrar entre ellos.

—Bien. No mereces menos.

Sunghoon sujetó el cuchillo entre sus dientes mientras sus manos se ocupaban de quitarle la ropa a Jaeyoon, pero su sorpresa fue grade cuando lo encontró completamente desnudo debajo de la gabardina. La pequeña mierda había andado prácticamente desnudo por toda la ciudad, lo había planeado todo, Sunghoon estaba seguro, y ahí iba otra vez Sunghoon, cayendo en otra de las trampas de Jaeyoon.

Pero el pensamiento de que Jaeyoon se había tomado tantas molestias solo por él hizo que su entrepierna doliera.

Sunghoon volvió a tomar posesión del cuchillo y ahora trazó un corte en una de las clavícula de Jaeyoon, el hilo de sangre se deslizó hacia su pecho de mantequilla, y de repente Sunghoon se sintió hambriento.

Jaeyoon se retorció y susurró un 'Más, por favor'.

—Fenómeno —Sunghoon se burló de la excitación de Jaeyoon aunque él mismo no se encontraba en mejor situación.

Sunghoon dejó caer el cuchillo hacia el suelo ya que había decidido que ya no lo necesitaría, Jaeyoon lo miró con extrañeza, pues no lo comprendía, eso hasta que sintió dos incisivos clavarse en la sensible piel de sus clavículas.

Jaeyoon gritó de dolor y gozo, arañó la espalda de Sunghoon por encima de su camisa, sus piernas rodearon la cintura de Park mientras sentía cómo Sunghoon se alimentaba de su sangre.

Jaeyoon nunca había experimentado nada igual, era una sensación tan extraña pero tan satisfactoria en el sentido macabro y prohibido de la palabra.

—¿Quieres probar? —Sunghoon le preguntó y después enseñó su lengua ensangrentada.

—Por favor —Jaeyoon jadeó y tomó la cara de Sunghoon entre sus manos para besarlo con ferocidad.

Sus lenguas estaban descoordinadas, sus dientes chocaron una y otra vez, la saliva se deslizaba por fuera de sus bocas, todo era un completo desastre pero joder que se sentía bien.

—Eres desagradable —Sunghoon juzgó a Jaeyoon por lo que acabaron de hacer.

—Tú también lo eres —Jaeyoon refutó al notar su criticismo hipócrita. —Y quita esto, es molesto.

Jaeyoon luchaba contra la camisa de Sunghoon con una mueca de rabia en sus labios, una mueca que Sunghoon quiso besar, pero él no haría eso, ellos solo estaban follando para satisfacer sus deseos y no porque sintieran algo el uno por el otro.

Los botones volaron en el aire y la tela se rasgó, pero a ninguno de los dos le importó.

—Vamos, ponlo dentro —Jaeyoon ordenó, harto de tanta espera, el quería, el necesitaba volver a sentir a Sunghoon dentro de él, de no ser así Jaeyoon pensaba que se iba a volver loco, más loco.

—¿Puedes esperar un jodido segundo? Estoy tratando de quitarme los putos pantalones —Sunghoon lo regañó porque él estaba igual de impaciente o incluso mucho más.

Sunghoon bajó sus pantalones y ropa interior hasta sus muslos, masturbó su polla mientras veía el agujero de Jaeyoon con ojos de anhelo.

—Dame tu mano.

Por su tono parecía que le estaba dando oportunidad de decidir por sí mismo pero al ver que los segundos pasaban y Jaeyoon no seguía su orden se propuso hacerlo por su propia cuenta, agarrando la mano de Jaeyoon a la fuerza.

—¿Para qué?... Oh, joder —Jaeyoon gimió cuando Sunghoon se metió sus dedos a la boca.

La lengua de Sunghoon los empapó de saliva, y no los sacó hasta que estuvieron lo suficientemente lubricados. Sunghoon tomó los dígitos de Jaeyoon y los metió en el trasero del rubio, y aunque parecía que era Jaeyoon quien se estaba follando a sí mismo, esto era una completa farsa, porque era Sunghoon quien manejaba cada movimiento.

—Estás muy abierto. ¿Es por mí o por Heeseung?

—Ambos —Jaeyoon contestó sin más, lloriqueando por la insatisfacción, porque sus dedos no eran suficientes, no llegaban tan lejos como los dedos o la polla de Sunghoon.

—No me sorprende que hayas follado con él al poco tiempo de haberlo hecho conmigo, después de todo, así son las putas como tú —Sunghoon lo insultó para ocultar la oleada de celos que lo invadió.

—¿Eso que logro distinguir son celos, mi querido amante? ¿Te molesta la idea de que otra polla que no sea la tuya entre en mi trasero? —Jaeyoon le preguntó con su mejor cara de sinvergüenza, un músculo se contrajo en su cara cuando Sunghoon detuvo el movimiento de los dedos.

—Tienes una boca sucia, voy a hacer que no puedas hablar por un buen tiempo —Sunghoon prometió, su mano se apretó en los cachetes de Jaeyoon.

Y su mirada oscura y decidida si que no era una broma, Jaeyoon incluso sintió escalofríos, pero eso solo lo hizo más interesante y emocionante.

—Quiero verte intentándolo —Jaeyoon sonrió y alcanzó con su lengua los dedos de Sunghoon para chuparlos con una expresión para nada angelical.

—Eres tan fastidioso —Sunghoon sacó los dedos de Jaeyoon de su agujero, lo tomó por las caderas, alineó su polla en su trasero y entró muy lentamente, disfrutando de cómo la cara de Jaeyoon se contraía.

Jaeyoon pensó que iba a morir, su agujero fue destrozado por la larga extensión de Sunghoon, él sentía que se estaba desgarrando por dentro y nunca le encantó tanto la idea, definitivamente había algo mal funcionando en él.

—Escúchate, ni siquiera puedes dejar de gemir. Eres penoso —Sunghoon lo ofendió sin permitirse descanso.

Su polla se movía con una agilidad impresionante, de hecho, en un punto determinado Sunghoon dejó de mirar a Jaeyoon para centrarse en cómo su polla entraba y salía del agujero, era realmente hipnotizante y muy sucio, lo hacía sentirse como un completo pervertido.

—Soy todo lo que quieras. Solo quiero hacerte sentir bien, Master. ¿Te sientes bien? Yo me siento de maravilla —Jaeyoon dijo muchas cosas en muy poco tiempo, y Sunghoon no pudo entender la mitad de ellas pero eso no impidió que las disfrutara.

—Joder —Sunghoon maldijo en voz baja antes de tomar a Jaeyoon por el cuello y volver a entrar en él con más fuerza que antes.

Sunghoon se lanzó hacia las clavículas de Jaeyoon y volvió a abrir la herida que ya estaba coagulada. Marcó sus dientes sobre su anterior mordida y recordó inmediatamente lo bien que se había sentido.

Escuchó a Jaeyoon soltar gemidos de queja y comprendió lo que el rubio quería, Sunghoon empapó sus labios de la sangre de Jaeyoon y después lo besó, pasándole el líquido a través de su lengua, al parecer ambos habían descubierto un nuevo fetiche.

Hambre, deseo y lujuria.

Esas eran las únicas palabras que describían exactamente la delectación que vapuleaba a sus cuerpos, la necesidad maniática de querer tomar todo lo que el otro tenía para ofrecerle, obtenerlo todo hasta nunca cansarse de ello, hasta que perdieran la estabilidad de sus sentidos mentales, hasta que sus cuerpos caducaran, hasta que llegara el final de sus vidas.

La manera en que sus anatomías se movían en conjunto, con tanta sincronización y perversidad en cada embestida era idóneamente perfecta, puramente ejecutada.

Sunghoon pensó que era arte. Ellos eran una detallada y explícita pieza artística repleta de colores vivaces y trazos entrelazados, creaban un hermoso e incomprensible enredo incapaz de descifrar incluso para las mentes más hábiles, eran un paladar para la vista de cualquier simple mortal.

—Quiero venirme, no pares.

Sunghoon gruñó como un completo animal e incrementó las embestidas hasta volverlas impresionantemente rápidas y precisas, cada golpe era más profundo que el anterior, sus testículos chocaban contra las nalgas del rubio con rudeza.

Y lo último que sintió Jaeyoon fue cómo un cosquilleo descendió por su espina dorsal y se concentró en su vientre, él se corrió sin siquiera poder deducirlo. El cuerpo de Jaeyoon sufrió de los efectos de que dejaba un buen orgasmo, unos dulces temblores y una conocida sensación de llenura, al parecer Sunghoon también se había venido junto con él, Jaeyoon no lo sabía con seguridad, solo sabía que se sentía jodidamente bien y que no que que acabase nunca.

Pero por desgracia, sus deseos no se hicieron realidad. Sunghoon se apartó tan rápido de Jaeyoon como pudo.

—Dejé a Heeseung —Jaeyoon no controló sus ganas y finalmente lo confesó, pero se sintió un poco decepcionado al ver que Sunghoon no se emocionó ni nada por el estilo, muy probablemente no le creía, pero Jaeyoon no podía culparlo, era comprensible.

—¿En serio? ¿Y por qué? —Sunghoon se esforzó para que su voz no sonara interesada.

Sunghoon trató de colocarse su camisa pero no tenía caso, estaba destrozada. ¿Acaso había tenido sexo con Jaeyoon o con un gato salvaje? Sunghoon se rindió y decidió quedarse sin camisa, él se tensó cuando unos brazos lo abrazaron por atrás.

—Porque no lo quiero a él, te quiero a ti —Jaeyoon besó donde los omóplatos de Sunghoon estaban.

Mentiroso, mentiroso, mentiroso. Era lo único único repetía la mente de Sunghoon.

Sunghoon enfrentó a Jaeyoon con un rostro inmaculado y serio.

—¿Eso lo decidiste antes o después de arruinarme la vida?

Jaeyoon se mordió la lengua.

—Joder, Jaeyoon pusiste en peligro mi futuro. A mi padre le dio un infarto cuando vio el vídeo, mi madre me llamó y me dijo que comenzarían a desvincularme lo antes posible de la herencia familiar. Me van a dejar sin un solo centavo y todo es por tu jodida culpa —Sunghoon dijo entre dientes, la palabra 'molesto se quedaba corta para describirlo.

—Lo siento, lo siento, lo siento —Jaeyoon volvió a abrazarlo, y entonces pensó en algo que podría hacerlo sentir mejor, en algo que podría cambiarlo todo. —Te amo.

Pero nuevamente, las cosas no salieron como esperaba.

—No —Sunghoon lo apartó lejos de sí mismo. —Tú no amas a nadie, Jaeyoon. Solo te amas a ti mismo, amas que los demás te amen y te traten de forma especial. ¿Pero adivina qué? No eres especial, solo eres un bastardo egoísta que ve divertido joder la vida de otras personas.

—No es cierto —Jaeyoon negó, las ganas de llorar y las duras palabras de Sunghoon hicieron que sus ojos comenzaran a escocer.

—Arruinaste mi vida y nunca te lo perdonaré. Deberías irte antes de que haga algo de lo que me arrepienta —Sunghoon aconsejó como lo mejor porque ahora mismo sentía que no podía controlarse.

—Puedo ayudarte —Jaeyoon dijo y captó toda la atención de Sunghoon, tal y como había esperado. —Puedo hacer que todos tus problemas desaparezcan.

—¿De qué mierda hablas? —Sunghoon preguntó, curioso y algo ansioso.

—Déjame hablar, quiero contarte mi versión de la historia, despues de todo vine aquí con esas intenciones.

Jaeyoon se recostó a la encimera y aclaró su garganta para comenzar a dar explicaciones.

—Cuando terminaste conmigo sentí que mi vida había acabado. Perdí tantas cosas buenas en tan poco tiempo —Jaeyoon se abrazó a sí mismo, el solo acto de recordar todo lo que había pasado dolía, dolía como el infierno.

—¿A qué te refieres?

—Terminaste conmigo el mismo día en el que mi madre murió —Jaeyoon dijo, su tono de voz sombrío y sin emociones fue realmente perturbador de escuchar. —Me quedé bajo la custodia de mi tío, él regresaba ebrio todas las noches de su trabajo y desquitaba su ira conmigo, golpeándome y abusando de mí.

Jaeyoon suspiró, necesitaba tomar aire para continuar. Sunghoon notó su incomodidad y entrelazó su mano la de Jaeyoon, el rubio se lo agradeció con una mirada.

—Pero un día me harté y lo apuñalé con una de sus botellas en el pecho, como era menor de edad no me llevaron a la cárcel pero tampoco a un centro de menores. Un psiquiatra me analizó y dijo que no estaba en mis sanos cabales así que me trasladaron hacia un hospital psiquiátrico. Pasé ahí cerca de año y medio, hasta que conocí a Heeseung, él era sobrino del director general, cuando me vio se enamoró perdidamente de mí, hizo todo lo posible para sacarme de ahí, y lo consiguió.

Jaeyoon sonrió a pesar de todo, porque puede que Heeseung y él no fueran nada ahora mismo pero Jaeyoon siempre le estaría eternamente agradecido por todo lo que hizo por él.

—Me mudé con él, logré ingresar a la universidad gracias a su ayuda, incluso gano mi propio dinero al trabajar a medio tiempo como modelo para la empresa de la hermana de Heeseung —Jaeyoon contó la mejor parte de su vida con mucho orgullo, y aunque sonaba maravilloso, él nunca se había sentido satisfecho, nunca se había sentido como una persona normal.

No hasta que se reencontró con Sunghoon, con su otra mitad.

—Todas las cosas malas pasaron después de perderte, y tuve que culparte, porque yo pude haber soportado todo eso y mucho más por ti, si todavía te tuviera a mi lado. Pero no estabas para mí, y me dolió afrontarlo, dolió afrontar el mundo real sin ti.

Sunghoon no pudo contenerse y terminó por atrapar a Jaeyoon entre sus brazos, creando un cálido refugio. Jaeyoon se afianzó al pe ho desnudo de Sunghoon y se permitió derramar unas cuantas lágrimas.

—Y aún así aquí estoy otra vez, de vuelta a los brazos del hombre que me rompió —la voz de Jaeyoon flaqueó al darse cuenta de lo penoso que era.

Sunghoon se separó solo para mirar a Jaeyoon a los ojos.

—No sabía que habías pasado por tanto. Lo siento, siento no haber estado ahí para ti —Sunghoon se sentía como una mierda, o incluso mucho peor.

—Imbécil, en verdad me hiciste mucha falta. Pero aún así, aún después de todo yo te sigo amando —Jaeyoon miró a Sunghoon y Sunghoon pudo ver el reflejo del Jaeyoon del pasado, tan inocente y cándido como recordaba.

Él seguía estando ahí pero lo necesita para sanar, lo necesitaba para volver a ser lo que era antes y Sunghoon haría todo lo posible para lograrlo.

—Demonios, yo también te amo, te amo más que a nada en este mundo. Nunca pude olvidarte, y después de verte hoy sentí como todo revivía. Y esta vez no quiero dejarte ir, nunca —Sunghoon selló su declaración de amor con un sencillo pero significativo beso.

—Que bueno que dijiste eso, de no ser así te habría clavado un tenedor en la yugular —Jaeyoon lo amenazó y aunque después le sonrió, Sunghoon no pudo deducir si en verdad se trataba de una broma o no.

—Romántico —Sunghoon se rió y acarició la mejilla de Jaeyoon, la que tenía una de las pocas heridas, probablemente dejaría una cicatriz en un futuro.

—Como te dije, te voy a ayudar. Tengo un plan —Jaeyoon cambió de tema para retomar algo importante.

—¿Para qué? —Sunghoon murmuró, entretenido en admirar las marcas que había dejado en el cuerpo del rubio.

—Para que no pierdas tu herencia. El cambio de testamento no es tan fácil como se cree, primero se debe contactar a un notario y proporcionar una escritura pública para el Registro de Actos de Última Voluntad. Se deben analizar los motivos de la desheredación, solicitar consejo de un abogado, y en el caso de que se produzca una revocación tácita, o sea una incompatibilidad en el nuevo y anterior testamento todo tardará mucho más. Pero aún así, tu padre es una persona muy influyente así que debemos apresurarnos.

—¿Cómo es que sabes todo eso? —Sunghoon estaba claramente impresionado.

—Soy estudiante de Leyes, quiero ser abogado en un futuro —Jaeyoon explicó.

—Eso es muy sexy —Sunghoon alabó, cada vez más encantado por Jaeyoon.

—Lo sé —Jaeyoon asintió. —Mi punto es... si tu padre muere antes de hacer todos los trámites entonces no perderás nada —él recalcó una olviedad que esperaba que Sunghoon captara.

—¿Pero cómo vamos a hacer para que se muera antes de cambiar el testamento? —Sunghoon cuestionó, pues esa era la única parte que no le cerraba del todo.

—Iremos a hacerle una visita esta semana.

Esa era la prueba de fuego para saber si en verdad Sunghoon y Jaeyoon estaban destinados a estar juntos.

Sunghoon podía reaccionar de dos formas distintas. Podía inclinarse ante Jaeyoon y decirle lo inteligente que era por su magnífico plan, y en otro caso podría llevarlo a la estación de policía más cercana y denunciarlo, o incluso pedir una orden de alejamiento.

Sunghoon captó el mensaje y sonrió de manera cómplice a Jaeyoon.

—Dios, ahora te amo aún más —Sunghoon lo besó una y otra vez, nunca lo bastante satisfecho para dejarlo ir.

Jaeyoon se separó de Sunghoon entre risas, él estaba tan feliz, de hecho, no recordaba la última que se había sentido así de vivo.

—Bien, ahora que todo está solucionado. ¿Podemos follar?

—¿Quieres hacerlo otra vez? —Sunghoon abrió los ojos con asombro, pero a pesar de todo su polla se volvió a endurecer.

—Por supuesto, exijo follar más de cinco veces en el día así que ve preparándote mental y físicamente —Jaeyoon lo abrazó por el cuello, rozando su entrepierna con la de Sunghoon.

—Eres insaciable —Sunghoon tomó a Jaeyoon y lo cargó en brazos, la próxima ronda sería en su habitación.

—Solo por ti.

—¿Sabes? Pensaba que el karma era una perra pero tú lo eres mucho más —Sunghoon admitió, sacándole una gran carcajada a Jaeyoon.

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Plot twist interesante y un smut perturbador, nada mejor para continuar la semana.

Una canasta de besos y abrazos 💐💙.

—SAN.

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