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𝕵𝖆𝖓𝖚𝖆, 𝕷𝖊𝖈𝖙𝖎𝖔 𝖙𝖊𝖗𝖙𝖎𝖆

El trámite de adopción seguía vigente, sin embargo estaba siendo más complicado, puesto que Yoongi no sabía como seguir con su plan de someter al pequeño.

-Jimin, quieres salir? -preguntó el mayor

el chico abrió sus ojos con sorpresa, comenzó a saltar emocionado y asintió efusivamente, pues durante esos tenebrosos días llenos de matanzas, manipulación, canibalismo y todas aquellas palabras más bizarras que se te ocurran, no había podido salir siquiera al patio trasero, todo era estar en la habitación número 6 , comer, dormir, leer y solo eso, nada de juegos, nada de salidas, nada de diversión. se sentía asfixiado y eso lo estaba dirigiendo a la ansiedad nuevamente.

-a donde iremos, yoon!? -pregunto mientras se comenzaba a comportar un poco {bastante} imperativo.

-es una sorpresa -dijo el mayor, sonriendo de lado a lado. La sonrisa del menor fue descendiendo poco a poco hasta convertirse en una mueca de tristeza, terror, nerviosismo y sus variantes.

-qué sucede? -pregunta el mayor observando aquel rostro desencajado.

-n-no me gustan tus sorpresas. -dijo el menor, con miedo a la reacción del peli-negro

-cariño, ¿no confias en mi?, te he dado un hogar, comida, libros, y todo lo que deseas, acaso tu ¿no me amas? -preguntó mientras su rostro se llenaba de expresiones tristes y dolidas, que claramente eran solo una falsedad.

-s-si, yo lo sien-siento. -el menor ya tenia su cabeza gacha y esto no pudo hacer sentir más orgulloso a Yoongi.

Aquellas simples acciones eran la clara demostración de una hermosa sumisión, una sumisión tan perfecta y deliciosa que solo aumentaba el ego de ese hombre egocéntrico lleno de abismo.

Mi hermoso lector, ¿acaso disfruta de esta bizarra lectura?




El menor brincaba por las calles bajo la supervisión del monstruo con el que vivía actualmente, que horrible destino para un angel...

-Hyung, ¿ me compra un helado? -pregunto con la gran inocencia que le quedaba, porque usted mi lector, seguramente piensa que lo peor a pasado, pero realmente no puede estar más equivocado.

-claro, pero solo si le das un besito a tu Hyung. -chantajeo el mayor.

¿no les parece conocida esta tecnica?, la tecnica mas utilizada por los crueles padres, que crean una dependencia en sus hijos, y no solo eso, también los hacen obedientes, los educan para ser utilizados como esclavos de las personas más repulsivas que su único deseo es desvirgar seres inocentes de una manera terrorífica y enfermiza.

es gracioso que las personas que pensamos son más confiables, que desbordan alegría, realmente son una aberración en la humanidad, pero considero que la humanidad también es una aberración.

Para las personas es tan fácil ver "virtudes" en los demás, pues todos los que veían a aquella pareja pasear pensaban que eran muy felices, muy amorosos y tal vez la pareja perfecta, si solo supieran la verdad detrás de esas mascarás...

el sol se comenzaba a esconder al igual que la dulce inocencia del dia, un nocturno paisaje se asomaba al igual que el comienzo de una noche llena de locuras descomunales, ¿acaso podía ser menos divertida?, lo dudo.

-auch, lo siento! -dijo el menor a la persona con la que chocó en el camino.

Min Yoongi esbozo un enfermiza sonrisa, esa sonrisa tan juguetona que tenía el placer de representar su diversión en sus sucios y crueles actos.

-p-padre? -dijo un Jimin alegre, pues al fin alguien podria sacarlo de su infierno, aunque esa idea quedó en el olvido cuando su padre le observó con asco y siguió caminando.

-pa-padre! -gritó intentando llamar su atención, lamentablemente eso no funcionó, al parecer la suerte no estaba de su lado, pero, ¿realmente eso dependía de su suerte o alguien había movido cuerdas para manejar todo?

-oh cariño, ¿qué sucede? -pregunto Yoongi aun cuando ya sabía la respuesta a su pregunta.

-m-mi padre

- ¿qué pasa con el?

-me ob-observo con tanto asco, nisiquiera me hizo caso, no me dirigio la palabra -decia el menor en desgarradores sollozos.

-oh, cielo -expresó el mayor comenzando a limpiar esas lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

el mayor de verdad quería parecer serio ante esa situación, pero le pareció tan jodidamente gracioso que no pudo evitar soltar una carcajada que desconcertó al chiquillo.

- ¿que mierda te sucede!? -dijo el menor casi en un grito lastimero.

- ¿de verdad lloras por tu padre?, acaba de despreciarte y tu ¿te sientes triste?, deberías sentir rabia, asco por un ser tan repugnante que no es capaz de ofrecerle ayuda a su hijo, ni siquiera te dijo una palabra y tu estas llorando como un asqueroso cerdo.

auch!. la verdad no duele pero incomoda.

-t-tú, tienes razón -dijo el menor cabizbajo, sentía como la furia se apoderaba poco a poco de su cuerpo.

-deberías torturarlo y hacerlo pasar por lo que se merece. -ofreció el mayor, sabiendo que su pequeño le obedecería sin rechistar.

-to-torturarlo, ¿de qué manera?

-no lo se, ¿como te gustaria?

-y-yo, no s-se

- ¿qué te parece si lo llevamos a casa?

- ¿a la cabaña?

-a nuestro hogar minnie.

el menor no pudo evitar sonrojarse y darle un tímido beso en la pálida mejilla.




Llegaron a la cabaña y rápidamente entraron a la habitación. Jimin pudo observar a su padre atado a una silla. por un lado sentía pena y tal vez conmoción, sin embargo por el otro sentía rabia, cólera, todo ese rencor se instalaba en su pecho, y todas sus emociones "negativas" terminaron ganando.

Por un momento olvidó que estaba cometiendo uno de los más grandes pecados, no estaba respetando ni amando a su padre, todo lo contrario, solo estaba deshonrándolo, sentía aberración por todo lo que le hizo pasar, ese señor siempre puso la religión antes que a su propio hijo, nunca se preguntó porque su hijo lloraba y le rogaba para no ir a la iglesia, para que no lo dejara con el padre, para que no lo maltratará y le hiciera tales asquerosidades, para que no tocara su cuerpo y desvirgara su alma pura...

La habitación estaba en un color oscuro, un aura bohemio se instalaba en ese lugar testigo de todos los rigurosos castigos, y mientras el pálido sonreía de manera espeluznante, el padre solo rogaba a su dios que nada fuera tan doloroso, sin saber que su dios ya le había dado la espalda, porque su dios siempre fue estratégico, doble cara, pecador, y sobre todo "sobrevalorado", porque sabia que tenia el poder sobre la humanidad, todos los estúpidos humanos seguirían creyendo en el incluso si mandaba las peores tormentas, incluso si tenía un libro donde narraba como todos terminarían muertos, porque el ser humanó necesita creer en algo.

El menor no decía ninguna palabra, solo observaba a su progenitor, realmente no sabia que hacer, por esa razon no tuvo mas opcion que ver al pelinegro y pedir su ayuda mediante sus ojos llenos de curiosidad alarmante.

-Adelante, cariño. es todo tuyo. -dijo el pelinegro con una voz llena de accesibilidad y autoridad a la vez.

el menor se acercó a Min y le susurro al oído su espeluznante idea, ambos se separaron y rieron a carcajadas, probablemente ambos tenían sustancias toxicas corriendo por su sangre, pero eso lo hacia todo aun mas interesante, mas apetitoso, mas divertido, incluso podían sentir esas ganas de libertinaje correr por sus venas. comenzaron a desvestirse poco a poco, con una lentitud infernal, para ellos era tan excitante desnudarse frente a alguien, pero el sentimiento aumentaba al saber que se trataba de un familiar, Min ansiaba desvirgar a su pareja frente a su suegro y el menor deseaba ser desvirgado frente a su propio padre. lo sentian tan enfermo, tal mal, tan incorrecto, y eso hacía que se sintieran aún más ansiosos.

una vez estuvieron completamente desnudos, Min se sentó en amplio sofá frente a la silla donde yacía el cuerpo de su suegro. Jimin se sentó en el regazo del pelinegro bajó los ojos atentos de su padre, estaba tan jodidamente caliente, sentía todo su cuerpo palpitar de la excitación, desde luego pecar sería su nuevo pasatiempo favorito, su pasatiempo más secreto.

-vamos cariño, monta a tu nuevo papi. -dijo el mayor con un tono burlón.

Jimin no perdió el tiempo y alineó ese grueso y jugoso pedazo de carne que palpitaba en su carnoso culo en su entrada, con su mano lo restregaba y de un solo sentón lo trago todo, sintió ese ardor que lo hacía lagrimear, pero se sentía tan bien, tan placentero, incluso si le faltaba una pizca más de dolor aun se sentía bien, porque desde pequeño lo enseñaron a conformarse con las migajas. justo eso molestaba a Min, por esa razón siempre le dio lo que quería sin dudarlo.

Min saco una navaja del cajón que se encontraba al lado del sofá y mientras que con una mano sujetaba la diminuta cintura de su chico, con la otra sostenía la navaja, luego comenzó a encajarla con sumo cuidado en la aperlada espalda, los hilos rojos no se hicieron esperar, el mayor le dio la vuelta a su pequeño y al tener esa hermosa espalda frente a su rostro no pudo evitar lamer con devoción las pequeñas heridas llenas de sus gotas rojas similares al dulce vino que suele tomar por las noches.

~agh!~mmh!~ papi~

-te gusta?

~s-si!~

El señor que se encontraba observando aquel escenario, no podía sentir más tristeza y rabia en su ser, ustedes pensaran que el sentía rabia consigo mismo por no cuidar su pequeño hijo, por no ponerle más atención y sobretodo por no protegerlo, pero su rabia era por tener que presenciar los sucios actos sodomitas que su hijo al cual le llamaba bastardo estaba realizando con ese hombre que le pago una enorme cantidad para ignorar a su hijo en aquellas frías calles,sin embargo nunca menciono todo lo que estaba pasando justo en ese momento.

el mayor jalo las rosadas hebras de su amado y pego la suave espalda a su pecho,se puso de pie y comenzó a dar fuertes embestidas que dejaban sin aire al pobre chiquillo, el mayor tiraba su cabeza hacia atrás debido al placer tan intenso que sentía su pene al ser asfixiado por esas apretadas paredes del ano rosadito.

-oh, cariño, me aprietas tan rico. -dijo a la vez que le proporcionaba un fuerte azote en los glúteos.

~oh!,oh!, s-si, que rico!~

los gemidos agudos del menor se mezclaban tan jodidamente bien con los roncos jadeos del mayor, ese sucio chapoteo que provocaba la pelvis chocando con las nalgas la regordetas del chiquillo, las lágrimas de placer que salían del menor, la sangre que escurría de su espalda, los fluidos que escurrían por sus muslos.

-m-mierda!

el ritmo de las caderas del pelinegro aumento demasiado logrando sacudir fuertemente el pequeño cuerpo lleno de marcas producto de las noches llenas de pación que tenían.

el cuerpo de Jimin estaba inquieto y caliente por la ronca voz que se paseaba por sus oídos, por el fuerte cuerpo que arremetía contra el, por el par de ojos que lo observaban.

~aagh!, pa-papi, s-se siente muy ri-rico!~

Min agarro fuertemente la mandíbula de su pequeño y le dio la vuelta para comenzar un beso desesperado, un beso donde los fluidos salivales escurrían por la barbilla de su chico, uno donde sus lenguas se acariciaban, uno donde las mordidas sensuales y candentes no faltaban, uno donde el mayor abusaba de la cavidad bucal del menor y sus labios se movían como si no hubiera un mañana.

agarro las extremidades del menor y las puso en su espalda para así impulsarse y penetrarlo con mas fuerza, con una fuerza casi inhumana.

-te gusta que tu padre vea como te follo sin piedad? -pregunto el pelinegro mientras bajaba su mano hasta la pequena polla de su chico, pronto comenzó a bombear al ritmo de las embestidas.

malditasea, que rico se sentía ser jodido por delante y atrás.

unas cuantas embestidas bastaron para que el menor derramara su esencia, sin embargo el mayor empujo sus caderas dando a entender al menor que caminara hacia adelante, el menor obedeció con sus piernas aún temblando, cuando finalmente quedaron literalmente frente al progenitor del menor, el mayor volvió a embestir sin piedad alguna incluso cuando el menor le rogaba porque se detuviera.

~oh!oh!, pa-para!, ya ya!~

cuando el menor sintió sus piernas flaquear paso algo que sin duda fue inesperado, al menos para el porque Yoongi ya lo tenía planeado.

la orina salió del pequeño pene del chiquillo, y esa orina dejo empapado a su propio padre.

Finalmente Yoongi pudo llegar a su deseado orgasmo y observó detenidamente como su semen escurría por las piernas de su bonito chico. cuando salió de el y se dispuso a sacar algunas armas, la mayoría siendo cuchillas filosas.

-amor, no crees que a este señor le faltan algunas extremidades?

-mmmh, creo que si.

fue así como entre ambos comenzaron a torturar al pobre ser humano del cual dios no se apiado, hicieron con ese cuerpo los actos más atroces y llevaron a cabo los pecados del libertinaje, practicaron el placer de la sodomía y del incesto, dejaron los celos de lado y realizaron una de las orgias mas enfermizas.

"𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑠𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑟𝑡𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑖𝑡𝑜, 𝑒𝑙 𝑚𝑖𝑒𝑑𝑜 𝑠𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑒𝑛𝑒𝑚𝑖𝑔𝑜 𝑦 𝑒𝑙 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑙𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑚𝑎𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑖𝑚𝑜"

𝕵𝖆𝖓𝖚𝖆, 𝕷𝖊𝖈𝖙𝖎𝖔 𝖙𝖊𝖗𝖙𝖎𝖆- Puerta, tercera leccion.

[Editado- 02/03/22] CrazyGirl2407

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