- 09 | Venganza
Las primeras semanas de Maia en Hogwarts habían pasado sumamente lentas, principalmente debido a todas las tontas bromas que James le hacía (o más bien intentaba). Su relación con Tony había crecido considerablemente, la veía constantemente debido a que prácticamente vivía con ella. Dormían en la misma habitación y hacían todo juntas. Como Tony era capitana del equipo de Quidditch de Slytherin, Maia la acompañaba a las prácticas y aprovechaba a aprender algo del deporte, ya que las pruebas no eran hasta Octubre.
Los últimos días de septiembre se manifestaban templados y acogedores, pero tan calmados que hasta resultaban aburridos; el fin del verano, y por consiguiente de las vacaciones, se reflejaba en la exasperación de los estudiantes cuando tenían demasiado que hacer, más el comienzo del otoño traía consigo unos colores y viveza tan puros que parecían sacados directamente de un cuento de hadas. La humedad comenzaba a dominar la tierra, dándole un aspecto oscuro, mezclándose así con el destacado césped de un color verde fogoso. Mientras que las hojas de los árboles se teñían de un abanico de colores, pasando del rojo hasta el naranja y deteniéndose en cada uno de sus matices.
Aquella mañana el cielo se cubría con nubes que parecían brillar por la explícita luz del sol, que parecía vacilar caprichosa entre naranja y amarilla. Un rayo de luz finísimo pero potente se colaba por entre las cortinas de la habitación de Maia, que seguía profundamente dormida en su cama, acobijada entre las tantas sábanas y colchas que le daban un aspecto desordenado y juvenil a su lado del cuarto. Un impetuoso batir de alas quebró el silencio blanco que habitaba cómodamente el ambiente.
Plutón, la lechuza que Maia compartía con Scorpius, había saltado repentinamente de su jaula y se había echado a volar, para luego posarse en la cabeza de su dueña. Ésta se movió exasperada, pero comprendió que tarde o temprano tendría que levantarse para desayunar e ir a sus clases. Se levantó aún muy cansada y comenzó a vestirse con el uniforme. Observó que Tony aún dormía y se dispuso a despertarla.
- ¡Tony! Despierta, llegaremos tarde si no te apuras.
A decir verdad, Maia ni siquiera estaba segura de que día era, pero, a pesar de que le parecía raro que ya hubiera salido el sol a las siete y media de la mañana, tenía que asegurarse de alguna manera de despertar a su amiga.
Cuando la rubia terminaba de cambiarse y Tony luchaba con la falda del uniforme, que no parecía querer abrocharse, Maia se dispuso a fijarse en la hora, probablemente les quedaba una media hora para desayunar tranquilamente, como cada mañana antes de clases. El horario que cambiaba minuto a minuto en su despertador no era el que se esperaba.
- ¡Son las nueve con quince minutos! ¡Estamos un cuarto de hora tarde! -le informó a Tony sobresaltada.
Luego de otros quince minutos en los que Tony había terminado de prepararse, habían salido de su sala común (completamente vacía, por supuesto), habían encontrado el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras (pues posteriormente habían entrado por error, o cansancio, al salón donde se enseñaba Historia de la Magia), tocaron la puerta. Ingresaron luego de oír «¡Pase!». Ambas bufaron al ver que, además de los estudiantes de cuarto de su casa, también los de Gryffindor les devolvían miradas variadas, algunas de aburrimiento, otras de sorpresa, y algunas (como la de James), llenas de satisfacción al saber que probablemente tendrían un castigo, pues llegar media hora tarde a clases, especialmente en la tercera semana de clases, no era poca cosa.
La profesora Zahida Mineiro las observó de arriba a abajo cuando ambas cruzaron el umbral de la puerta. Tony tenía la vista fija en el suelo, no por miedo o vergüenza, sino para esconder su terrible cansancio, presente principalmente su rostro.
- Señorita Malfoy, me gustaría verla luego de clases -sentenció seria la profesora.
Maia hizo una expresión de confusión, ¿por qué a ella sola? ¡Qué injusto! Lamentablemente, seguía exhausta y no sentía ganas de reclamar. Rodó los ojos y silenciosamente se dirigió a un escritorio libre al fondo de la clase, junto a Tony. Mientras pasaba junto a James, éste le dedicó una mirada de suficiencia que venía acompañada de una sonrisa soberbia que desesperó a Maia, quién le quitó un pergamino enrollado a un niño rechoncho y con él golpeó a James algunas veces en la cabeza. A pesar de los reclamos y quejas de James, la profesora parecía estar muy interesada en escribir lentamente la palabra "Grindylows" en la pizarra.
Una vez la clase había llegado a su fin, Maia trató de escabullirse entre la masa de alumnos de ambas casas.
- No crea que me engaña, señorita Malfoy.
Maia se irguió y dio la vuelta, su mejor sonrisa de inocencia estaba decorando su rostro- Profesora, ¿No cree que sea un poco precipitado castigar a una alumna con un promedio alto, solo por llegar una vez tarde a clases? -dijo Maia haciendo énfasis en la cantidad de veces.
- Vamos Maia, sabes que no te voy a castigar.
Maia hizo un gesto de confusión, en primer lugar, por la confianza al llamarla por su primer nombre, en segundo lugar por la felicidad que se percibía en la voz de su joven profesora.
- Pues, por tu expresión, diría que Draco no te lo dijo -comentó ella riendo para lenificar el ambiente, pero al ver que la expresión en el rostro de su estudiante se contraía todavía más por la mención de su padre, continuó hablando-. Veras, soy una vieja amiga de tu padre. Al enterarse de que este año entraría a trabajar aquí, me pidió que te echara un ojo. Maia, si algún mortífago intenta comunicarse contigo, tienes que hablar conmigo antes que nada.
Maia abrió un poco la boca cuando su profesora terminó de hablar. ¿Acaso su padre no la consideraba competente? ¿Acaso pensaba que no se podía cuidar sola? ¿Por quién la tomaba? Le hubiera gustado discutir acaloradamente con la profesora en ese instante, pero sabía que cuando a su padre se le metía una idea en la cabeza, resultaba casi imposible sacársela. Además, tampoco tenía demasiadas ganas de darle aún más razones a Zahida para que la castigara, por lo que se limitó a suspirar irritada.
~★~
Una vez las clases terminaron, Maia y Tony se dirigieron al lago. Tony sentó bajo un árbol y comenzó a pulir su tan amada Sagitta Flammae, una continuación muy reciente de la Saeta de Fuego, mientras que Maia le contaba sobre lo ocurrido con la profesora mientras terminaba una tarea de Pociones.
- Te digo que no es normal que mi padre sea tan sobre protector. Comienzo a aferrarme seriamente a mi teoría de que esta chiflado.
- Tranquila -trataba de calmarla su amiga, aunque no tenía demasiado éxito-. Es normal, hace muchos años que Dumbledore no es el director de Hogwarts, por lo que ya no es el lugar seguro que solía ser...
- ¡Shh! -la calló la rubia de repente.
Tony la miró confundida- ¿Sabes? No es cortés hacer callar a la gen-
- ¡Que te calles! -repitió ella poniéndose de pie.
Tony estaba a punto de replicar cuando escuchó unas voces que se acercaban.
- ¡Te dije que te alejaras de mi hermano, estúpido mortífago! -dijo una voz familiar para ambas.
A lo lejos, James tenía fuertemente agarrado del cuello de la camisa a Scorpius.
- ¡Que no hice nada! -repetía una y otra vez el rubio, tratando de zafarse.
Maia estaba intentando comprender la escena. No quería entrometerse, debido a que algunos días atrás, su hermano le había dicho que quería comenzar a librar sus propias batallas. Pero, al ver que la situación no mejoraba y que James ponía a su hermano de cabeza con un simple hechizo, decidió intervenir.
- ¡Oye, imbécil! ¡Déjalo en paz!
- ¡Oh! Malfoy, ¿Quieres unirte a la diversión? -preguntó James con una sonrisa que, según él, era encantadora.
Al decir aquello, James levantó aún más a Scorpius, hasta que este estuvo a aproximadamente diez metros sobre el agua.
- ¡Dije que lo sueltes! -le gritó.
- Si eso es lo que quieres -respondió James encogiéndose de hombros. Con un movimiento de varita, James dejó caer a Scorpius.
Todo sucedió muy rápido. Maia apuntó con su varita hacia Tony y gritó ¡Accio!, haciendo que su escoba se dirigiera rápidamente hacia su mano, se montó en ella y voló con vigor hacia Scorpius, agarrándolo antes de que rozara el agua.
Dejó a su hermano en el suelo y, luego de asegurarse de que estuviera perfectamente bien, sacó su varita y se dirigió hacia James, que seguía allí debido a que el asombro que poseía era tal que no le dejaba mover sus pies.
- ¡No sabe nadar, imbécil! ¡Podrías haberlo matado! -lo regañó acorralándolo contra un árbol, con su varita puesta peligrosamente en su cuello.
- Y-yo... Lo... Lo siento. No lo... Sabía.
- ¡Por supuesto que no lo sabías, si lo único que haces es insultarlo, idiota!
Cuando termino de pronunciar la frase, guardó su varita, obligándose a sí misma a calmarse. Cuando se alejó, James dio la vuelta para caminar hacia el castillo.
- Oh, y James... -lo llamó Maia con una voz dulce.
Él volvió a girar, pero no pudo distinguir a Maia, pues, lo que él suponía que era su puño, se estampó en su cara tan fuerte que probablemente dejaría una marca.
- Vuelve a tocarle un pelo a mi hermano y la próxima vez, en vez de tu cara, serán tus testículos.
Tony lanzó una carcajada. Mientras los tres se dirigían hacia el castillo para cenar, la pelinegra le insistió a Maia para que hiciera las pruebas para el equipo de Quidditch.
- ¡Vamos! Yo soy la capitana y te vi hoy encantar mi escoba y volar hasta tu hermano con una velocidad digna de jugador profesional, ¡todo en menos de cinco segundos! Practicante ya estas dentro, pero aun así deberás hacer las pruebas. Si es que aceptas, claro.
- ¿Si es que acepto? ¡Claro que quiero! Pero... ¿Para qué puesto me postularé?
- Pues... nos falta un buscador -inquirió con una mirada cómplice-. Además, tendrás la oportunidad de patearle el trasero a James en los partidos, él también es buscador. Suele pavonearse por ahí creyendo que su equipo es el mejor, pero este año que soy capitana, y contigo como buscadora, le haremos comer polvo -comentó divertida.
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★ N/A:
¡Perdón por haber estado desaparecida! He comenzado el colegio y aún no me acostumbro a los horarios. Prometo ser más activa la historia de ahora en adelante.
PD: ¡Gracias por todas las reads que la historia está teniendo!
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