10
YoonGi me dejó sobre la tierra con suavidad, nuestra diferencia de tamaños ahora era enorme, él era dos o tres veces yo. Pese a eso, no me sentí intimidado por tenerlo delante, su aspecto no me provocaba nada.
El charco de sangre bajo mis pies me hizo reaccionar, miré con más detenimiento los cuerpos de todos y me senté a observarlos varios minutos. Algunos de ellos estaban comidos de algunas partes, abiertos con los órganos de fuera, varios ojos faltantes, piel arrancada y detalles que bueno, fui yo comiéndomelos a poco.
Ahora que YoonGi me había permitido ver todo como era en realidad, no sabía cómo sentirme porque había sido yo quien mato a tanta gente. Era yo quien disfrutaba torturando a los demás y comiéndolos para alimentar el espíritu de wendigo que me poseía.
Era lo necesario para que YoonGi sobreviviera y yo lo estaba haciendo porque a fin de cuentas eso es lo que me gustaba, lo que quería. Amo a YoonGi y él solo intentó darme una vida normal, pero lo que tenemos es más fuerte y enfermizo de lo que se podría imaginar.
—No puedo volver a la mansión y a los Min.— digo ocultando mi rostro.
YoonGi vuelve a su forma humana y me toma las manos para que no me esconda, su mirada vacilante y tristona me hacen sentir peor. Me abraza y me da un beso en el cuello, lame, muerde y se queda en ese hueco un rato.
—Quédate conmigo, JiMin.— me pide, moviendo sus labios contra mi piel.
—Eso quiero, pero ¿Cómo?
—Soy solo un espíritu, JiMin... Tú eres un humano y estamos en planos distintos, puedo tocarte y puedes sentirme, pero nada de esto es real.— dice, apartándose para girarse hacia los cuerpos y mirarlos. Sus ojos se tornan blancos y ahora comprendo que eso pasa cuando su instinto wendigo sale a flote.
—Quiero que me tomes, hace días dijiste algo que al inicio me dio miedo, pero ahora quiero que lo hagas ¿Podrías?— pregunto, tomándole por la barbilla y haciéndolo girar el rostro para que me ponga atención, sus ojos vuelven a ser los negros que tanto me gustan.
—¿Mh?— duda —¿Qué se supone que te dije?— cuestionó, frunciendo el ceño —Hay muchas cosas que crees que te digo o que hago y eres solamente tú.
Me avergüenzo al escuchar eso porque ahora entiendo por qué todo estaba tan desordenado en mi cabeza, el por qué sentía que nada concordaba y había tantas dudas.
—Dijiste que te gustaba, que querías abrirme y comerme.— digo sin poder mirarlo, mi rostro arde y tengo mucho miedo de que únicamente haya sido imaginación mía.
YoonGi ríe —JiMin... A veces simplemente me sorprendes, la mayor parte del tiempo me pregunto quién es el wendigo aquí ¿Tú o yo? Porque de los dos tú eres quien desea asesinar tanto.— reflexiona y agrega una duda —Nunca lo dije ¿Se supone que te hice algo cuando lo viste?
Hago memoria, se supone que YoonGi me mordió el labio hasta romperlo y saboreo mi sangre, pero al tocar mi labio me doy cuenta de que no hay ninguna herida. Era justamente como cuando me mordió el cuello y salí corriendo al bosque porque me asustó, no había rastro ni marcas, solo la sangre y tierra en mis uñas.
Tierra y sangre seca que ahora sabía eran de la gente que estuve matando.
¿El símbolo en el techo? Fui yo mismo intentando recordarme que tenía a YoonGi, los Min lo taparon para que lo superara, pero lo redescubrí.
¿El libro negro con enredaderas? Información que yo sabía porque YoonGi me la contó, por eso JungKook no recordaba haberlo visto.
¿Las cosas que JungKook me dijo? Nunca las dijo, era yo mismo imaginando que lo hacía mientras que él nada más se aseguraba de darme clases.
¿El encuentro de YoonGi con SeokJin? Nuevamente yo, por eso nunca le vi el rostro a SeokJin y JungKook jamás me afirmó haber visto a nuestros hermanos, él solo estaba apenado de que yo actuara como un loco.
¿Los señores Jung y HoSeok? Ellos hicieron todo lo que pudieron para mantenerme al margen, por eso no veía a YoonGi mientras ellos estaban.
¿Qué tenía que ver el atardecer? Era cuando yo cambiaba, era cuando podía caer dormido y traería problemas. Todos lo sabían y se iban antes de que pasara.
—Yoon...— le llamó tímidamente, él asiente para que yo sepa que me escucha —Nunca lo dijiste, pero me estoy dando cuenta de que todo es porque yo quisiera que pasara ¿No puedes simplemente hacerlo para mí?
YoonGi muerde su labio inferior y agacha la mirada, toma mis manos y las entrelaza, está dudando de lo que puede y debe responder. Lo comprendo, después de todo hemos estado juntos desde que me dejaron en el bosque y él mismo acepta que jamás tuvo la intención de herirme.
Se enamoró de mí de manera pura.
Yo me enamoré de él de manera enfermiza.
Un wendigo y un psicópata.
¿Cuándo me lo iba a imaginar si yo estaba tan cegado?
—¿No temes morir, JiMin? — me pregunta y yo niego —Has torturado, matado y comido personas, hablas con un espíritu maligno que también lo ha hecho y en tu cabecita lo más normal es... ¿Es pedirme que te coma?
—Sí, es lo que quiero, es lo que digo, si yo continúo viviendo mataré a más gente porque estoy desquiciado y porque te quiero conmigo para siempre.— me sincero sin pena alguna.
—Te he cuidado desde el inicio, solo una mísera vez pensé en comerte y eso porque ni siquiera te había visto bien. Tú lograste que mis instintos de wendigo se calmaran, apartaste el odio y el hambre, te lo llevaste contigo.
Asentí a sus palabras porque quizás era así, yo había tomado todo lo que él cargaba, me convertí en el wendigo que él era y por eso estaba tan mal. Sin embargo, yo no quiero seguir siéndolo y morir es la única solución.
—Solo dime una cosa.
—¿Qué?
—¿En tu plano espiritual seríamos reales, YoonGi?
—Puedo tomar esta forma y quedarme contigo, pero ambos debemos morir, ya no habría que luchar por sobrevivir y eso acabaría con todo.
—Entonces cómeme, YoonGi, quiero que dejes de sufrir, si hemos seguido aquí es porque queremos estar juntos. Si el precio a pagar por continuar estándolo es la muerte, lo pagaré porque ya no quiero que sigas siendo dominado por el wendigo y que también me domine a mí.
>>Quiero que nos amemos de manera real... ¿Lo sabes?
—Lo sé.
Luego de su respuesta, YoonGi toma su forma verdadera, vuelve a ser la figura negra enorme, cadavérica y se agacha para tomarme con sus manos. Me acerco a su hocico y lo beso, le acaricio, todo esto porque es la última vez que veré su wendigo y de alguna manera esta parte de él también me enamoro.
—Te amo, JiMin.— confiesa y su cálido aliento me golpea.
—Te amo, YoonGi.— confieso de igual forma, sonriendo extensamente.
Su boca se abre y yo solo puedo ver un enorme vacío a través de ella, miró hacia abajo una última vez y pido disculpas a las personas que asesiné y comí. Luego miro al cielo y trato de que los señores Min reciban mi mensaje, que sepan que estoy agradecido y lamento fallarles tanto.
Dirijo mis manos hacia los colmillos de YoonGi y por mí mismo entró en su boca, él la deja abierta unos instantes y veo sus huesudas manos temblar, está dudando. Pero yo no quiero que sigamos torturándonos, así que me adentro más, cada vez más hasta que caigo en la oscuridad y poco a poco mi respiración se va perdiendo.
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—JiMin...— escucho la voz de YoonGi y siento su tacto tibio sobre mi rostro.
Abro los ojos y lo veo, él está ahí, frente a mí, con su aspecto humano. Nuestros espíritus se han encontrado por fin y YoonGi ya no es más un wendigo, es solo él.
—Yoon...
—Juntos para siempre.
—Juntos para siempre.
Ambos nos reímos y él me toma por la cintura para envolverme, me acerco a su rostro y lo tomo por las mejillas y finalmente nos unimos en un beso real. Los dos buscamos llevar un ritmo tranquilo, pero poco a poco la necesidad crece y la pasión es tan desbordante que no podemos parar. No necesitamos aire para respirar y el beso dura todo lo que tiene que durar.
—Jamás te adentres en el bosque.— me dice sonriéndome tiernamente.
—No le tengo miedo al bosque y ya no le tengo miedo al wendigo, por ti, YoonGi.
🌙
Gracias por leer, espero les haya gustado mis galletitas :3
A veces los monstruos no están escondidos en lugares profundos, a veces los monstruos se encuentran entre nosotros. Pueden ser aquello con una cara bonita y una sonrisa inocente, nunca se sabe. Incluso quizás somos nosotros mismos y no lo sabemos, nuestro reflejo en el espejo no me parece tan real ahora.
¿Quiénes son en realidad los monstruos?
¿Qué o quién los convirtió en eso?
¿Los monstruos se hacen o nacen?
Hay muchas dudas en este mundo y pocas respuestas, pero si de algo estoy segura... Es que cada uno de nosotros elige cuándo cambiar, ya sea para bien o para mal.
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