ᴀʟ ᴅɪᴀ ꜱɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ...

Mabel no durmió mucho esa noche, a pesar de que su novia estaba ahí con ella, simplemente no pudo conciliar el sueño, si acaso durmió un par de horas, pero las dudas la atormentaban. 
 

«¿Cuándo paso eso?»

«¿Por qué mi hermano... Porque lo hizo...? »

«¿Por qué no me dijo nada?»

Esa mañana estuvo callada, sus padres lo notaron y pensaron que había discutido con su hermano, puesto que no llegó esa noche, ellas les contó que no era nada de eso, que no había tenido un buen día en la escuela y estaba malhumorada por eso y sus trabajos, nada que ver con su hermano...

Aparentemente, esa excusa logró convencer a sus padres, pero ella debía hablar con ese demonio que quien sabe qué le había hecho a su hermano. Después del almuerzo, ella y Pacífica subieron al auto de la rubia para dirigirse a la casa de Cipher...

... 

—¿Estás segura que quieres hablar sola con él? Yo puedo acompañarte... —sugirió Nortwest, estaba preocupada por el estado de su novia, aunque solo habían pasado unas horas, ya extrañaba su sonrisa y su actitud divertida, nada que ver con la persona que estaban con ella ahora; una chica con la mirada baja, angustiada y callada...

—Tú no tienes nada que ver, esto es entre Bill, Dipper y yo. Necesito una explicación.

—Como quieras, pero sabes que estaré ahí por si algo pasa, me quedaré en el lobby de la casa esperándote. —Mabel aceptó y tomaron camino a la casa de Bill Clave. 

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Por otro lado, Dipper estaba hecho una bolita con las cobijas dejando ver solo su rostro qué tenía una mirada algo furiosa mientras se alejaba de su lujurioso novio quien lo volvió a «atacar» después del desayuno, pues la noche anterior al parecer no fu suficiente para él, aquel demonio solo se enternecía con este comportamiento tan infantil, como si esas cobijas fueran la mayor defensa del planeta.

—Si te me acercas, voy a quemar tu jardín. —amenazó el castaño.

—Crearé uno nuevo. —respondió como si nada. Dipper hizo un puchero. Cipher se acercó más a ese adorable bulto de cobijas y lo abrazó con ternura, depósito un tierno beso en la frente del menor causándole una risilla.

—Ya preparé la bañera, ve primero, yo llevaré estos platos a la cocina. —dijo el demonio.

—¿No harás nada raro si me levanto de esta cama y voy al baño?

—No me des motivos, Pines. Te prometo que si nos bañamos juntos yo haré el trabajo de ambos, te lo prometo. —negoció.

—Define "bañarnos juntos". —interrogó el castaño, con una severa sospecha en las palabras de su novio. Este solo se burló. 

—Solo bañarnos, sé que no sentirás tus piernas si lo volvemos a hacer. —bromeó, recibiendo una almohada en toda su cara.

—Bien. —Dipper se quitó las cobijas de encima, revelando su cuerpo semidesnudo qué lo cubría con una bata blanca qué le quedaba supergrande y se deslizaba por sus hombros revelando demás su pecho y todas las marcas de amor que se encontraban en esa zona y en su cuello, también dejaba ver un poco sus piernas las cuales también tenían estas marcas, se levantó con cuidado y fue al baño de la habitación intentando no sentir la mirada lujuriosa de Bill clavada en él. 

Cipher recogió todos los platos y los llevó al primer piso donde estaba la cocina, en eso, escucha el timbre. «Vaya, esos de la pastelería son muy eficientes» pensó, puesto que habían pedido un pastel de chocolate a domicilio. Él acomodó su bata, pues tenía el pecho descubierto, se dirigió a la puerta y se sorprendió cuando vio a Mabel afuera, rápidamente fue a abrirle la puerta.

—Hola, estrella fugaz, llama, ¿a qué se debe esta visita inesperada? —saludó con su característico tono juguetón.

—Tengo que hablar a solas contigo primero. —respondió sería, cosa que se le hizo rara al demonio, «ella no es así» pensó. 

Bill las invito a seguir, Pacifica se quedó en el lobby de la casa como había dicho anteriormente, Mabel y Bill pasaron a la sala de estar, al rubio se le hacía muy raro que su cuñada actuara tan seriamente, cuando le dirigía la mirada era como si de un enemigo se tratase...

—¿Quieres que llame a Dipper?

—Aún no, primero hablaré contigo. —Respondió, «¿Se habrá dado cuenta que Dipper ya no es virgen? », pensó.

—Te escucho...

Mabel suspiró. —¿Cuándo lo hiciste? ¿Por qué no me dijeron nada?—interrogo. El demonio la miro confundido.

—¿A qué te refieres? —la castaña apretó su puño.

—¡A que más, a lo que le hiciste a mi hermano! ¡Lo convertiste en un demonio como tú! —reclamó. Bill se sobresaltó, «¿en qué momento...?.»

—Espera, espera, déjame explicarte- —interrumpió.

—¡No intentes negarlo! Vine a buscarlos ayer y vi lo que hacían allá afuera, vi lo que hizo mi hermano con esa criatura que creaste, ¡¿Porque no me lo dijeron?! —exclamo, ya con lágrimas asomándose en sus ojos.

—M-Mabel, cálmate por favor, hay una explicación.

—¿Por qué no me dijeron nada?—gimoteo. «Ya jodí...»

—¡Bll Cipher, demonio pervertido! —se escuchó un grito de Dipper desde la habitación del demonio, Mabel se adelantó y se dirigió hacia dicho lugar, siendo seguida por Bill.

—Dipper, escucha- —el mencionado lo interrumpió desde el baño.

—¡Mira todo esto! ¡Te dije que no dejaran marcas tan notorias, maldición! ¡Y para colmo, ni sanan...!—salió del baño un poco molesto, dejando expuesto su torso, pues se descubrió esa parte de la bata blanca que llevaba puesta, cuando dirigió su mirada hacia al frente para ver a su novio se encontró con Mabel quien rápidamente se dio la vuelta cuando lo vio así, y él se cubrió con la bata.

—Luego hablamos de eso, ahora tenemos que decirle la verdad a tu hermana. —Dipper quedo confundido.

—¿Cuál ver...? —se dio cuenta en ese instante. —M-Mabel... ¿Cuándo tú...?

—A-Ayer... vine a buscarlos ayer y los vi con unas criaturas voladoras... que tú mismo hiciste...—habló, pero aun sin voltear a verlo, de hecho, a ninguno de los dos.

—Hermana... yo...—ni siquiera sabia por donde empezar. Intento acercarse, pero ella retrocedía para que no la tocara, eso no le gusto, sabía que todo estaba mal.

Hubo un silencio que pareció eterno, nadie hablaba, solo se podían escuchar los leves gimoteos de la castaña quien mantuvo la cabeza baja, su hermano estaba inmóvil, pues quería acercarse a ella, pero si seguía retrocediendo era obvio que estaba molesta o asustada según él, no es hasta que el demonio decide romper aquel incómodo silencio...

—Mabel, siéntate por favor, hablemos de esto de forma tranquila...—propuso.

—Dipper... ¿ya no voy a volver a verte nunca más? —el corazón del mencionado se sintió estrujado. Bill se sentía culpable.

—Mabel. —habló nuevamente el rubio. Ella volteó hacia él. —Siéntate, vamos a explicarte todo. —Ella dudó, pero finalmente no había nada más que hacer y se sentó en la silla del escritorio de la habitación mientras que los otros dos se sentaron en la cama frente a ella, permanecieron unos segundos en silencio hasta que Dipper habló primero... 

 ... 

 —Maldición...—gruñó Caín. 

 —Me debes 100 dólares. —habló victorioso su hermano, Aiden, mientras extendía su mano hacia el pelirrojo.

Ambos estaban viendo la situación entre los hermanos Pines y Bill a través de un hechizo de espionaje que habían hecho. Después de que su hermano se fuera del pueblo junto a su novio y las otras dos chicas, ellos hicieron una apuesta de que si Mabel se enteraría que su hermano fue convertido en un demonio por voluntad propia, Caín estaba seguro de que no pasaría, pues creía que la castaña era muy despistada y no descubriría nada, lastimosamente no fue el caso y su hermano termino ganando...

—Te odio. —refunfuñó, entregándole el dinero a su hermano. 

—Ni te quejes, puedes crear todo el dinero que quieras, animal. —bufó.

—Se supone que te iba a ganar... ¡Joder! —Aiden se carcajeó del berrinche de su hermano. 

 ... 

Fue una charla muy larga e intensa para Mabel, se había enterado de cosas muy fuertes que la dejaron muy impactada, ella trataba de procesar todo lo que le habían dicho, especialmente cuando su hermano dijo con sus propias palabras que él le había pedido a Bill que lo convirtiera... 

—Hermana...—él se arrodilló frente a ella, tomando su mano. —No te preocupes por mí, estoy bien, lamento no haberte dicho esto antes, pero tenía tanto miedo de que ya no quisieras saber más de mí, eres mi única hermana y te quiero mucho...—emitió intentando no romper en llanto, no le gustaba ver a su hermana tan triste. 

—Dipper...no digas eso, jamás me alejaría de ti, pero ahora tú- —Dipper rápidamente la abrazó, sabía lo que iba a decir y no le iba a permitir que dijera eso.Mabel no aguantó más y comenzó a llorar entre los brazos de su hermano mientras este le acariciaba la cabeza tratando de consolarla...

—Siempre voy a estar contigo, hermanita. —deposito un besito en su cabeza. 

A pesar de todo, lograron resolver ese malentendido, luego de aquel momento tan necesitado, Bill se disculpó con ella por no habérselo dicho antes y principalmente, haberlo hecho, Mabel lo perdono, ya que para empezar la decisión la tomo su hermano por voluntad propia, también entendió que lo hicieron porque ambos se amaban tanto que no querían separarse, eso la conmovió...

Pasaron unas horas en la casa de Cipher admirando lo que ambos chicos podían crear con sus poderes, Pacifica quedo asombrada por todo lo que le había dicho su novia y lo que Dipper podía hacer ahora.Bill las invito a quedarse esa noche en su casa, ambas chicas aceptaron y pasaron una pijamada inusual, aprovechando los poderes de ambos demonios para hacer travesuras y bromas... 

 ... 

—Oye, Dipper. —llamó la rubia. Ambos estaban en la cocina preparando las botanas y malteadas para la noche de juegos de mesa.

—¿Qué sucede? —pregunto inocentemente...

—Usa camisas de cuello alto a menos que quieras que todos vean esa marca en tu nuca. —hablo como si nada mientras tomaba un sorbo de su malteada de fresa. Pines quedó sin habla.

—En mí... ¡Bill Cipher! —gritó. 

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