Novio.
Palabra que Dipper no creyó usar tan pronto.
Palabra que Bill jamás pensó que emplearía.

Ya habían transcurrido tres semanas desde que comenzaron a salir oficialmente como más que amigos, la mayoría de cosas no cambiaron; seguían viéndose en el bosque y buscando misterios, platicando de su día a día, causando fechorías en el pueblo por idea del mayor, con la única diferencia que ahora Philip acostumbraba a arrinconar a su pareja de vez en cuando para robarle unos besos tiernos y castos, dejando al castaño divagando por la sensación. También las caricias mutuas que se daban estando a solas, y el desear que el día nunca terminara para poder seguir juntos. Y ni hablar de las conversaciones por chat eternas entre ambos a altas horas de la noche, diciéndose cursilerías de vez en cuando o bromeando, también el dichoso “no, cuelga tu primero” era constante casi cada noche, vaya, sin duda se les iba el sueño.

La gemela del castaño aún no estaba enterada, cuando preguntaba su hermano únicamente le contestaba que eran salidas casuales de amigos; cosas de chicos. Ella obviamente no se quedaba quieta con eso, pero cada que intentaba seguirlos nunca lograba seguirles el paso y terminaba dándose por vencida y se dirigía a pasar el rato con su grupo de amigas, yendo de compras o viendo películas de vampiros y hombres lobo.

Conforme iban pasando los días, la fecha de la boda de Soos y Melody se acercaba, solo faltaban unos días más para ese esperado evento. Mabel y Pacífica aprovecharon la oportunidad para ayudar a Melody a escoger su vestido de novia, es decir, hacer que se probara una tienda entera. Y con Soos él recibió ayuda de Dipper y Philip, ellos pasaron sentados de mala gana en el sillón de la tienda mientras escuchaban todas las inseguridades del novio cuando se probaba los trajes y los criticaba; era un manojo de nervios.

Luego de eso, todos fueron a la cabaña a merendar y ver una película de terror, específicamente «El exorcismo de Emily Rose» idea de Philip, tragedia para los demás. Esto a la vez parecía una cita triple; Soos temblaba mientras abrazaba a Melody cuando alguna escena sádica aparecía, Mabel y Pacífica abrazadas y con una almohada grande cubriéndolas, dejando ver solo sus ojos que amenazaban con cerrarse hasta que terminara la película a la vez que temblaban ante las escenas escalofriantes, y Philip rodeando a Dipper por sobre sus hombros para juntarlo más a él, mientras el castaño apretaba con fuerza una almohada donde ocultaba su rostro ante la película y el rubio bufaba, pues era el único que no estaba asustado de la película.

Luego de la película, todos quedaron petrificados del miedo, la cabaña estuvo totalmente iluminada hasta el día siguiente, pues todos se quedaron en la sala de estar como en una pijamada porque ninguno quería irse de ahí. Al día siguiente, Philip recibió una regañiza por parte de su novio al haber escogido una película tan tétrica, y este le respondió que en realidad esa era la opción menos tétrica para ver, Dipper le respondió con una mirada asesina, provocando una carcajada por parte del rubio. Más tarde, salieron corriendo al bosque a pasar el rato juntos a solas, era lo que más les gustaba; no querían nada más, eso era simplemente perfecto.

Ah, y también pasó algo más esa tarde mientras ellos se encontraban en el bosque…

—¿Por qué estás tan feliz? —pregunto de la nada el rubio, mientras acariciaba el cabello de su novio, quien estaba usando sus piernas como almohadas al estar acostado sobre el césped y siendo cubiertos por la copa del árbol donde habían decidido pasar el rato.

—Hay dos razones. —respondió sin quitar la sonrisa de su rostro y sin abrir los ojos mientras seguía siendo mimado por el otro.

—¿Puedo preguntar cuáles son? —el castaño abrió su ojo izquierdo para ver a su pareja por unos segundos antes de volver a cerrarlo y responder.

—La primera, porque estoy contigo. —dijo con honestidad, el rubio se sonrojó. —La segunda, porque mis tíos vuelven en dos semanas. —en ese instante, el mundo se detuvo para Philip. Dejó de acariciar al menor y este se extrañó, por lo que abrió los ojos y se encontró con una expresión estupefacta en el rostro de su pareja, rápidamente se reincorporó en el suelo y se acercó a su chico quien tenía la mirada perdida. —¿Philip? ¿Phil?

Millones de cosas divagaron por su mente, es esos segundos, «¿tan pronto iban a regresar?» Se preguntaba, no prestaba atención a nada más que a sus pensamientos hasta que la insistente voz de su novio lo sacó de su mente.

—Hey, ¿te sientes bien? Te quedaste congelado. —habló el castaño, llevando su mano hasta la mejilla del rubio para que este volteara a mirarlo. —Estaba segundos de darte una cachetada, ¿te encuentras bien? —volvió a preguntar.

—Dipp… Tengo que irme. —retiró con delicadeza la mano de su pareja y se levantó, siendo seguido por Dipper, quien estaba confundido por esa repentina actitud.

—Oye, espera, espera, no te vas a ir hasta que me digas que pasa. —demandó firmemente, sosteniendo con fuerza la mano de su novio.

—No es nada grave, solo necesito ir a casa y hablar con mis hermanos sobre un asunto urgente. Te llamaré más tarde, ¿sí? —trató de convencerlo, pero la mirada de sospecha no desaparecía del rostro del castaño. —Hablo en serio, Dipp. No te preocupes. —se acercó al mencionado y plantó un beso casto en sus labios para luego sonreírle cálidamente, recibiendo un puchero de su contrario al besarlo con la guardia baja.

—Tramposo. —murmuró. Ambos se dieron un último beso antes de tomar caminos diferentes.

≫ ──•◦ ◦•── ≪

Dipper iba caminando tranquilamente rumbo a la cabaña, estaba algo preocupado por la actitud que había mostrado su novio hace unos minutos, se preguntaba sobre qué le había molestado, ¿un comentario que hizo? Ni idea.
Por estar metido en sus pensamientos chocó contra un árbol, lastimando levemente su nariz, se frotó un poco para aliviar el dolor y siguió caminando hacia la cabaña que ya estaba a unos pasos y cuando llegó, se encontró con Mabel y Pacífica, buscando en los alrededores con unas caras de angustia, sobre todo la chica rubia. El castaño se acercó a ver que pasaba y si podía ayudar en algo.

—Oigan, chicas. ¿Qué pasó? —se acercó.

—Mi conejo se escapó y no lo encontramos. Llevamos horas buscándolo. —explicó Pacífica.

—Rayos, tal vez no fue tan lejos. Vamos al bosque a buscarlo, quizá esté allí. —los tres se apresuraron a ir al bosque a buscar a la mascota de Nortwest antes de que algún depredador lo encontrara primero.

Mientras tanto, Philip se dirigía a su casa a la vez que despeja a su mente en el camino mientras jugaba con una ráfaga de fuego azul en sus manos, se sentía extraño y no entendía el motivo.
La razón por la que regresó a Gravity Falls fue para vengarse, pero ahora… Las cosas habían cambiado. Y Dipper era gran parte de ese cambio.

Desde que comenzó a salir con el castaño, sus emociones cambiaron repentinamente, antes solo quería lastimarlo, no era nada más que un peón para su desquite contra Ford, y el hecho de hacerlo su pareja haría que le doliera aún más si es que lo apreciaba mucho, pero quien terminó apreciándolo en gran manera fue él.
Todo dio un giro completo, y en lo último que quería pensar era en tomar represalias, solo quería disfrutar pasar el tiempo con su novio sin que nada ni nadie interfiriera, se había olvidado por completo de aquello hasta que Dipper mencionó que volverían.

¿De verdad quieres hacer eso?

Él no estaba seguro de responder esa pregunta.

Después de tanto caminar y acercarse, se encontró con la sorpresa de que sus hermanos estaban jugando con los zombies, es decir, que los estaban apilados uno a uno para formar una Torre Eiffel bastante… ¿Única? Sí, únicamente asquerosa.

El rubio se les acercó y derribó aquella cosa, quemando a los muertos en el proceso. Eso molestó a Caín.

—¿Qué te pasa? ¡Ya casi la terminaba! —protestó.

—Lástima, además, eso era una abominación desagradable. —dijo rígido, Aiden se extrañó.

—¿Qué te sucede? Normalmente, harían una competencia ahora o le darían vuelta al planeta, ¿por qué tienes ese humor? —indagó.

—¡Agh, ni yo sé! —se tiró al suelo dramáticamente.

—Me estás preocupando, y no como normalmente lo haces, eso me asusta y me confunde un poco.

—¡Ya no sé que hacer! Tal vez hubiera sido mejor idea nunca haber regresado aquí. —habló desalentado.

—Mejor, explícate. —pidió Caín. Bill se reincorporó sobre el suelo y sus hermanos prosiguieron a sentarse frente a él.

—Bien, uh… Pfff, estaba tranquilamente con Dipp pasando un buen rato cuando de repente me dijo que sus tíos van a volver la próxima semana y… No estoy seguro de querer hacer eso… —confesó cansado, sus hermanos lo vieron de forma rara.

—¿Qué? ¿No piensas continuar con tu venganza? ¡Pero es el momento perfecto para eso! —dijo el pelirrojo, exaltado.

—No es que no quiera, pero las cosas se han complicado, ¡ni yo lo entiendo! Pará eso fue que regresé y tenía planeado algo verdaderamente sádico y loco para ese día, pero… —fue interrumpido por Aiden.

—¿Te enamoraste? —Bill se quedó boquiabierto ante esa pregunta. —Parece casi imposible, pero la cosa es que, en la mayoría de casos en que se finge ser pareja con segundas intenciones, al final alguien resulta enamorado de verdad, casi siempre la persona con segundas intenciones y eso le hace cuestionarse lo que quería hacer inicialmente.

—No inventes, Aiden. Estamos hablando de Bill, este tipo solo tiene locura en la cabeza. —dijo el pelirrojo.

—… Tal vez… Tengas razón… —ambos lo voltearon a ver de inmediato. —… Yo no quiero lastimar a Dipper, solo quiero estar con él tranquilamente sin que nada nos moleste. Ni siquiera una estúpida venganza. —habló decidido, provocando una sonrisa burlona por parte de Aiden y una mueca totalmente confundida en Caín.

—Demonio Bill, no te entiendo. —sus hermanos rieron. —Pero bien, es tu vida inmortal y son tus locuras que nadie entendiende. Pero en caso de que eso funcionara, ¿qué pasaría entre ustedes? ¿Le dirías quien en verdad eres? ¿Cómo reaccionaria? —esas preguntas comenzaron a hacer un torbellino de dudas en la mente de Bill.

—Huh, es un buen punto, aunque con nosotros y nuestras conquistas en París nunca nos pasó por la cabeza tales cosas.

—¿Será porque solamente estábamos “experimentando” que era eso de las citas? Además, no creo que buscáramos algo serio, en comparación a Bill- —fue interrumpido.

—No tiene por qué saberlo. —ellos voltearon de inmediato, algo sorprendidos ante esa respuesta. —Hemos estado bien durante todo este tiempo, si esto llega a más, nunca sabrá que en realidad soy el demonio a quien se enfrentaron en el Raromagedon y el que casi ocasiona el fin del mundo. —los mellizos bufaron ante aquella declaración, era obvio que se estaba elogiando por haber llegado tan lejos con el fin del mundo. —Ese es y será mi único secreto con Dipper.

—Pues, bien por ti. No lo arruines, demonio. —chocaron los cinco entre los tres para luego levantarse del suelo y ocultar rápidamente los restos de los zombies, y con ocultar quiere decir que terminaron de quemar lo que el viento había apagado, Bill se encargó de eso, pues él había iniciado.

Estaba a punto de irse a casa, cuando…

—¿Qué dijeron? —Bill reconoció esa voz, se aterró y lentamente se giró para ver quién estaba detrás… Y deseó no haberlo hecho.

❝¿Eres... B-Bil…? ❞