
⁰⁵ ── .✦ 𝙎𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩
──────Luego de caminar por unos muy largos minutos, llegaron a una calle concurrida, pero no tanto, y en ella había un restaurante llamado: El Lugar de Nick
──Perfecto...
Sin esperar un segundo más, los cuatro cruzaron la calle y entraron al local.
──Ah... Yo, no creo que deba estar aquí.── Dijo Katie.
──Tu solo quédate junto a mi, yo hablaré.── Le dijo Santa, para luego acercarse a la chica de la recepción.
──¿Le puedo ayudar?── Preguntó la desconocida.
──¡Wendy!── Exclamó Santa, para nada discreto.
──¿Como sabe mi nombre?── Cuestionó confundida.
Santa rió levemente. ──¡Pero si estás enorme!
──¿Disculpe?
──Sabes a que me refiero, ¡Una mujer! ¿Recuerdas esa carta que me enviaste?── Preguntó y la chica lo miró confundida. ──¿Esa donde decías que soñabas con ser diseñadora de modas?── Volteó hacia sus acompañantes. ──Siempre pedía equipos de tejidos, máquinas de cocer. Creo que fue en el 2009 cuando hiciste todas las botas tu sola.
Wendy rió. ──Si, eso creo...
──Siento que ese plan de ser diseñadora no haya resultado.
──Si, quería ir a Parsons y vivir en Nueva York, pero no pude pagar la colegiatura...── Contó. ──Espera, ¿Que es esto? ¿Un programa de televisión?── Preguntó, viendo como Katie grababa todo. ──¿Cómo sabes todo eso?
──Kate, apaga la cámara...── Le susurró Adi y la niña hizo caso.
──¿Hablaste con mi mamá?
──No, no, no... No le arruinaría esa hermosa sorpresa de la bufanda que le hiciste.
La chica sonrió, por fin dándose cuenta de quien era ese hombre loco que conocía tanto sobre ella.
──Bien, Wendy.── Santa Continuó hablando. ──Tenemos un problema, debemos llegar a la ciudad.
──Ay, no tengo auto. ¿Que tal un Uber?
──No tengo cuenta.
──Ah... ¿Un taxi?
Santa miró a los chicos. ──¿Ustedes traen dinero?
──No...── Respondieron al mismo tiempo.
──Esta bien...── El de cabellos blancos comenzó a revisar sus bolsillos. ──¿Crees que pueda pagar con estos?── Preguntó mostrando una bolsa de dulces.
──Santa...── Kate tomó los caramelos y los guardó.
──¿Sabe que? Toma mis propinas, Ah... Aunque no creo que sea suficiente para...── Wendy extendió su mano con algo de dinero.
──No, no Wendy. Eres muy amable, pero alguien aquí nos ayudará.── Interrumpió Santa.
Sin más, el hombre entró al restaurante por completo, con Katie, Teddy y Adeline detrás de él.
──Ah... ¡Disculpen las molestias, amigos!── Habló Santa, llamando la atención de la mayoría. ──Soy...
──Santa Claus.── Completó Katie. ──El verdadero Santa Claus, no uno de esos disfrazados...
──Bien Katie, ya...── La detuvo el mayor.
──No te pareces a Santa Claus.── Dijo un hombre detrás de los cuatro.
El desconocido apuntó hacia un cartel, en el cual había una foto de Santa, rellenito y tomando un refresco.
──Bueno, los espectáculos me aumentaron como 40 kilos, Freddie.── Comentó, para luego seguir hablando. ──Como decía, tenemos una situación de emergencia. La Navidad está en riesgo, y si quieren regalos bajo sus árboles y sus botas en la mañana, necesito su ayuda. Ahora... ¿Quien me puede llevar a la ciudad para que busque a mis renos?
Todos se quedaron en silencio, observando a Santa con desconfianza y luego volvieron a su cena.
Santa miro a una señora y luego se acercó. ──Min-Jin...
Ambos intercambiaron unas palabras en otro idioma, luego, Santa hizo lo mismo con otras personas, luego otras y después se acercó a una pareja, pidiéndole intercambiar su auto con una tarjeta, la mujer se enojo y la rompió.
──Hay un hombre loco vestido de Santa extraño que esta acosando a los clientes.── Dijo una mujer al teléfono. ──Viene con tres menores, podría ser una alerta Amber...
Adi le susurró a Teddy. ──Hay que salir ya...
El chico asintió y se acercó a Santa. ──¡Okay amigos! El abuelo está un poco... ¡Ya saben!
──¿Que pasa contigo?── Le preguntó Santa.
──Santa, ¡Ya vámonos!
──¡Oigan!── Llamó un hombre desde la barra, con tatuajes y bigote. ──Ustedes cuatro. ¡Fuera!
El mayor se acercó a él. ──Vaya, vaya, vaya... ¡Pero si es Charlie Plummer!── Dijo. ──Charlie esta en el salón de la fama de la lista negra. Saliste de la cárcel la otra vez, ¿Como hace un mes, no? Robo a mano armada, lavado de dinero, robo de autos.
Teddy y Adeline intercambiaron miradas.
──¿Sabes que, Charlie? Tu oficial de libertad condicional se pondrá muy feliz cuando se entere que robaste ese Dodge Challenger rojo hace unos días.
──Si, bueno, ¡Lo que el no sepa mi oficial de libertad, no lo va a lastimar!── Dijo para luego sacar un bate de debajo y apuntarlo. ──Tal vez tu no tengas tanta suerte.
──¡No hay prejuicios! Sobre todo, mis amigos Teddy y Adeline van por el mismo camino...── Dijo señalandolos. ──Todavía son un poco jóvenes, pero si siguen así, en unos años podrían ser como el, prisión, tatuajes, ¡Y arrojar tequila!
──Wow... Que indirecta tan directa.── Murmuró Adi de brazos cruzados.
──¡Basta!── Exclamó el tipo.
──Bueno, ¡Corran, corran, corran!── Dijo Santa para que los tres salieran, lo que hicieron sin quejas. ──¡Adiós Wendy!
──Suerte.── Dijo la chica.
El tal Charlie los persiguió, pero gracias a Wendy no fue así, ya que esta tiró un cubo de hielos al piso, haciendo que el tipo se resbale y termine en el suelo.
──Es una genia...── Murmuró Adi, asomada por la puerta.
──¡Dulces sueños, Charlie!── Exclamó Santa y luego voltearon. ──Oh no... El porcentaje navideño bajo un 35%... ¡Tenemos que apresurarnos! ¡Vamonos!
──Un segundo.── Detuvo Teddy.
──¿Que?
Los cuatro miraron a un hombre, el cual tenia llaves de autos a su cuidado, pero estaba distraído viendo Stranger Things.
──Oh, cielos...── Adeline tapó sus oídos. ──Acabo de empezar esa serie, no quiero spoilers.
──No estoy hablando de eso, podríamos tomar las llaves.── Respondió Teddy.
──Oh no... Yo si entendí la indirecta.── Adi miró a Santa. ──No más robo de autos, ¡Entendido!── Elevó sus pulgares con una sonrisa.
──Yo lo haré.── Dijo el castaño.
Teddy se acercó silenciosamente y tomó unas llaves, luego volvió.
──No, Teddy. No creo que sea una buena idea.── Dijo el mayor.
──Yo tampoco.── Continuó Katie.
──¡Ay, porfavor! ¿Quieren salvar la Navidad o no?
──No robando un auto...── Respondió. ──Eso compromete la diferencia entre lo bueno y lo malo, ¿No crees?
──Tu invades millones de casas al año.── Contra atacó Teddy. ──Técnicamente es ilegal...
Adi apoyo su brazo en el hombro del chico y dijo. ──Tiene un punto...
Santa la miró. ──Pensé que habías recapacitado.
Roswell se encogió de hombros. ──Es por un bien mayor.
──Además no es cualquier auto, es este auto...── Teddy tocó un botón y las luces de un auto rojo tintinearon.
──Oh...
──Ni siquiera estamos violando las leyes, porque el auto ya es robado.── Habló la pelirroja.
──Y al terminar...── Comenzó a hablar el adolescente.
──Lo entregaremos a la policía.── Completó Santa. ──¡Vamos!
Comenzaron a caminar "Disimuladamente"
──Muy buen, despacio, despacio...── Dijo el mayor. ──Avancen normal... Oye, despacio.
──Esto me está dando desesperación...── Comentó Adi.
──¡Vamonos!── Exclamó Teddy.
Ambos adolescentes comenzaron a correr, seguidos de Katie y Santa.
──¡Ni siquiera tienes edad para conducir!
──¡Oye!── Gritó Charlie.
──¡No hay tiempo para discutir!── Exclamó Teddy.
──¡Ese es mi auto!
──¡No lo es, lo robaste!── Le Gritó Adeline subiendo después de Katie.
Una vez que todos subieron, Teddy arrancó.
──¡Paren!── Pidió Charlie. ──¡Es mi auto!
Adi y Katie se asomaron por la ventana, la adolescente le sacó el dedo del medio y la niña hizo lo mismo.
Cuando la pelirroja la vio, abrió sus ojos con sorpresa. ──¡No, Kate! No puedes hacer eso...
──Pero tu lo haces.
──Si yo me tiro de un puente, ¿Tu también?── Preguntó y la niña se quedó en silencio, mirándola con sus ojos entrecerrados. ──Eso pensé.
Luego de atravesar unas calles a gran velocidad, por fin habían perdido al tipo.
Santa comenzó a registrar una pequeña montaña de basura, olió un pote de comida china y luego lo tiró hacia atrás, cayendo sobre la pelirroja.
──¡Oye! ¿Podrías dejar de tirarme basura?── Pidió.
──La basura de otros, es un tesoro para mi.── Dijo y la chica rodó los ojos con diversión. ──¿Como vamos?
──Nadie nos está siguiendo, así que ve más lento.── Respondió Katie.
──¡Ay, vamos! Ni siquiera voy tan rápido.── Respondió Teddy.
──Por aquí vamos...── Susurraba Santa. ──Muy bien, ah... Vamos por un buen camino.── Miró al castaño. ──Teddy necesito tu navaja.
──La tiene Adi.── Respondió el chico.
Santa y Katie intercambiaron miradas cómplices.
──Aquí tienes...── Adeline le pasó el objeto.
El más grande saco la radio de lugar, para hacer algo que solo el entendía.
──Eh... Santa, así no se utiliza la radio.── Comentó Kate.
Santa le hizo un par de arreglos y la puso de nuevo en su lugar, luego comenzó a sonar perfectamente.
──Genial...
──¿Como hiciste...?── Teddy comenzó a preguntar.
──Soy el mejor juguetero del planeta
En la radio de escuchó:
Atención, todas las unidades, reportamos un robo de autos, un Dodge Challenger 2014 rojo, patente 6 Bravo-Lima 7-2-4.
Se lo robaron tres niños y un hombre gordo
──Ah... Un hombre va al gimnasio a diario, no como azúcar ni carbohidratos, ¿Que diferencia hay? ¡Porfavor!── Dijo con indignación.
──Eso es porque tienes la barriga bien escondida...── Comentó Adi con diversión, mientras se cruzaba de brazos y apoyaba su espalda en el asiento. ──¿Que faja usas?
──Yo no uso eso. Además, aquí hay dos personas que si tienen algo bien escondido.── Dijo y los tres lo miraron confundidos. ──Y esos son Adeline y Teddy, no se hagan, ustedes saben de que hablo.
Los dos adolescentes se miraron algo sonrojados, los dos tenían una idea de lo que decía Santa.
Mientras que Kate apuntaba la cámara de un adolescente a otro, con una sonrisita divertida.
──Y presiento que esta noche saldrá a la luz.── Continuó Santa.
Para suerte de los dos chicos, de la radio se escuchó nuevamente algo, desviando la atención del supuesto secreto.
Atención todas las unidades, nos acaban de informar que vieron unos renos en la Avenida Michigan.
──Justo lo que buscábamos...
No es una broma, tengo una manada de renos dirigiéndose hacia el Sur de Michigan hacia la torre de agua.
──No está muy lejos, ¡Por ahí, vamos!── Dijo Claus.
──Ah... El auto no vuela, Santa.── Comentó Adi.
──Cierto, la costumbre. A la izquierda por State, a la derecha en Erie y toma Michigan.
──¿Como sabes tanto de Chicago?
──Me se todas las calles del mundo...── Respondió con simpleza. ──¿Crees que podamos ir más rápido?
Teddy sonrió a medias y dijo. ──Abrochense los cinturones.
Todos se abocharon los cinturones y Adi, luego de hacer lo pedido, se le quedó viendo a Teddy con una sonrisa, por alguna razón le gusto el tono con el que dijo aquellas palabras.
──¡Ese es State, vamos!── Exclamó Santa.
Teddy cambio de dirección muy rápidamente, haciendo que los presentes se movieran con brusquedad.
──Oh, cielos... ¡Eso fue genial!── Dijo la pelirroja.
Preguntas de la autora!! 🧜♀️
¿Que tal les está pareciendo la historia hasta ahora?
¿Como les está cayendo Adeline?
🌱 Tali.
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