"La razón"
Un sonido metálico lo hizo levantarse, no había nadie cerca, el ruido venía desde afuera, se quedó varios minutos mirando por la ventana de la casa, debería cambiar de forma, podría tratar de moverse o incluso curar de alguna manera su herida, aunque solo viendo su aleta podía notar lo mal que estaba.
Con cuidado quitó la pesada tela de su cuerpo, no hacía mucho frío, estaba acostumbrado a las bajas temperaturas, pero la situación del viento contra su cuerpo era tan extraña para el, vió su aleta, trató de moverla un poco y la tela sobre ella cayó al suelo, estaba lastimado, con cuidado se acomodó en el asiento para cambiar su aleta por dos piernas, extrañaría el color verde brilloso de sus escamas, pero el cambio era necesario.
Con una sonrisa miro sus piernas y pies, con cuidado tocó su herida, y lentamente trató de curarla usando su magia, no sano por completo, aún dolía, su fuerza no regresaba del todo, aún hervía en fiebre.
De pronto la puerta se abrió, era el alfa, completamente cubierto, el frío estaba fuerte en estas épocas, no lo miró al llegar, acomodaba su gorro y bufanda. "¿Ya despertaste?". Se acercó a la sala. "El clima está calmado así que !Oh Díos!" El alfa se dió la vuelta y tapo sus ojos con rapidez, Harry lo veía extrañado. "Tú... criatura ¿Qué tratas de hacer?". Dijo horrorizado, escuchando una risa de parte del omega. "Lo sabía, no debí dejarte entrar, lo sabía".
"No sabía que tirar una cobija en el suelo era tan malo". El alfa giro y lo vio sorprendido. La sirena tenía piernas y estaba completamente recostado sobre su sofá, con su rostro recostado sobre su mano y sonriendo, estaba sonriendo siendo tan vulgar.
"Sal de mi casa". Era hermoso, los marineros no estaban locos, esa sonrisa podría acabar con la cordura de cualquiera.
"¿Qué?". No movió su cuerpo, aunque el alfa ya no lo veía, tenía la cabeza agachada. "Ya la voy a levantar". Se quejo quitando esa sonrisa de su cara.
"¿Louis?" Unos golpes en la puerta se escucharon, el alfa nervioso levantó su mirada y miro asustado la puerta. "Abre, ésto es importante". Rápidamente se acercó a Harry y lo tapo con la cobija, el omega lo veía extrañado, hacía muecas de dolor al mover su pierna y hacía temblar sus manos sobre el bastón.
"Buenos días Gaspar". Casi tartamudeando abrió la puerta, el otro alfa estuvo a punto de entrar a la casa antes de que Louis dejara caer su bastón para impedir que entrará, puso su brazo contra el marco de la puerta cuando escucho un sonido de asombro de parte de su amigo.
"¿Que... que significa esto Louis?". Harry maldijo su curiosidad cuando alzó su cabeza para ver quién era y conectó por unos segundos sus ojos con los del alfa extraño. "No puedo creer que tú..."
"!No! No es lo que creés, él no está aquí por eso". Cómo podía explicar que un omega sin ropa estuviera en su casa, recostado sobre su sofá, en su sofá, complemente solos.
El otro alfa se alejo y Louis no pudo resistir su mirada, sin su bastón camino con dolor mientras el otro alfa retrocedía despacio.
"¿Entonces? ¿Cómo explicas esto? ¿Quien es?". Gaspar se quedó a una gran distancia de Louis, él cuál no se movió mucho de la puerta al ver que Harry se había envuelto en la gran cobija y se había tratado de levantar, el omega lo miraba sin saber que hacer y él mismo no lo sabía. "Dímelo, sabes cuál es el destino de omegas como él y tú, no puedo creer que hayas buscado este tipo de diversión, ésto es tan-".
"Es mi omega". No podía escuchar más, el no era un hombre malo, no podía escuchar esas palabras, no quería que algo malo le pasará al omega, por más inmortal que fuera, tal vez ya enloqueció con su belleza, porque en su rostro veía solo bondad y paz, no podía dejar que algo malo le pasará. "La tormenta que mató al príncipe hace unos días hizo que no pudiera encontrarte y contartelo, el llegó con la última embarcación antes de que cerrarán las costas y como sabía que no llegarías tuve que esperar para decírtelo". No quiso mirar al omega cuando escucho un quejido de su parte, alzó la mirada y vio a su amigo sorprendido.
"¿Crees que soy idiota?".
"No, pero sabes que no iría al pueblo, su familia ya se ha ido desde que los barcos pudieron seguir avanzando". Gaspar lo mira más tranquilo, incluso aliviado. "Me lo han entregado como esposo y esperaba tú visita para que lo supieras". Podría sonar más emocionado, pero Gaspar conoce su actitud, es callado la mayor parte del tiempo y espera que le crea. "¿Por eso vienes no? Si las costas aún estuvieran cerradas no estarías aquí".
"Yo... sabes que si". Río quitándose su sombrero y rascandose la cabeza, estuvo a punto de creer que su amigo pago los servicios de un prostituto, no lo podría creer de Louis. "Lo siento, no creía eso de ti y me sorprendió". Louis no sonreía, inclino la cabeza y asintió a sus disculpas. "Eso quiere decir que ya la olvidaste". No fue una pregunta, y aunque Louis quisiera responder de forma negativa asintió.
"Mi omega es... muy especial, su familia ha sido muy amable conmigo y confiaron en que seré un buen alfa para su hijo". Lo dijo con algo de orgullo, las palabras que repaso para otra persona, pero sonaron creíbles para Gaspar.
"Ya... no mientas, ¿Cuánto pagaste por él?". Harry que no se había acostado lo miró con una expresión de sorpresa y enojo.
"Idiota". Susurró bajo y aunque poco le importará que el otro alfa le oyera, Louis agradeció que estuviera lejos.
"No estoy de acuerdo con la compra de omegas". Dijo para que lo escuchará antes de entrar a su casa y dejarlo fuera.
"Solo tengo que darle unas monedas y se irá". Le informó al omega, no lo había notado antes, pero ahora con su torso levantado, el omega parecía muy alto, más que el incluso.
"Bien, no me agrada". Louis no respondió, tomo unas monedas y despacio como siempre se acercó a la puerta y Gaspar se acercó a tomarlas y antes de que pudiera entrar lo detuvo.
"Gracias, puedes dejarlas aquí". Harry desde ese punto era más visible para Gaspar, el cuál no disimulaba su mirada hacia el omega. "Que tengas buen viaje al regresar".
"Pero Louis, como vas a meter estás cosas tan pesadas a tu casa, siempre te ayudo con mucho gusto". Odiaba que lo trataron como a un inútil, si supiera que trajo a una sirena desde la playa no diría lo mismo. "¿Quién más metería estás cosas tan pesadas a tu casa?".
"Yo". Ambos lo miraron, pero uno lo hacía con asombro, el otro con lujuria. "Puedo ayudar a mi alfa, aunque él es muy capaz". Louis tenia ganas de tirarse de lo más alto de su faro al precipicio.
"Bien... los omegas jóvenes son los más difíciles, pero espero que lo logres". No lo miraba con enojó, si no con burla, como si acabará de hacer una rabieta y la paciencia de Harry era muy corta, solo un chasquido y la sangre del alfa empezaría a hervir hasta que se quemara por dentro. "Me despido, le informaré a todo el mundo el suceso, aunque no lo creas". El alfa parecía pensar sus palabras. "Estoy muy feliz por tí, odiaba verte sufrir por alguien que no te quiere, no arruines la oportunidad que Dios te ha dado para ser feliz, olvida sus burlas, incluso las mías, demuestra que eres mejor que ellos, que eres mejor que todos".
"Gracias". El alfa le asintió y movió solo un poco más la bolsa dentro de la casa, viendo a Harry y después a la bolsa, sonriendo ante de la mirada enojada del omega. "Buenos días, señor Tomlinson".
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Uuuuuuu
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