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— i need to listen, baby



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MI NIÑERA ES UN VAMPIRO CAP 2
Tres Hurras por el Mal #1
¿Quién echará de menos a una?  ❜

—¡VAMOS DEVILS! —EL SONIDO DEL LEMA que repetían las animadoras resonaba en el instituto mientras Lucinda seguía a Sarah y Erica hasta la mesa de inscripción para las pruebas de animadora.

—Erica, por favor, dime que no vas a hacer lo que creo que vas a hacer —le rogó Sarah a su amiga vampira que estaba caminando para apuntarse al equipo.

—¿Qué? Sólo quiero animar —Erica se encogió de hombros, mirando hacia las animadoras—. Lucinda, ¿por qué no te apuntas conmigo?

—No. Nunca. Ni en un millón de años —Lucinda levantó el dedo índice y mantuvo las manos en movimiento mientras rechazaba la petición de Erica.

—Eso podría arreglarse —Erica enseñó los colmillos a la chica. Lucinda no le tenía miedo a nada, pero ser convertida en vampiro era su único miedo.

—¡Bien! Pero no me muerdas. No voy a ser tu próximo aperitivo —se rindió ante Erica. La idea de convertirse en un vampiro era mucho más aterradora que sufrir las pruebas de las animadoras.

—Habías dicho que querías que fuésemos normales —le recordó Erica a Sarah.

—Vosotras soís vampiros, y yo una bruja. ¿Qué te hace pensar que alguna vez vamos a ser normales? —preguntó Lucinda en dirección a su amiga novata, que la ignoró.

—Las animadoras no son nada normales, son peores que nosotros, y eso que somos vampiros —Sarah miró a Erica con los ojos muy abiertos.

—Además, Stephanie es una fanática del control —señaló Lucinda—. La habéis visto gritar a su compañera de equipo por equivocarse en un movimiento. ¿Os imagináis lo que nos haría a nosotras?

—Siempre quise ser animadora —declaró Erica—. Y ahora que estoy buena, ya puedo. Además, estas llevan años diciéndome "menudos dientes tienes" —volvió a sacar sus colmillos, sonriendo a sus amigas.

—Sí, pero no creo que tuviesen eso en mente —Lucinda sonrió a Erica mientras apoyaba la espalda en una de las taquillas y se reía.

—Oh, venga ya. ¿Quién echará de menos a una? —Erica se alejó de las dos chicas que le suplicaban que no hiciera nada.

—¡Pues yo! —dijo Benny mientras él y Ethan y se acercaban por detrás del dúo.

—No puedo creer que esté tan agradecida por las pruebas de animadora —dijo Lucinda, caminando lejos de Benny y Ethan.

—¿Por qué tu hermana me odia?

—¡Oh, cowabunga! —Benny se rió al ver a las chicas que salieron al pasillo con los uniformes de animadora.

—Di algo y estás muerto —le espetó Lucinda al chico más alto que tenía delante, con una sonrisa asesina—. ¡De todas formas! Sarah y yo tenemos pruebas de animadora. Adiós.

Entrelazó su brazo con el de la mencionada y se encaminaron hacia el gimnasio.

—Oh, hola Erica —dijo Ethan antes de que el brazo de la chica se chocara con su codo, haciendo que sus ojos brillaran de blanco puro—. ¡Whoa! He tenido una visión.

—Lo sé, Ethan. Yo también —Benny sonrió mientras miraba en el gimnasio a las animadoras, fijándose en una en particular.

Una vez que Ethan terminó de contarle su visión, Benny finalmente accedió a ayudarle.

—Debemos proteger a esas preciosas e inocentes animadoras —concluyó Benny, apoyando su mano en el hombro de Ethan mientras empezaban a caminar—. ¿He mencionado que están buenas?

—¡Tío, una de ellas es mi hermana!

—No puedo creer que superásemos a cuarenta chicas para entrar en el grupo —comentó Ethan.

—Nunca subestimes el poder de un hechizo "vas a fracasar" —respondió Benny, esbozando una sonrisa.

Los dos pensaron que la forma más segura y única de entrar en el gimnasio era vestirse como chicas que estaban realizando una prueba para entrar en el grupo. Benny iba de "Betty" y Ethan de "Verónica". Benny llevaba una peluca rubia y Ethan una peluca morena. Lucinda al estar cerca de ellos todo el tiempo, fue capaz de distinguirlos en segundos.

—No me lo puedo creer —Lucinda se acercó a los chicos—. No sé qué es más impactante: El hecho de que Benny haya hechizado a esas chicas para que podáis entrar en el equipo, o el hecho de que los dos os veáis mejor que yo con este uniforme.

—Vaya, gracias —Benny le guiñó un ojo a la rubia—. Tal vez después de salvar a este grupo podamos...

—En tus sueños —se alejó con los brazos cruzados, hablando con las otras animadoras, pero sobre todo con Sarah.

—No es por ser raro, pero tu hermana está buena.

—¡Tío!

—Ah, Betty, Verónica, ¿queréis participar? —Stephanie llamó a las "chicas" que se acercaron al grupo de animadoras.

Una vez que estaban en su formación, la mano de Ethan tocó a una de las animadoras, haciendo que entrara en una visión.

Cuando terminaron y el resto se alejaron, Ethan le tocó el hombro a Benny, sin apartar la vista de ellas.

—Benny, acabo de tener otra visión —anunció—. Como si Erica le chupase la sangre a todo el mundo.

—Se lo diremos a las chicas.

—Pero las chicas se van a la ducha —dijo el azabache.

—Pero aquí hay vidas en juego, Ethan. No creo que esto pueda esperar, ¿y tú?

—Eso sería irresponsable.

Así que tras el intento fallido de Benny y Ethan de decírselo a las chicas en las duchas, Lucinda echó a los chicos utilizando sus ojos verdes intensos que siempre conseguían asustarlos para que le hicieran caso.

—Nunca pensé que los pasos de animadora fuesen tan complicados —Benny caminó a través de la cola de la cafetería—. ¿Giro las caderas muy tarde antes del paso y moviento? —lo demostró, girando las caderas y metiendo y sacando la espalda.

—Pareces un empollón —le dijo Lucinda al chico con sinceridad.

—Cállate —contestó Benny a la chica, que puso los ojos en blanco—. Sólo te fastidia que sea la rubia más guapa.

—Sí. Vale, tío guay —esbozó una sonrisa sarcástica—. Y también eres mejor que yo en la magia.

—Oh, gracias, me alegro de que... ¡Oye!

—Nos vemos —se alejó con el resto de las animadoras sentándose en una mesa con ellas.

—¡Estáis muy enamorados! —le dijo una de las animadoras a Lucinda.

Lucinda prácticamente se atragantó con su bebida y miró a la chica con los ojos muy abiertos.

—¿Enamorados? Por favor. No estaría con él ni aunque fuera la última persona en la Tierra —miró a Benny que se fijó en ella y estableció contacto visual con ella, enviándole una sonrisa—. No. No, no siento nada por él.

—Estoy segura de que sí, sólo que no quieres admitirlo —Sarah le dio un codazo en broma y recibió una fulminante mirada por su parte—. Sólo digo...

—Por favor, no lo vuelvas a decir.

—La estrella es la posición más importante para el espectáculo de mañana. Tiene que salirnos perfecta si queremos crear espíritu de equipo —explicó Stephanie mientras hacía su habitual labor de capitana, esperando a que las chicas se pusieran en formación—. Vale, ahora quiero ver cómo gritáis.

—Somos fuerzas de la naturaleza, por eso somos estrellas. Parecemos unas niñas, ¡pero somos más que ellas! ¡Espíritu de dedos!

Todas dieron un salto y terminaron con las manos en el aire, moviendo los dedos.

—¡Así se anima! Al centro comercial —dijo Stephanie y todas se alejaron. Dejando allí en el mismo sitio a Lucinda, Benny, Ethan, Sarah y Erica.

—¿Cómo me he apuntado a esto? Y vosotros dos, ¿por qué lo hacéis voluntariamente? —preguntó Sarah a los chicos. Ambos miraron con pequeñas sonrisas a las animadoras.

—Creo que lo sé —Lucinda se rió, ganándose un empujón de Benny, al que rápidamente le agarró la mano para que parara—. Mueve la mano o piérdela.

Después de que Erica y Sarah salieran del gimnasio, Lucinda decidió quedarse con los chicos y averiguar qué estaban tramando.

—Somos fuerzas de la naturaleza. Por eso somos estrellas... —repitió Benny para sí mismo, moviendo los pompones—. ¿Sabes? Hay algo en esa frase que me da escalofríos por dentro. Es genial.

—Sí, sí, es genial, ¿qué estáis tramando, vosotros dos?

—Tuve una horrible visión.

—Ver a mi hermano con este uniforme de animadora también me hace tener una horrible visión —se tapó los ojos en broma y se rió—. Estoy de coña. ¿Qué pasó?

—Lo digo en serio, Lu, Erica quiere conseguir la sangre de la animadora jefe, y parece que le chupará la sangre a todo el instituto.

—Así que por eso os habéis apuntado —cruzó los brazos sobre su pecho—. Por un segundo pensé que era sólo para mirar a las chicas.

—Eso es sólo una ventaja —Benny sonrió.

—Nunca vuelvas a hablar. Por favor —le dijo Lucinda, haciendo que su sonrisa cayera.

El grupo ahora de vuelta en la habitación de Ethan, Lucinda estaba sentada en la cama tratando de ayudar a su hermano a ayudar a Benny con sus "cosquilleos".

—¿Seguro de que son los lemas los que te dan cosquilleo? —preguntó Ethan al castaño—. Quizás sean gases.

—Eres asqueroso —dijo Lucinda, burlándose con disgusto mientras examinaba el libro que tenía Benny sobre la mesa.

—Mis cosquilleos nunca se equivocan —replicó Benny, arrastrando el dedo por el libro—. Mirad. Fuerzas de la naturaleza, tierra, aire, fuego, agua.

—Por eso somos estrellas... —murmuró Ethan.

—Oh, tío. Esto no es un lema de animadoras. Creo que se trata de un encantamiento.

—Fuerzas de la naturaleza. Por eso somos estrellas. Parecemos unas niñas... —empezó Lucinda.

—Pero somos más que ellas —terminaron los tres al unísono.

—Oh, tío. Stephanie no sólo se comporta como una bruja —comentó Ethan.

—Es una bruja —concluyó Lucinda por el chico—. Y no una buena.

—La visión que tuve en el gimnasio, no era Erica —Ethan se detuvo antes de seguir—. Era Stephanie. Y el espectáculo de mañana no tiene nada que ver con el espíritu de equipo.

—Quiere conseguir los espíritus de todo el instituto —agregó Benny.

—Y Sarah está en camino... —informó Lucinda—. Si alguien necesita un buen maleficio, que me lo diga.

—Sarah va a traer a Stephanie y a todo el grupo... —Ethan miró a Benny con miedo— para ver a Betty y a Verónica.

—Oh, Dios, ¿tengo que evitar sentir repulsión por Benny? —prácticamente gritó Lucinda, con la voz amortiguada por las manos que le cubrían la cara—. Mátame ya.

—Vamos, nena, no nos quedan tan mal —Benny sonrió a Lucinda, que tenía la mandíbula apretada.

Ella se levantó, caminando hacia Benny y acercándose a su cara.

—Vuelve a llamarme "Nena" otra vez... —hizo una pausa para agacharse a su nivel en la silla— y no verás el mañana.

—Sí, señora —tragó saliva con miedo mientras la veía salir de la habitación—. Está muy buena.

—¡Tío! ¡Basta ya! —Ethan empujó a su amigo.

—Págame —exigió Jane, extendiendo la palma de la mano para que Lucinda y Ethan le entregaran el dinero.

Lucinda se quedó con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Jane, no vamos a jugar a este juego —le dijo a su hermana pequeña, señalándola con el dedo.

—¿Y por qué no? —se burló Jane, mirando a su hermana mayor que miraba a Ethan.

—Porque, mañana, podemos tener un día de chicas Morgan. Podemos ver tus películas favoritas, comer helado y... convenceré a mamá y a papá para que te dejen quedarte despierta después de tu hora de dormir —negoció Lucinda—. Así que, ¿tenemos un trato?

—Hm... ¡Trato hecho! —Jane se aferró rápidamente a Lucinda, abrazando fuertemente a su hermana mayor antes de que Lucinda cediera al abrazo y la estrechara igual de fuerte, viéndola correr emocionada en cuestión de segundos cuando se separaron.

—Vaya, realmente sabes cómo tratar con ella —halagó Benny.

—Sí, ¿por qué te hace caso? —le preguntó Ethan a la rubia.

—Porque sé cómo piensan las niñas pequeñas. Queríamos pasar tiempo con nuestros hermanos mayores y quedarnos despiertos hasta más tarde de nuestra hora de dormir —contestó Lucinda—. Pero por supuesto, nunca voy a dejar pasar una oportunidad de pasar tiempo con Jane, estos son los últimos años en los que todavía es mi hermanita pequeña antes de que entre en el instituto.

—Eres muy blanda cuando estás con ella —señaló Benny mientras se sentaba frente a ella.

—Porque de verdad me cae bien.


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