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⤹ · .˚🐉 ༘⋆。˚ 03. ❛ 𝖳𝗁𝖾 𝗊𝗎𝖾𝖾𝗇 𝗌𝗉𝖾𝖺𝗄𝗌 ❜









iii. LA REINA HABLA 💚

"Cuando la reina habla,
el resto se calla"

King's Landing, 141 d.c.
La fortaleza roja
Narra Jaehaera Targaryen

Negué con la cabeza resignada a la situación, amabas adolescentes me miraban espectantes.

── Definitivamente se les zafó un tornillo, él ya es viejo, ¿Qué haré con él? ── Visenya relamió sus labios antes de tomar mis mano.

── Jaehaera, tú eres muy bonita. Tienes un cuerpo muy bonito y unas tetas que te mueres ── Entrecerré los ojos, Daenera la miró negando ── Okay, fue mucho. Pero de verdad, eres muy bonita y deja de negar, que bien que bailaste con él.

── No, bailé con él porque me lo ofreció, es diferente ── Ella hizo un rostro que no logre descifrar.

── Él es muy atractivo, ¿acaso no viste sus hombros?, debe tener una espalda preciosa ── Miré a Daenera, ella se encogió de hombros soltando una risita, se había cambiado de bando.

── Además... ── Habló la peliblanca con intriga. Acerco su rostro, incómodapmente al mío, yo fruncí mis labios ── Él es el papá de Sarra y fue la mano de Aegon, matarás dos pájaros de un solo tiro.

Hizo una seña enrrollando una cuerda en su cuello, yo volteé los ojos antes de cruzarme de brazos.

── No lo acepto... ¿Pero en tal caso, como lo seduciré? Haz visto a su esposa, es preciosa

── ¿Más que tú? ── Cuestionó la Velaryon a mi lado, su tono era incrédulo e irónico ── Por Dios, Jaehaera, literalmente eres la mujer más hermosa de todo Westeros. No hay Lord que no venga al palacio a verte.

── Es cierto, todos estamos seguros de que eres preciosa, menos tú. Eres rara ── Visenya se levanto de la silla y camino hasta mi closet, removiendolo encontró algunas batas de lino y seda. Eran sexys, casi nunca las usaba, más que cuando tenía calor y prefería no hacerlo.

── No saques eso, no ── Mis dedos masajearon mi cabeza, mientras la veía, tenía un expresión de súplica cuando lo sacó. Colocó el vestido con una mirada casi malvada, al menos a mis ojos, a los ojos de Visenya simplemente era una travesura, es un juego.

── La verdad son muy bonitas, ¿jamás las haz usado con alguien?

── Visenya, ¿quien te ha enseñado todo eso? ── La regañe tomando la bata y haciéndola arrugas en mis manos ── No tendré un amante y mucho menos será Cregan Stark. Le estaría dando importancia.

Visenya miro a Daenera quien ahora cambio de puesto con su amiga ── Mi reina... Debería entender alg, dejando su orgullo a un lado, esto si es importante, piense que un día, el te de luna puede fallar o Lady Sarra no lo tome ¿Que hará? No es tanto lo de un amante para usted o algo así. Pero si usted hace algo, lo tendrá de patitas cortas.

La Targaryen más pequeña asentía obedientemente mientras la morena decía esas palabras. Solté un suspiro ── Daenera, ni siquiera se cómo seducir a alguien, es imposible ── Excusé de nuevo, pero era cierto, jamás había seducido a nadie, no me interesaba seducir a nadie. ── ¿Y te das cuenta que Lady Alysanne es hermosa? Lord Cregan Stark me miraría como un bicho y me ignoraría.

── Eres la reina, no un bicho ── Interrumpió la peliplata ladeando su cabeza como si está vez estuviera ella regañando a la reina ── Eres una valiria pura, peliblanca, piel palida, un cuerpo relleno y lindo... Y tus ojos morados, oh... Cuando desearía tener los ojos morados ── Visenya soltó falso llanto mientras tocaba las bolsas de sus ojos.

── Exactamente, usted es la reina, por cualquier sitio que pase, la gente la voltea a ver, asombrados por la belleza que usted posee, usted es la señora de este palacio, todo el mundo lo sabe ── La mano de Velaryon se posó en mi hombro, yo hice una mueca mientras miraba hacia el suelo, no apenada, estaba pensativa.

¿Y sí ellas tenían razón? ¿Y sí tenía un amante? Mi abuela me habría matado por el solo hecho de que esto pasara por mi mente, ella odiaba a los bastardos, odiaba a Jace, Luke y Joffrey, el odio que les tenía a ellos y a Rhaenyra era incluso mas fuerte que el amor que les tenía a mis padres y tíos ── Lo pensaré, no estoy segura de precipitarse aún de esa manera. Incluso tengo que saber que es completamente el... el ya saben

── El sexo ── Dijo Visenya como si esa palabra no pensara en su boca. ¿Acaso no había criado bien a esta niña? Cada vez me salía con un disparate nuevo.

── Cállate ya ── Mis ojos se hicieron grandes antes de reír un poco, ellas me miraron unos segundos

── ¿Pero si será Cregan Stark? ── Preguntaron amabas al unisono, ellas me miraban con cara de perrito adulador, yo volteé los ojos antes de pegarles a ambas con el cojín.

﴾.🐉.﴿

La semana que siguió fue agotadora. Aegon molesto con Aekar por las criadas muertas que no se encontraba quien las había matado, era extraño. Los años posteriores a la danza y el revuelo, habían sido muy tranquilos, todos estamos mas "felices". Viserys estaba recostado en uno de los pilares de la sala del trono, yo me encontraba a los pies del trono, con mi corona con esmeraldas, mi espalda recta mientras miraba al bastardo con cierta pena en mis ojos.

── Majestad, le he repetido miles de veces que yo no las he matado. ¿Cómo las maté si estaba aquí? ── El pelinegro se defendió, su expresión era cansada pero su voz seguía siendo firme. Miré de reojo a Aegon que tenía una expresión impasible, él no tenía piedad con Aekar.

── ¿Quien más sino tú?, eres el único que vive en esa ala del palacio, a parte de algunos sirvientes y caballeros. ── La voz de Aegon sonaba seria, pero burlona. Se burlaba de él, sabía que no tenía escapatoria. ── Fuiste el último que salió de allí, ese día no entro nadie más que las pobres criadas.

── Yo estuve ese día allí, junto con mis guardias y dos criadas ── Mi mirada subió hasta el trono de hierro. Los ojos de Aegon temblaron ligeramente antes de voltearme a ver ── Quizás el asesino entró luego de ambos saliéramos, no podemos condenar a Aekar.

── Es lo mismo ── Hablo Viserys con un tono burlón mientras se acercaba a quedar frente a mi. El castaño me miró, sus miradas siempre eran indescifrables, alce mi mentón y mire a Viserys.

── No es lo mismo, el salió junto a mi, no sé aseguro si las puertas del ala se cerraron adecuadamente, si algún sirviente traicionó su confianza. Sin contar que ni siquiera eran de esa ala las sirvientas ── La ceja de Viserys se levantó ── Esas sirvientas ni siquiera eran sirvientas, lo sabrían si hubiesen preguntado.

Aegon hablo por primera vez luego de que su esposa dijera esas palabras ── ¿Que quieres decir, Jaehaera? ── Me di la vuelta y lo mire a los ojos, estaba muy lejos de mi, el trono era alto, muy alto. Una distancia marcada y prudente.

── Esa misma noche, Melysandre me acompañó a la sala donde estaban las criadas muertas, el maestre al principio se resistió pero al final logré entrar. Las hermanas silenciosas las velaban...

── ¿Por qué las fuiste a ver? ¿Acaso te importa la vida de esas criadas? ── Me interrumpió mi marido, solté un suspiro antes de seguir.

── Me dijeron que eran mis criadas, me preocupo por mis criadas porque son fieles a mí ── Sus ojos se entrecerraron ligeramente, lo pude ver incluso desde lejos. La misma noche se había esparcido un rumor, que había esparcido Asha, una de las criadas de Sarra Stark, alegando que esas eran mis criadas y que seguro habían ido hasta allí a tener un encuentro sexual con algún guardia, esa es el ala más alejada y la que iba a estar más sola; ya que el búho no disponía de muchos sirvientes. Eso me molestó, pero no me parece lo suficientemente importante como para compartirlo con Aegon ── Como decía, Melysandre me dijo que jamas habia visto a esas criadas, ella me dijo que incluso era raro porque las ropas que llevaban eran tan viejas que se caían a pedazos.

── Hay un espía ── Mi mirada se detuvo en el principe, este me miró con los ojos bien abiertos. Yo apreté mis labios y asentí.

── Sí, posiblemente, solo no se porqué fueron asesinadas, no llegue hasta eso. ── Aekar se relamió los labios y junto sus manos con una expresión de alivio.

── Se abrirán entonces investigaciones. Se pueden ir ── Hizo un ademán con sus manos mientras bajaba del trono por las escaleras. Empecé a darme la vuelta, cuando estaba a punto de salir ── Jaehaera, quedate un momento. La cabeza de ambos se inclinó y me miraron burlones, yo volteé los ojos y me enderece antes de voltear, Aegon se encontraba en la mitad del gran salón.

Camine hasta él apretando mis labios, subí la vista para mirar sus ojos del mismo color que los míos: ── Me debiste decir esto antes de hacer está pequeña audiencia.

── Aegon, no te he visto en dos días, estuviste dos días encerrado en tus aposentos ── Respondí relajando un poco mis hombros, al menos no estaba molesto.

── Igualmente, soy el rey y deberías haberme lo dicho... ¿No sabes más nada?

Aunque su tono siempre fuera brusco y seco, a mi me agradaba cuando hablaba más bajo, solo porque no estaba molesto ── Las ropas eran de sirvienta, pero eran... verdes...

Su expresión se contrajo antes de quedar aún más sería de lo que ya estaba, si es que eso se podía ── El maldito uniforme verde ── Gruñó Aegon. Esos uniformes se utilizaban en el reinado de mi padre, en el reinado del equipo verde. Tragué saliva nerviosamente.

── Ni siquiera sé porque los tenían, eran viejos, estaban sucios incluso... No lo entiendo ── El asintió y se dió la vuelta sin decirme una palabra antes. Miré su espalda unos segundos antes de caminar hasta la puerta.

Los ojos de Aegon se posaron una vez más en su esposa, hoy el había amanecido de buen humor, pero el maldito color que ella siempre usaba, lo ponía mal. Estaba acostumbrado a verlo en su esposa, la única persona junto con sus hermanos que usaba el verde en el palacio, nadie más se atrevía, no porque estuviera prohibido, sino por el rey.







Los guantes se ajustaban perfectamente a mis dedos, mi vestido/montura, ya que técnicamente era una rara mezcla de ambos, los odiaba, a pesar de que habían evolucionado. Sentí un choque volviéndome a golpear al nariz contra algo duro. "¿Dioses, acaso tengo vendida la nariz al diablo o que?" Pensó la reina acariciandose la nariz con un puchero en sus labios, un poco de sangre bajó por su nariz.

── Mi reina, perdóneme ── Subí la vista cuando oí la voz, rápidamente me puse nerviosa, me enderece y lo miré.

── Lord Stark ── Me obligué a no tartamudear, pero salió algo temblorosa ── No duele

── Parece que sí, está sangrando ── Dijo señalando mi nariz, con mi guante limpié mis labios y arco de cupido, relami mis labios quitando el resto y disimulando el temblor. Si había dolído. ── Sigue sangrando, no es mejor que la escolte a la enfermería.

── ¡No!... No importa, estoy bien. Créame, Señor Stark ── El me miró, no estaba ni un poco convencido, el tomo su pañuelo. Tomo mi mano y lo puso allí, yo subí de nuevo la mirada hasta él y sonreí nerviosamente ── Lo sien...- Discul...- Gracias, señor. ── Maldita sea.

El frunció su ceño y sonrió con gracia, yo antes de volverla a cagar tape mi boca con el pañuelo limpiando la sangre. No sabía porque me avergonzaba, no era como si alguna vez me le hubiera insinuado o estado desnuda frente a él, para avergonzarme de esta forma. ── A su orden... ── El analizó mis ojos violetas por unos segundos antes de darme una sonrisa felina ── ¿Acaso está usted nerviosa?

Mis ojos se abrieron y evite su mirada ── Claramente no lo estoy, solo me dolió

── Dijo que no le había dolido

── Mentí, si dolió ── Cállate, Jaehaera. Quería llorar en este momento, odiaba estar así de nerviosa, no me había pasado desde hace, podría decir años. El apretó sus labios antes de hablar, su voz ahora más baja y ronca.

── ¿Por qué mintió? ── Preguntó el, Jaehaera sabia que el se estaba riendo de la situación en sus adentros. Respiré un par de veces antes de apartar el trapo de mi boca antes de hablar.

── No quería molestar, iré a montar... Eso es todo lo que quiero ── Susurré levantando la mirada, nuestros ojos se volvieron a encontrar. En sus ojos había un brillo casi depredador.

── No la molestaré más entonces. Por cierto, Morghul es un dragón precioso ── El dio un paso adelante, fue un tramo algo largo, quedando cerca de mí. Apreté mi mandíbula y mordí mi labio inferior con nerviosismo. El me dió un sonrisa ladina ── Espero que su nariz mejore, mi reina.

── Gracias ── Murmuré mirando aún sus ojos. Él me dió una última sonrisa antes de cruzar la esquina. Solté un suspiro aliviado antes de caminar y también antes de que al doblar la próxima esquina, estuvieran varias damas de la corte, entre ellas Sarra, me quería matar.

Las miré y ellas sonrieron, yo respiré profundo resignada antes de darles una mueca en forma de sonrisa.

── Mi reina, hace un tiempo no nos visita, somos sus damas ── Miré a Mareais Tully, la hija que habia dejado Ser Kermit antes de morir, había tomado una esposa de las casas Vasallas de los Stark y habia tenido a Mareais ── Todos los días la esperamos en la sala del té, pero usted nunca viene.

── Nunca me han invitado a esas fiestas, me temo. ── Respondí antes de que pudiera seguir hablando ── Seguro está semana las podré acompañar, he estado ocupada los últimos meses ── Claro, tejiendo y leyendo. Dijo su voz interna, la callé.

── ¿Ocupada en qué majestad? ¿En su habitación? ── Cuestionó Sarra con una sonrisa socarrona mientras la miraba con desprecio ── ¿Acaso no somos dignas de su presencia? ── Unas risas de las otras chicas de oyó, me dieron ganas de dejarlas ahí e irme, pero me considerarían una indigna, más de lo que ya soy.

── Tengo asuntos importantes, todos los sirvientes, los mayordomos y el orden del palacio son mi encargo. ── Hablé antes de que ella me interrumpiera. Sentí como la sangre me hirvió, que cosa tan estúpida estaba diciendo. Haciendo que varias se rieran de mi de nuevo y me mirarán con lastima.

── Pero siempre la veo con Daenera y Visenya, hablando por el palacio o junto a sus dragones. Nunca hace nada por el palacio

── Cállate. Cuando la reina habla, el resto calla ── Lo dije con mi rostro más sereno y serio, no con molestia ni odio, sabía controlarlo frente a estas bocas sueltas. ── Si no sabes de lo que hablas, no opines, Lady Sarra. Yo soy la reina y fui entrenada toda mi vida para incluso sacar las cuentas del palacio, yo nací para ser reina... Es más, de nuevo, soy la reina. No me la paso tonteando por ahí con las damas, que ni siquiera se que hacen recorriendo el palacio contigo, tu eres la dama de compañía de Visenya, que siempre esta sola, porque tú no estás con ella, es la unica razon por la que aún sigues en el palacio.

Todas las chicas bajaron la vista, Mareais soltó lentamente el brazo de Sarra, esta me miró con rabia; las demas hicieron una reverencia antes de escapar de la situación. Le sonreí a la pelirroja con los labios y camine por su lado.

Su brazo tomo mi codo dándome un tirón ── No se que haces, Jaehaera. Pero te advierto que pronto daré a luz a un hijo y a Aegon no le quedará más remedio que convertirme en su esposa, la esposa principal.

La miré unos segundos, mi expresion era totalmente neutral. Mi vista se posó en su mano que aún sostenía mi codo ── No me toques, por favor ── El desden salio como un disparo junto con mis palabras, solo sentia pena por ella. Más nada, una pobre niña.

Sin volverla a ver camine hasta las escaleras para salir a el patio antes de la foza, allí estaba Visenya, estaba acostada en el vientre de Silverwing, la primera que me vio fue la propia dragona, soltando un resoplido en forma de saludo. A pesar de ser un dragón de apariencia temible, era una dragona amistosa. Visenya alzó su vista y me sonrió antes de dejar el libro junto a la dragona y caminar hasta mi.

── ¿Te encontraste con Sarra y sus chicas?

── Me temo que me encontré con la reina del palacio, tiene el orgullo más alto que su menton partido ── Ella solto una risita ante mi sarcasmo. Yo seguía apretando entre mis guantes el pañuelo ensangrentado ── ¿Sabes algo?

Visenya la miro atentamente esperando una respuesta ── ¿Que cosa, Jae?

── Creo que seduciré a Cregan ── Ella abrió sus labios y me miró sorprendida antes de abrazarme. Aunque me sacaba de onda este plan, era el mejor que se le había ocurrido a Visenya en años. Primero había sido que me escapara y ella pensaba que Aegon me buscaría como loco y luego me diría que me ama, luego me dijo que fuera más dulce con el, que le tejiera, algo que claramente hacía ya que siempre preocurabamos mantener las apariencias; y que fuera más dulce con el, así el se enamoraría de mí y por ultimo este, el mas loco, y el mejor le que se habia ocurrido ── Muy bien, me preocupa que esto te parezca normal... Te decomisaré esos libros de romance.










































HOLAA, ¿como están? Ahre, actualizaba a las 2 A.M. Perdónenme, ayer estuvieron mis amigas en mi casa y no pude terminar de escrivir a tiempo.

Btw, espero que les guste, las quiero mucho, voten y comenten <3

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