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⤹ · .˚🐉 ༘⋆。˚ 01. ❛ 𝖪𝗂𝗇𝗀'𝗌 𝖫𝖺𝗇𝖽𝗂𝗇𝗀 ❜










i. DESEMBARCO DEL REY 🖤💚

King's Landing, 141 d.c.
En algún lugar en el mar


── Por Dios, Morghul. No hagas eso ── exclamó la peliblanca en alto valyrio. Su dragón tenía la costumbre de jugarle bromas simulando estar muerto. Incluso se dejaba caer al suelo para asustarla. Ambos compartían una conexión muy profunda. El dragón emitió un resoplido juguetón, como si se estuviera burlando de ella.

Era invierno y la nieve caía sobre Desembarco del Rey; aún no era intensa, pero aun así, todos salían muy abrigados. A Jaehaera siempre le había gustado el frío, al igual que a Morghul. Era curioso, dado que ambos eran dragones, pero según la jinete, se trataba simplemente de preferencias personales.

De repente, una ráfaga de viento la golpeó, desordenando su cabello. Al alzar la vista, pudo observar a Shrykos con Jaehaerys montado sobre él, riéndose de ella. Él era el único que siempre ofrecía sonrisas genuinas; Jaehaera intentaba justificarlo diciendo que "bloqueó todo después de la danza". Era cierto: el príncipe no podía recordar a su madre; solo mencionaba que evocaba sus cálidos abrazos y sus divagaciones, pero nada más. Solo conocía lo sucedido a través de los relatos del pueblo y las escribas que siempre le obsequiaban libros; él era la sensación en la biblioteca.

Jaehaera lo miro con reproche mientras alaba las cuerdas de su dragona, esta subió y se niveló con su dragón hermano. Los gemelos se miraron y Jaehaerys sonrió travieso, ladeó su cabeza ligeramente. La chica sabía lo que significa eso, negó resignada, porque claramente lo haría. Una carrera hasta la foza.

Pronto en el cielo, en las nubes se formaba el camino de estela por donde pasaban los dragones lo más rápido que podían, Morghul era más grande que el otro, ya que paso un tiempo desaparecido cuando su dueña cayó enferma, al menos unos 5 años. Solo había vuelto hace unos 3, algo que había alegrado profundamente a su jinete. Así que fue un dragón en libertad por bastante tiempo, haciendo que creciera. Igualmente la mayoría de los dragones del palacio vivían ahora en libertad, no los mantenían tanto tiempo en cautiverio porque desde el atentado en la foza, se había destruido, pero afortunadamente no pasó a mayores como la muerte de dragones.

Cuando llegaron al destino, Shrykos había llegado primero, era un dragón bastante rápido, no era gigante, pero si un poco más grande que Syrax. Aún le faltaba crecer mucho más. Me baje jadeante de Morghul que me miró con gracia en sus ojos antes de volver a despegar hacia el cielo y tras de ella, yéndose Shrykos, haciendo que Jaehaerys cayera de una altura baja. El dragón se detuvo unos segundos para comprobar que su amo estuviera bien antes de despegar, se parecían tanto en personalidad. Yo le di una sonrisa con mis labios, esto me había causa mucha gracia.

── Oh, el principe se ha manchando de barro ── Me burle haciendo un puchero burlesco con mis labios. El me miró entrecerrando los ojos

── No creas que no ví cuando a la reina le hizo una broma su propio dragón ── El se acercó con una expresión irónica. Yo voltee los ojos antes de empezar a caminar. El me siguió mientras quitaba con destreza sus guantes ── Visenya te estaba buscando, decia que necesitaba tu ayuda con un problema

Ladeé mi cabeza y levanté una ceja ── Está semana ha necesitado mi ayuda 4 veces y estamos en martes ── El se encogió de hombros. ── Ah, por cierto, Maelor me dijo que no importa lo que digas, no sé casará.

── ¿Tu eres su perrito mensajero o que, Jaehaerys? ── Estaba irritada de la misma conversación de todas las semanas ── No te mandaré a decirle más nada, ese día ni siquiera se presentó, solo le iba a presentar unas chicas.

── Tiene 16 años ── Le recordó su gemelo. La reina lo miro con ironía, mientras se cruzaba de brazos.

── Yo me casé a los ocho.

── Tú sabes porqué te casaste a los ocho ── Ella lo miro por unos segundos sin decir nada antes de fruncir los labios y relajar sus brazos.

── Iré a ver qué sucede con Visenya ── Se excusó, antes de caminar hacia la entrada del palacio. Sus criadas la esperaban en la entrada con casi impaciencia, sus criadas no la apreciaban demasiado, solo cumplían su trabajo.

── Preparen la bañera de mi habitación, en unos 15 minutos estoy por ahí... Si me tardo más, vuelvan a calentar el agua ── Ellas la miraron y asientiendo. La consorte comenzó a caminar sin darles una mirada más, con su espalda recta y mirada el frente.

Ella caminaba por los pasillos con esa expresión estoica que tenía junto con su esposo. Su mano se desvío a su cabello para desatar su cabello, el cual cayó como una cascada por sus hombros, tan liso y plateado. Pronto llegó a la habitación de Visenya, la cual tenía muchas vestidos tirados en el suelo, con ella llorando y otras criadas también. Frunció las cejas preocupada, sus labios se abrieron ligeramente por la sorpresa.

── ¡Visenya! ¿Que pasó, cariño? ── Pronto estaba al lado de la princesa, que seguía llorando. Esta pronto la miro.

── Te busque por todos lados y llegas una hora después ── Bramó molesta la adolescente mientras se apartaba, Jaehaera la miro confundida.

── Visenya, no me trates así. ¿Que sucedió? ── La princesa seguía molesta de brazos cruzados, mientras tiraba la ropa de un lado a otro.

── Es una mierda ── Gritaba repetidas veces mientras sus criadas estaban casi en alerta ── Estoy sangrando, me estoy muriendo.

Lloró sentándose en el piso mientras le miraba, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Jaehaera es una adulta, ella es una adolescente, una adolescente malcriada, aunque le preocupaba ── ¿Cómo estás sangrando? ¿Te han lastimado?

Ella negó e hizo un gesto con la cabeza, llamando a su cuñada la cual se acerco hasta ella. Pronto entendió la situación, ella tenía su periodo, el primero, a los 15 años; los dientes de Jaehaera se apretaron, es la charla más incomoda que ha tenido con una de las septas, después de la del sexo, la más incomoda por siempre.

── Eso es algo totalmente normal, princesa. Lo que no entiendo... ── Miró a las criadas, estás no tenían la vista en la reina, pero igualmente se encogieron de hombros ── Es porque estás tirando tu ropa, sabes que esa ropa es muy valiosa.

── Es horrible, ahora me parece horrible ── Respondió altanera pero siguió abrazando a su cuñada, con cara de perrito mojado.

── Yo no soy tu madre, pero soy tu reina, así que. No tirarás nada de esto ── No la quería contradecir, posiblemente sí lo decía más brusco, la que terminaría en el suelo sería ella. La princesa alzó la vista y miró a la reina ── Te arrepentirás, créeme.

Está dió un último apretón a su amiga y se levantó haciendo una seña con la cabeza ── Recojan todo, no quiero ver nada en el suelo.

Mientras salía, las criadas se inclinaron y cataron sus órdenes. Jaehaera solo podía pensar en lo molesto que era terminar de criar a una niña siendo ella también una.







── Es muy bonito ── Aekar tomó la mano de su prima mientras se volvía a sentar en su escritorio, observando la pieza en su dedo. Ella terminó de acomodar su incómodo vestido, las baras del corset cada vez eran más estrechas, le incomodaba mucho. Él soltó un suspiro y ladeó la cabeza ── ¿Que haces aquí, mi reina?

── Sabes porque estoy aquí ── El alzó una ceja con sarcasmo, el vive en el palacio, Aegon prefiere mantenerlo cerca, dice que es un brujo como su madre y tiene mucha razón.

── No soy un brujo ── Respondió, ella arrebato su mano y lo miro fastidiada.

── Te dije que no usaras tu poder conmigo, no me gusta ── El soltó una pequeña carcajada.

── No soy un brujo aún, no tengo el libros de mi madre, así que no creo que pueda descubrir nada por ahora

── Vamos, lees el tarot y predices muchas veces lo que va a pasar... Con raros acertijos ── El inclinó su cabeza y la miro por unos segundos.

── El rey Aegon se molestará si sabe que estás aquí ── Habló el pelinegro. Jaehaera lo miró antes de responder con recelo.

── Al rey no le importa su esposa, así que lo dudo.

── Puede que no le importes tu, pero yo sí. Le molestará que vengas al ala del búho ── Volteó los ojos y puso la mano en su frente mientras frotaba sus cienes.

── Aekar, deja de ser raro. Sabes que te vine preguntar... ── Sus palabras se entrecortaron, cada vez que venía, eso martillaba su orgullo, ── Hoy habrá un banquete... ¿Quería saber si todo saldría bien...?

El bastardo analizó la expresión de la fémina con algo de gracia en sus ojos ── Todo saldrá bien, solo habrán muchos rumores más. ── La platinadas solto un soplido de alivio aunque la respuesta no le gustara del todo.

── Estoy acostumbrada a los rumores ── Rivers la miró con cansancio antes de levantarse de la mesa y caminar hasta la puerta. Abriéndola para que Jaehaera se fuera.

── Es hora, tu marido te debe de estar esperando ── A pesar de su expresión desdeñosa, había burla en su tono. Ella respiro profundo y sin siquiera despedirse, salió de la habitación.

El banquete se estaba dando en honor a uno de los aniversarios de la muerte en "el ojo de los Dioses" donde Aekar, Aegon y Viserys eran los principales protagonistas. Aunque al rey no le gustase está celebración, la hacía por busca de honrar al gran guerrero que era su padre, porque ni siquiera podía soportar que 3 verdes siguieran en la corte, aunque ciertamente empatizaba con él. Sumida en mis pensamientos no me di cuenta cuando llegue a la puerta del salón, alli estaba Aegon, de punta en blanco. Esperándome con su mirada fría y con desdén. Respiré de nuevo antes de acercarme.

── No sabes lo que es la puntualidad ── Hablo toscamente el rey mientras se acerca, a pesar de estar serio, se notaba su enojo.

── No es tan tarde

── Lo es, Jaehaera. Eres la reina, es tu palacio, tienes que ser puntual. Muchas veces siento que ni siquiera te entra a la cabeza ── Su hobbie favorito era regañarme, por lo mas minimo, regañarme y tratarme mal, pero yo tampoco me quedaba atrás.

── Pues lo siento, tampoco es como que me importe este banquete ── Respondí a la defensiva

── Pero te lo aguantas porque eres la reina, ¿o se te olvidó? ── Me trató como una niña pequeña que no entendía nada.

── Lo soy, solo cumplo con mi responsabilidad. Si fuera por mi estarías entrando solo, porque no me importa para nada esto ── Aegon tomó el brazo de su mujer, acercándola.

── Es en la memoria de mi padre, así que es importante ── Susurró entre dientes, la expresión de ella era impasible, no parecía asustarla en lo absoluto. Jaehaera se soltó de su agarre y tomo su antebrazo enderezandose, sin dar más respuestas. El rey la miro unos segundos más, molesto aún.

Las puertas del salon de abrieron dejando ver a los reyes, Jaehaera Targaryen y Aegon III Targaryen. La imponente figura de Aegon cubría la sala de principio a fin, su expresión estoica y seria daba miedo, pero muchas mujeres lo consideraban atractivo, por no decir todo el reino. A su lado estaba su esposa, que a pesar de ser menuda, imponía miedo con la misma expresión que su esposo, un temperamento fuerte y una lengua afilada, haciendole honor a cualquier mujer Targaryen.

Ellos hacían honor a su casa, eran tan iguales pero tan diferentes al mismo tiempo, eran la punta y lo que quedaba de los bandos, de la danza de los dragones, de la dinastia Targaryen. Ellos eran unos dragones arrogantes que imponían orden y tranquilidad luego de un capitulo oscuro. Eran la casa del dragón.

Cuando llegaron a la mesa se sentaron sin decir más nada, sin siquiera mirarse de nuevo a los ojos, ellos siempre hacían todo juntos en público, pero todo era hueco y vacío, y de ahí mismo comían las chismosas carroñeras de la corte, que se alimentaban de esparcir rumores. Cerca, algunas Ladys que estaban en séquito de la reina, que por cierto, ella no las veía mucho. Comenzaron a hablar entre risas, aunque no se escuchaba claro si había algunas cosas, como "es una estéril", "él debería divorciarse", "es mucho para ella" "yo si le podria dar hijos". Mi mandíbula rechinaba con impotencia mientras mi mirada estaba fija en la pista del salón, solo me distraje cuando Aegon se levantó sacudiendo ligeramente los cubiertos, mientras miraba molestó a las mujeres.
























Holaaa, aquí está el primer capítulo, no sé si les vaya a gustar, espero que sí, no es demasiado largo. Discúlpenme la vida

Los quiero, voten y comenten, de verdad, quiero saber que les parece.

Los quiero mucho ❤️

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