Tricia sonrió ante su política de puertas abiertas. Tal vez estaba consiguiendo llegar a él. Sólo tenía que ser persistente, muy pronto él la buscaría. Miró el salón de actos y trazó mentalmente la ruta que habían seguido para llegar hasta aquí. Aquí es donde tienen todas las comidas y la importante clasificación. Tenía que asegurarse de saber dónde estaba. Tricia asintió a sus palabras y sonrió: "Muchas gracias por esta visita. Sé que te estoy quitando tiempo libre antes de las clases. Permítame que le compense. Tengo una botella de Pierre's Finest. Es algo así como el equivalente francés a tu whisky de fuego. Deberías tomar un trago conmigo. Podríamos brindar por el nuevo año escolar".

"Tal vez se me pueda convencer de tomar un trago....", dijo Severus, que ya había tomado Pierre's antes. Era un licor excelente y hacía tiempo que no lo tomaba. Además, se veía bastante bien con esos pantalones de yoga ajustados. Y no había nada malo en lucir bien, ¿verdad? "Estoy seguro de que nos veremos mucho durante el año escolar Tricia. Ha sido un placer conocerte y estoy seguro de que encajarás bien aquí". Le tendió la mano, mirando a la guapa mujer con una sonrisa sexy en los labios.

Un trago se convirtió en tres, lo que les llevó a beberse la mitad de la botella. Tricia era una bruja perversamente divertida y los dos congeniaban de una manera que Severus no podía con Hermione. Habían crecido en la misma época y podían hablar de sus días nostálgicos en profundidad. Además, no había forma de que su "Daddy" pudiera ser interpretado como pervertido con una mujer de su edad. Y sí quería escuchar a una mujer madura llamarlo por ese nombre...

Espera. ¿En qué demonios estaba pensando? Merlín, pensó Severus, había bebido demasiado.

"Perdóname, pero debo irme", balbuceó, preguntándose en qué momento la bruja se había acercado tanto a él. Su proximidad, sobre todo con ese atuendo, se salía de los límites del decoro. Tenía que salir de allí antes de cometer un gran error.

Una vez que Severus llegó a su habitación, se apresuró a abrir la puerta. Prácticamente corría hacia su habitación, preguntándose cómo y si su pequeña aún se mantenía preparada y esperándole. Irrumpió en la puerta, buscando frenéticamente a su pequeña. "Daddy está en casa". Dijo mientras cerraba la puerta tras de sí. Se desnudó y luego se deslizó en la cama, rodeando su cintura con los brazos mientras comenzaba a morder y chupar el cuello de Hermione.

"¿Dónde demonios has estado?" siseó ella, sin volverse aún para mirarlo. Llevaba horas tumbada en la cama, insatisfecha, incómoda e incapaz de dormir. Sus ojos estaban probablemente rojos e hinchados de tanto llorar una vez que quedó claro que Severus no iba a venir pronto. No podía decidir si estaba más enfadada o dolida.

Hermione suspiró, tratando de ignorar cómo su tacto le provocaba revueltas dentro de su cuerpo. En cualquier otro momento, ella podría haberle convencido para que hiciera otra ronda. Pero ahora mismo no se sentía muy contenta con él. "Severus, estoy renunciando a mucho para estar aquí. Soy maestra de Pociones, ¿recuerdas? Y tenía otra tarea para buscarte. Pero ahora ni siquiera estoy haciendo eso. Ahora estoy ..... Ya no sé lo que soy". Ella se desprendió de sus brazos, con lágrimas en la cara. Lo amaba y quería quedarse a su lado, pero no así. No como una gatita. No invisible. Tenía que haber una forma mejor.

"Me disculpo por no haber regresado en un tiempo adecuado. Me doy cuenta de que probablemente estés bastante frustrado conmigo", dijo, recuperando la compostura rápidamente. "La profesora Miller me invitó a una copa y me dejé llevar. El alcohol me nubló el cerebro. Fue una irresponsabilidad y una profunda desconsideración; no volverá a ocurrir, te lo aseguro". Severus miró cómo se le saltaban las lágrimas. Nunca fue el mejor para mostrar emociones y era igual de malo para saber qué hacer cuando otra persona mostraba emociones. La miró y la abrazó con fuerza, pero se sintió abrumado por su reacción. "Yo... lo sé Hermione... no sé qué quieres que te diga. Y yo que pensaba que estábamos haciendo grandes progresos con la poción... Además, creamos juntos algo que cambia el mundo. No puedes descartar eso". Por alguna razón sintió que ella lo culpaba de todo. Nunca le pidió que se quedara con él, y sin embargo era el malo. ¿Por qué? ¿Por darle una pasión desenfrenada y un placer más allá de sus sueños? ¿Por amarla? "¿Qué quieres que haga? Sólo dime y lo haré...." Ahora él evitaba su mirada, no quería ver sus lágrimas corriendo por su rostro. Le dolía verla así, pero no sabía cómo mostrar sus emociones o qué hacer con su situación. Claro que llegó tarde, pero aun así regresó y fue su amor el que lo trajo a casa. ¿No cuenta eso para algo?

Hermione se dio cuenta de que su llanto lo estaba incomodando. Se secó las lágrimas rápidamente, sentándose en la cama. "Lo siento Severus, no es tu culpa. Yo tomé la decisión de venir aquí". Y es que ella tomaba muchas decisiones sin pensar en las consecuencias. Algo en Severus la hizo lanzarse de cabeza. Pero no había nada que pudiera hacer para arreglar esta situación. "Olvida que he dicho algo", murmuró ella, invocando su túnica. "Además no tienes tiempo para preocuparte por mí. Tienes que prepararte para que empiecen las clases". Se levantó, se puso la bata y salió del dormitorio. Tal vez si pasaba un tiempo a solas podría hacer las paces con toda esta situación. O al menos superar el hecho de que la perspectiva de una copa con una nueva colega era más tentadora que la bruja dispuesta a esperar en su cama.

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