Su polla embistiendo dentro de ella era exactamente lo que Hermione necesitaba. Sí, le iba a doler, pero el placer merecía la pena. Su coño estaba empapado en este punto y la rigidez de su eje era la contrapartida perfecta. Todo su cuerpo se ondulaba mientras él la penetraba una y otra vez. Se corrió rápidamente, pero no fue suficiente para satisfacerla y, por suerte, Severus sólo estaba empezando.

Hermione dejó escapar un chillido cuando él la volteó y la folló por detrás. Tirando de su pelo y obligando a su caliente y joven cuerpo a arquearse. Pudo sentir cómo él disparaba su semen en su espalda. La hizo sentir sucia y excitada al mismo tiempo. Ella gimió con él y se alegró al sentir que él empezaba a machacar de nuevo.

"¡Severus! ¡Oh, joder! ¡Joder! ¡Severus, por favor!" Gritó, sus tetas se agitaron mientras él la embestía. Sus manos se aferraban a las sábanas. Ella siseó y él volvió a abofetear su trasero. Un castigo adecuado para su niña traviesa.

Sus pelotas golpeaban su culo cada vez que la llenaba con su polla. Podía sentir que todo su cuerpo temblaba de necesidad primitiva. La palma de su mano golpeó su culo una vez más, haciendo que la mejilla de su culo se volviera de un ligero color rojo. No podía creer las palabras sucias que salían de su boca, lo excitaban más allá de lo imaginable. Se inclinó hacia ella, y sus manos agarraron dos puñados de pechos mientras los sentía agitarse en sus manos. Sus pechos eran tan sensuales que apenas pudo evitar correrse de nuevo.

"Eres una chica muy traviesa por desafiarme. Te mereces un castigo adecuado". Volvió a inclinarse hacia atrás, dándole una palmada en el culo una vez más, antes de levantar una de sus piernas para facilitarle el acceso y hacer que sus embestidas fueran más profundas. Inclinándose sobre ella, utilizó la gravedad para follarla con más fuerza. Ver su semen brillando en la espalda de ella fue una ventaja añadida.

Sintió que se acercaba de nuevo a su punto de ruptura mientras aumentaba el ritmo. Separó las nalgas de la mujer para ver cómo su gran grosor penetraba en su pequeño y apretado agujero. Sus piernas empezaron a temblar mientras disparaba su carga en su apretado coño, gruñendo mientras lo hacía. Sus manos amasaron su apretado culo mientras sacaba su polla de ella para terminar con una línea de semen en los labios de su coño. "Joder..." Dijo con una sonrisa. "Daddy está muy orgulloso". Acentuó sus palabras con otra nalgada contra su redondo trasero. "¿Por qué no me lames la polla  y me dejas follar esa pequeña garganta tuya mientras estás ahí abajo? Demuéstrame que eres una buena niña, aunque seas traviesa".

Hermione sólo podía gemir mientras Severus continuaba su asalto. Su polla embistiendo dentro de ella a un ritmo rápido. Y esta vez no le importó que la azotara. Él estaba tan lujurioso como ella. No estaba realmente enfadado. Y las manos de él masajeando su culo eran un extra. Le encantaba la facilidad con la que manipulaba su carne. Obteniendo su placer como el verdadero maestro que era.

"Oh Dios, fóllame Severus. Estoy tan cerca", gimió mientras sus movimientos se volvían espasmódicos y su polla palpitaba dentro de su coño. Ella dejó escapar un largo y agudo gemido mientras se corría con él. Suspiró cuando él se retiró. Su cuerpo resplandeció de felicidad cuando él dijo que estaba orgulloso de ella y ella sorbió obedientemente su polla para limpiarla. Y puso a prueba sus nuevas y mejoradas habilidades.

Severus disfrutó de una buena mamada de su pequeña que lo dejó en un estado de satisfacción. Esa noche durmió como un bebé en los brazos de su Hermione. Ella estaba apretada contra su pecho mientras él tenía la cabeza enterrada en su pelo. Era increíble cómo podían ser tan rudos y pervertidos y seguir mostrando tanto cariño el uno por el otro. Al final del día, Severus estaba agradecido de estar con ella.

Al día siguiente, Severus se despertó antes que ella. Estaba tumbado de espaldas y ella medio tumbada sobre su pecho. Miró hacia abajo y dio gracias a todo lo sagrado por no haber soñado el día anterior. La forma en que ella pidió a  que la follara aún estaba fresca en su mente. Se inclinó y presionó sus labios contra la frente de ella, dándole su clásico beso en la frente que empezaba a convertirse en tradición. Como tenían que viajar a Hogwarts ese día, debían levantarse temprano, pero realmente disfrutaba de estar cerca de ella. Mientras que su lugar era normalmente muy solidario y sombrío, su presencia cambiaba todo eso.

Tuvo la tentación de tocarla mientras dormía y acariciar sus turgentes pechos, pero ese día no tenía tiempo para disfrutar de los placeres de su carne, aunque realmente lo deseara. Tenían que ponerse en marcha y el tiempo apremiaba. A pesar de estar presionado por el tiempo, Severus se tomó su tiempo para despertarla, recorriendo con besos de mariposa sus labios. Corrió besos contra sus labios hasta que ella comenzó a devolverlos grogui. "Tenemos que irnos. La niña traviesa de Daddy necesita salir de la cama". Sonrió y la besó una vez más antes de empezar a moverse para levantarse.

Hermione fue despertada de un dichoso sueño por los besos de Severus. Algunos fugaces, otros no. Su cálido cuerpo apretado contra el de ella y su sedosa voz llenando sus oídos. "Cinco minutos más, amor", suplicó somnolienta, acercándose a él. Él la besó con firmeza, y luego la guió hacia arriba junto con él. "Está bien, está bien, estoy levantada", suspiró Hermione.

Abriendo los ojos y estirándose, supo que hoy iban a ir a Hogwarts. Era el gran día y no sabía cómo se sentía. Estaba a punto de volver a ser una gatita. Durante un largo periodo de tiempo y a merced de Snape. No es que no confiara implícitamente en él, pero seguía siendo mucho en lo que pensar y asimilar. "Entonces, ¿cuándo tengo que tomar la poción?" preguntó Hermione mientras elegía un mameluco de encaje negro para ponerse. Era bonito y mostraba sus piernas tal y como le gustaba a Severus. Aunque no sabía si él llegaría a disfrutarlo.