Hermione se dijo a sí misma que no debía ofenderse cuando el profesor Snape supuso que no tenía nada. Supuso que sus palabras lo habían llevado por el mal camino. Al igual que las suyas a ella. Cortó su filete, ignorando el sensual ronroneo de su voz. No había cambiado y aún podía hacerla mojar las bragas. Como lo estaba haciendo ahora. ¿Era posible que él hubiera captado su deseo y estuviera respondiendo a ....?

No, no te engañes Hermione. Masticó con cuidado un poco de filete, para no decir algo de lo que se arrepentiría. "Bueno, técnicamente no sería un aprendizaje, puesto que ya soy maestra", replicó, "pero me inclinaré ante tu habilidad superior". Y .... No es que no tenga nada. Es que hay un problema con lo que tengo. La cura que he desarrollado consigue eliminar la anormalidad celular que supone la infección. Sin embargo, se destruyen demasiadas células sanas en el proceso". Ya está, ahora lo entendía mejor. "Te necesito. Tu mente y tus manos. Quiero que estudies mi cuerpo de trabajo y veas si puedes sacar el defecto. Necesito a alguien con tu habilidad para ver lo que yo no puedo".

Se inclinó hacia delante, lamiéndose los labios mientras miraba sus ojos de ónice. Unos ojos aparentemente vacíos. Pero esperaba que en su brillante mente estuviera intrigado por el desafío. Snape tenía que darse cuenta de lo épico que sería si su poción tuviera éxito. Él desempeñaría un gran papel en la historia. Y cosecharía los beneficios junto a ella. "Me encantaría estar a sus órdenes", comenzó, fingiendo no escuchar cómo sonaba, "creo que podría ser muy buena para usted. ¿Te importaría explicarme para qué podrían servir mis manos específicamente?" Era un movimiento arriesgado, la forma en que permitió que su voz adquiriera un tono sedoso. Pero tal vez él mordiera el anzuelo. Así que esperó con una pequeña pero cálida sonrisa en los labios.

Severus estaba intrigado. ¿Realmente tenía algo en lo que trabajar? Sabía que Hermione era una mujer inteligente, pero le parecía imposible. Encontrar una cura como ésta era un hallazgo del siglo. Hasta los más estimados pocioneros le tendrían envidia. Si ella ya tenía algo con lo que trabajar, entonces esto sería mucho más fácil de ajustar para obtener el efecto necesario. "Me siento intrigado, profesora Granger. Una cura así cambiaría el mundo de una manera muy sustancial. Su trabajo aparecería en todos los libros de historia. Sería usted alabada". La miró con ojos calculadores y observadores. La forma en que ella formulaba sus respuestas, invocaba una imagen de ella en el tanga verde que descansaba firmemente en su bolsillo.

Severus, sal de ahí.....

Su siguiente pregunta le dio muchas ideas, todas las cuales no parecían apropiadas. Su voz suave y sedosa sonaba como música para sus oídos. Se aclaró la garganta, tratando de reenfocar sus pensamientos. "Estoy seguro de que hay muchas cosas en las que tus manos podrían ayudarme. No pretendía faltar al respeto, pero me alegro de que entiendas que evidentemente hay lagunas en nuestra experiencia. Así que serías como un aprendiz para mí. El trabajo de un aprendiz sería doble. La primera sería mantener a su maestro contento y satisfecho. Estoy seguro de que tus manos serían perfectas para eso. Siempre necesito que se hagan cosas en el laboratorio. La segunda sería aprender y desarrollarse, pero como puedo ver, ya te has desarrollado bastante. Sin embargo, estoy seguro de que puedo enseñarte un par de cosas". Su voz estaba impregnada de la lujuria que sentía por ella. Tenía que salir de su habitación antes de que se le fuera de las manos. Seguramente ella no debía estar tan excitada como él. Empezaría a hacer el ridículo si continuaban. Podía sentir la tensión sexual que hacía que su polla se hinchara bajo la túnica.

Con ese pensamiento, empezó a acelerar el ritmo de su filete, cortando trozos más grandes y lanzando miradas a la mujer extremadamente sexy que le observaba. "¿Te vas a ir mañana? Tal vez podríamos viajar juntos. Estoy seguro de que disfrutaría de tu compañía. Podrías mostrarme lo buena que eres con las manos para demostrar que tienes lo que hace falta para ser mi aprendiz, profesora Granger. ¿Quizás podríamos poner a prueba tus habilidades con la elaboración de pociones avanzadas?" Se burló.

¿Mantener a su maestro feliz y satisfecho? Había que hacer cosas en el laboratorio, como él, tal vez.

Hermione bebió su vino lentamente. La tensión sexual era casi palpable. Él también la sentía, ¿verdad? Era imposible que su respuesta ronca fuera completamente inocente. O la forma en que redactó cada frase cuidadosamente. Esta era su oportunidad. Si ella esperaba hasta mañana, él tendría la guardia alta. Ahora mismo, sin embargo, parecía estar de un humor mucho más relajado. "Bien, ¿entonces quieres irte a la cama conmigo?" Confirmó con un arco de su ceja. "Estoy deseando empezar".

Hermione masticó su filete, a diferencia de Snape se tomó su tiempo, disfrutando de este momento. "Hay dos días más de la convención, pero sólo he venido por ti. Supongo que sería sencillo que viajara contigo". Estaba a punto de seguir hablando cuando vio su vibrador asomando por debajo del cojín del sofá. ¿Lo había visto Snape? Su cara se enrojeció y rápidamente apartó la vista para que Snape no siguiera donde su mirada se había posado.

"Estaré más que feliz de demostrar mis talentos. Puedo hacer lo que quieras", informó. En contra de su voluntad, su mirada volvió a dirigirse al consolador. Merlín, si hubiera visto....