☦︎ 𝗪𝗲'𝗹𝗹 𝗺𝗲𝗲𝘁 𝗮𝗴𝗮𝗶𝗻 | 𝐋𝐞𝐞 𝐂𝐡𝐞𝐨𝐧𝐠-𝐬𝐚𝐧
➪ 𝗣𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗱𝗲: Saranavarromateo
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ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏ́ɴ:
— ᴏɪʀ ʟᴀ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ ᴍᴇɴᴄɪᴏɴᴀᴅᴀ ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs ʀᴇᴀʟɪᴢᴀ ʟᴀ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀ —
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𝖫𝖾𝖾 𝖢𝗁𝖾𝗈𝗇𝗀-𝗌𝖺𝗇
𝘞𝘦'𝘭𝘭 𝘮𝘦𝘦𝘵 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯 — 𝘛𝘩𝘦 𝘐𝘯𝘬 𝘚𝘱𝘰𝘵𝘴
“ ʷᵉ'ˡˡ ᵐᵉᵉᵗ ᵃᵍᵃⁱⁿ
ᵈᵒⁿ'ᵗ ᵏⁿᵒʷ ʷʰᵉʳᵉ
ᵈᵒⁿ'ᵗ ᵏⁿᵒʷ ʷʰᵉⁿ
ⁱ ʲᵘˢ ᵏⁿᵒʷ ʷᵉ'ˡˡ ᵐᵉᵉᵗ ᵃᵍᵃⁱⁿ
ˢᵒᵐᵉ ˢᵘⁿⁿʸ ᵈᵃʸ ”
☦︎
𝕰l pobre corazón de Sam. El pobre y lastimado corazón de Sam.
Ver morir a alguien es una cosa, una muy delicada y en casos, desgarradora. Ver morir a alguien que amas ya es un tema totalmente diferente...
Pero ver por última vez a la persona que más quieres. Saber que sus ojos llorosos te están mirando en forma de despedida, que nunca más volverás a tener la dicha de ver su sonrisa, compartir latidos al compás de la armonía melancolía que recorre sus corazones. Eso es desgarrador. Sam lo sabía, lo sabía precisamente porque lo estaba viviendo, porque estaba observando por última vez a su novio.
Cheong-san, su mejor amigo; confidente y eterno amor; el chico que la hizo sentir mariposas en el estómago y ahora le provocaba un gran nudo en la garganta. Se estaba despidiendo de ella, le decía adiós.
—Podemos arreglarlo... —Dijo Sam, con la voz temblándole y mintiéndose así misma como mecanismo de defensa.
Los demás la tomaron del brazo justo cuando intentó acercarse al chico que amaba.
—No podemos. —Fueron las palabras de Cheong-san, quien sentía aquella mordida en su brazo arder con intensidad, casi con la misma con la que ardía su corazón.
Sam intentó acercarse otra vez, teniendo a Su-hyeok para evitarlo. A él también le dolía, claro que sí, pero eso no dejaba de convertir a Cheong-san en un peligro.
—¡Claro que sí! —Técnicamente gritó la chica, luchando contra el agarre del alto pelinegro que le impedía alcanzar eso que tanto necesitaba —Puedes ser como Nam-ra, como el mismo Gwi-nam... —Balbuceo entre sus inconscientes sollozos y recientes lágrimas.
Que amargas eran las lágrimas, llenas de sodio y en su caso, un gran desamor.
—No —Dijo Cheong-san. Sus ojos brillaban con una intensidad infinitamente triste, mojados y rojos —. No va a pasar, Sam, sabes que no. —Comentó con tranquilidad, realmente muriendo de miedo, pero convencido de que no podía mostrarse débil ante Sam.
Su Sam. La misma que lo seguía como una sombra, la insoportable pero fiel compañera. Como odiaba verla llorar.
Ver llorar a Sam era señal de que el cielo dejaría de ser azul. Todas las cosas buenas que pudiesen existir desaparecerían en el mismo instante en que ella llorase. Cosas como el amor y la amistad, las lágrimas de Sam las evaporaban, o tal vez las encendía con tanta fuerza que terminaba por volverlas cenizas.
Fue inevitable para el desafortunado chico acercarse a ella, todo con la intención de borrar las lágrimas de su rostro. Su-hyeok intentó detenerlo, pero probablemente la mirada en los ojos de su amigo que él le indicó que necesitaba al menos un momento con ella.
Sam abrazó con todas sus fuerzas a Cheong-san cuando finalmente Su-hyeok la soltó. Quería sellarlo en el cemento para que no se fuese, para que se quedase con ella por siempre. Su cara encontró lugar en el pecho de él. Olía a hogar con tintes de amor.
—Está bien, Sam, está bien. —Le susurró, acariciando su cabeza con delicadeza y buscando algún tipo de fuerza y control en él para no a soltarse a llorar como un niño.
Sam lloraba abiertamente, como una niña pequeña a quien le ha quitado su chupete o perdido su muñeca. Perder, todo recaía en esa palabra. Perdería a Cheong-san de la misma manera en que un nene pierde su cobija de confort en un autobús, con la misma consecuencia en ambos actos; no volver a dormir en paz.
—Cheong-san. —Le llamó. Su voz se perdía entre llanto.
Ya él no lo pudo contener, esa lágrima deslizante por su mejilla era simplemente inevitable.
—¿Si? —Cuestionó, tragando fuertemente en un vago intento de quitar aquel nudo en su garganta.
—No te vayas —Le pidió Sam —, te lo ruego, no te vayas, por favor. —Rogó, arrugando la camisa del muchacho.
Oh, él quería quedarse. Soñaba con hacerlo, escapar con ella y volver a oír música, tirados en el suelo, tal y como lo hacían todas las tardes.
—No puedo, Sam. Te juro que quiero hacerlo, pero no puedo. —Volvió a acariciar su cabeza con la misma delicadeza, solo que esta vez un temblor le movía las manos, haciendo que el contacto quemara.
Sam ya no le pudo responder, ni rogar, ni pedir. Era un mar de lágrimas, perdida en el océano que ella misma había hecho con su llanto.
Cheong-san sabía que tenía que dejarla oír, que ese calor en sus venas no era precisamente amor y que alguien debía encargarse de Gwi-nam.
—Soy tuyo —Le susurró muy cerca de su oído, prohibiendo que los demás oyeran —, lo soy; lo fui y lo seré.
»Me habría encantado compartir mi vida contigo, pasar las tardes oyendo esa banda que me mostraste, ojalá pueda hacerlo en mi siguiente vida; en esa misma donde seré tu novio por siempre y estaremos los dos contra el mundo.
Con cada palabra que Cheong-san dijo, una grieta se generó en el corazón de Sam. Anhelaba la vida que él decía, quería que llegase lo más pronto para poder oír juntos The Ink Spots mientras hacían los deberes.
—No te vayas... —Le volvió a pedir, sucumbiendo en sus brazos.
Ambos se fundieron en un fuerte abrazo.
—Nos volveremos a ver otra vez, Sam —río, recordando la canción favorita de su novia —. No sé dónde, ni cuando, pero lo haremos. Nos veremos de nuevo.
Ella se permitió llorar fuerte. No le importó si zombies venían, su alma estaba en agonía y necesitaba sacar todo de alguna manera.
Por un momento todo se detuvo. Solo estaban ella y Cheong-san, el uno enredado en los brazos del otro. Lágrimas, sudor, amor y tristeza mezclándose en el olor del aire.
—Adiós. —Se despidió tal vez de manera muy abrupta él, rompiendo el abrazo.
Se encontró con los ojos que lo habían enamorado. Ya no estaban llenos de emoción ni alegría, ahora se ahogaban en melancolía.
Un último beso entre los dos amantes. Labios salados por las lágrimas y gusto a despedida. Satisfactorio y horrible a la vez.
Y se acabó. Los labios de Cheong-san se alejaron al igual que él mismo, llevándose consigo el amor de Sam, huyendo lejos a lo desconocido.
Sam lloró, viendo su vida irse corriendo a las espaldas de su novio y mejor amigo. Los demás encontraron la manera de llevarla -sin su permiso- con ellos.
El romance adolescente se murió, se quemó y quedó entre los escombros junto con Cheong-san. No vio la luz otra vez, no encontró manera de salir.
Tan fácil como se creó, se destruyó.
¡Amores míos! ¿Cómo les va? ¿Cómo están? Yo espero que muy bien.
El día de hoy les he traído este shot con intenciones de ser triste. No sé si lo he logrado, yo creo que pudo haber sido más triste, pero bueno; no se puede todo en esta vida.
Cuéntenme, ¿Les gustó? ¿Qué les pareció?
A la persona que me lo pidió: Espero te haya gustado, darling. Te leo en los comentarios <3
No tenía planeado actualizar hasta el viernes por el tema de que estoy en exámenes y apenas tengo tiempo para respirar, pero decidí no dejarles sin contenido mucho tiempo <3
Por cierto, ¡Ya llegamos a las mil votos! De verdad que muchas gracias, jamás esperé que sucediera jeje. Como especial de 1k de votos les traeré un abacedeario nsfw con todos los personajes (una letra por personaje, jeje). De nuevo, muchas gracias.
Recuerden que pueden hacer pedidos de los actores de la serie, si sale un pedido de Im Jae-hyuk dejó todo y le pongo prioridad HAKSHSK.
Ahora sí, me despido. Los quiero, cuídense <3
— 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.
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