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☦︎ 𝗦𝗼 𝗺𝘆 𝗱𝗮𝗿𝗹𝗶𝗻𝗴 | 𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐌𝐢𝐧-𝐣𝐢

➪ 𝗣𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗱𝗲: BozzK1tty

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𝖯𝖺𝗋𝗄 𝖬𝗂𝗃𝗂𝗇


𝘚𝘰 𝘮𝘺 𝘥𝘢𝘳𝘭𝘪𝘯𝘨 — 𝘙𝘢𝘤𝘩𝘦𝘭 𝘊𝘩𝘪𝘯𝘰𝘶𝘳𝘪𝘳𝘪

“ ʳᵉᵐᵉᵐᵇᵉʳ ⁱ'ˡˡ ᵃˡʷᵃʸˢ
ˡᵒᵛᵉ ʸᵒᵘ ”


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𝕰l golpe del acero contra la carne ya dañada e infectada resonó en todo el gimnasio. Sangre por todos lados, dientes, miradas pérdidas llenas de hambre y manos que intentaban alcanzar al grupo de adolescentes que luchaba por escapar.

Mijin apenas volteó a ver a su novia cuando sintió sangre salpicar en su cara. La imagen que se topó fue, seguramente, de las cosas más estremecedoras que alguna vez vio. Moon, la chica de la cual se había enamorado perdidamente, tenía una de esas criaturas demoníacas mordiendo su cuello, intentando calmar su hambre por medio de robarle la vida a la adolescente que sólo trataba de proteger a su novia.

Un grito desgarrador llegó a los oídos de Mijin, quien intentó tomar Moon para quitarle al zombie. Su mano estuvo cerca, rozó aquella cara a la que horas antes había estado repartiendo besos. Pero Ha-ri fue más rápida, tomándole y alejandole de Moon.

—¡No! ¡No puedes hacer nada! —La arquera sostuvo a su reciente amiga nueva como si su vida dependiese de eso. No es que no quisiese ayudar a Moon, pero los zombies venían y ya cualquier esperanza en que las dos novias saliese juntas e ilesas era inexistente.

Mijin sintió los brazos alrededor de ella y a la misma Ha-ri hablando en su oído, apretando en un abrazo de consuelo con exceso de fuerza, arrastrandole hacia la puerta abierta en la que entraban los demás.

Mijin se estremeció, sin darse cuenta que además de sangre, su cara ahora también estaba llena de lágrimas. Pataleó, gritó. Se movió en todas las direcciones posibles, buscando poder llegar hasta ella. No entendía porqué parecía alejarse cada vez más, no comprendía cómo su cuerpo y el de su amada tenían una distancia más grande a medida que pasaban los segundos.

Moon podía sentir los dientes enterradonse en lo más profundo de su piel, llenandole hasta las entrañas y rompiendo los límites de su umbral del dolor. Sin embargo, ese dolor no tenía comparación con aquel que sentía al ver a su novia así; desperada y necesitada de consuelo; siendo ella incapaz de dárselo. Quería encontrar la manera de zafarse, ignorar sus mordidas y posible contagio para poder abrazarle.

—¡Sueltame, perra! ¡Déjame ir! —Pidió Mijin a gritos, totalmente fuera de sí.

Moon, en un intento de calmarla, reunió toda la resistencia que tenía y le habló.

—Idiota... —Le salió de manera pausada, tomándose su tiempo para unir las sílabas —Vete. Vete ya... No pierdas tiempo.

Un sollozo más alto que los demás abandonó la boca de Minji al ver como su novia sonreía. Intentó reclamarle, alcanzarla... Pero no pudo.

—Alguna de nosotras dos... —Moon se cortó a sí misma la palabra al observar como el llanto de Mijin estaba atrayendo a un zombie. No supo de donde logró sacar fuerzas, pero fue casi instantánea la acción de arrojarse contra la criatura, evitando que siquiera tuviese la oportunidad de acercarse a su novia. Otra mordida se hizo presente en alguna parte de su pecho, arrancandole un grito más.

—¡No! —Se fusionó la palabra, los sollozos y los gritos en la boca de Mijin; dando como resultado un sonido de pura agonía y tristeza.

Una vez más, Moon sintió su corazón romperse. Probablemente de manera literal. Pero más allá de eso, le desgarraba el alma ver a su gran amor sufriendo tanto.

Sufriendo tanto por ella.

Lo hizo, le sonrió una vez más, tal vez alegre de que ella y Ha-ri estuviesen técnicamente entrando al lugar donde estarían seguras con los demás.

—Alguna de las dos tenía que ir a la universidad —gritó, para que a pesar de la distancia, pudiese oírle —. Y siempre supe que serías tú, cariño.

Débil por su llanto, Mijin ya no pudo seguir peleando contra Ha-ri, siendo llevada hacia adentro de aquel closet y viendo desaparecer a Moon. La puerta pareció tardar años en cerrarse, regalandole la vista de una sonrisa entre todo el caos, una sonrisa que no veía por primera vez, pero si por última.

Incluso sufriendo, incluso ardiendo en dolor y desesperación; Moon le regaló la mejor despedida que pudo a Mijin. No la que todos los amantes desearían tener, pero sí la mejor tomando en cuenta las circunstancias. Si no se iban a ver de nuevo, por lo menos quería que la última vez que lo hicieran, fuese con una de ellas sonriendo. Y sí, Mijin jamás obtendría paz, jamás podría olvidarle, pero al menos tendría el consuelo de que alguien la amó tanto, que decidió dar su vida por ella.

El amor que se le fue obsequiado nunca sería olvidado.











Es de conocimiento general que las escuelas son lugares que dan sitio a muchas historias. En especial, historias de amor. El aire adolescente que se respira en las escuelas está cargado de romances y sentimientos, casi drogando a los jóvenes, quienes confusos, suelen ir a tropezones en eso llamado amor.

Cuantas veces no se ha leído sobre un deportista tonto y grande que se enamoró de una sabelotodo retraída, todo gracias a que se tropezaron en la cafetería. O de la clásica chica popular que por culpa de una clase extra, cayó ante los encantandos del estudioso de lentes.

Pero apuesto no han visto la historia de dos chicas que se enamoraron a través de un altercado por un cigarrillo en el baño.

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Mijin sostenía el cigarrillo entre sus dedos índice y anular de la mano derecha, con sus ojos cerrados y recitando la tabla periódica entre exhalaciones repletas de humo. Se le había vuelto costumbre estudiar para los exámenes mientras fumaba. Asumía que era por la liberación de dopamina en su cerebro, pero no pensaba tanto en ello más que como un mal hábito.

Su cubículo se había llenado del particular y hasta cierto punto desagradable olor del cigarro, llamando la atención de más de una chica allí. La mayoría lo dejó pasar, simplemente saliendo del lugar e ignorando el hecho de que un estudiante estaba fumando. Moon no era de esa mayoría.

—Los inteligentes siempre esconden algo. —Habló tranquila, mirando hacia abajo.

Mijin se sobresaltó, tirando su cigarro por reflejo. Al ver hacia arriba de la pared del cubículo y notar la presencia de una de sus compañeras, se molestó. Pensaba que una maestra la había agarrado, y no era más que una metiche.

—Pierdete. —Pidió, ignorandole con una actitud superior y tomando otro cigarrillo para seguir estudiando.

La cabeza de Moon se fue hacia un lado, observándole con un detenimiento estudioso y lleno de curiosidad.

¿Es bueno fumar para el estudio? —Preguntó, apoyando sus brazos en la delgada pared del cubículo y su cabeza en estos.

Mijin volteó los ojos, dejándolos en blanco.

Creí haberte dicho que te perdieras. —Habló irritada.

Moon le ignoró de manera olímpica haciéndole otra pregunta más.

¿Me das uno?

Mijin miró hacia arriba, topandose con los mismos ojos que antes, sólo que esta vez más brillosos y con una chispa cargada de energía.

No.

La chica de ojos brillosos sonrió.

Si no lo haces le diré a algún maestro —Dijo con voz tranquila, pero sin borrar su sonrisa —, y con tu olor, no podrás negarlo.

Mijin se le quedó viendo a la extraña chica, sintiendose ofendida. Sus cejas se arrugaron, entrecerrando sus ojos al tiempo que hacía una mueca de enfado con la boca.

¿Quién se cree esta perra...?

Me llamó Moon —Respondió a la pregunta no literal de Mijin —, ahora dame el cigarrillo.

...

Moon y Mijin se miraron entre sí, incapaces de pronunciar una palabra. Estaban estáticas, sin saber exactamente qué hacer o cómo proceder.

Mijin se pasó una mano por la boca, limpiando sus labios y los restos del labial -no suyo- que había en él.

Eso fue... —Se atrevió a hablar Moon, siendo cortada por Mijin.

Un error. —Dijo, sin creerselo ella misma, pero convencida gracias a las películas que era lo que debía decir.

Moon asintió varias veces, arreglando su cabello y uniforme.

Sí, sí. Tienes toda la razón, un error.

Mijin asintió con ella, quitándose el sudor de la frente.

Ambas hicieron el movimiento para salir del cubículo del baño donde estaban, cruzandose entre sí y volviendo a quedar demasiado cerca.

No pasaron más de cinco segundos y ya se estaban besando de nuevo.

...

Besos y risas se oían por todo el pequeño cubículo, teniendo a ambas chicas divirtiéndose con la compañía de la otra.

¡Shhh! —Le chistó Moon a Mijin en su cuello mientras se reía, causando cosquillas con su respiración en la zona erógena de su novia —Nos van a oír idiota.

Mijin pasó los brazos por el cuello de moon, abrazandole para poder besarla. Beso cargado de desesperación y al mismo tiempo de amor y diversión.

Que lo hagan. —Dijo cuando lo rompió, sonriendo y causando mariposas en el estómago de la chica que le tenía arrinconada contra la puerta.

¿No se supone que deberías ser el ejemplo a seguir de los estudiantes? —Preguntó Moon.

Una risa nasal salió de Mijin.

Esa bola de idiotas tiene mejores cosas para preocuparse —le acercó más, casi besándola —, y tú también.

...

Te quiero. —Dijo Moon, sonriendo de manera pacífica a su novia, abrazándola por la cintura y disfrutando de que sus piernas fuesen el asiento de ella.

Mijin enarcó una ceja.

¿Me querrías si fuese un gusano? —Preguntó con seriedad fingida.

Moon se rió.

¿Cómo podría querer a un gusano? —Cuestionó lo obvio, ganándose el reproche de su novia.

Si no me puedes amar como gusano, no me podrás amar ahora. —Hizo el amague de levantarse, siendo detenida por las manos de Moon.

Otra sonrisa más, tan pacífica como las de siempre.

Te amaría si fueses un zombie, un vampiro, incluso una mujer lobo; pero es complicado amar a un gusano, cariño.

Mijin siguió haciéndose la ofendida, negándole la mirada a Moon.

¿No te basta con que te ame ahora? Vamos, que amarte a ti es casi tan difícil como amar un gusano. —Bromeó, ganándose un golpe de su novia.

No se me hace gracioso.

A mi sí —Sentenció, dejando un beso en su quijada —. Y bueno, si de amar hablamos, ¿Me amarias tanto como para morir por mi en un apocalipsis zombie? Esa sí es la muestra de amor definitivo.

Mijin hizo uno de sus típicos gestos burlones.

Viste Tren a busan de nuevo, ¿cierto?

Moon bajó la cabeza en señal de rendimiento.

En mi defensa es una película muy buena.

No tanto como para verla la cantidad de veces que lo has hecho tú. —Recriminó Mijin.

La mirada de Moon subió otra vez, topandose con los ojos de su amada. Se quedó un par de segundos callada, nada más apreciando la belleza de la chica en sus piernas.

Yo sí me sacrificaria por ti.










El cerebro de Mijin repetía una y otra vez esa oración en su cerebro, rebobinando como disco rayado. Le hacía un eco demasiado fuerte, y le dolía a niveles poco comprensibles.

Las coincidencias eran, en sus palabras, una mierda. El mismo día en que de manera creativa su novia le confeso su amor diciendo que se sacrificaria por ella en una apocalipsis uno, empezó el infierno en el que ahora estaba metida.

Moon cumplía incluso con las promesas que hacía bromeando.

Ya no había lágrimas para llorarle, no quedaba nada. No habían más que recuerdos dolorosos y llenos de un amor trágico.

Mijin sobrevio, lo logró, consiguió salir viva. Todo bajo el precio de perder su parte más inocente y enamorada, su parte adolescente llena de ilusiones y sueños.

Podría volver a enamorarse y seguir adelante, pero su amor adolescente en los cubículos del baño siempre estaría ahí, ahí y en las promesas hechas con sonrisas pacíficas que alguna vez le hizo Moon.

Primer shot <3

Díganme, ¿Les gustó? ¿Qué tal les pareció?

A la persona que me lo pidió: Espero te haya gustado, Darling, ojalá me digas es lo comentarios qué te ha parecido.

Gracias por estar aquí ❣︎❣︎

— 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.

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