☦︎ 𝗕𝗲́𝘀𝗮𝗺𝗲 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗼 | 𝐘𝐚𝐧𝐠 𝐃𝐚𝐞-𝐬𝐮
ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏ́ɴ
— sᴇ ʀᴇᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴀ (ᴍᴜᴄʜᴏ) ᴏɪʀ ʟᴀ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ ᴍᴇɴᴄɪᴏɴᴀᴅᴀ ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs sᴇ ʀᴇᴀʟɪᴢᴀ ʟᴀ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀ —
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𝖸𝖺𝗇𝗀 𝖣𝖺𝖾-𝗌𝗎
𝘉𝘦́𝘴𝘢𝘮𝘦 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 — 𝘊𝘰𝘯𝘴𝘶𝘦𝘭𝘰 𝘝𝘦𝘭𝘢́𝘻𝘲𝘶𝘦𝘻
“ ᵇᵉˢᵃᵐᵉ
ᵇᵉˢᵃᵐᵉ ᵐᵘᶜʰᵒ
ᶜᵒᵐᵒ ˢⁱ ᶠᵘᵉʳᵃ ᵉˢᵗᵃ ⁿᵒᶜʰᵉ
ˡᵃ ᵘˡᵗⁱᵐᵃ ᵛᵉᶻ ”
☦︎
𝕺h, el amor. El tan deseado y famoso amor. ¿Quién no ha oído hablar de él? ¿Quién no lo ha sentido?
Aunque, ¿Qué es el amor? ¿Es un sentimiento? ¿Un estado? ¿Un capricho?, Bueno, si le preguntases a Suni qué es el amor, probablemente te respondería que el amor no tiene un definición estricta, sino que es algo libre al entendimiento de cada quien. En su caso, su corazón entendía por amor aquellos labios tibios sobre su piel.
Yang Dae-su, el chico que le conquistó sin ni siquiera intentarlo, tenía sus labios posados sobre su mejilla. Le estaba dando un beso. Un beso suave, tierno. Un beso cálido. Él, penoso como siempre, no se atrevía a tomar la iniciativa de besarle directamente en los labios, así que como despedida, plantaba un delicado beso en su cachete.
Suni respiraba el aire de Dae-su. Tenía una particular esencia a comodidad y tranquilidad. Olía a su persona, a eso que de por sí caracterizaba al chico. Ella apreciaba ese olor, lograba brindarle a su alma algo que usualmente no tenía; calma.
Él se debía ir... El deber, algo que estamos supuestos a hacer. Hay una gran diferencia entre deber y poder. Él debía irse, pero ¿podía hacerlo?
Dedos nerviosos jugaron con la frágil tela de la camisa de Dae-su. Suni no era como él, ella no daba besos en la mejilla. Labios y roces. Los labios de Suni adoraban a Dae-su, quizá tanto como lo hacía su corazón. La noche estaba demasiado fría y el cerebro de la chica no hallaba otra opción para poder producir calor.
Un suspiro, casi como un susurro, salió de la boca de Dae-su cuando sintió las intenciones de la chica a su frente. Sus manos se apoyaron en los brazos de ella. Iba a necesitar algún soporte. Percibió su aliento, caliente y húmedo, con una leve esencia al té que bebieron en horas pasadas.
Un beso. Esta vez no en la mejilla. Un beso entre dos pares de labios enamorados.
Suni sintió cada uno de sus nervios encenderse. En su estómago se alojó una pequeña llama, luminosa e intensa, seguramente consecuencia del calor interno que la incendiaba. No importaba cuanto frío hiciese, los besos de Dae-su siempre lograrían prender en fuego todos y cada uno de sus sentidos.
Dae-su tembló en un escalofrío. No sabía si era por el frío o por la manera en que los labios de Suni lo besaban. Atinó a acercarse más ella, soltando sus brazos y dejando que sus manos tomasen la cintura de su contraria. Quería acercarla aún más, quería que se fundiesen juntos.
Los dedos de Dae-su de sentían como mariposas alrededor de la cintura de Suni, sumándose a esas otras que yacían en su estómago y revoloteaban en emoción. Percibió su cuerpo y el de él pegarse completamente, uniéndose como piezas que encajaban a la perfección.
Encajar... Ella encajaba bien en él. Y él también encajaba bien en ella.
Suavidad se percibía en aquel beso. Él, nervioso e inexperto, imitando caminar sobre hielo. Ella, miedosa de romper o hacer daño. Ambos se veían mutuamente como algo frágil que se debía cuidar.
Las manos de Suni fueron a parar en el cuello de Dae-su. Sus uñas haciendo cosquillas en la zona erógena, trazando líneas como si de un dibujo se tratase. Quería soltarlo y no dejarlo ir.
Ninguno podía ver nada, se limitaban a sentir. No podían ver como sus labios parecían embeberse, ni como sus narices rozaban la una con la otra. No veían la adoración con que sus cuerpos se unían.
El aire se les escapó, pero respirar no se vio como algo importante. Suni no necesitaba oxígeno, lo que ella necesitaba era besar a Dae-su hasta que por fin estuviese satisfecha, cosa que sospechaba nunca ocurriría. ¿Cómo estar satisfecha? Hay cosas que nunca alcanzaran y definitivamente los besos de Dae-su entraban en esa lista.
Dae-su no quería separarse, le parecía que sucumbir ante la dulzura del té en la boca de Suni era mucho más importante que cualquier cosa. Llegar a su casa a tiempo, no caminar solo por la noche... Todo eso se convertía en simples caprichos. Mientras estuviese vivo, nada tendría tanta relevancia como Suni.
Si el mundo se acababa esa misma noche, tendrían que irse sin arrepentimientos.
Cualquier diría que su amor era como cualquier amor adolescente, utilizando esto para rebajarlo o hacerle perder credibilidad. Sí, era un amor adolescente. Y precisamente eso lo hacía tan especial. La vida aseguraba que en 10 años no sabrían del otro, pero en ese momento ellos juraban que estarían besándose hasta la eternidad. No tenían nada asegurado, nada. Eran jóvenes que buscaban con qué apasionarse y tuvieron la desgracia de encontrarse. En esos pequeños instantes se encontraban viviendo por el otro.
Suni vivía de eso, de amar a Dae-su y demostrárselo a través de un beso.
No lo veían, no tenían manera de observar el amor que los unía, pero podían saborearlo.
Tal como Dae-su quería, los dos terminaron por fundirse. En un abrazo, en caricias, en un beso. Se fundieron en el deseo que existían entre ellos.
Y sí, él se tendría que ir en algún momento. El beso acabaría y la noche también, aunque ¿qué importaba? Lo que importaba era vivir su presente de labios mojados, con ellos estando juntos como única cosa relevante.
Todo acaba, todo termina. Su amor algún día acabaría, las ganas de besarse también.
Pero eso aun no ocurría, y si se les iba a ir el momento en amarse, pues que así fuese.
Sólo dos comentarios hoy.
1) Dae-su, t amo
2) como amo esta canción, necesito que alguien me la dedique.
Foto de Im Jae-hyuk porque ajá, no puede faltar.
me dicen si les gustó el cap, así se si hacer más de estos cortitos bonitos de los personajes que ustedes quieran :p
Jae, t adoro.
— 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.
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