XXI
El día llegó, Sariatu estaba siendo peinada por Arcee, había recortado un poco su cabello.
Némesis estaba alistandose, llevaba una armadura plateada con solo las manos descubiertas desde las muñecas hasta los dedos
(Sin las hombreras ni el casco)
Le incomodaba un poco debido al faldón que tenía,por lo que tenía que quitárselo, solo eso y las hombreras se las podía quitar, pero cuando no tenía su armadura solo su gabardina podía usarlas libremente o su otra armadura, solo sería por un rato durante la ceremonia
-¿Listo Prime?- preguntó Stormreing
-Eso creo, es solo... no puedo terminar de asimilar lo que ha ocurrido-
-No pienses en eso- lo tomó de los hombros -Es tu día,deja de pensar en eso y concentrate en la boda-
-Bueno, todavía queda una hora-
-¿Tal ves quieras hacer algo para esta noche?-
El Rey se quedó pensativo, tomó unas rosas que estaban ahí y con ayuda de su magia las esparció por la litera, el caballero salió y trajo unas velas
-Quizas esto haga el momento aún más romántico-
Las esparció por el lugar, se acercó a Némesis y le puso algo en la palma de la mano
-¿Es enserio?- preguntó al ver lo que le había dado, un condón
-A mi no me veas- Némesis le aventó el empaque y salió -Poquito humor ¿no?- Stormreing lo siguió
La hora finalmente llegó, Némesis estaba esperando a Sariatu en el altar, cuando la vio sintió su respiración detenerse, iba acompañada por Ratchet y vestida de blanco
Estaba hermosa, no había dos formas de decirlo. Ratchet dejo a Sariatu en el altar, durante la ceremonia, Némesis tenía a su reina sostenida por la cintura.
El rey del sur y su reina tomaron las manos de la pareja y hicieron una pequeña cortada en las manos izquierdas para después, con un listón rojo, atar sus manos poniendo el listón encima de las cortadas, para después pasar a decir los votos,los reyes del sur les entregaron una copa y una vela a cada uno, siendo Némesis el primero en hablar
-Con esta mano yo sostendré sus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino. Con esta vela alumbrare tu camino en la oscuridad y con este anillo te pido que seas mi esposa-
-Con esta mano yo sostendré sus anhelos, tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino. Con esta vela alumbrare tu camino en la oscuridad y con este anillo te pido que seas mi esposo-
Si bien los votos eran los mismos, los dedicaban con un amor eterno, Némesis la tomó del mentón para darle un beso largo y apasionado. Todo el pueblo aplaudía ante tal acto, su amor había durado aún después de durar mucho tiempo separados, nada ni nadie podía romper su amor.
El Rey tomó la tiara y se la puso a su reina
Sariatu solo lo veía con eterno amor en su mirada. Némesis la abrazó mientras ella se recargaba en su pecho, los aplausos se hicieron presentes con mayor intensidad.
Ya en la noche, todos estaban en el salón del trono, Némesis con su reina a la derecha como era costumbre, la reina sostenía un tazón con uvas, fresas y arándanos, en el salón había tres mesas con comida para los invitados. Sariatu y Némesis estaban compartiendo los frutos, el Rey la incitó a levantarse y sentarse entre sus piernas, la femme se recargo en su pecho y le dio una uva en la boca,el Rey hizo lo mismo.
Mientras observaban a los invitados, Sariatu le dio un beso en el cuello debido a la altura, Némesis se lo regresó en la cabeza mientras la abrazaba contra él, no podía estar más feliz, su reina estaba donde pertenecía, a su lado y bajo su protección
-Bueno, nuestra amiga Elita quiere cantar algo- Elita se acercó y tomó el micrófono -Suerte- la femme se retiró un poco y comenzó a cantar
-ahhhhhh ahhh ahhhhh Cuenta la historia de un mago
Que un día en su bosque encantado lloró
Porque a pesar de su magia
No había podido encontrar el amor- Némesis sabia a quien se refería -La luna, su única amiga
Le daba fuerzas para soportar
Todo el dolor que sentía
Por culpa de su tan larga Soledad- Sariatu se recargo en el Rey
-Es que él sabía muy bien que en su existir
Nunca debía salir de su destino.
Si alguien te tiene que amar, ya lo sabrás
Solo tendrás que saber reconocerlo- Némesis recordó los primeros días que Sariatu estuvo en su reino
-Fue en una tarde que el mago
Paseando en el bosque la vista cruzó
Con la más dulce mirada
Que en toda su vida jamás conoció- los recuerdos de aquel día lo golpearon, la primera mirada
-Desde ese mismo momento
El hada y el mago quisieron estar
Solos los dos en el bosque
Amándose siempre y en todo lugar- recordó el día de su boda y aquella noche, Sariatu solo lo miraba
-Y el mal que siempre existió, no soportó
Ver tanta felicidad entre dos seres
Y con su odio atacó, hasta que el hada cayó
En ese sueño fatal de no sentir- Némesis recordó las batas contra Megatron y aquella maldita noche, donde casi la mataba
-En su castillo pasaba
Las noches el mago buscando el poder
Que devolviera a su hada
Su amor, su mirada tan dulce de ayer- recordó los días que había traído a Sariatu a su reino desde el norte
-Y no paró desde entonces
Buscando la forma de recuperar
A la mujer que aquel día
En medio del bosque por fin pudo amar- aquella batalla para recuperarla, cuando intervino en la boda
-Y hoy sabe qué es el amor, y que tendrá
Fuerzas para soportar aquel conjuro
Sabe que un día verá su dulce hada llegar
Y para siempre con él se quedará-
Némesis miro a Sariatu y esta a él, ese día había llegado, la abrazó y le dio un beso en la cabeza mientras ella le daba un beso en el cuello
-Gracias por estar aquí- dijo el Rey
-Gracias a usted por sacarme de ese abismo- el mech acarició su rostro con el suyo, un típico gesto de cariño -¿Ahora qué pasará?-
-Reinarás a mi lado, conmigo, después de todo has de ser mi esposa- la reina se recargo en su pecho -Mi pecado de guerra-
Así los describían algunos, como un amor que nunca debió suceder, un pecado que trajo consecuencias al reino, pero eso no rompió el amor que ambos se tenían, al contrario, lo fortaleció, amandose a través del tiempo, algunos del pueblo los miraban, un demonio y un angel enamorados, así los veían.
Némesis besó a su femme con pasión en un beso duradero, colocando una mano en su mejilla mientras su reina ponía una detrás de su cabeza. Alguno que otro mech los miraba con recelo, pero no podían intervenir, sabían que el Rey era peligroso si alguien se arriesgaba a lastimar a los suyos y más si era una femme o un cachorro
-¿Nos vamos o quieres seguir aquí?- preguntó a su reina en un susurro
-Como usted deseé- respondió mirándolo
Ambos se levantaron y se fueron, Némesis no quería obligarla a nada, si no estaba lista aún, no haría nada, solo la esperaría el tiempo que fuese necesario.
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