La semana se había ido muy rápido, ya casi era hora de que Sariatu se fuera, así que Némesis le tenía un último regalo listo, más sin embargo, Sariatu no deseaba irse, quería quedarse con aquel mech tan misterioso, pero a la vez tan compasivo

-¿Lista?- preguntó Némesis al verla en la sala

-Eso creo, pero no quiero irme-

-¿Por qué?- estaba desconcertado

-Tengo miedo, estar aquí me hace sentir segura... aqui con usted-

-Escucha, no puedes quedarte, aunque quisiera, tu lugar es el reino del norte, lo siento- la vio ponerse triste -¿Por qué no quieres irme

-Lo crea o no, siento algo por usted, mi lord, no ha pasado mucho tiempo desde que lo conocí, pero es la verdad-

-¿Por qué lo dices- preguntó algo nervioso, más no lo mostro

-Porque... lo siento en mi chispa.... me gusta el sonido de su voz, con escuchar una palabra suya mi chispa se siente mucha más cálida,me gustan mucho sus ojos, suele tener una mirada dura pero cuando es dulce y tierno he visto como se suaviza- tomo la mano del Rey -Me gustan sus dedos, para ser un ser de oscuridad tiene dedos bonitos, pero cuando tocan los míos se que son los dedos fuertes y largos de un mech- soltó su mano y lo miró también me gusta como me cuida, porque cuando caminamos juntos me gusta que aveces voltee a ver que le siga el paso y si estoy atrasada siempre se detiene y me espera- Némesis miro a otro lado para evitar su mirada -Me gusta como se ve al dormir, desprotegido como un sparkling con sus ojos morados cerrados- Sariatu puso su mano en la mejilla de Némesis -Al tocar su mejilla se calma- tocó ligeramente sus labios -Y cuando toco sus labios por curiosidad no lo nota y eso hace que me duela la chispa-

-Sariatu... aunque quisiera o sintiera lo mismo,no es posible, soy un demonio por así decirlo y tu eres... solo no sé puede-

-Mi lord...- fue interrumpida por un guardia del norte

-Señorita, ya es hora-

-Sera mejor que te vayas- agarro un estuche y se lo entrego a Sariatu -Tomalo como un regalo de bodas.... te deseo la mejor suerte-

Sariatu lo abrazo, un ultimo abrazo, para después irse, dejando a Némesis con la chispa rota y al borde de lágrimas cuando la nave despegó.
Estaba en el castillo, en su habitación, sentado en el piso recargado en los pies de la litera, con su rostro cubierto con su mano. Silky entró a la habitación y camino hasta donde estaba, se arrodilló junto a él para abrazarlo.

Mientras tanto, Sariatu se estaba preparando para la boda, tomó el estuche y lo abrió, era el violín que había visto. Lo guardo y lo escondió donde nadie lo viera, si lo miraban se lo quitarían.
Unos minutos después estaba viéndose en el espejo con su vestido de novia, no era el que quería, nisiquiera era del color que ella lo había querido

Sacó su violín, mirando cada detalle, sabía que Némesis se despedía con ese regalo y posiblemente no lo volvería a ver, no quería casarse, jamás lo quiso

-Sariatu- llamó Cyborg a sus espaldas

-Mi rey, yo solo...- Cyborg se acercó más a ella

-No quiero escucharlo, tú y yo tenemos algo pendiente, veo que dudas, quiero saber porqué- exijio

-No lo sé- miro a otro lado y le dio la espalda

-Yo te lo diré,tu amor por él, aún no muere- dijo de forma molesta

-¿Qué? No entiendo- lo miro confundida

-Perdiste la memoria por culpa suya hace dos años, él casi te mata, eres una Valkiria y él solo quería tu magia, casi te mata por obtenerla- dijo tomándola de los alambres de su cabeza y alzando la voz

-No... él nunca lo haría- dijo a duras penas

-Pues lo hizo, desde un principio, yo te quería como mi esposa, ¡pero fuiste y te topaste con él! Y ahora es mi turno de quitarle a su amor- la empujó al piso -Alistate, en unas horas será la ceremonia- salió dejándola en el piso.

Se abrazo a si misma, pensando en lo que le dijo, tal vez por eso no la quería cerca, temía hacerle el mismo daño una vez más.

Se que es muy corto, veré si el siguiente lo puedo hacer más largo, gracias por leer.