❄Capítulo 8
El trabajo había surtido efecto al final de días de arduos de investigación.
Resultó que el Senador Jung no sabía nada ni estaba al tanto de los juegos sucios de su hijo Hoseok. Yoongi y los demás abogados habían encontrado dos víctimas más del ex Jefe de Jimin. Solía contratar asistentes y después de acostarse con ellos los abandonaba.
Además Jimin no era el único que había resultado embarazado, también había envido a desaparecer a esos bebés. Era un hijo de puta.
El Senador había apoyado a la policía y a los abogados de las víctimas con recursos económicos para castigar a su hijo. Aparte de destituirlo de la empresa que tenía a su cargo le congeló todas sus cuentas y ahora iría a la cárcel.
Ahora venía lo más importante para Jimin. Recuperar a su cachorro.
Estaba nervioso y ansioso y el Alfa a su lado lo estaba por igual.
Estaban esperando en la sala de estar de una casa ahogar en donde el pequeño bebé casi era dado en adopción. De no ser por Yoongi y su rapidez en actuar Jimin lo habría perdido.
El rubio omega mordía sus uñas con nerviosismo esperando ver de nuevo a su bebé.
Una de las trabajadoras sociales del dicha institución lo llamó para que pudiera entrar. Jimin se puso de pie pero tomó la mano del Alfa y sus celestes orbes lo buscaron con incertidumbre.
—¿Me acompañas Alfa?
Yoongi quedó de piedra mientras trataba de entender que el omega le estaba pidiendo que fuera con él a recibir a su bebé.
—Es solo que me siento más seguro si tú estas conmigo.
Entonces Yoongi asintió, con su pecho inflado de orgullo porque descubrió que él provocaba seguridad en ese omega.
Caminaron juntos en silencio tomados de las manos mientras seguían a la trabajadora social hasta una gran sala, el enorme letrero decía "Sala cuna" y era de colores amarillos, celestes y rosas donde había varias cunitas de bebés apiladas contra la pared.
Los cachorros dormían y otros se movían inquietos entre las suaves sabanitas.
—Por aquí señor Park. —Llamó la mujer.
Los condujo hasta la esquina derecha donde estaba una cuna celeste y en ella había un bultito pequeño moviéndose sin parar.
—Le pusimos bomboncito porque es muy dulce pero desde que ustedes llegaron no ha dejado de llorar, siente su presencia.
Jimin sonrió mientras se acercaba y le quitaba las mantas. Era un bebé gordito de cabello rubio brillantes y ojos celestes como los de Jimin.
—Hola mi amor. —Canturreo Jimin Juguetonamente con mucho cariño al bebé mientras besaba su frente. —Oh Dios creí que te había perdido.
El omega no pudo evitar dejar sus lágrimas salir a flote.
Yoongi pensó que era la segunda sensación más hermosa cuando vio a Jimin tomarlo en brazos y acunarlo, su aroma a mandarinas y lilas inundó el lugar. Sin poder evitarlo sonrió un poco.
Al fin Jimin podía ser feliz pero significaba que se iría.
Jimin le había dicho que tenia planes de volver a Busan con su familia y Yoongi no tenía el derecho de decirle que no. Ni si quiera tenía una excusa para hacerlo quedar.
De pronto la figura menuda del omega se había acercado a él y le mostraba a su cachorro. Era la viva imagen de Jimin.
—Minnie es hermoso, como tú.
Yoongi no lo pensó solo lo dijo, cuando se vino a dar cuenta ya había dicho esas palabras que habían causado una sacudida en el estómago del omega.
—N-no yo Jimin yo solo, ah joder... Es tan bonito. —Finalizó Yoongi porque ya no sabía que más decir.
Jimin sonrió solamente dejando que el Alfa tomara al bebé en sus brazos, con sumo cuidado y miedo el pelinegro terminó por sostener al pequeño cachorro. Era muy pequeño y lindo. El corazón de Yoongi se llenó de amor en ese instante, recordó la sensación de cuando había cargado a Mey por primera vez. Fue un deja vu muy hermoso que no podría explicar en palabras.
Solamente lo miró largo y embobado, de verdad se parecía mucho a Jimin.
Al finalizar habían vuelto al hogar de los Min y una eufórica Mey los esperaba en la sala de estar junto a Lisa y la señora Cho. Increíblemente todas estaban ansiosas por conocer al cachorro de Minnie.
Yoongi ayudó a Jimin a entrar por la puerta sosteniendo el bolso del bebé que acababan de comprar en una tienda de artículos para bebés, se habían detenido a comprar porque el bebé no tenía pañales ni ropa ni nada. Así que Yoongi se había asegurado de que tuviera todo lo necesario al menos hasta que partieran de nuevo a busan.
El omega llegó hasta la sala de estar con el bebé en brazos y rápidamente fue rodeado por las dos más grandes.
—¡Oh pero que preciosura! —Chilló Lisa mirando al pequeño bolito de carne rosadito y rubio.
—Vaya es toda tu imagen Minnie, es muy lindo se parece todo a ti. —Dijo la señora Cho admirando al bebé.
"Menos mal" había pensado el Alfa.
Que al menos el cachorro no deseado por su padre se pareciera al omega eso era algo muy bueno. Conoció a Hoseok en el tribunal cuando con Jimin llegaron para acusarlo de secuestro y maltrato y desde que lo vio lo había odiado.
Ahora podía estar feliz porque había devuelto al omega su felicidad.
Mey aún no se había movido de su lugar en el sofá, miraba al bebé de lejos temerosa. Se notaba que comía ansias por verlo pero no se atrevía a acercarse.
Fue Jimin quien se acercó a ella.
—Hola pequeña ¿Quieres conocer al cachorro?
La niña asintió algo feliz y se levantó para ir al encuentro de Minnie y el bebé. El omega se arrodilló a media sala y Mey también. La pequeña se acercó lo suficiente y Jimin le mostró al cachorro. Los ojos de la niña se agradaron de inmediato al verlo.
Señaló con uno de sus deditos.
—Bebé. —La niña no dejaba de verlo.
—Si cariño es un bebé, es mi bebé ¿Te gusta?
—B-bonito. —Respondió Mey con una sonrisa.
Jimin se acomodó mejor sobre la alfombra y le acercó más al cachorro.
—¿Lo quieres sostener? —Preguntó mirando a la pequeña.
La niña pareció dudar un momento, buscó la aprobación de su padre quien estaba parado en el marco de la entrada de la sala apoyado en la pared con sus brazos cruzados mirando todo. Y Yoongi asintió con una sonrisa.
Entonces cuando ella dijo que si Jimin se lo coloco con cuidado en su regazo y la pequeña lo acunó con sumo cuidado.
—B-bonito, bebé. —Repitió.
El pequeño se removió un poco y la niña sonrió cuando abrió sus ojitos y la miró. Eso había sido algo bonito para ella conocer a un bebé fue una experiencia calida. El pequeño cachorro se había aferrado a uno de sus dedos y parecía que no la iba a soltar muy pronto.
—Iré a preparar chocolate caliente. —Canturreo la señora Cho muy contenta mientras que Lisa no perdía la oportunidad para tomar fotos de ambos cachorros.
Más tarde cuando habían acostado al bebé en la cama donde dormia Jimin, se encontraba el omega haciendo su equipaje para volver a busan. Estaba tan pensativo. ¿Qué le dirían sus padres?
Cuando estuvo con Hoseok jamás les contó que tenía una "relación" y que estuvo saliendo con alguien porque Hoseok nunca se lo permitió. ¿Qué le iban a decir cuando llegase a casa con un cachorro? No quería ser juzgado ni rechazado.
Pero debía volver porque no tenía a donde más ir, no podía quedarse ahí para siempre. Aunque Yoongi era un gran Alfa él ya tenia una familia, una cachorra muy bonita por quien velar y un trabajo estable. Jimin no quería ser una carga para nadie.
Así que su único remedio era volver a Busan.
Suaves toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.
Cuando abrió estaba el Alfa parado detrás con una taza humeante de chocolate.
—¿Qué pasó Minnie? —Soltó con la voz tan profunda y gruesa que lo caracterizaba.
—No... yo solo estaba pensando en mi familia. —Susurró.
El Alfa no sabía nada de la familia de Jimin el omega no había hablado con él sobre ellos. Pero estaba seguro que amarian a su nuevo integrante de la familia. Porque eso había hecho él que ni si quiera era parte de ellos. Amar a ese cachorro tan bonito.
—Chocolate. —Sonrió el Alfa mostrando la taza.
Él acepto sonriente la taza del oscuro líquido dulce que el Alfa le ofrecía. La señora Cho había dicho que si bebía suficientemente chocolate caliente la leche para el bebé le iba a abundar más. Y era verdad.
Jimin sentía sus pechos muy duros y pesados y el Alfa también podía percibir un suave aroma delicioso a leche.
Olía muy bien, pero eso jamás se lo diría al omega.
—Gracias Alfa.
Las mejillas del omega se sonrojaban con facilidad y eso le gustaba mucho al Alfa en particular.
—No es nada Minnie. ¿Cómo está el pequeño? ¿Le tienes un nombre? —Preguntó.
Jimin negó. Aún no había pensado en un nombre para el cachorro. O sea si tenía ya uno perfecto pero dudaba en ponérselo.
—Por el momento bebé esta bien. —Dijo.
Yoongi se dio cuenta que la pequeña maleta que le habian facilitado a Jimin estaba sobre la cama con las pocas pertenencias del omega, la ropa que él le había obsequiado y otras cosas.
—Entonces... estás listo para irte. —Habló. Algo en su voz sonaba triste.
En tres semanas se había acostumbrado mucho a la presencia del omega en su casa. Ahora era como si lo hubiera conocido hace tiempo o en algún otro lugar. Si se iba dejaría un vacío.
El omega asintió mientras dejaba la taza sobre el escritorio cerca de la ventana.
—No quiero ser más una molestia aquí. —Respondió con sus mejillas rojitas por la vergüenza que sincerarse le provocaba.
El Alfa se acercó más a él, el aroma a Lilas flotaba libre en esa habitación y no pudo evitar aspirar silenciosamente, sus fosas nasales se dilataron con cuidado para oler en aire.
—Aquí no eres una molestia jamás Minnie, pero necesitas estar en el lugar donde te sientas más cómodo.
Ahí.
El omega sentía que estaba bien ahí, ese hogar lo sentía muy cómodo, la compañía de la pequeña Mey la sentía muy cómoda y la presencia del Alfa la sentía demasiado cómoda.
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