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❄Capítulo 3

Las 5 y 30 de la tarde y Yoongi finalmente salía de su trabajo.

A la una tal y como había dicho había bajado al centro infantil para ver a Mey y despedirse de ella. Lisa la niñera había sido muy amable y se había ido con la pequeña después de que Yoon la viera y pasara unos minutos con ella.

Mey no había sido muy comunicativa con respecto a como había sido su día en el jardín así que suponía que al llegar a casa debía batallar para sacarle más que un asentimiento de cabeza y un par de monosílabos. 

Ahora que sé dirigía a casa había pasado comprando un bote de helado de fresa el favorito de Mey se lo daría después de la cena, esperaba que hubiera comido con Lisa.

Al llegar la luz de la sala estaba apagada pero el resplandor de la TV le anunció a Yoongi que alguien veía la TV. No se esperó a ver a Lisa sola en el sofá.

     —Buenas noches Lis.

La chica se puso de pie de inmediato y apagó el aparato.

     —Yoongi buenas noches. ¿Todo bien? —Preguntó.

Yoongi asintió dejando el helado sobre la encimera de la cocina.

     —¿En dónde está Mey? —El hombre se aflojó la corbata mientras repasaba la casa. La sala ya parecía sala de estar, sin cajas ni cosas tiradas por todos lados. La cocina al parecer también,  ya todo estaba colocado en su lugar.

     —Oh está en su habitación,  la señora Cho se acaba de ir dijo que venía mañana a la misma hora. Dejó galletas para la pequeña  Mey pero no me ha dejado entrar en la habitación. 

Yoongi arrugó el ceño un poco preocupado.

     —¿Pero si ha comido?

     —Comió el almuerzo que hizo la señora Cho e incluso pidió doble ración de comida pero comio en la habitación no quiso comer en el comedor dijo que estaría bien con su nuevo amigo.

¿Doble racion? ¿Será posible que esté comiendo el doble ahora? Ella siempre comió lo normal en una niña de 4 años. ¿Y ahora solo quería comer en la habitación?

     —Está bien Lisa muchas gracias,  te veré mañana a la una de nuevo.

El hombre caminó detrás de la chica que recogía sus cosas y miraba hacia arriba.

     —Es muy dulce pero creo que necesita amigos reales.

Yoongi asintió.

     —Lo sé es solo que ella lo está pasando peor que yo, pero me ocuparé de eso. Muchas gracias.

     —Nos vemos Yoongi.

Lisa la niñera se despidió con la mano y abandonó la casa.

Yoongi soltó un enorme suspiro y subió las escaleras hasta la habitación de Mey. La puerta estaba cerrada pero se podía apreciar la risa perfecta y encantadora de la niña.

Hacia tiempo que no reía así.

Yoongi abrió con cuidado para no asustarla y se quedó un momento esperando. Pero como nada sucedió abrió por completo entrando en la habitación.

     —Hola pequeña ¿Cómo estuvo tu día?

La niña miró a su padre y se levantó de la alfombra para recibirlo con un abrazo ansiado, Yoongi lo sintió. La necesidad de la niña en aquel abrazo.

     —extrañé. —Susurró.

Yoongi la acusó entre sus brazos y le acarició el cabello. La pequeña de papá.

     —También te extrañé mi niña hermosa. ¿Cómo estuvo el jardín de niños? —Preguntó. 

La niña sólo se encogió de hombros mientras bajaba del regazo de su padre.

     —Vamos a ver que hiciste hoy en la escuela.  —Yoongi tomó la pequeña mochila morada de la niña y abrió, sacó el libro que le habían dado uno donde había repasado con varios colores una letra A mayúscula.

También encontró una hoja con un dibujo.

     —Qué lindo dibujo cariño. ¿Quién es?

La niña se acercó a su padre y comenzó a explicar su dibujo.

      —ángel... brilla, y e-eres tú y yo. —Señaló los burdos dibujitos que había realizado  los tres estaban tomados de las manos. —mami Han... arriba. —La niña señaló el cielo.

Habían tres personas dibujadas, una de ellas tenía alas y un vestido blanco y su cabello dorado como el sol.  Y en el cielo había dibujo a su madre con alas de ángel.

A Yoongi se le estrujó el corazón.  Esa era la primera vez que Mey hablaba abiertamente con él sobre la muerte de Hannia. Ese era un tema que ambos se negaban  a tratar.

Sintió sus ojos picar así que tuvo que cerrarlos para tragarse las lágrimas.

     —Es... es uy lindo cariño.  —Su voz salio algo entrecortada.

    —¿Lindo? —Preguntó.

Yoongi asintió.

No sabía a ciencia cierta que era eso interesante que le había ocurrido recientemente que le haya hecho abrirse un poco más. Quizá era la mudanza o algo en la casa. ¿Y si de verdad había un ser en esa casa?

Sea lo que sea estaba haciendo un buen trabajo con Mey.

Aunque aun faltaba mucho por avanzar.

     —Bien cariño vamos a darte un baño antes de la cena. ¿Te parece?

La pequeña asintió,  no había sido tan fácil las últimas veces pero parecía que Mey estaba dando todo de sí por ayudar a su padre.

Logró bañarla y luego le secó el cabello con la secadora e hizo lo que pudo para hacerle una trenza.

     —Listo cariño estas hermosa.  Vamos a comer ¿Quieres que papi prepare algo especial para la cena?

La niña asintió mientras bajaban de la mano por las escaleras.

     —¿Kimchi?

Yoongi se quedó pensativo. En primera Mey no comía Kimchi porque ese era algo picante para ella.

     —¿Kimchi? Pero si a ti no te gusta eso amor.

     —Ángel...s-si... Kimchi...—Repitió.

Yoongi sonrió.

     —Lo haré pero ¿Y si  ángel no se lo come? —Dijo. Estaba seguro de que que su hija no comería eso.

Ella negó.

     —Bien le daremos su kimchi a ángel pero ¿Qué va a comer mi preciosa hija? —Yoongi tomó a Mey en sus brazos y la sentó sobre la larga encimera. Picó su nariz lo cual sacó una risilla de la nena.

Yoongi comenzaba a sentir su nueva casa un poco diferente. Algo que hacía tiempo había olvidado. Las sonrisas de Mey le daban un toque especial.

     —Arroz... pollo.

Yoongi sonrió.

Hacia tiempo que no preparaba comida casera ya que su hija y él habían adoptado la modalidad de comer cosas de la calle. Después de la muerte de Hannia a Yoongi se le había ido la inspiración para muchas cosas. Incluso para cocinar para ellos.

La señora Cho había dejado Arroz de la comida del almuerzo así que Yoongi preparó el resto. Pollo agridulce.

Afortunadamente había un frasco se Kimchi en el refrigerador, lo usaría aunque solo era para darle gusto a su hija. Sabía que ella no lo comería.

     —¿Está bien cariño? —Yoongi veía como la pequeña comía bocados de su Arroz frito y pollo agridulce.

Esa había sido siempre su comida favorita.

     —S-si. —La pequeña acabó de comer y bajó rápido de su silla.

     —Woow woow espera cariño ¿Cuál es la prisa?

     —Co-comida...á-angel.

Mey arrastró la silla de madera y rodeó con dificultad la isla desayunador hasta llegar al aparador de los platos.

Se subió y abrió las puertas de vidrio para sacar un plato. Yoongi corrió detrás de ella para ayudarla a bajar o podía caerse con el plato y hacerse daño.

     —Ven acá cariño yo lo haré.

Yoongi tomó el plato que Mey le tendía y sirvió el Kimchi y algo de pollo en salsa agridulce que la niña había pedido también y un vaso de refresco.

     —Vamos.

Yoongi soltó un suspiro y subió las escaleras detrás de su pequeña. Ella había dejado de hablarle en monosílabos y ahora decía palabras o frases cortas, según la psicóloga del nuevo centro de estudios de Mey, debía estimular más su habla y al parecer ella lo había logrado en sólo medio día.

Para Yoongi eso era muy sorprendente,  casi un milagro.

Sonrió con un poco de nostalgia porque era casi navidad, sería un lindo milagro de navidad pero para él sería la navidad más fría que viviría sin Hann a su lado.

Dejaron la comida así como la noche anterior sobre la alfombra frente al walkin closet de Mey.

     —Bien cariño vamos a lavar esos dientitos y a poner la pijama es hora de descansar. Espera aquí iré a recoger todo de la cocina y subiré a cambiarte y a  arroparte.

La niña asintió y Yoongi dejó la habitación. Todo lo hizo rápidamente, lavó los platos y los colocó. Limpio la mesa y guardó las cosas. Cuando acabó subió a la habitación sorprendido de que Mey ya estuviera en pijama y lista para dormir.

Yoongi estaba tan extrañado pero a la vez complacido por todo el increíble avance de su hija.

     —Wow pequeña ¿Lo hiciste todo? ¿Lavaste tus dientes?

La niña asintió.

     —Si.

Yoongi se acostó a su lado y acarició los cabellos de Mey. Se sentía muy tranquilo era como una especie de sueño porque todo estaba bien,  Mey estaba bien, ya no lloraba como antes de mudarse e incluso no tuvo que ofrecerle medicamentos para dormir porque ella había dormido sola la noche anterior y esperaba que esta noche fuera igual.

     —¿Te cuento una historia bebé?

Ella negó.

     —Ángel...

Yoongi se quedó con las palabras en la boca. Pero decidió no llevarle la contraria.  A la mañana siguiente harían una cita con la psicóloga del jardín y hablaría con ella del asunto.

Yoongi besó su frente y sus  mejillas y la arropó antes de levantarse de la cama. Dejó la luz de noche encendida y ella le sonrió.

Con toda la confusión a Yoongi se le olvidó volver más tarde por la comida que habían dejado en la alfombra le preocupaba que eso llamara roedores o alimañas a la casa.

Se quedó dormido y su alarma sonó pero él no la oyó. Estaba muy agotado y es que hacia tiempo no dormía tan bien.

    

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