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Capítulo 26

Dedicado a mi bebé Princess_of_Jin ❤💜

Jimin abrio lo ojos lentamente todo estaba obscuro a su alrededor, le dolía horrible la cabeza y se sentía mareado, estaban moviéndose muy rápido, cerró los ojos un momento tratando de orientarse y todos los recuerdos llegaron a su mente de forma dolorosa.

TaeHyung estaba muerto, no tenía idea de donde estaba Jungkook o si seguía con vida y el había sido secuestrado eso lo hizo sentir tanto dolor en su pecho, su garganta se apretó en un nudo, lo había perdido todo a su mejor amigo y al amor de su vida las imágenes de TaeHyung hicieron que un sollozo se le escapara de sus labios.

Había perdido a una de las persona más importantes de su vida, Tae era su mejor amigo, su hermano, su alma gemela y saber que no lo vería mas lo estaba destrozando por dentro, el dolor físico no se comparaba en ningún modo con el inmenso y desgarrador vacío que sentía por dentro.

Jimin solo quería morir también para dejar de sentirse así, la muerte era mucho mejor que estar sin TaeHyung y lejos de Jungkook.

—Lo siento Tae, lo siento mucho— murmuró abriendo los ojos de nuevo y mirando al cielo. Se estaban moviendo por agua y tenía la vista perfecta del cielo lleno de estrellas, sus manos estaban atadas al igual que sus pies y no tenía fuerza física ni mental para luchar en ese instante.

Uno de sus captores dio una orden y la embarcación se detuvo, ¿Por qué lo querían a él? ¿A dónde lo llevarían? ¿Este era su fin?

El príncipe trato de calmar los espasmo de su cuerpo que le causaban sollozos pero era una labor imposible por primera vez en su vida se sintió acabado.

¿Qué podía hacer ahora?

Las últimas palabras de TaeHyung llegaron a su mente: “Luchar como el temerario y rebelde que eres”

¡Este no iba a ser su fin!, si iba a morir lo haría luchando por su libertad y para volver a Jungkook, por el rey Jeon si estaba con vida debía estar buscándolo.

No iba a darse por vencido, no dejaría que el sacrificio de su mejor amigo fuera en vano, tomó un suspiro y trató de tranquilizarse, Él era Park Jimin Príncipe del Reino del Este no dejaría las cosas tan fáciles a sus captores.

Los hombres a su alrededor bajaban de la embarcación —Tenía Razón señor, cortar por el rio nos ahorró todo el viaje— escucho que uno murmuraba.

—No importa cuanta ventaja tengamos, debemos llegar antes que despierte el alba— Ordenó otro.

Esa voz, esa maldita voz ¡Jimin estaba seguro de haberla escuchado antes pero no recordaba de donde!

Todo estaba tan oscuro y esos hombres seguían con el rostro cubierto.

— ¿El príncipe? — preguntó de nuevo el hombre de la voz conocida.

—Sigue dormido, pero esta bien— 

—Bájenlo con cuidado no debe sufrir ningún daño— afirmó.

Jimin sentía que el corazón le latía tan rápido y aprisa que podría explotar dentro de su pecho movió sus pies de forma disimulada dándose cuenta que las cuerdas estaban totalmente flojas.

Ellos no iban a hacerle daño por lo que había entendido ¡¿Entonces para que mierda lo habían secuestrado?! Necesitaba saber quiénes eran estos hombres y lo que deseaban de él.

Fue levantado en brazos por uno de los hombres y sintió como se bajaban de la embarcación, una vez en tierra el príncipe en un rápido movimiento logró zafarse del agarre  y tomar la espada del hombre aunque no fuera mucho lo que podía hacer ya que tenía las manos atadas.

—Príncipe no haga más difícil para usted— Le dijo el hombre parado frente a el —Entrégueme la espada le aseguro que no será dañado—

— ¿Qué quieren de mí? ¡Responde! — Ordenó Jimin con voz firme.

—Solo debe venir con nosotros—

— ¿Quién te envió? No importa cuento te esté pagando por hacer esto si me dejas ir el rey Jeon pagara el doble — le propuso.

—No se trata de eso — Aseguró el hombre— Entrégueme la espada príncipe Park estamos perdiendo demasiado tiempo— murmuró antes de desenfundar su propia espada.

—Tendrás que matarme porque no iré contigo — Afirmó Jimin con convicción.

El hombre dio unos pasos cerca de él y lo desarmó con facilidad pero Jimin tenía otro propósito, aun con sus manos atadas fue lo suficientemente ágil como llegar al rostro del hombre y descubrirlo.

Los ojos del príncipe se abrieron llenos de asombro y la indignación lleno su ser ¡Por eso la maldita voz se le hacía conocida!

—General Jung— Dijo entre antes de lanzarle una patada justo en la entrepierna del hombre y hacerlo caer de rodillas.

Aunque el resto de hombres lograron dominarlo de nuevo — ¡Malditos! — Gritó Jimin indignado — ¡El rey Jeon confiaba en ustedes! —

—Llévenselo  y atenlo bien— Logró ordenar el general Jung poniéndose de pie con dificultad.

— ¡El rey Min es un bastardo que no conoce la lealtad! — afirmó el príncipe lleno de ira.

Jimin realmente no podía creerlo, ese rey le cayó muy mal desde el instante que lo vio y su actitud déspota hizo que definitivamente el hombre le resultara repulsivo pero no creyó que fuera tan canalla como para atacar a Jungkook.

¡Se suponía que eran amigos!, sus ojos se llenaron de lágrimas llenas de ira, el rey Jeon no tenía idea de que estaba siendo traicionado de manera tan baja y vil, esperaba que su padre apoyara a Jungkook y asesinaran al traidor de Min Yoongi.

Lo ataron aún más fuerte, amordazaron su boca y lo arrojaron dentro de un carruaje que echó a andar a toda prisa por la penumbra.

¡Esto no está pasando!, es una pesadilla Tae sigue con vida y voy a despertar en los brazos de Jungkook, suplicó mentalmente.

El rey Jeon no estaba seguro ese maldito hombre lo mataría, ¡necesitaba escapar! ¡Tenía que avisarle a Jungkook! la cabeza de Jimin cabeza empezó a dolerle de manera punzante como si estuvieran clavando una daga en ella los rápidos movimientos del carruaje lo marearon y empezó a sentirse sin oxígeno todo a su alrededor daba vueltas y sus ojos no pudieron permanecer abiertos por más tiempo.

Fue despertado de forma brusca unas manos heladas lo tomaron sin ninguna piedad arrastrándolo fuera del carruaje de nuevo la sensación de desorientación lo envolvió tenia las mejillas totalmente mojadas y sus ojos ardían, había estado llorando.

Estaba amaneciendo Jimin logró deducir porque la luz lo cegaba intentó abrir sus ojos de poco a poco aunque le dolían y todo se volvió aún más confuso. 

¿Estaban en su Reino?, este era el castillo del Reino del Este, donde había nacido y crecido toda su vida, Jimin no entendía nada.

¿Si había sido secuestrado por los hombres del rey Min, que hacía en el castillo de su familia?

Las enormes puertas se abrieron y caminaron por un pasillo que él conocía perfectamente bien iba a donde su padre hacia las audiencias, un par de guardias vistiendo el uniforme del Reino del Este les abrieron la puerta y Jimin fue arrojado al suelo frente al trono de su padre.

Esto parecía surrealista, justo frente a él estaba el Rey Park su padre que miraba con una mueca de desagrado en su rostro, pero no solo estaba el, también resto de su familia su madre le dio una mirada llena de tristeza y sus hermanos ni siquiera lo miraban.

— ¡Suéltenlo! — Ordenó el rey Park levantándose para acercarse al príncipe.

El hombre que lo había cargado al que ahora Jimin lo reconocía como uno de los miembros de la vanguardia de su padre cortó las sogas que ataban sus pies y manos y le quitó la mordaza de su boca.

—P-padre— murmuró Jimin confundido pero lo que recibió fue una fuerte bofetada.

—No vuelvas a llamarme padre— le ordenó el rey Park —Desde este momento te desconozco como miembro de mi familia y has perdido todos los derechos de príncipe—

Su peor miedo se había hecho realidad, su padre lo declaraba un paria.

Jimin no entendía nada sus ojos llenos de lágrimas buscaron los de su hermana pero pudo notar que ella estaba llorando también al igual que su madre.

—Mi señor, los reyes Min y Chwe están aquí — hizo saber uno de los guardias de la puerta.

—Hazlos pasar— Ordeno.

Jimin vio como los dos hombres entraron mirándolo como si fuera un desecho el príncipe realmente quiso tener una de sus dagas para clavársela al rey Min en el corazón cuando sus ojos se encontraron con los arrogantes del hombre.

—Rey Min, Rey Chwe ustedes son mis testigos, miren a lo que ha sido reducido uno de los príncipes del Reino del Este en manos del Rey Jeon soberano del Sur, Ese hombre vino a mis tierras bajo mi cordial invitación para darle la mano de la mi primogénita e hicimos tratado para ser aliados, disfrutó de mi hospitalidad y me convenció de permitirle llevar a uno de mis hijos como su aprendiz, pero en realidad ultrajó y corrompió al príncipe cometiendo la aberración de convertirlo en su amante y con ello rompió su palabra y el tratado que teníamos y por el honor la familia Park lo declaró culpable de traición y enemigo de nuestro Reino — 

— ¡No! — Gritó Jimin sin poder creer lo que estaba escuchando, ¿Los tres Reinos de habían unido para atacar al rey Jeon? ¡No era justo! —El Rey Jeon no me ultrajó, ni mucho menos me corrompió yo siempre he sido así, me siento atraído por los hombres y si hay un culpable aquí soy yo, el rey Jeon es muy bueno…

Su padre lo tomó por el cabello tirando de el —Pueden darse cuenta de las barbaridades que está diciendo, el rey Jeon es culpable ha logrado dañar la mente del príncipe y es por eso que pido su apoyo ya que con la rotura del tratado nos iremos a la guerra necesito saber que cuento con sus tropas para enfrentarlo —

Ambos reyes asintieron.

—Mis tropas están a tu disposición Rey Park— Dijo el más anciano de los reyes con una sonrisa asquerosa.

—También tienes el apoyo del ejército del Reino del Sur, Rey Park— Afirmó el Rey Min mirando a Jimin a los ojos.

—Es un maldito traidor con el corazón podrido— Le gritó Jimin de manera desgarradora,  realmente quería arrancarle la cabeza al rey Min, pero se sentía tan impotente, su amado no tendría oportunidad si tres reinos se unían en su contra ya había perdido a su mejor amigo y ahora le arrebatarían al amor de su vida.

—Envía un heraldo al Reino del Norte, estamos en guerra— Ordenó el Rey Park.

—Padre por favor permíteme explicart…

— ¡Cállate! Eres una vergüenza para mí — Le gritó el rey Park— No mereces si quiera seguir viviendo —

Jimin lo miró con sus ojos totalmente nublados — ¿Vas a matar a tu propio hijo? —

—Eres una abominación —Masculló el rey Park desenfundando su espada — No mereces llamarte un hombre — Había tanto asco en su voz.

Jimin sollozó dejando que sus lágrimas mojaran sus mejillas — Te amo Jungkook— susurró apretando sus ojos cuando la espada de su propio padre arremetió contra él.

Hola mis cositas del infierno mías de mí, sé que han estado esperando mucho por este capítulo y realmente espero que sea de su agrado y quiero agradecerles por cada mensajito por todo el apoyo que he recibido de su parte en mis momentos más difíciles.

Me gustaría saber si ¿Ya se lo esperaban o logre sorprenderles?

Nos leemos pronto y jamás de los jamases olviden lo mucho que NeRakPotter les ama.

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