
Capítulo 23
El rey Jeon abrió los ojos al despertar y de lo primero que se percató fue que el príncipe Jimin no estaba a su lado, se sentó de inmediato en la cama mirando a todos lados en la habitación el puesto a su lado estaba frio al parecer hacia mucho que se había levantado.
De inmediato se puso de pie para buscar sus ropas y enfundar su espada necesitaba buscar a Jimin y saber que estaba bien, ¡No estaba siendo paranoico, el rey de verdad necesitaba asegurarse de que Jimin estaba a salvo!, ya había pasado tres semanas desde su reunión con Min y aun no daban con el culpable de los ataques y aunque todo estaba tranquilo Jungkook no se confiaba.
Esta situación se sentía como la calma antes de la tormenta y su prioridad era mantener a salvo al hombre que amaba. Sí, el rey Jeon lo reconocía libremente para sí mismo, estaba locamente enamorado de ese rebelde y voluntarioso jovencito y ahora cualquier cosa para tenerlo a su lado para siempre así tuviera que dejar de ser rey.
Aun no le había dicho con palabras a Jimin que lo amaba pero lo haría una vez que tuvieran al culpable de los ataques Jungkook confesaría todo su amor por el príncipe y trataría de cambiar su tratado con el rey Park en vez de desposar a la princesa prefería una unión con Jimin y si el hombre no aceptaba estaba dispuesto a afrontar las consecuencias.
Una vez listo salió de la habitación directo a la que se suponía que ocupaba Jimin pero tampoco lo halló allí, una joven sirvienta le hizo una reverencia en el pasillo.
— ¿Has visto al príncipe Park? — Preguntó el rey Jeon.
—Si mi señor, el príncipe salió muy temprano hasta el huerto y también ordenó que se le desocupara la cocina— Contestó la joven sin levantar la mirada.
Jungkook arqueó una ceja ¿Qué ocurrencia traía entre manos ahora ese precioso diablillo? —Gracias — dijo a la mujer para ir en dirección del huerto que estaba más allá del jardín.
—A sus órdenes, Rey Jeon— contestó la joven.
Jungkook se abrió paso entre los guardias que custodiaban cada rincón del castillo hasta llegar al jardín allí logró divisar la hermosa figura del príncipe tomó una de las flores y con una sonrisa de enamorado caminó hasta Jimin.
—Buenos días príncipe Jimin, Has dejado la cama temprano— se quejó un poco.
—Quería recoger duraznos rey Jeon— Contestó Jimin encogiéndose de hombros.
—La mejor parte de mi día es cuando despierto teniéndote en mis brazos para besarte me has privado de eso hoy — Volvió a quejarse— Si querías duraznos pudiste haberle ordenado a algún sirviente que los recogiera por ti—
Jimin se echó a reír poniendo su canasta con duraznos en el suelo— Eres un torpe rey quejica— dijo antes envolver sus brazos en el cuello del rey y darle un delicioso beso de buenos días, lentamente besó los labios del rey con mucha pasión — Ya tienes tu beso — Susurró — Y quería recogerlos yo mismo deseaba tener los más hermosos para mi tarta—
Jungkook sonrió con uno de sus brazos en le cintura del príncipe y con el otro colocó la flor detrás de la oreja de este antes de volver a besarlo cortamente — ¿Vas preparar una tarta de durazno? —
—Yo te dije que era un experto en prepararlas y prometí que te haría una, ¿no lo recuerdas? Supongo que debe ser la edad — se burló Jimin.
Jungkook soltó una carcajada —Deja de burlarte de mí edad — pidió riendo— Y estaré feliz de comer de tu tarta, ya probé tu durazno— dijo apretando el trasero del príncipe.
Jimin también se rió — Eres un pervertido rey Jeon—
—Eso es todo tu culpa— lo acusó el rey.
Jimin sonrió amplió y orgulloso él no iba a negarlo.
— ¿Podemos no tener el entrenamiento ahora en la mañana?, es que quiero tener la tarta preparada para la hora del almuerzo— pidió con un puchero.
—Está bien, tengo una reunión con SeokJin — Aceptó Jungkook.
—Entonces ve a tu reunión y yo a la cocina TaeTae me ayudará— canturreó felizmente.
—Te ayudo con eso— El rey Jeon quiso tomar la canasta del suelo.
—Yo puedo solo — dijo Jimin orgulloso levantándola el mismo —Debes de dejar de tratarme como una delicada flor Jungkook—
—Tú eres mí sakura — comentó el rey Jeon —Ahora más que nunca esa va a ser mi época favorita del año, porque cuando florezcan los cerezos recordaré el día en que conocí al más hermoso y rebelde príncipe que se adueñó de mi corazón—
Jimin solo sonrió sonrojado y estuvo a punto de decirle al rey Jeon que él lo amaba pero se contuvo, su tiempo juntos se estaba agotando y mencionar sus sentimientos solo lo haría más doloroso — Eres un hombre encantador rey Jeon y yo tampoco podré olvidar el día en que nos conocimos —
Jungkook le acarició una mejilla al príncipe con ternura y le acomodó unos mechones de su largo y hermoso cabello negro detrás de la oreja — ¿Me permites acompañarte a la cocina? —
—Por supuesto— Jimin asintió encantado, hablaron un poco en los pasillos y se despidieron con un largo y dulce beso al quedar solos en la cocina.
—No vayas a hacer un desastre aquí — se burló Jungkook.
—Soy un experto en esto y mejor prepárate para probar la mejor tarta de durazno que hayas comido en tu vida— Aseguró Jimin juntando sus ingredientes.
—Buenos días, Rey Jeon, príncipe Park— SeokJin apareció.
—Buen día general Kim — Respondió Jimin sin mucho ánimo el hombre aun no le caía del todo bien.
—SeokJin es hora de irnos— dijo para señalar la puerta dándole una última mirada al príncipe salió del lugar.
TaeHyung apareció unos momentos después — Hasta que al fin llegas TaeTae ¿se te pegaron las sabanas? — Preguntó Jimin divertido.
—No es eso Jimin, es que vi que el general se dirigía hacia aquí y preferí esperar a que salieran— Dijo carraspeándose la garganta.
Jimin levantó una ceja — ¿Al fin te diste cuenta de lo imbécil que es y dejaste de seguirlo a todas partes? —
TaeHyung se mordió el labio inferior había estado evitando el tema y al general las últimas tres semanas después del beso —No es eso, ¿En qué quieres que te ayude? —
Jimin entrecerró los ojos —En lavar los duraznos por ahora— dijo entre dientes — TaeTae soy tu mejor amigo si tienes alguna duda o lo que sea sabes que puedes contarme ¿verdad? —
TaeHyung asintió suspirando —Jimin, ¿Realmente cómo te diste cuenta que te gustaban los hombres? —
Jimin le dio una mirada socarrona mientras vertía sus ingredientes en un tazón — Me conoces desde que era un niño Tae, no es como si hubiera sido un súper descubrimiento para mí, siempre supe que era diferente mientras mis hermanos practicaban yo estaba en la cocina tratando de aprender a hacer mis propios postres y que me atrajeran los hombres fue totalmente natural nunca logre interesarme en las jovencitas que visitaban el castillo, al principio tu sabes que tuve miedo de que mi padre se enterara pero el resto se dio de forma natural no hay nada de malo si te gusta un hombre—
Tae asintió —Besé al general Kim— murmuró bajito.
— ¿Qué? —Preguntó Jimin casi dejando caer su tazón.
—La noche de la fiesta él estaba hablando con un hombre y me sentí muy enojado por su forma de actuar y fue aun peor cuando el general me dijo que había tenido algo que ver con ese tipo, entonces lo besé— le contó TaeHyung sin levantar la mirada de los duraznos que estaba lavando.
Jimin tenía una sonrisa divertida en su rostro — ¡Besaste al general Imbécil!, ¿Qué tal besa? —
— ¡Eso no es lo importante Jimin! — Respondió Tae.
—Claro que es importante dicen que la forma de besar de un hombre dice mucho— cantó Jimin.
—Bien, el beso estuvo bien — contestó Tae — Pero ahora me siento confundido no lo sé, él dijo que me dejaría asimilarlo pero aun no logro hacerlo—
Jimin sonrió —No tienes nada que asimilar Tae, simplemente te gusta aunque me desearía que hubieras elegido a otro hombre menos irritante, te apoyo —
TaeHyung miró a Jimin a los ojos —No es tan simple—
—Si lo es, él es hombre sin ningún compromiso tú igual, se gustan ¿Por qué no intentarlo?, solo deja que tu corazón te guie a veces solo hay que hacerlo aunque vaya a terminar mal no puedes evitar enamorarte —
—Jimin…
—Piénsalo un poco y veras que tengo razón — Jimin le guiñó un ojo.
Tae suspiró tal vez Jimin estaba en lo correcto debía de dejar de evitar al general Kim de una vez y afrontar las cosas como tal como eran ¡Le gustaba un hombre! ¿No podría ser tan malo cierto?
♡
—No he tenido noticias del rey Min la última semana— Dijo Jungkook con voz seria.
—Tampoco he logrado obtener información, Namjoon ha estado indagando entre los ministros ninguno parece ser sospechoso —Contestó SeokJin con el ceño fruncido.
— ¡Señor es urgente se solicita! — Se escuchó un grito en la puerta.
SeokJin se apresuró a abrir — ¿Qué pasa? —
— ¡Hay fuego en la villa, un incendio está consumiendo las cosechas y también ha llegado a la aldea!— Informó el hombre alterado.
Jungkook se levantó de inmediato — ¿Ya están tratando de apagarlo? —
—Si mi señor, pero los hombres no son suficientes hay mujeres y niños en medio de todo—
—Ordena a los guardias acudir a ayudar— Exclamo a SeokJin para salir de la habitación rumbo a la cocina, entró encontrándose con el príncipe preparando la harina.
— ¿Jungkook que pasa? — Preguntó Jimin de inmediato preocupado.
—Hay un incendio en la villa los guardias van a ayudar pero quedaran algunos para proteger el castillo no quiero que salgas de aquí — La voz de Jungkook no dejaba ningún espacio para objetar.
Jimin asintió sin replicar —TaeHyung no lo dejes solo— murmuró el rey Jeon.
—Por supuesto—
—Jungkook cuídate mucho— Dijo Jimin mordiéndose el labio inferior.
—Volveré pronto amor— dijo antes de salir de la cocina rumbo a las caballerizas necesitaban los caballos para llegar más rápido.
—Espero que no sea tan grave— murmuró Jimin con nerviosismo mientras limpiaba la harina de sus manos.
—Yo también— contestó Tae —Pero ni se te ocurra querer ir ya escuchaste al rey Jeon—
—Lo sé, solo no puedo evitar preocuparme— exclamó de forma nerviosa.
La tarta quedó en el olvido Jimin estaba demasiado asustado para terminarla, desde las ventanas se podría ver la nube de humo que se alzaba en el cielo y el tiempo pasaba mortalmente lento.
— ¡Atacan el castillo desde el lado norte! — Una voz irrumpió en el silencio dejando a Jimin paralizado.
Hola mis preciosas cositas del infierno ¡Esto está que arde! Literalmente.
Nos leemos pronto.
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