
Capítulo 17
— ¿Realmente crees que sea prudente dejar la provincia en este momento?, es un viaje muy largo tendremos que acampar a mitad de camino y estaremos expuestos— advirtió el General Kim con preocupación.
El Rey Jeon tomó un suspiro, no había podido dormir en toda la noche desde que SeokJin le dijo que sospechaba que los estaban vigilando, ¿Pero quién? —Tal vez solo sean ideas tuyas Jin—
—No Jungkook, se lo que vi cuando tú y el príncipe estaban en el bosque, y no era uno de los aldeanos te dije desde hace mucho que tenemos espías en el Reino pero tu estas demasiado centrado en tu nidito de amor con el príncipe Park como para prestarle la atención debida al tema— inquirió SeokJin.
—Está bien, ¿Pero qué podemos hacer?, si son espías no deben ser muchos si nos quedamos en esta villa sospecharan que nos dimos cuenta, creo que debemos seguir trajimos a los mejores soldados con nosotros los miembros de la guardia real es mejor atraerlos a una emboscada y atraparlos para saber quién los envió—
SeokJin asintió —Creo que es una buena idea, pondré a todos los soldados alertas pero que no sean muy obvios, aunque todavía no entiendo ¿Qué diablos podrían querer?, estamos en tiempos de paz el tratado fue firmado por los cuatro Reinos—
—No lo sé Jin, el consejo no está muy feliz con el hecho de que yo no tengo un heredero— contestó Jungkook entre dientes.
— ¿Crees que quieran que dejes de ser rey?, eso es imposible los Jeon han gobernado el Reino del Norte desde que se estableció la paz, además pronto desposaras a la princesa Momo—
El Rey Jeon pasó se pasó las manos por el rostro — Tal vez solo estamos especulando y tu hayas confundido a un aldeano y nos estamos preocupando de mas—
—No voy a bajar la guardia hasta que no estemos seguros de que no es nada malo, es mi deber cuidar tu trasero — Afirmo Jin.
—Iré a despertar a Jimin— dijo Jungkook poniéndose de pie.
— ¿Le dirás?, sobre todo esto, creo que sería mejor hacerle saber así él puede ser un poco más prudente —
—No quiero preocuparlo, tal vez no sea nada sin embargo dile a su guardia que esté atento, he visto que se han vuelto cercanos— el Rey Jeon levantó una ceja.
Jin solo se rió —Anda ve a despertar a tu insoportable príncipe, partimos al despertar el alba—
Jungkook caminó de regreso a donde estaba el príncipe durmiendo, el rey no pudo evitar sonreír al verlo, su rostro sereno, su boca entreabierta, y la respiración apacible recordó las palabras del niño del día anterior, es que en realidad el príncipe parecía un ángel.
Park Jimin tenía una belleza tan única que no parecía de este mundo.
Jungkook le acarició la larga y sedosa cabellera azabache sintiendo un cosquilleo recorriendo su pecho, ese precioso y testarudo chico se había vuelto una parte vital del Rey Jeon que la sola idea de tener que separarse se sentía como una maldita daga en su corazón.
¿Así que esto es el amor?, se preguntó a sí mismo, a sus casi 30 años apenas estaba descubriendo lo que sentía amar a alguien y a pesar de la forma en que todo se estaba dando entre ellos el rey Jeon se sentía jodidamente afortunado de poder conocer a alguien que despertara estos sentimientos en él.
Este chiquillo con un aura angelical, la belleza de la flor del cerezo y una sonrisa tan radiante como el despertar del sol, pero con el carácter de un rebelde demonio, además de su descarada forma de ser que no parecía conocer la vergüenza se había adueñado de cada fibra de su ser de todos sus pensamientos y de su corazón completamente.
Pero no le confesaría a Jimin todos estos sentimientos aun, primero se encargaría de todo lo que estaba pasando a su alrededor, la prioridad para Jungkook era la seguridad de su Reino pero sobre todo la del hermoso hombre dormido entre las mantas.
—Jimin, oye preciso durmiente — le susurró en su oído.
—Uhhm— Recibió un gruñido por parte del príncipe.
—Es hora de despertar, debemos viajar—
—No quiero— Jimin hizo un puchero aun sin abrir los ojos.
—Vamos ya dormiste toda la noche, abre esos ojitos tuyos para mí— pidió el Rey Jeon.
—Pero aún tengo sueño— se quejó Jimin — ¿Por qué tenemos que irnos tan temprano? —Preguntó tallándose los ojos.
—Porque el viaje es muy largo y quiero que recorramos el territorio lo más antes posible— explicó Jungkook.
— ¿Es por lo que pasó ayer? — Jimin se sentó en la cama.
— ¿De qué hablas? — Preguntó Jungkook carraspeándose la garganta.
—No creas que soy tonto Jungkook, el general Kim tenia cara de haber visto al mismísimo diablo cuando nos interrumpió en el bosque, luego de eso no me dejaste salir de aquí, ni que TaeHyung se despegara de mi lado hasta que te acostaste junto a mí— Jimin suspiró — sé que algo está mal y tú no quieres decirme—
—Te equivocas precioso — Jungkook le dejó un beso en la nariz— todo está bien, vamos sal de la cama saldremos al despertar el alba y te mostraré una preciosa laguna donde podremos pescar—
Jimin frunció el ceño — ¿Pescar?, yo quiero pescar preferiría que me besaras o mejor aún que me hicieras el amor—
—Eres una insaciable cosita del infierno— exclamó Jeon negando con la cabeza y poniéndose de pie.
Jimin soltó una risita — ¿Sabes? me gusta cómo suena eso— el príncipe se puso de pie y dejó caer sus ropas de dormir al suelo— soy una tentadora cosita del infierno—
Jungkook gimió devorándose con la mirada ese precioso cuerpo desnudo — Te espero afuera, todos se están preparando — dijo desviando la mirada, porque si seguía viendo esa hermosa imagen frente a él sucumbiría a la tentación.
Una vez todo estuvo listo el príncipe hizo su aparición usando esta vez una hermosa ropa roja con bordados dorados más los valiosos pendientes de rubí que el rey le había obsequiado.
Jungkook no pudo evitar sonreír como lo que era un hombre enamorado —Príncipe Park, se ve usted encantador en este día —
—Siempre me veo encantador rey Jeon — contestó el sonriendo.
Jungkook negó con la cabeza y posó su mano en la espalda baja del príncipe guiándolo hasta el carruaje para empezar el viaje, miró hacia TaeHyung y este asintió con la cabeza antes de entrar al carruaje con Jimin.
El rey Jeon se despidió del Ministro Cha y dio la orden de partir, todos los soldados estaban alerta a cualquier cosa inusual durante el trayecto que fue bastante agotador un par de paradas para comer y pero siempre con centinelas vigilando el área.
A Jungkook definitivamente no le gustaba esto, estar bajo la zozobra de ser vigilado, pero todo parecía estar tranquilo por el momento hasta que al atardecer llegaron al lugar donde acamparían, era un plano era un punto estratégico que había elegido el general Kim.
Jimin bajó del carruaje con la ayuda de TaeHyung mirando el lugar donde estaban estableciendo la tienda donde el dormiría con el rey Jeon, el aire que se respiraba era puro y una brisa fresa acariciaba sus mejillas moviendo un poco su largo cabello.
—Es un buen lugar para acampar — dijo a su amigo.
—Lo es, pero quédate cerca de mí —
Jimin rodó los ojos — ¿Averiguaste lo que pasa realmente? — Preguntó.
—No pasa nada Jimin, pero siempre has sido un imprudente así que no te alejes, este no es tu Reino — Respondió TaeHyung serió y sin mirarlo a los ojos.
—Puedo ser prudente también— se quejó Jimin con puchero.
TaeHyung le dio una mirada llena de incredulidad y Jimin simplemente se rió.
Jeon caminó hasta ellos y Jimin le dio una mirada picara — ¿Cumplirá su palabra Rey Jeon? —
Jungkook lo miró confundido.
— ¿Enseñarme a pescar? —
—Pensé que no te había agradado la idea— respondió Jungkook.
—He cambiado de opinión — Jimin sonrió pícaro y señaló a la laguna que estaba a unos metros de ellos, antes de quitarse sus pendientes y algunos adornos para el cabello y entregárselos a TaeHyung.
—Está bien, pero no tardaremos mucho — Jungkook le sonrió —Iré por lo que necesitamos—
Jimin asintió y siguió al rey la idea de pescar no era divertida pero el simple hecho de pasar tiempo con el rey Jeon era increíblemente maravillosa.
Jungkook le explicó todo que debían hacer pero Jimin definitivamente estaba más interesado en lanzar piedrecillas al agua — Jimin estas espantando a los peces— dijo el rey.
— Esa es la idea, pobres déjalos tranquilos ellos también tienen derecho a vivir—
— ¿Entonces por qué dijiste que querías pescar? — Preguntó Jungkook arqueando una ceja.
Jimin se encogió de hombros con una sonrisa radiante en ese momento los rayos naranjados del sol de los venados acarició las mejillas del príncipe.
Jungkook negó con la cabeza y simplemente se olvidó de todo sin poder evitarlo atrajo a Jimin hacia su cuerpo rodeándolo por la cintura y unió sus labios en un dulce beso que el príncipe le correspondió de inmediato.
Los soldados que estaban a su alrededor se hicieron los que no veían nada, los miembros de la guardia real eran hombres leales al rey y uno de sus principales juramentos además de salvaguardar la vida de su monarca guardar los secretos del rey como si fueran propios.
—Vamos a la tienda necesitas descansar un poco además de comer algo — le susurró Jungkook en los labios.
—Está bien, pero no quiero descansar al contrario tengo mucha energía — le respondió Jimin mirándolo con malicia.
Jungkook le iba a responder pero en ese momento una daga voló tan cerca de ellos que rozó la mejilla del rey Jeon haciendo que unas gotas de sangre destilaran de la cortada, fue algo tan rápido que Jimin se quedó paralizado.
Uno de los guardias fue lo suficientemente veloz como para responder con una flecha que quedó clavada en el pecho del agresor, y de un momento a otro su campamento se convirtió en un campo de batalla.
— ¡TaeHyung protégelo! — Jimin escuchó el grito del Rey Jeon mientras alguien tiraba de su brazo.
Jimin tenía los ojos muy abiertos ¡Esto estaba pasando! ¡Era real! Estaban siendo atacados, todos los soldados de la guardia estaban combatiendo para defenderse el sonido de las espadas al chocar hacían eco en el silencio.
TaeHyung lo estaba alejando del peligro pero podía ver a Jungkook luchar con hombres que tenían el rostro cubierto — ¡Jimin corre! — le ordenó Tae mientras enterraba su espada en el estómago de un hombre.
El pecho del príncipe subía y bajaba, — ¡No! — sentenció, Él no iba a correr dejando atrás al hombre que amaba, Jimin tomó la catana ensangrentada de uno de los cuerpos tirados en el suelo y apretó la empuñadura fuerte entre sus manos.
Empezó a defenderse no era un experto pero puso en práctica todo lo que había aprendido de Jungkook, aunque claramente con los hombres que los atacaban sus habilidades no eran suficientes y se vio desarmado y en el suelo.
Afortunadamente el general Kim atravesó la espalda del tipo que lo atacaba con su espada, manchando las ropas del príncipe con sangre, pero otro hombre se lanzó por SeokJin, Jimin alcanzó una daga que estaba tirada a su lado y la lanzo clavándola en la frente del agresor del general.
TaeHyung lo ayudó a ponerse de pie — ¿Jimin estas bien? — Preguntó preocupado al verlo machado con sangre.
—Estoy bien — Contestó Jimin con voz temblorosa.
La batalla tan rápido como empezó terminó, los soldados de la guardia real lograron acabar con quienes los atacaban y empezaron a recorrer el área buscando minuciosamente por si venían más.
El Rey con el corazón latiendo tan rápido como un caballo de carreras se apresuró a revisar al príncipe — ¿Cariño te encuentras bien?, ¿te hirieron? — interrogó con la voz apresurada tocando las machas rojoas en la ropa de Jimin.
—La sangre no es mía, estoy bien — respondió lanzándose a abrazar al rey.
Jungkook lo rodeó con sus brazos sintiendo como el alivio recorría su cuerpo — ¿SeokJin cómo es que pasó esto?, se suponía que nosotros los emboscaríamos no al revés —
— ¡Esos malditos conocían el área! Atacaron antes de que tomáramos posiciones — exclamó el general —No son espías Jungkook, son jodidos mercenarios e iban a matarnos, míralos—
— ¿Qué? ¿De qué hablan? ¡Ustedes sabían que nos atacarían! — Jimin se apartó de los brazos del Rey —Desde ayer estaban sospechosos ¡yo sabía que algo estaba pasando! Pero me aseguraste que todo estaba bien —
—Jimin no quería preocuparte no estábamos seguros de nada — Jungkook volvió a tomarlo por las manos.
Jimin se soltó de su agarre — ¿No querías preocuparme? ¡Casi morimos todos aquí! —Miró a TaeHyung — ¿Tu lo sabias verdad? — su mejor amigo bajó la mirada y asintió.
—Queríamos protegerte Jimin— le explicó Tae.
— ¿Protegerme?, ¿Cómo mierda no decirme que tal vez nos atacarían iba a protegerme? — Preguntó alterado — ¡Ustedes son unos malditos egoístas! —Gritó con lágrimas en sus ojos.
Hola preciosas cositas del infierno, espero que se encuentren súper bien, les traje un poco más de la historia de nuestro precioso e intrépido príncipe, espero que les guste.
Hasta la próxima bebés.
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