Punto de vista de JiMin

Hoy era un día de visita de parte de los reyes vecinos y sus hijos que también eran mis amigos y todos teníamos la misma edad, trece años, así que apenas llegaron los reyes y sus hijos, me llevé a mis amigos y nos marchamos a dar un paseo a caballo sin avisar a nadie ya que no nos interesaba lo que hablaban nuestros padres, pero nunca se nos pasó por la cabeza que durante el paseo nuestros destinos iban a cambiar y ya nada iba ser cómo lo conocíamos.

―Me pregunto qué pasará cuándo descubran nuestra partida, todo será un caos a nuestro regreso― Les dije a mis amigos a lo que estos me miran con diversión.

―¿Y que? Nuestros padres deberían saber que no nos gusta quedarnos dentro a escucharlos hablar de cosas que no entendemos― Respondió Seokjin, con los brazos cruzados a lo que los otros dos suspirando niegan con la cabeza.

―Vamos chicos, saben que ellos solo desean que prestemos atención a lo que hablan para así aprender a ser buenos gobernantes en el futuro― Comentó Taehyung, a lo que yo y mis otros amigos hacemos una mueca y este riendo niega mientras en silencio seguimos nuestros paseo sin ningún rumbo, solo a dónde nos llevaba el viento.

Mientras los cuatro iban divertidos cabalgando, en otra parte un poco más lejos de ellos en un carruaje estaban viajando cuatro chicos donceles que iban a una reunión con el Faraón y, con ellos iba su tutor y guardia.

Los cuatro piensan en lo que les han dicho sus padres que se han reunido en el palacio del reino de los padres de la líder del grupo, no les han dado el mayor detalle, dijeron que al llegar allí lo van a descubrir.

―¿De que creéis que trata todo eso y porqué nuestros padres no nos han dicho nada?― La pregunta está hecha de forma retórica porqué porqué sabe que ninguno recibirá respuesta hasta la llegada al palacio del faraón.

―Supongo que al llegar lo vamos a  descubrir y sabremos que hacer, pero saben que sea lo que sea, no podemos negarnos ya que se ha decidido desde antes de nuestro nacimiento― Comentó el líder con un suspiro y sus amigos asienten quedando en silencio mientras siguen su viaje y su tutor y guardia no dice nada.

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En el palacio...

El faraón y sus amigos se encontraban en la sala del trono hablando.

―¿Creéis que van a aceptar sin quejas la noticia de su compromiso y próximo enlace con las príncipes donceles?― Pregunta el faraón de forma retórica ya que todos saben que harán un escándalo, bueno los chicos ya que los donceles aceptarán sin réplica la orden de sus padres y reyes.

Todos quedan en silencio sin saber que más decir a lo que el emperador de Japón responde. ―Tienes razón amigo, ellos piensan que no sabemos de su escape, pero para su desgracia lo hacemos, puede que la llegada de estos príncipes donceles cambie sus vidas y la nuestra.

Todos tienen la esperanza que eso sea verdad, pero también se preguntan si de verdad los dioses harán ese milagro.

JiMin
Durante nuestro viaje iba pensando en mi vida y futuro, nosé que va a pasar y que van a decir mi padre y los de mis amigos, yo estoy prometido con Ryujin la princesa de China y la amo o eso creo, la verdad nosé ya que nunca he experimentado algo así.

Después de un largo paseo vimos que era un poco tarde y decidimos que era hora de volver al palacio donde nos esperaba un gran regaño, les digo eso a mis amigos y ellos asienten y todos volvemos al palacio llegando dos horas antes de la cena. Luego de bajarnos de nuestros caballos y dejar la orden de que les alimenten y darles de beber, entramos dentro dónde vemos en la sala del trono a nuestros padres en compañía de cuatro donceles bastante hermosos, uno de pelo negro, ojos cereza y piel pálida, el otro de pelo rojo y ojos azules, el tercero es de cabello castaño y ojos marrones y, por último, un chico de pelo rubio y ojos negros.

Para ser sinceros, me quedé cautivado por el pelinegro, pero...yo amaba a mi prometida, ¿no?Por algo me comprometí con ella.

Mis amigos habían quedado igual de cautivados por los otros chicos, pero ninguno de nosotros llegamos a decir nada, hasta que mi padre nos habló.

―JiMin, acércate junto a tus amigos y dadle la bienvenida a vuestros futuras esposos― Eso nos dejó en shock a todos que nos miramos perplejos.

―¿Que? ¿Pretendes que deje a mi amor, para casarme con él?― Pregunté furioso señalando al pelinegro, con desdén y furia, que aún no sale de su shock igual que todos.

Mi padre solo me mira. ―Te vas a callar y vas a respetar a su alteza el Príncipe de Roma, ya que vuestro compromiso igual que el de sus amigos y tus amigos fue decidido antes de que ustedes nacieran― Dictaminó, serio y con voz de mando, sacando su poder bruto.

Todos nos quedamos en shock, ya que mi padre al ser el faraón no por nada es comparado con el mismo Horus encarnado. Suspirando todos damos un asentamiento.

―¿Muy bien, podemos irnos ya? Estamos muy cansados y no deseamos quedarnos más de lo que ya lo hemos hecho para escuchar eso― Habló Seokjin, serio y frío.

Su padre, el emperador de Japón responde mirando a Seokjin severamente. ―Todavía no. Tenéis que llevar cada uno a su prometido al cuarto que les ha sido asignado durante su estancia aquí y, pasar tiempo juntos hasta el día de la boda que se va a celebrar dentro de dos años. Ahora podéis marchaos― Ordenó, serio y con poder en su voz y todos nos vamos sin dar una mirada a los chicos que eran los que iban a robarnos la libertad.

Las cuatro donceles se quedaron en silencio y su tutor miró al faraón serio. ―Faraón, sabe que ese no fue el trato, si alguno de ellos llega a sufrir, sus padres pondrán el grito en el cielo y cualquier alianza y pacto que deseáis hacer con esos reinos será roto― Comenta con seriedad, señalando lo obvio.

―Entonces, ¿qué debemos hacer para que no se llegue a eso por la rebeldía de nuestros hijos?― Exige saber el faraón.

―Vamos a esperar y ver qué pasará en estos dos años hasta y después de la boda y al más mínimos error de su parte, vamos a actuar como debe ser― Comenta el rey de China.

El tutor y guardia de los jóvenes donceles asiente. Todos se miran a lo que el tutor de las chicas da su última advertencia.

―A pesar de todo lo que habéis hecho vosotros para que vuestros hijos se comporten, dudo que todos lo hagan y me temo que gracias a su educación y rebeldía, el príncipe JiMin es el que va a hacer las cosas más difíciles y por su culpa las relaciones que tenéis con esos reinos se lleguen a fracturar y cualquier alianza no llegue a ser posible. Algo me dice que su alteza, el príncipe Yoongi va a sufrir y sólo su dulce y puro corazón va a salvar al príncipe JiMin de la furia de sus padres y dioses. Es una advertencia que les doy a usted y sus amigos, gran faraón― Advierte mostrándose serio y dando una reverencia se marcha con sus guardias dejando a todos en shock.

Al salir, el faraón dice con un suspiro de dolor. ―¿De verdad será tan tonto mi hijo?― Pregunta más para sí mismo, con dolor y tristeza a lo que estos se miran y sin saber que más decir se levantan de sus tronos y van a su habitación cada uno hasta la cena.