٬ 𝟬𝟯. destroy my love. ៹
๑₊꒷﹕𓏲 ( 𝓜 ) 𝙼𝙸𝚂𝚄𝙽𝙳𝙴𝚁𝚂𝚃𝙰𝙽𝙳𝙸𝙽𝙶 ! ꒷៹ ˖
003.┊ DESTRUYE MI AMOR.
꒰# MIÉRCOLES E1 T1 ; Los miércoles son tristes.
꒰ · ❝ Me invitaste a bailar
aquel día, pero nunca supe girar. ❞
AURORA ABRIÓ LA VENTANA ANTES DE poder pensar con claridad y luego observó al chico entrar en la habitación, ella siguió de pie con los brazos cruzados temerosa de cómo podría acabar aquella conversación.
—¿Y bien? —preguntó Aurora mirando entre el chico y la puerta por miedo a que alguien la abriera— ¿Qué quieres decir?
—El accidente —empezó, pasándose la mano por el pelo y echándoselo hacia atrás—. Sé que no fue tu intención —continuó Xavier antes de que ella pudiera decir nada—. Estoy intentando ser tu amigo... otra vez.
Aurora había estado mirando al suelo desde que mencionó el accidente, pero levantó la mirada con visible confusión al oírle hablar de intentar volver a ser su amigo.
—¿Por qué ibas a querer eso? —cuestionó ella, su cabello morado oscuro cubría una parte de su cara que a Xavier le gustaría ver—. Te hice mucho daño, Xavier estuviste fatal en aquel hospital, si te hubieras visto...
—¿Me fuiste a ver? —preguntó y Aurora no podía creerse la forma en que ignoraba literalmente todo aviso sobre el peligro.
—Claro que fui —admitió evitando sus ojos—. Cuando me fugué porque pensé que me meterían presa y no podía...
Aurora no terminó, esos sentimientos eran demasiado para ella, admitir que la idea de no ver a Xavier después de aquella horrible noche era un terror que parecía algo demasiado extremo para ella. Pero había cosas que no necesitaba decir para que él entendiera, siempre habían sido así y por eso estaban tan unidos, por eso también Xavier se acercó en ese instante y apartó suavemente el cabello violeta del rostro de la chica.
Contuvo la respiración sin darse cuenta, y luego levantó la vista para poder alcanzar los ojos, ahora azules. Y para desgracia de Aurora, Xavier le estaba sonriendo.
—No, no, no...
Y entonces se abrió la puerta y Aurora saltó al igual que el chico que intentó esconderse en la parte más oscura de la habitación. El corazón de ambos parecía querer saltar, pero se calmaron cuando vieron entrar a Judith con varios snacks en los brazos intentando equilibrarlo todo. La pelirroja miró a su amiga que estaba más pálida que de costumbre y luego al chico que salió de las sombras y entonces negó con la cabeza.
—No es ninguna sorpresa —concluyó ella finalmente mientras los otros dos se recuperaban del susto—. Pero tienes que irte, ahora mismo. Thornhill va a venir a comprobar que todo el mundo está en la cama.
Xavier asintió y luego miró a Aurora una última vez pero la chica seguía congelada por la confusión, corrió hacia la ventana y finalmente salió de la habitación dejando solas a las dos chicas.
—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Judith, escondiendo sus patatas fritas sin ajo debajo de la cama.
—No. Nunca. —contestó Aurora y corrió de nuevo bajo las sábanas y hasta las almohadas.
La noche fue turbulenta, los sueños seguían produciéndose, como cortes de alguna película bailando en su mente sin llegar a formar una frase. Y entonces los cortes cesaron, y el subconsciente de Aurora pareció querer darle un aviso, pues soñó con un viejo recuerdo.
Estaba en la misma habitación, pero llevaba un traje diferente y el pelo más corto y claro, era un recuerdo de hacía seis meses. Xavier Thorpe estaba frente a ella y se reía de algo que decía, probablemente era la única persona que la encontraba graciosa, y esa era una de las razones por las que él debía mantenerse lejos.
En su sueño o viejo recuerdo, todo ocurría exactamente igual que la última vez. Aurora encontraba una taza de té en su mesita de noche y la bebía mientras escuchaba al chico hablar de cómo sus dibujos mejoraban cada día, era una verdad innegable, en algún momento Aurora guardó la taza roja y luego se sentó a su lado.
Fue entonces cuando todo empezó a ir mal.
—Deberíamos ir juntos a la fiesta de Bianca —dijo Xavier cambiando repentinamente de tema—. Ya sabes, a bailar.
Parecía nervioso y curioso por la respuesta de Aurora ya que la miraba fijamente a la cara mientras balanceaba una de sus piernas sin parar.
—Podríamos —dijo Aurora y vio como la expectación de Xavier brillaba en su cara con esa enorme sonrisa que se estaba volviendo a formar—. Pero yo no sé bailar.
—¿No sabes? —preguntó Xavier sorprendido, viendo que Aurora asentía un poco avergonzada—. Pero tus tíos...
—Sí, lo sé —Aurora se encogió de hombros, ojalá se le diera tan bien el baile o cualquier otra cosa que intentara hacer como a Morticia—. Intentaron enseñarme, pero no funcionó.
Xavier la escuchó atentamente y luego se levantó, caminando hacia una mesita de Judith la arrastró a un lado liberando espacio, sacó su móvil del bolsillo buscando una canción y luego se volvió hacia Aurora.
—Baila conmigo —pidió, tendiendo la mano a la chica que seguía sentada en la oscura cama.
—¿No has oído la historia? —Aurora rió incrédula—. No sé bailar, Xavier.
El chico la sostuvo de la mano levantándola ignorando lo que le decía, Aurora se dejó llevar a pesar de que no sabía girar y los pasos parecían más bien enormes obstáculos que tenía que superar, se dejó guiar por Xavier, duró treinta segundos y le pisó el pie.
—Yo te avisé —se defendió al ver la mueca de dolor del chico.
—Está todo bien, tranquila —le puso la mano en la cintura—. Sólo déjate llevar, yo te llevo.
Aurora se detuvo y respiró hondo, colocando las manos sobre sus hombros y dejando que él mandara. Xavier se ganó al menos cinco pisotones antes de que Aurora aprendiera lo que significaban las palabras "déjate llevar". Pero al cabo de un rato todo pareció calmarse.
Las piernas de Aurora dejaron de sucumbir y dejó de preocuparse tanto por los errores que pudiera cometer durante el baile, fue entonces cuando los cabellos de color púrpura se agitaron durante el giro perfecto de Aurora, estaba bailando, bailando con él.
Sonrió porque lo había conseguido justo a tiempo para el final de la canción, Xavier lo celebró con ella, y ese momento era perfecto, y debería haber acabado ahí.
—¡Lo conseguí! —saltó sobre el suelo, por primera vez parecía realmente emocionada por ello. Xavier nunca la había visto sonreír así, la sonrisa era tan grande que parecía iluminar todo el lugar—. ¿Lo has visto? Lo estaba haciendo muy bien, fue un giro perfecto y....
Aurora dejó de hablar porque Xavier se acercó pegando sus labios de forma rápida, tan deprisa como se acercó se apartó, temeroso de la reacción de la Addams.
La chica se puso seria, y eso le preocupó aún más, ella pensó y se quedó callada hasta que asimiló exactamente lo que estaba pasando. Y de repente sintió un terrible dolor de cabeza, las cosas parecían duplicarse y los ojos le ardían, se encogió de dolor, asustando al chico que tenía enfrente.
—Aurora, ¿estás bien? —preguntó acercándose de nuevo a ella y esta vez tomando una de sus manos al verla temblar. La chica permaneció en silencio y eso le preocupó porque estaba visiblemente dolorida—. ¡¿Aurora?!
El dolor era incontrolable, cada hueso, nervio y vena de su cuerpo parecía cubierto de veneno, infestando también cada parte de su cerebro, y cuando Xavier la tocó pareció quemarla aún más.
—¡Sal de aquí! —pensó que acababa de gritarle, y se asustó cuando se dio cuenta de que no lo había hecho. Aurora bajó las manos cuando vio al chico caer al suelo inconsciente— ¡Xavier!
Luchando contra el dolor, Aurora lo acercó para ver lo magullado que estaba, tenía sangre en la frente y no se despertaba de ninguna manera. La chica que aún sentía arder su piel al sentir cualquier roce arrastró al chico hasta la puerta, aunque eso también la torturara.
—¡Ayuda! —gritó Aurora al abrir la puerta y pronto vio a varias personas saliendo al pasillo— ¡Necesito ayuda!
Una sola lágrima se escurrió de los ojos de Aurora, era la primera vez en su vida que lloraba y luego parecía que nunca podría parar porque después de la primera las otras la persiguieron, una de ellas se escurrió y luego cayó en una de las mejillas del chico, que aún sostenía desesperadamente.
Aurora no era una Addams, no podía serlo, la sangre normi de su madre parecía dominar sus sentimientos.
La chica se levantó bruscamente de la cama, su recuerdo en forma de sueño era lo peor que le podía pasar después de la noche anterior, se pasó todo el día dándole vueltas a ese recuerdo, caminaba apática por la escuela y apenas hablaba con Judith. E incluso evitaba estar en el mismo entorno que Xavier Thorpe.
El fin de semana llegó antes de lo esperado y con él la fiesta de la cosecha. Aurora habría llamado loca a Miércoles si dentro de tres días la Addams le hubiera dicho que iban a hacer autostop con un normi, pero ahora que Aurora soñaba repetidamente con el día en que atacó a Xavier, no dudó en preparar una pequeña mochila y seguir a su prima y a Enid hasta el lugar señalado.
—¿Seguro que puedes fiarte de ese normi? —preguntó Enid a Miércoles.
—¿Dónde fue que lo conociste? —preguntó Aurora, mirando fijamente al chico sin disimular.
—Confío en que puedo arreglármelas solita —contestó a Enid mientras veían a Tyler y al sheriff discutiendo a pocos pasos de distancia—. Y lo conocí en el café cuando intenté fugarme la primera vez.
Observaron cómo el sheriff se alejaba de su hijo y luego dejaron de mirarlo. Enid se volvió hacia las dos chicas.
—Bien, buena suerte y buen viaje a las dos —abrió los brazos para abrazar a Miércoles, pero ésta se apartó, como si no quisiera la muestra de afecto—. Sigues sin abrazos, lo pillo.
Enid sonrió a Aurora y luego se alejó dejando solas a las dos chicas.
—¿Estás segura de eso? —preguntó Aurora por tercera vez, Miércoles no se enfadó porque conocía las razones de la chica para no confiar en un normi.
—No te preocupes, podremos escapar —afirmó Miércoles—. A menos que quieras quedarte....
—No —Aurora la interrumpió antes de que pudiera terminar su frase, disimuladamente vio a la directora Weems sentada cerca de la zona de almuerzo mientras las observaba—. Weems nos está observando, tenemos que disimular.
—Cierto —dijo Miércoles y luego se dio la vuelta sin disimulo para encarar a la directora que le sonrió no de forma muy animada—. Separémonos, ella no podrá cuidar de las dos, y luego te busco, quédate donde pueda encontrarte.
Miércoles ni siquiera esperó una respuesta, caminó hacia la izquierda y Aurora siguió por la derecha, no sería difícil colocarse en algún lugar donde Miércoles pudiera verla, la chica parecía verlo absolutamente todo.
Aurora se detuvo frente a una carpa donde podía jugar un mini juego de bolos, le dio una de sus fichas al responsable de la carpa y luego eligió una de las bolas para intentar darle. Y enseguida derribó todos los bolos, en animación hizo un pequeño baile y ganó un anillo de plata que era claramente falso, pero tenía una piedra morada y por eso aceptó la joya en lugar de aquel enorme panda.
Al darse la vuelta detuvo su celebración al ver que Xavier la observaba, se dirigió a la caseta de tiro al blanco y entonces él la siguió. Les dio a todos también y vio que el hombre a cargo de ese puesto parecía sorprendido pero no dijo nada al respecto.
—¡Díos! —dijo Xavier y Aurora se esforzó por evitarlo—. Como sigas así, vas a llevarte todos los premios.
Uno de los pandas gigantes fue colocado delante de la chica y ella abrió los ojos mirando a su alrededor preguntándose qué haría con aquella cosa. Finalmente se giró hacia Xavier, que seguía observándola, y arrastró el panda hacia él.
—Bueno, quédate con este entonces —dijo dejando el oso panda con él y volviendo a caminar—. No conseguirás nada con tu puntería.
—Eres un amor, gracias por el "cumplido" —Xavier volvió a caminar, llevando el oso consigo mientras la seguía—. Así que, ¿has venido con alguien?
Aurora se giró para decir que no, pero dudó, tal vez sería mejor alejarlo si pensaba que de verdad esperaba a alguien.
—¿Aurora? Te estaba buscando... —alguien la llamó por su nombre y ella se giró viendo a Tyler caminando hacia ellos, se detuvo al ver a Xavier pero la chica caminó hacia él—. No pretendía interrumpir.
La sonrisa de Xavier desapareció, miró entre Tyler y Aurora como si la chica le estuviera apuñalando por la espalda, pero Aurora no entendía por qué se sorprendía tanto, no era la primera vez que ella le hacía daño.
—Para nada —dijo él y salió de allí pasando entre los dos y chocando con sus hombros. Aurora miró hacia atrás y lo vio caminar lejos de ella, donde era seguro para él.
Aurora deseó poder ir tras él y decirle que había sido un malentendido y que lo único que sabía de Tyler era su nombre. Sin embargo, no hizo nada de eso.
—Miércoles me pidió que te dijera que tienes que ir detrás del aparcamiento cuando empiecen los fuegos artificiales, yo no puedo quedarme aquí después de medianoche —dijo Tyler rápidamente mientras miraba a su alrededor.
—¿Por qué, eres Cenicienta? —preguntó Aurora de manera poco simpática, así era como trataba a la mayoría de los normis, entre otras cosas porque nunca había conocido a uno que fuera verdaderamente bueno. Tyler frunció el ceño y Aurora puso los ojos en blanco—. Vale, he captado el mensaje.
La verdad era que Aurora no tenía ni idea de a qué hora empezaban los fuegos artificiales, y justo cuando empezaba a alejarse del chico, el cielo se iluminó de diferentes colores. Se dio la vuelta con el ceño fruncido y luego siguió a Tyler hasta el aparcamiento, que parecía estar aguantando la risa todo el tiempo.
Miércoles no tardó en llegar y Aurora sintió mucha más curiosidad por Tyler cuando le entregó a Miércoles un expediente de Gómez, uno que explicaba por qué el sheriff, que también era el padre de Tyler, odiaba a los Addams.
Aurora se apartó de los dos cuando la conversación pareció cambiar un poco y ella pareció sobrar, incluso se sorprendió al ver que Miércoles parecía interesada en mantener una conversación con alguien.
Finalmente la incómoda conversación acabó y los tres empezaron a caminar hacia el coche, pero fueron interrumpidos por tres normis que se juntaron detrás del coche para intentar atraparlos
—¿Esto es cosa tuya? —preguntó Aurora a Tyler apuntando hacia los tres.
—¡¿Qué?! —Tyler parecía ofendido— ¡Claro que no!
Los tres chicos se acercaron y casi alcanzaron a Miércoles, pero Tyler tiró de ella hacia atrás y Aurora trató de usar su don para arrojarlos lejos, pero los chicos simplemente cayeron al suelo.
—¡Vamos! —Tyler tiró de ella también— Les perderemos con la multitud.
Y los tres empezaron a correr intentando librarse de sus perseguidores que rápidamente se levantaron y los siguieron aún más enfurecidos. Aurora corría un poco más adelante cuando Rowan chocó con ella y la chica terminó empujándolo contra Wednesday. En cuanto el chico tocó a Miércoles la chica cayó en los brazos de Tyler, Aurora paró de correr y volvió junto a su prima, reconocía esa mirada porque se la había visto a Morticia varias veces.
—¡Miércoles! —llamó Tyler.
—¡Cállate! —le regañó Aurora.
Cuando Miércoles regresó, miró a Aurora con los ojos muy abiertos y luego se volvió hacia Rowan, que corría hacia el bosque.
—Vamos, debemos irnos —Tyler intentó tirar de Miércoles pero la chica siguió a Rowan y Aurora los siguió a los dos.
Los tres corrieron por el parque, cruzaron un puente y por fin parecieron llegar al bosque, sólo entonces Rowan dejó de correr y oyó los llamados de Miércoles.
—¿Qué narices quieres? —se volvió furioso hacia Miércoles y luego hacia Aurora—. ¿Por qué estáis siguiéndome?
—No tengo tiempo para explicártelo —empezó Miércoles—. Pero estás en peligro.
La expresión de Rowan cambió rápidamente, de asustada a una sonrisa arrogante.
—Creo que es al revés. Vosotras sois las que estáis en peligro.
En un movimiento rápido inmovilizó a Miércoles contra el árbol con magia y luego se volvió hacia Aurora, pronto las dos quedaron atrapadas.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Aurora mientras luchaba contra el agarre invisible.
—Salvar a todos de vosotras —se rió de una forma extraña y macabra—. Tengo que mataros.
Aurora consiguió por fin recuperar el aliento mientras Miércoles averiguaba quién había tirado la gárgola, y en ese momento de distracción de Rowan, la mayor de los Addams consiguió caer al suelo cubierto de hojas secas.
La chica de cabellos violetas también tenía un truco bajo la manga, pero su truco no estaba funcionando muy bien y por eso tuvo que saltar encima del chico que la tiró al suelo con facilidad. Su brazalete, que se había acordado de llevar esa mañana, se golpeó con mucha fuerza contra el suelo y se abrió, y entonces Aurora volvió a quedar inmovilizada contra el árbol.
Rowan hizo flotar hacia ellas una hoja de un libro roto y luego mostró un dibujo antiguo, que dejó a las chicas confusas y cautivadas.
—Las chicas del dibujo, sois vosotras —mostró él.
—¿Quieres matarnos sólo por un dibujo? —preguntó Miércoles con incredulidad.
—Mi madre hizo ese dibujo hace veinticinco años cuando era estudiante en Nunca Más —gritó Rowan a las dos—. Era una gran vidente. Me lo contó antes de morir.
—¡Rowan! —gritó Aurora— ¡Bájanos!
—¡No! Mi madre dijo que era mi destino detener a esas chicas si volvían a Nunca Más —le gritó a Aurora—. ¡Y lo intenté el año pasado, con ese té para ti!
Aurora tardó unos segundos en comprenderlo, ni siquiera pensó de dónde procedía el té de la taza roja aquella noche que atacó a Xavier, simplemente lo encontró en su mesita de noche y se lo bebió. Era veneno, eso fue lo que le causó el dolor y la hizo atacar a Xavier.
—¡Tú! —Aurora estaba llena de rabia, se veía desbordar de sus ojos, no sabía de dónde, pero Aurora logró encontrar la fuerza para levantar su brazo izquierdo y finalmente mandar a Rowan volando lejos—. ¡Vas a pagar por eso!
—¡Os destruiré, antes de que destruyáis el colegio y a todos los de dentro! —gritó Rowan levantándose y esta vez intentando llegar hasta Miércoles, pero Aurora se puso delante de ella.
Al final ninguna de las dos hizo nada contra el chico, pues apareció una enorme criatura de garras afiladas y cara deforme que levantó al chico del suelo como si nada. Aurora cogió la mano de Miércoles y entonces, cuando el monstruo pareció terminar su trabajo con Rowan, se volvió hacia las dos chicas. Aurora deseó creer en algún dios ahora, para poder rezar, pero eso no sucedió.
Los ojos del monstruo fueron hacia Miércoles y poco después huyó hacia el bosque, Aurora corrió hacia Rowan y Miércoles la siguió rápidamente.
—¿Rowan? —intentó Aurora, pero había demasiada sangre, entonces ya supo que no estaba vivo— Miércoles, ¿estás bien?
Antes de que Miércoles pudiera contestar, el dibujo que les había mostrado antes Rowan cayó sobre él como una hoja que cae de un árbol, las dos Addams sujetaron la hoja de papel analizándola, el dibujo de las dos era exactamente igual a ellas.
—Deberíamos habernos fugado —susurró Aurora.
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