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▷ 𝟬𝟭.

─Hyung. ─lo llamó Jungwoo tras levantar su cabeza que se hallaba reposada sobre el firme pecho de su novio, Jaehyun, pese a que estaba disfrutando de la melodía que se había formado gracias a la combinación de su parsimonia respiración y los latidos de su corazón.

Yoonoh, quien ya se encontraba entregándose a los suaves brazos de Morfeo, se quejó en voz alta, no por haber perdido la somnolencia que había obtenido, sino por la falta de contacto con el menor una vez se removió en su lugar y tomó distancia de él al tomar asiento sobre la cama, cubriendo sus piernas blanquecinas y tonificadas con una frazada de tonalidades cálidas que le pertenecía al mayor─. Uh, dime, príncipe.

Youngheum y su esposo harán un concurso amistoso de baile en parejas dentro de una semana y quería preguntarte si podíamos ir juntos... ─propuso el menor, jugando con sus dedos bajo la mirada cruda de Yoonoh, que no dudó en hacer una mueca por su proposición.

Para el castaño no había nada que amara más que deslizar sus pies sobre un duro suelo y crear una etérea historia que lograra hacer estremecer el alma de alguien, era tan grácil con sus pasos que parecía correr sobre las teclas de un piano, podías notar esa nitidez en su ritmo y la elegancia que emanaban sus movimientos.

Sí, era innegable que Kim Jungwoo había nacido para adueñarse de corazones y dejar a cientos de personas sin aliento con su talento innato para la danza.

Sus progenitores desde un principio supieron que su hijo había sido dotado con un hermoso don para el baile al darse cuenta que era capaz de dominar cualquier tipo de coreografía sin importar el género musical que la acompañara, por lo que, siguiendo los anhelos de su descendiente, tomaron lo mejor de él y decidieron inscribirlo en múltiples competencias, sin asombrarse de lo embelesados que quedaban los jueces por las increíbles expresiones faciales de su pequeño. Su pasión por su arte creció con él al igual que sus ansias de victoria, no se resistía en dejar al resto de competidores por debajo, tomaba lo mejor de él para conseguir medallas y premios que pagaba con sus lágrimas y moretones que aparecían en su cuerpo.

El baile fue su primer amor y se le fue arrebatado de la peor manera posible.
Jungwoo, en conjunto con su coreógrafo y su amigo más íntimo, Chittaphon, habían durado meses en planear la coreografía perfecta: toda combinación, todo paso y expresión había sido planeada con antelación para que el jurado de aquella competición de caracter mundial solo tuviera ojos para él.

Sin saber que ese sería el último concurso en donde participaría representando a su país.

Ambos eran conscientes del riesgo que representaba el uso de tacones rectos, pero desconocían la fatalidad que su utilización provocaría.

Jaehyun le había suplicado a su novio que se arriesgara por otro calzado, puesto que tenía la corazonada de que no terminaría bien la actuación, sin embargo, Jungwoo, quien se encontraba confiado, no tomó la advertencia dada, de lo cual se arrepentiría toda su vida.

El día de la competición había llegado y Jungwoo tenía los nervios a flor de piel, era la segunda vez que representaba a su nación y tenía la fé de llevarse nuevamente la medalla de oro, marcando la racha deseada de cualquier bailarín experimentado. A pocas horas de comenzar el evento, se dedicó netamente a practicar la coreografía, sin verificar nuevamente sus prendas de ropa, creyendo fielmente que estará en perfecto estado.

Un error fatal. Competidores que provenían del occidente habían saboteado sus tacones, despegando ciertas piezas para que, sí daba cierto pasos con su típica fiereza, éstos se destrozaran y con ello la posibilidad de que ganase.

Pero se les escapó de las manos.

Su traje de satín repleto de lentejuelas no resplandecía tanto como las encías que mostraba el castaño, era el preferido del público y los vítores que le dedicaron al posicionarse en medio del escenario demostraron aquello. La música empezó y sus pasos también, tratando de que sus expresiones faciales no denotaran la confusión que causaba el repentino tambaleo de sus zapatos que no había percibido jamás durante las pruebas de vestuario. El ritmo de la melodía latina que intoxicaba su pasión cegó su preocupación, hasta que un giro que debía estremecer al jurado cambio el rumbo de su carrera. Sí bien su tacón izquierdo trató con todas sus fuerzas de no romperse ante la tensión provocada, el cuerpo de Jungwoo había caído contra el duro suelo del escenario, escuchando claramente como sus huesos crujieron por el impacto antes de sentir un fuerte zumbido.

Jungwoo podía asegurar que no había experimentado un dolor como ése en sus veintidós años de vida.

Todo coreano que había presenciado aquello había sentido empatía por el joven bailarín, sintiendo el dolor que reflejaba su mirada sin brillo, en especial a Jaehyun, el cual no dudo en hacerse paso entre la multitud para acercarse a su pareja, quien no paraba de derramar lágrimas, no por sus fracturas, sino porque ya no podría volver a hacer lo que más le gustaba.

La vida había sido injusta con su pareja, de eso Jaehyun no tenía ninguna duda.

─¿Estás seguro que deseas ir, Woo? ─inquirió el de hoyuelos, viendo cómo los labios del otro formaban un puchero involuntario. Estaba inseguro de cómo se podría sentir su novio, era cierto que ya habían transcurrido tres años desde el fatídico día, sin embargo, no quería que se sintiera melancólico por el oscuro recuerdo.

─Sé que no participaré, pero me haría mucha ilusión ver a las parejitas bailar, siempre me hace recordar cómo nos conocimos. ─los hoyuelos del mayor hicieron acto de presencia con ese candoroso comentario de Jungwoo, mostrando sus encías en una torpe sonrisa al acordarse de aquella noche en la que conoció a la estrella más brillante de todo el universo, la cual tenía el gran honor de decir que era su pareja.

Jaehyun, ese preciso día, tenía un ánimo bastante decaído y un amigo muy íntimo de él le invitó a tomar unos tragos en un bar no muy lejano a la residencia en la que ambos vivían con anterioridad. Al adentrarse se dirigieron directamente hacia la barra, en donde pidieron tragos con un contenido de alcohol bastante elevado y se dedicaron a mantener una charla llena de trivialidades hasta que su hyung se retiró por un momento y él lo perdió entre la multitud.

Con algo de aburrimiento, su vista se dirigió a la pista de baile, en la que un joven de cabellos de un tono caramelo, orbes similares a los de un cachorro y facciones increíblemente atractivas lo cautivó, robándole el aliento en múltiples ocasiones y provocando que cuestionara el porqué de esa repentina atracción. Le costó muchos vasos llenos de soju y whisky el poder tomar el valor de invitarle una bebida al menor, sin embargo, jamás se arrepentiría de su decisión, puesto que al poco tiempo comenzaron a llevar una relación que estaba a punto de cumplir cinco años llenos de estabilidad y amor sincero.

Después de unos largos segundos que parecieron hacerse horas en silencio, Yoonoh, observando sus orbes repletos de una profunda ilusión, soltó un suspiro y, con una palpable inseguridad, aceptó─. Si eso es lo que quieres, iremos.

─¡Gracias, hyung, eres el mejor! ─exclamó emocionado Jungwoo, lanzándose sobre su hyung, quedando sobre él, para besar continuamente sus mejillas en forma de agradecimiento, sintiendo un dulce calor en su interior al escuchar las risas del mayor.

─No debes agradecerme nada, cariño, sabes que soy capaz de acompañarte hasta el final del universo. ─le aseguró, mirándolo como lo que significaba para él: su mundo.
Yoonoh acarició una de sus mejillas, soltando una fuerte carcajada al ver cómo su pareja se removía sobre su mano, buscando más contacto como un cachorrito.

El más alto acunó el rostro del menor, el cual pensaría que sería besado por él, sin embargo, no fue más rápido que Jaehyun, quien se dedicó a pellizcar cerca de su vientre, provocando risas involuntarias antes de que él pudiese juntar sus labios─. ¡Jae, me haces cosquillas! ¡Suéltame!

─¡Jamás te soltaré, Kim Jungwoo!

─Ya llegamos... ─anunció Yoonoh, deteniendo el vehículo. Su vista se fijó en su pareja, el cual tenía su mirada perdida en el paisaje de brindaba la localidad en dónde se realizaría el concurso─, Jung, ¿sucede algo? Si te has arrepentido de asistir podemos volver a casa, no hay ningún problema-

─No, no ─negó con su cabeza, desacomodando mechones de su cabello─, vamos, Jae. ─le dedicó una sonrisa con seguridad, por lo que a Jaehyun no le quedó más remedio que apagar la maquinaria del vehículo y bajarse del mismo después de soltar un suspiro con algo de duda, caminando hasta la puerta del copiloto y abrirla para que el menor pudiera imitar su acción. Jungwoo sonrió por el gesto caballeroso que, por más que fuese frecuente que sucediese, no deja de hacer latir rápidamente su corazón como la primera vez que fue ejecutado. Su mano fue entrelazada con gentileza por el mayor y se desplazaron hasta la entrada del lugar.

Era un antiguo salón de fiestas que fue remodelado por Chittaphon para convertirlo en un salón de baile ya muy transcurrido en Seúl y, para la celebración de su segundo año desde su abertura al público, fue que se decidió hacer el evento. Fueron cálidamente recibidos por el esposo del amigo de Jungwoo, Youngho, el cual estaba emocionado de ver a la pareja asistir, dirigiendo a ambos hasta un sitio desocupado y dándoles la bienvenida al evento para luego desaparecerse entre la gente, seguramente asegurándose de que todo siguiera en orden.

─Llegamos a tiempo, hyung. ─comentó animado Jungwoo, llevándose un asentimiento por parte de su pareja que se dedicaba a observar el resto de participantes y personas circunstantes que se encontraban en el resto de mesas, que se encontraban estratégicamente ubicadas para que quedara un espacio bastante grande que funcionase como una pista de baile alternativa. Las luces del lugar se fueron apagando a la brevedad de que otros focos de un color rosado vibrante iluminaban el escenario mayoritariamente, en el cual hacia acto de presencia Chittaphon, con su carismática sonrisa y portando un traje de noche sin el típico saco negro, dejando al descubierto sus clavículas por los botones que fueron desabrochados a propósito de su franela tan blanca como las perlas que tenía por dientes.

Los vítores no se hicieron esperar y el joven no pudo evitar soltar una risa. Cuando acabaron, el tailandés apegó a sus labios su micrófono con lentitud y comenzó a hablar con aquella vocecita delicada pero con ese toque de masculinidad que le representaba─. Feliz tarde a todos, estamos inmensamente agradecidos por tener su compañía en esta hermosa velada, tanto participantes como público presente, bienvenidos sean a este concurso. ─una algarabía se formó con el simple preludio del tailandés, tintando sus mejillas de carmín por los gritos y aplausos dados por las personas que se hallaban en el lugar.

Tras tomarse el tiempo de introducir cada uno de los jueces convidados al evento, dió inicio finalmente al mismo, invitando a los primeros competidores de la noche a pasar al escenario: Jung Sungchan y Osaki Shotaro, conocidos por concurrir a enfrentamientos callejeros de hip hop hace muchos años atrás cuando eran unos simples adolescentes amantes del género. Las luces los enfocaron, ubicados en una esquina del escenario sujetándose fuertemente uno del otro como si fuese la última vez que se verían, dejando claro de lo que se trataría su presentación solo con sus expresiones fáciles incluso antes de que la pista musical repercutiera en cada de las paredes del lugar: Lovely de Billie Eilish, una de las canciones preferidas de Jungwoo, por lo que fue una grata sorpresa para el más joven, enfocándose netamente en la historia que narraba la pareja a través de sus pasos.

Varias fueron las presentaciones que siguieron después de aquella, sin embargo, la atención de Yoonoh terminó enfocada en su lindo novio, el cual analizaba detenidamente cada movimiento, expresión y mensaje reflejado de cada pareja, sin hablar del orgullo que mostraba cada vez que dictaminaba el estilo de baile en el cual se especializaba cada bailarín sin equivocarse al explicar sus hipótesis.

El salón volvió a iluminarse completamente al acabar el octavo y último espectáculo de la noche protagonizado por Nakamoto Yuta y Dong Sicheng, sacando de su ensoñación al menor, el cual se encontraba haciendo un puchero al darse cuenta de que todo había terminado y solo faltaba el veredicto por parte de los jueces para declarar a los ganadores de esa noche. Sin embargo, antes de que Jungwoo pudiese acercarse a su novio para hacerle algún comentario, Johnny se había subido al escenario, provocando desconcierto en algunos individuos en el lugar, incluyendo al coreano menor, éste soltando un sonido de confusión que enterneció a Jaehyun.

─Muchas gracias a todos los concursantes por su increíble participación, sin duda alguna nos pusieron los vellos de punta con el sentir transmitido con cada uno de sus movimientos, estoy seguro que todos estamos conmocionados por el talento y pasión que demostraron. Por favor, espectadores, un aplauso para estos jóvenes asombrosos. ─pidió, ganándose inclusive gritos por parte de la audiencia que resonaron en todo el lugar. Al acabar, el estadounidense prosiguió con lo siguiente─. Para decidir quién será el merecedor del premio, le daremos algo de tiempo a los jueces para deliberar, hasta entonces, les invitamos cordialmente a levantarse de sus lugares y danzar al compás de la música escogida para ustedes en nuestra pista de baile. ─el organizador dió una reverencia de sesenta grados en forma de agradecimiento, retirándose del proscenio una vez la música se escuchó y la iluminación bajo nuevamente, dejando que los pequeños rayos de la tenue luna se escaparan de los ventanales del lugar inclusive si estaban cubiertos por cortinas de color marfil.

Una melodía interpretada por una cantante hispanohablante de nombre ya olvidado para Yoonoh inundó los oídos de aquella pareja, logrando que los pies de Jungwoo se menearan de un lado a otro involuntariamente al igual que su cabeza al ritmo de la misma, haciendo sonreír al más alto tras percatarse que, aún luego de haberse separado del mundo del baile, tenía todavía la costumbre de moverse al compás de cualquier canción que fuera de su agrado.

El suave tarareo del menor estremeció el interior de su amado, inundando su pecho de melancolía al recordar las tardes en las que ambos se perdían en la música, suaves besos y charlas íntimas. Tras debatirse momentáneamente el impacto de sus palabras al hacerle esa propuesta al ex-bailarín, titubeante, llamo su atención, no sin antes tomar una necesaria bocanada de aire─. Jungwoo, amor, ─voceó, debido al creciente ruido que se formaba en el lugar, haciendo que el nombrado se girase a su dirección─, ¿no te gustaría ir a bailar? Sé que ha pasado un poco de tiempo, pero puedes tratar de divertirte hoy.

─¿Eh, yo? ¿Qué cosas dices, Jaejae? Llevo años sin bailar, de seguro ya perdí la magia y termine siendo un desastre en la pista de baile ─sacude su cabeza repetitivamente en negación y con cierto temor en sus orbes que no pasó desapercibido─, mejor espero sentado a que todo acabe.

─Dudo mucho que hayas perdido tu toque, siempre has sabido destacarte en cualquier área en la que te has propuesto sobresalir, desbordas talento por cada uno de tus poros y sobretodo, amor por lo que te gusta. No debes de preocuparte en sí lo haces bien o no porque lo harás, jamás vaciles respecto a tus habilidades, Woo. ─le aseguró, estirando su brazo hasta dar con una de sus manos y acariciarla con su pulgar, gesto que hizo vibrar el corazón de Jungwoo, suavizando su mirar y soltando un suspiro.

─Supongo que tienes razón, no pierdo nada con intentarlo. ─consideró, con duda en su voz, llenándose de un poco de confianza al notar el semblante feliz de su pareja.

─¡Ese es mi chico! ─animó, cerrando sus ojitos al mostrarle una preciosa sonrisa que provocó una estampida de animales salvajes en el estómago del contrario.

Tembloroso, se levantó de su asiento y se desplazó hasta la aglomeración de personas que disfrutaban del calor y sabor que dejaba la tonada en sus cuerpos repletos de energía.

Dancing With a Stranger de Sam Smith empezó a reproducirse y no pudo evitar mostrar hasta sus encías, la voz del intérprete lo llevó a aquella noche en la que su corazón y mente se embelesaron por el chico de ojos canino e iris estrellados. Él terminó perdiéndose en los círculos que dibujaban los pies de su menor con cada paso, el resto no parecía importar al concentrarse en él, en como su aspecto transmutó a uno más confiado, mostrando esa seguridad que Jungwoo creía perdida y comenzaba nuevamente a obtener con el vitoreo de su audiencia.

Sentía que cualquiera de las metáforas que se le ocurrieran no serían capaces describir lo etérea que era la pasión de su pareja por el baile, su destreza y carisma en la pista. ¿Cómo su pecho no podía llenarse de orgullo sabiendo esa alma llena de talento y candor era su novio?

Jungwoo había extrañado la danza y, un poquito tal vez, la atención que ésta acarreaba.

Creyó haber mantenido en secreto sus miradas, pero cuando admiró cómo el menor y vió sus gestos, supo que no podía ser más evidente el hechizo que había lanzado sobre él. Los ojos de Jungwoo, que se habían mantenido cerrados al sentir el compás de la melodía, se había abierto y apuntaban a su dirección, mostrándole una sonrisa llena de sensualidad que terminó por colorear su rostro de un rojo carmesí.

Dejó caer su cabeza para evitar su mirada, sentía como lo atraía hacia él como si fuese la primera vez que tenía el gusto de observar sus movimientos ─que él mismo sabía que eran solo para él─, amaba como las expresiones que le dedicaba cambiaban a la par de los géneros que sonaban y percibía como su cabeza se mareaba al pensar en como sería bailar el vals con su dongsaeng.

Esa acción no duró mucho ya que, al escuchar la siguiente pista que habían puesto, estuvo en la necesidad de observar al menor, quien nunca había retirado su mirada de su persona y lo invitaba implícitamente a disfrutar de la misma con él: pov de Ariana Grande, una de las artistas preferidas de Jungwoo. Jaehyun, sabiendo lo mucho que significa esa melodía para ambos, tomó un respiro y se paró de su lugar para desplazarse por el montón de personas que ya habían tomado a sus parejas para perderse en la adoración que dejaba la lírica de la canción.

"─Hyung, ¿le gusta? ─preguntó el más bajito, mirando a Yoonoh con esperanza de recibir una respuesta positiva.

─Sí, de hecho tiene una letra muy bonita y la voz de ella es preciosa.

─¿Verdad que sí? Ariana es la mejor para describir eso que va más allá de las emociones. Engloba el amor propio y de como lo reflejas en tu manera de hacer sentir tu cariño, es tan etéreo.

─Lo sé, porque comprendo lo que quiso expresar, debido a que desde mi punto de vista, tú eres esa persona que me ama hermosamente.

─¡Jaehyunie! Me vas a hacer llorar. ─chilló, golpeando sin fuerzas el hombro de su mayor."

Su cuerpo temblaba de sus nervios tras llegar hasta donde estaba el más bajo, éste emocionado de ver a su pareja ─bisoño en el área de bailar cualquier tipo de música─. Jaehyun jamás se había considerado un buen bailarín y se avergonzaba de ello cada vez que admiraba el bailar de su pareja y aquella inestabilidad era notable, por lo que las manos de Jungwoo acunaron su rostro con dulzura y dejó un suave beso esquimal que provocó que el corazón de su mayor se derritiera con candor.

Yoonoh se veía dudoso al estar fuera de ritmo, sus manos trémulas sujetaban como podían la cintura bien definida de Jungwoo, el cual reía por su nerviosismo y colocaba más suyas alrededor de su cuello, atrayéndolo más a él.

En el momento en que se miraron a los ojos, Jungwoo susurró cerca de sus labios─. Esta noche, solo bailemos, hyung. ─solo eso bastó para relajar cada músculo del mayor y empezar a seguir poco a poco el ritmo que establecía él para ambos.

A partir de ahí la comunicación se había vuelto secreta, las palabras concretas habían dejado de ser partícipes en ese momento tan íntimo, Jaehyun tarareaba sobre su oído las frases que conocía de la canción y Jungwoo solo podía deleitarse con su voz que sonaba más a un melifluo que la propia melodía, sus pasos lucían como una caminata sobre las teclas de un piano, parecía ser un sueño del cual ninguno quería despertar.

La canción cambió tras acabarse y con ello el ambiente establecido.

Yoonoh sentía como se embriagaba con el fuerte aroma del perfume costoso del menor fluía por toda su nariz, percibiendo como la atmósfera se calentaba con cada verso que sonaba de la nueva pero sensual melodía que retumbaba en el sitio, el fuego crecía en el aire al igual que sus estados de ánimo y ambos añoraban esa sensación, la noche se hacía más oscura en ese momento y la luna que brillaba sobre ellos los veía con adoración como brotaba el amor que se encargaban de dejar sobre la pista de baile.

Solo unas cuantas canciones más bastaron para hacer aún más palpable e incontable al eliminar cualquier distancia que separaba sus belfos, siendo éstos los que danzaban con el desenfreno de una coreografía de hip-hop y la sutileza que solo un digno vals podía brindar. Sus cuerpos vibraron y la necesidad de unirse en alma nuevamente se hizo presente, por lo que Jungwoo, tímido por primera vez en todo lo que había transcurrido de velada, trató de hacer sentir su anhelo, sin hallar alguna oración que pudiera transmitir su premura─. Hyung, quiero que vayamos a casa, ahora, quiero... ─alargó la última palabra, bajando su vista hacia sus zapatos a la par que apreciaba como sus mejillas ardían más que el infierno posiblemente.

─Dime, Jungwoo, que es realmente lo que quieres. ─ordenó, con un tono de voz aún más grueso del que ya poseía, además de con unas de sus manos levantar su mentón para que su campo visual solo se enfocara en él, provocando que el menor tuviese que tragar algo de saliva por el escalofrío que había recorrido toda su espina dorsal.

Las luces de las estrellas se hicieron más vibrantes tal cual un candelabro, sin embargo, su brillo no se asemejaba a los astros que se hallaban en los iris de Jungwoo─. Sí, hyung, yo deseo, por favor, yo... ─se irrumpió a sí mismo al notar como se relamió sus labios, arrebatándole la respiración por un momento─, requiero que vuelva a mostrarme cada astro que está en el firmamento.

─Sabes que siempre puedo llevarte hasta el cielo cada vez que lo quieras, amor ─le aseguró, negando con la sonrisa más tentadora que alguna vez hubiese apreciado de su parte─, vámonos, no creo que noten nuestra ausencia. ─tomó su mano con fuerza y se abrieron paso entre los que antes habían sido espectadores del amor y la conexión que tenían esas almas atadas una de la otra, con risas cómplices y miradas que más allá de reflejar lujuria, mostraban su afecto sincero.

─Johnny, cielo. ─le llamó su pareja, girando su cabeza para dar con Youngheum, quien llevaba cargado el trofeo que se tenía planeado dar a la parejita ganadora del concurso. Soltó un sonido gutural, afirmando que le había escuchado─. ¿Has visto a Jaehyun y a Jungwoo? Se suponía que les daríamos la sorpresa de que serían los ganadores de la velada, todo el público se encontraba de acuerdo que no había nadie con la química que tenían ellos dos y por eso les daríamos el premio. ─le recordó, con un puchero en sus labios, un hábito que había adoptado recientemente cuando las cosas no le salían a la primera y que a Youngho le parecía estúpidamente adorable.

─Si supieras que yo también los estaba buscando, supongo que se retiraron del sitio ─Chittaphon abrió su boca con sorpresa, sabiendo que la suposición del mayor era lo más acertado─, tendremos que darle el puesto a Minhyung y a Donghyuck, quienes eran nuestros segundos candidatos ─el extranjero mayor chasqueó su lengua, con algo de frustración en su rostro por no poder lograr su cometido─, de verdad me hubiese fascinado ver el rostro de Jungwoo emocionado por su trofeo. ─su esposo asintió, tomando su mano con dulzura indagando en dónde estaría la otra pareja, deseando con todas sus fuerzas que no se hayan esfumado como lo hicieron sus amigos.

Dedicado a JungGrecia y a HyeLiaLoVe, quienes fueron mi mayor apoyo para culminar este one shot. A ustedes, gracias ♡.

¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer "Love on the Floor"!

Si te gustó esta historia, en mi perfil puedes conseguir otras que podrían ser tu agrado.

Sin más nada que decir, espero que nos leamos luego~.

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