– Stan, esto no puede seguir así - respondiste agobiada -

Eran las 3 de la mañana cuando tú teléfono sonó sacandote de tu hermoso sueño y comodidad.

El azabache había terminado de nuevo con Wendy, y sinceramente ya te estabas cansando de saber lo mismo.

Aunque... Era la primera vez que Stan recurría a llamarte.

- lo se... Pero Kyle no me responde - respondió con un fuerte hipido - y tú eres la única que me querría contestar aparte de él

Podías escuchar el lamento en su voz, mordiste tu labio inferior con nerviosismo.

– no sé en qué podría ayudarte yo Stan - suspiraste cansada - ¿no has dormido?

- no tengo sueño - mintió olímpicamente ya que bostezo fuertemente después de decir aquello - bueno... Tal ves solo un poco

– deberías descansar, es demasiado tarde para andar despierto por alguien que no lo merece

Tapaste tu boca después de decir aquello, habías hecho enojar a Stan, estabas más que segura.

-... ¿Crees que Wendy no me merece?

O tal vez no.

– solo digo que su relación es inestable, no deberías hecharte la culpa de todo ¿sabes?

Al otro lado de la línea todo se quedó en silencio, quizás ahora si lo habías hecho enojar.

- pero no hay nadie más que me quiera como lo hace ella

Esa fue la gota de derramó el vaso.

– Stanley - llamaste un poco frustrada - aunque no lo creas hay muchas personas que te quieren tal cual como eres

Esperaste por respuesta alguna pero su silencio te dio más para hablar.

– es triste que niegues algo así porque...

Las palabras se atoraron en tú garganta, confesarse era más difícil que en las películas románticas.

La idea de colgar y decirle que se corto la llamada era tentadora.

- porqué...? - te animo a seguir un poco inquieto -

– porque tu me gustas Stan Marsh

El silencio volvió a reinar en ambos celulares haciéndote arrepentir de haber confesado tus sentimientos al fin.

- te veo mañana a las 2 - informó para después cortar la llamada -

Tú sonrojo en la cara hacia competencia con los tomates del mercado.

– tonto... - murmuraste nerviosa - Ya es "mañana"