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🎼 Canción Recomendada para este capítulo:
❝ Emotions - 5 Seconds Of The Summer ❞
4 meses después...
⊱⋅ ──── ・ 𖥸 ・──── ⋅⊰
─¡Eres un inútil, nunca lograrás nada bueno en tu vida si sigues así! ─Escuchó a su padre decir con autoridad.
Aquellas terribles palabras perpetuaron por siempre el subconsciente de nuestro Alfa.
HoSeok últimamente despierta aterrado debido a esa pesadilla, aquella donde su padre azota incansablemente su espalda con un cinturón de piel dejando a su paso terribles heridas.
Desde que su Omega le informó que está en cinta no ha podido descansar adecuadamente y las pesadillas se han vuelto recurrentes al acercase a la fecha de nacimiento. Su médico le dijo que su falta de descanso es debido a dos factores; uno su Alfa está en estado de alerta en todo momento para proteger a su cachorro y su Omega de cualquier peligro, y dos su cerebro estaba padeciendo de Insomnio derivado del estrés que su mismo lobo le está provocando. Por lo que de ahora en adelante debe ingerir un par de ansiolíticos y somníferos que lo ayudarán a descansar.
Aquella mañana de sábado, el alfa volvió a despertar atemorizado, esa terrible pesadilla lo estaba volviendo loco y a pesar de estar consciente que no puede volver a hacerle daño, su cuerpo reacciona inmediatamente para dejar de experimentar ese pánico. Sentado a la orilla de su cama se aferró a sus rodillas, como cuando era un niño, y respiró profundamente para calmarse. En cuanto lo logró volteó el rostro hacía donde se encontraba su esposo, TaeHyung descansaba plácidamente y sin preocupación alguna roncando ligeramente.
El alfa sonrió ampliamente al escucharlo y observó detenidamente el pequeño bulto que sobresalía en el abdomen del muchacho, su cachorro tenía ya siete meses de vida y le ha estado haciendo la vida imposible a quien lo lleva en vientre.
En un comienzo le fue demasiado duro enfrentar la realidad sin que sus miedos salieran a la luz, hubieron momentos en los que se perdía en ese horrible abismo de tristeza y puede que sin la ayuda de su pareja, posiblemente, nunca hubiese logrado superarlos. TaeHyung estuvo ahí en todo momento para tomarlo de las mejillas, mirarlo a los ojos y besar sus labios para apaciguar sus miedos.
Con unas cuantas lágrimas cayendo por sus mejillas se acercó, con sumo cuidado, al muchacho durmiente y besó con suavidad su vientre por encima de la sábana que lo cubría, ganándose como consecuencia un ligero quejido de molestia. El omega odiaba con todo su ser que lo despertarán, así que totalmente enfadado soltó un fuerte golpe directamente hacia la nuca del Alfa.
─Calma terroncito no te enojes. ─Pronunció aguantando sus ganas de reír mientras aminoraba el dolor en la zona con un suave masaje.
─Déjame dormir.... ─Mencionó el contrario entre balbuceos.
─Sí mi vida, discúlpame. ─Susurró HoSeok cerca de su oído, para después dejar un pequeño beso en su mejilla y salir de la habitación.
Eran aproximadamente las seis de la mañana y muy pocos rayos de sol eran visibles en el horizonte, por lo que el Alfa después de mirar por la ventana del pasillo, caminó directamente hacía la cocina donde preparó una taza de café cargado y un par de waffles con miel para desayunar.
Mientras observaba desde la comodidad de su sofá los programas de variedades matutinos pensó que nunca en su vida estaría despierto a tales horas desayunando, normalmente es de las personas que despiertan a las ocho de la mañana, se dan un baño, toman una taza de café y salen a la oficina.
El barullo del televisor se escuchaba a todo volumen en el apartamento de la pareja, evitando que el Omega de piel canela continuara su descanso y despertara de mal humor.
TaeHyung completamente fastidiado se levantó de la cama dirigiéndose hacia el baño, donde después de aliviar sus necesidades fisiológicas entró a la ducha con la intención de despabilar su humor y relajar sus músculos con el agua caliente.
El torrente de agua tibia cubría por completo la espalda del muchacho, su cansancio de a poco se iba desvaneciendo, cuando de pronto sintió la presencia de alguien detrás de él, no tuvo que abrir los ojos para saber de quien se trataba ya que su fuerte aroma a Café y Pino lo estaba delatando.
HoSeok apenas escuchó el ruido del agua caer en el en cuarto de baño, se apresuró a llegar con su Omega para mimarlo un poco. TaeHyung no refutó al respecto ya que las hormonas que el Alfa desprendía estaban apaciguando, casi por completo, ese lado huraño y frío de su personalidad.
Mientras tanto el alfa, después de entrar al cubículo de la ducha, comenzó a consentir el cuerpo ajeno con suaves masajes estratégicos para liberar del estrés a su pareja, su experiencia con ello la debe a ser un ex bailarín, sus manos sabían exactamente como destensar cada uno de los músculos y ligamentos en el cuerpo del muchacho, quien sumergido en esa deliciosa y relajante sensación no pudo evitar que su cuerpo reaccionará a los estímulos aromáticos de las feromonas que su esposo destilaba. Mostrando, sin vergüenza alguna, una gran erección entre sus piernas.
HoSeok, sorprendentemente, con una gran fuerza de voluntad mantuvo al margen de sus instintos a su lobo interno que le exigía a gritos poseer de nueva cuenta a ese Omega que le chillaba suplicante. El hombre era consciente del daño que podría provocarle a su cachorro si dejaba que sus instintos florecieran, en lugar de dar rienda suelta a sus instintos mas mundanos, continuó mimando el cuerpo ajeno con la ayuda de una esponja de baño, cuyo objeto frotó desde la nuca del moreno hasta las pantorrillas, para después prestar suma atención a aquellos pies hinchados.
El alfa cerró el grifo frenando el torrente de agua y tomó con suavidad las muñecas ajenas para guiar a su pareja hasta el pequeño escalón que se encontraba dentro de la ducha, el contrario se dejó llevar y se sentó cómodamente en aquella extensión de concreto cubierto por azulejo, extendió sus extremidades inferiores hacía su pareja, que se hallaba hincado frente a él, y dejó que el mismo destensará cada uno de los músculos inflamados en sus pies.
TaeHyung se quejaba ligeramente ante la presión ejercida, sin embargo, lo disfrutaba en demasía, por fin sus pies descansaban de tanta carga. El embarazo no solo lo tenía hormonalmente inestable también lo tenía bajo una tensión corporal indescriptible, que su amado esposo se diera el tiempo de ayudarle a reducir su molestia lo llenaba de gratitud, pero nunca se atrevería a decírselo o se sentiría mal consigo.
Desde niño le enseñaron a no mostrar gratitud, deseo o interés a un alfa, o en algún momento ese Alfa se sentiría con el derecho de reclamarlo como suyo.
HoSeok nuevamente abrió el grifo de la ducha, configurando el mecanismo de la misma para que el agua saliera por la regadera de mano, templó la temperatura y procedió a quitar los restos de jabón que se habían secado en el cuerpo de TaeHyung, así mismo aprovechó para acercarse al gran vientre de su esposo y besarlo.
Para ambos era fascinante observar el movimiento de su cachorro cuando escuchaba la voz de sus padres hablándole.
TaeHyung nunca imaginó que esa cálida sensación podía generarla un simple movimiento dentro de él, puede que las hormonas sean las culpables de dicho cúmulo de emociones positivas y esperanzadoras, ya que en su sano juicio nunca se hubiese permitido el sentirlas. En un principio para él, el cambio hormonal y corporal no le afecto en absoluto, es mas ya se había resignado a enfrentar dichos cambios desde que se presentó en la jerarquía.
Desde muy joven sabía que debía reproducirse con un alfa y traer al mundo a un cachorro, a pesar de ello, durante su pubertad y parte de su adolescencia siempre manifestó su negativa a ello aborrecía con creces el hecho de ser un Omega cuya, única, misión es reproducirse y vivir bajo las órdenes del alfa que lo marcara. Por ello decidió forjar un carácter fuerte y arisco que le ayudará a espantar a todo Alfa que se interesará en él, pero, cuando conoció a HoSeok esa fachada se derrumbó por completo, sus instintos lo obligaron a ser más amable y cariñoso con él.
El matrimonio, al terminar su ducha compartida y de saborear un buen desayuno, se alistó para salir de casa. Esa tarde debían acudir a una de las últimas citas con el obstetra, pues estaban a nada de descubrir el sexo de su cachorro o eso esperaban ya que en citas pasadas el pequeño optaba por esconderse y no dejar ver al obstetra su zona íntima durante los ultrasonidos.
⊱⋅ ──── ・ 𖥸 ・──── ⋅⊰
En punto de las dos de la tarde, JungKook salió a toda prisa de su apartamento rumbó al hospital Obstétrico más cercano, debía llegar puntual a su cita de las tres en punto o de lo contrario debía esperar hasta el final de la jornada para ser atendido por el especialista.
Estaba demasiado acalorado y sudoroso debido a la rapidez con la que caminaba por la acera, estaba a pocos metros de la parada de autobuses donde al llegar pudo descansar en la banquilla de metal y refrescarse un poco bebiendo agua de su botella.
El hospital no estaba muy lejos de ahí, pero caminar hasta allá con un vientre de siete meses de gestación no era tarea fácil para el joven, por lo que siempre que iba a una cita tomaba el autobús. Ese día, por alguna extraña razón, el autobús se demoró en llegar veinte minutos a la hora que el monitor de registros aseguraba por lo que debió correr hasta la entrada del hospital para no llegar mas tarde.
Gracias al cielo, mas bien a su esfuerzo físico, logró llegar con cinco minutos de anticipación, después de registrarse en recepción caminó hasta el pasillo que lo llevaría hacia la sala de espera frente a los consultorios, como ya era costumbre, después de llegar y acomodarse en las bancas le envió un mensaje de texto a su Alfa informándole que muy pronto entraría a consulta.
Desde que supo de su embarazo, NamJoon nunca ha podido acompañar a JungKook a cada de una las citas médicas debido al trabajo, algunas veces Lisa suele acompañarlo, pero no le gusta mucho que lo haga porque tiene que soportar el trato del médico hacia ambos como pareja.
─¡Jeon JungKook! ─Escuchó desde lejos.
─¡Aquí! ─Respondió mientras se colocaba de pie y tomaba sus cosas.
Con tranquilidad se dirigió hacia aquel cuarto, donde al entrar una mujer de unos cuarenta años, aparentemente Betta, le recibió educadamente; el Omega se sorprendió bastante al no ver al médico que siempre le atendía.
─Buenas tardes señor Jeon soy la doctora Hwang es un placer conocerle, a partir de hoy seré su nueva obstetra. ─Pronunció la mujer con una amplia sonrisa en el rostro, después de sentarse frente a su escritorio.
─El placer es mío. ─Respondió JungKook después de sentarse en el asiento asignado a los pacientes.
─Bien, me gustaría mucho que me corroborara los datos que tengo aquí. ─La mujer señaló el monitor de la computadora que se encontraba frente a ella. ─Su nombre es Jeon JungKook, tiene veintidós años y tiene aproximadamente veintinueve semanas de gestación, ¿Es correcto?
─Sí, es correcto. ─Afirmó el muchacho.
─Bien, continuo, el Doctor Lee le indicó que tomara ácido fólico en pastillas, vitaminas y minerales en jarabe y que administrara diclofenaco en gel en la parte baja de su espalda en caso de seguir sintiendo calambres...
─Así es, últimamente no he administrado el gel porque ya no salgo de casa.
─¿Se fatiga mucho al salir de casa? ─Preguntó la doctora al mismo tiempo que tomaba una pluma y lo que parecía ser un expediente.
─A veces me fatigo mucho después de ir a trabajar.
─¿En qué trabaja? ─Volvió a preguntar mientras terminaba de escribir.
─Soy barista y ayudante general en una cafetería.
─¿Realiza algún tipo de esfuerzo físico durante el trabajo?
─A veces me corresponde limpiar el piso y acomodar algunas cajas en el almacén.
La doctora formó un gesto de desaprobación después de escucharle. JungKook por su parte se irguió en su lugar sintiéndose incómodo y un poco regañado, quizá es algo que ya no deba hacer.
─Bueno... Seré honesta actualmente en su estado no es recomendable ejercer algún tipo de esfuerzo físico que pueda fatigarle de sobremanera, ¿Por qué? ─Pausó. ─Porque su cuerpo ya está completamente contraído y listo para el nacimiento de su cachorrita, algún tipo de esfuerzo mayor al que puede hacer puede forzar el útero y por consiguiente que la bolsa de líquido amniótico se rompa, obligando al bebé a nacer prematuramente, estos últimos meses debe cuidarse más de lo ya has hecho.
JungKook afirmó comprendiendo cada una de las palabras de la doctora, pensando en qué debía de decirle a su jefe el lunes por la tarde.
─Bien... ¿Ha sentido algún cambio o experimentado algún dolor? ─Observó atentamente la mujer.
─No, ninguno hasta ahora todo ha ido bien.
La mujer se mantuvo en silencio anotando rápidamente lo que escuchaba en la hoja que tenía entre las manos, después de ello se levantó de su asiento y le indicó a JungKook que se acomodara en la camilla que estaba detrás de él.
El muchacho obedeció, subiéndose ágilmente a la camilla donde se recostó, para después alzar su camiseta y bajar un poco sus pantalones descubriendo su vientre.
La doctora mientras tanto preparaba la máquina y los aditamentos necesarios para continuar, acto seguido tomó la botella de gel para ultrasonido y colocó una pequeña cantidad sobre el vientre de JungKook, el Omega contrajo suavemente su abdomen debido a la frialdad de la sustancia aguantando la incomodidad que este producía y se acomodó un poco para poder observar el monitor. Ella movía el inductor lentamente por todo su abdomen para completar los análisis rutinarios mostrándole cada uno de ellos, JungKook sabía que estaba a punto de terminar cuando le permitió escuchar el latido de su bebé entonces, antes de teclear los últimos dígitos en el aparato, la doctora se detuvo asombrada.
En punto de las diez de la noche, Kim NamJoon llegó a casa completamente exhausto, sus piernas apenas y podían llevarlo hacia su habitación de lo cansadas que estaban, aun así, logró llegar. El hombre esperaba encontrar a su pareja, como siempre, acurrucado en la cama descansando, pero para su sorpresa el muchacho no estaba ahí.
Desconcertado pronunció su nombre, pero nadie le respondió, despojándose de su camisa se dirigió ha el baño en busca de él, pero tampoco estaba ahí, su Alfa reaccionó en ese instante ayudando a su cansado cuerpo a seguir buscando a su Omega. Se dirigió a la segunda habitación, JungKook tampoco estaba ahí, caminó a la cocina con la sangre recorriendo su sistema a tope, tampoco estaba ahí. Se detuvo a pensar donde podría estar y recordó, recordó el lugar donde su Omega solía elaborar los nidos y donde solía esconderse cuando algo estaba mal. Así que con toda la fuerza que sus piernas pudieron otorgarle se apresuró a llegar ahí.
Directamente al cuarto de lavado, fue entonces cuando su lobo logró percibir el aroma del muchacho, NamJoon con suma delicadeza abrió la puerta, el lugar estaba obscuro y el aroma a tristeza era tangible en el ambiente. El moreno se apresuró a buscar a su pareja con la ayuda de la linterna de su teléfono móvil, pues si prendía la luz de la habitación abruptamente el Omega podría asustarse y tratar de calmarlo sería muy difícil.
NamJoon tratando de mantener la calma, iluminó lentamente la superficie del suelo, encontrando los pies del chico rápidamente, el pobrecito estaba detrás de la secadora hecho un ovillo bajo un profundo sueño, con lentitud se acercó a él y tocó el rostro del contrario con delicadeza para poder despertarlo, pero esto no funcionó.
Así que comenzó a emanar un poco de feromonas para alertar al Omega de su pareja de su presencia, JungKook abrió los ojos asustado, tenía meses que su lobo no lo alertaba de esa forma.
─Kookie. ─Mencionó el moreno. ─¿Qué estás haciendo aquí?
El mencionado tras escuchar esa voz, levantó el torso y salió de su escondite.
─¿Nam?
─Sí mi niño soy yo. ─Pronunció después de sentarse en el suelo frente a JungKook
─¡Mi amor! ─El menor explotó en llanto buscando a tientas entre la obscuridad a su novio, cuando lo encontró se aferró fuertemente a él.
El alfa con el corazón a punto de salir de su pecho, tomó con fuerza las muñecas de JungKook halando suavemente de ellas para indicarle que podía acercarse, el menor sollozando aun más se abalanzó contra él. Ninguno de los dos pronunció palabra, NamJoon acomodó el cuerpo de JungKook entre sus piernas, abrazándolo fuertemente por la espalda y lo arrulló meneándose suavemente de lado a lado esperando que su llanto cesará para poder hablar.
─Nam... ─JungKook llamó la atención del alfa dando un par de toquecitos en su mano.
─¿Sí mi niño? ─Le respondió tranquilamente.
─Hay algo que debo decirte. ─Hipeo temblando.
─Shhh, no te fuerces...
─Debo hacerlo...
─Está bien, ¿Qué ocurre?
JungKook inhaló profundamente para poder tranquilizarse y después de ello habló.
─Nuestra Cachorrita tiene... ─Se le quebró la voz. ─Ti... ti... tiene el c... cor... cordón...
─Shhh... Respira... ─El menor le obedeció. ─Ahora sí.
─¡NUESTRA CACHORRITA TIENE EL CORDÓN UMBILICAL ENREDADO EN EL CUELLO!
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Bueno después de Mil años vuelvo a actualizar, espero les guste.
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