|Prólogo|
╔═══════ - ════════╗
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚
𝙤𝙛
𝙈𝙚𝙢𝙤𝙧𝙞𝙚𝙨
╚═══════ - ════════╝
Abrió sus ojos con pesadez, quitó parte de sus mechones de cabello de sus ojos color rubí por nacimiento, se sentó en el sofá soltando un pesado suspiro, ya no usaba su armadura monocromática, ahora simplemente usaba un mono y franela negra, escuchaba con nitidez el cantar de los pájaros fuera de la vivienda mientras su mirada se posaba en una dormida Astell, quién tenía de manta la chaqueta morada del fragmentado. Tantas cosas habían pasado antes de poder reunirse con su hermano menor, un tiempo extenuantemente largo, X!Gaster había hecho un buen trabajo suplantando cada recuerdo del esqueleto que, ya no recordaba sus verdaderas raíces, la razón por la cuál sigue en ese mundo lleno de flores y rosas. Se levantó del sofá y acarició el pelaje de la menor con una sonrisa, se dirigió directamente a la cocina para tomar un vaso de agua y comer una manzana, su silencio delataba muchas cosas de sí. Calculador, paciente, honrado, callado, cosas que desarrolló a través de los años con tal de aprender a proteger a los suyos después del fracaso que tuvo siendo hermano mayor de Øverwrite... Digo Fly. Suspiró para poner el vaso en el lavabo y dirigirse a las escaleras para subirlas y dar un pequeño paseo por los pasillos de la vivienda en la planta superior.
Pasó por la que era su habitación, la cual era color beige con detalles plateados como hojas de árboles cayendo y una pequeña lámpara clásica, su cama estaba en el centro del cuarto, contrario a la cama de su hermano que están la parte de la cabecera contra la pared bajo de la ventana grande de su habitación, y hablando del esqueleto ¿Dónde estaba? A sus oídos llegó la melodía de una caja músical, siguió el sonido hasta llegar a la habitación... Bueno ex-habitación de su hermano menor y encontró al mismo sentado en la orilla de la cama sosteniendo entre sus huesudas manos la caja musical que le fue relagada con cariño en su cumpleaños número 12 hace años, pero claro eran recuerdos de antaño que no tenían nada que ver con la actualidad. Estaba con su guarda camisa negra con la imagen de un corazón rosa invertido, no estaba usando sus guantes de brazos, los cuales estaban doblados sobre el colchón. Una sombra cubría sus cuencas como si tratara de ocultar su sentir, cada facción que tuviera en ese momento. Se podía escuchar su respiración lenta a pesar de que el sonido de la caja musical opacara el silencio sepulcral de la habitación, Kris se dio cuenta que no era un buen momento acercarse a su hermano, se iba a retirar pero una mano lo detuvo atrayendolo hasta el interior de la habitación.
La caja no dejaba de soltar aquella melodía arrulladora como la canción de cuna de alguna madre a su hijo, el esqueleto dejó aquel objeto sobre la mesita de noche, se levantó con la mirada fija en el suelo, se acercó lentamente al humano, el mencionado tenía una gota de sudor bajando por su cien ¿Qué haría ahora? Lo siguiente fue tan inesperado pero también tan deseado por el mayor de ambos; Fly había abrazado a su hermano mayor con fuerza ocultando su rostro en el pecho contrario, Kris se quedó sin palabras, todo se había vuelto un poco incómodo pero el sollozo del esqueleto—el cual era como el de un gatito llorando—rompió aquel silencio, una risita salió de la boca del mayor, cerrando sus ojos rubí abrazando al contrario con amor y cariño, la luz se filtraba por la ventana iluminando aquel dulce encuentro como si fuera el centro de atención de algún espectáculo. Al rato se tomaron de las manos mirándose. Ya lo recordaba todo.
—¿Nunca sanaron las heridas en tus manos?—indagó el humano fijando su mirada en el menor y en sus manos, a lo cual soltó un sonido gutural de afirmación.
—Me parece raro que no lo hayan hecho.—habló el esqueleto albino— Todas mis heridas sanan con rápidez, y sin embargo estas no lo hicieron ¿Por qué me persigue la desgracia?
Aquella había sido un chiste intencional para poder pasar el momento melancólico, ¿Quién no se pondría así al recuperar su memoria y poder abrazar a su hermano? Nadie, esa es la respuesta. Se sentaron en la cama y empezaron a ponerse al día con todo lo sucedido; el primero en hablar fue Kris, le contó que después de que X!Gaster se llevara lejos a Øverwrite/Fly lo primero que hizo fue asegurarse de que Astell estuviera bien, luego tuvieron que organizar las reservas de comida que habían en la ciudad o bueno, lo que quedaba de ella. Separaron los productos caducos de los que estaban en buen estado y decidieron plantar distintas hortalizas para poder alimentarse, también contaron con la ayuda de Demetra quien podía viajar a través del Omniverso. Pero sobretodo le dijo a su hermano menor que, Ink había conseguido un alma ¡Un alma! ¿Pero cómo? Esa era la pregunta que carcomía al esqueleto por dentro. Si el pintor tenía un alma verdadera entonces ¿Por qué seguía usando sus viales si podía sentir? ¿Actuación? Debía ser eso, era la única respuesta lógica a aquello. Luego fue el turno del fragmentado, le contó todo. El humano se entristeció con la muerte de Nathalie, y más le dolió no verla antes de que ella falleciera.
Fly se levantó y tomó una manta para luego bajar las escaleras y dirigirse hasta donde estaba la cabra menor dormida, le quitó su chaqueta de encima y le puso la manta, se puso su chaqueta y se dirigió a la salida del hogar, su hermano le siguió, caminaron por un largo sendero hasta llegar al sitio donde estaba la pequeña capilla que el esqueleto había construido para poner las pertenencias de las personas que alguna vez lo consideraron parte de su familia, un aire de nostalgia lo atacó de repente, vio uno de esos palillos que había encendido hace tiempo, tomó uno de ellos y con su dedo lo encendió para luego apagarlo, se puso de rodillas y puso el palillo en el vaso de piedra donde estaban los otros palillos gastados, miró cada objeto que estaban en los pedestales. Se levantó y fue a buscar unas flores y dejarlas en dónde siempre las había puesto. De verdad no entendía porqué X!Gaster siempre había sido tan egoísta, nunca entenderá sus razones pero una cosa es clara; estaba en casa, y no podía pedir más.
Se volvió a arrodillar y juntó sus manos y cerró las cuencas, la brisa meneaba su bufanda rojiza mientras que el viento recogía las hojas que habían caído, luego abrió sus cuencas y puso una melancólica sonrisa, unas lágrimas rosadas salían de sus ojos. Se los secó de inmediato, escuchó unos gritos que provenían cerca de la casa, volvió hacia allá seguido de Kris, viendo a la Fatal Insanity, parece que el equipo estaba buscándolo, levantó las manos poniendo una sonrisa amigable y salió a recibirlos, ya deben imaginarse la regañada que le dio el sueño corrupto; primero salía sin avisar nada, lo estuvieron buscándolo por todo el Multiverso Corrupto y no lo habían encontrado. Y, por si fuera poco, el alma de X!Gaster había desaparecido, fue por fortuna que la oji lago hubiera identificado los códigos del portal que el esqueleto fragmentado había abierto con anterioridad y poder hacer un portal igual o similar. Por supuesto que todo el alboroto que había causado el sueño caído con su rabieta despertó a la cabra menor, quién curiosa decidió salir de la casa y ver a ese montón de mounstros esqueletos en el patio de la casa.
—¡Si vuelves a irte de esa manera sin avisar , te lanzaré al Void y te dejaré allí! ¿¡Te quedó claro!?—amenazó Shattered deformando su rostro volviendolo más aterrador de lo que ya era, aunque al parecer el fragmento le valía pepino que su jefe le amenazara de tal manera.
—¿Qué sucede Øverwrite?—la pequeña cabra al principio se asustó al ver al ser de oscuridad retorcerse y verla de reojo, pero aquello ya no le causaba miedo en absoluto.
Las presentaciones no se hicieron esperar, y las explicaciones por parte del humano joven también eran importantes. Fly se cruzó de brazos mientras ponía su espalda contra el muro de la casa, los veía a todos mientras bajaba la mirada, ahora sentía la culpa comiéndolo vivo por dentro; toda la sangre derramada que seguía en los edificios y la destrucción causada , todo realizado por sus propias manos, aunque si analizaba sus recuerdos todo había sido culpa del ególatra, gruñó a lo bajo con solo recordar lo bien que lo trató en sus comienzos de su existencia, lo trató tan bien, como si de verdad lo amara. Tch, patrañas, todo fue simple actuación, todas sus memorias vinieron nuevamente a él como si fuera una película, vio toda su realidad cambiar a sus ojos, todo volvió a ser como hace ya unos 7 años, miró a su alrededor, el ambiente era apacible, las rosas eran rojizas y hermosas, las mariposas volaban, escuchaba el cantar de las aves. Dio dos pasos al frente y se giró sobre sus pies para ver hacia atrás, pero se dio cuenta que la casa no estaba, o almenos eso era lo que su mente quería que él viera. Cuando devolvió su vista al frente, sus pupilas se achicaron al ver a la persona que se hallaba ahí parada: era Brenda, cargaba su típica vestimenta de marinera que siempre cargaba, le sonrió al esqueleto saludandolo con la mano. Le hizo un ademán con sus manos para luego soltar una pequeña risita. Empezó a alejarse saltando alegremente mientras el esqueleto trataba de seguirla ignorando las voces de sus compañeros y hermano que lo llamaban por su nombre.
Seguía a la coneja atraves de todo, su ambiente volvió a cambiar a uno más apocalíptico, lleno de guerras, incluso esquivó una roca ¿¡Una roca!? No dejaba de correr, debía seguirla, pero pareciera que ella no se percataba de nada de lo que sucedía alrededor, seguía saltando con una sonrisa. El ambiente volvió a glichearse y ya no estaban en algún espacio abierto, mas bien dentro de un castillo, miraba los cuadros intentando no perder a Brenda de vista, eran las mismas imágenes, de acuerdo estaba enloqueciendo. No entendía ¿El cambio de escenario tenía algún significado con su crecimiento como persona? ¿Acaso era su amiga coneja o solo otro efecto de su imaginación? Sacudió su cabeza varias veces tratando de volver a si mismo, fue luego que todo se volvió de un color naranja, la coneja seguía saltando gritando : “¡Ya casi llegamos!” con alegría. De pronto un enjambre de mariposas blancas empezaban a tapar su campo de visión, no podía ver nada, agitaba sus manos para intentar espantar a las mariposas, se le olvidó que tenía poderes, aunque su único objetivo llegar con Brenda.
<<¡Brenda! ¡Espérame! ¡No te vayas!>> Suplicaba una y otra vez mientras las mariposas se posaban sobre él como si fuera una estatua, todos sus errores, todas las cosas que había hecho las sentía recorrer toda su espalda, pero debía seguir adelante, ya no había tiempo para errores, siguió corriendo, tropezó siempre lo iba hacer pero como toda persona se iba a levantar y seguir. Siguió corriendo mientras que aquellas mariposas se alejaban de él, hasta que se detuvo, el ambiente ahora era un sitio lleno de tallos negros con espinas, todas eran enormes, y ahí estaba parada Brenda cerca de donde de hallaba un enorme capullo de rosa de un color rosado. Lo volvió a ver con una enorme sonrisa, siempre la había recordado así, siempre tan sonriente y con una aptitud que enamora. La coneja se le acercó y lo tomó de las manos llevándolo al frente del capullo. El capullo se abrió y un brillo segador de un color rosado llegó a las cuencas del esqueleto, la coneja tomó lo que brillaba entre sus manos para extenderlo hacia Fly. Él simplemente la abrazó fuertemente, lágrimas salían de sus cuencas, le suplicaba que no se fuera, que se quedara a su lado. Pero la coneja se separó viéndolo.
—Vas a llegar lejos Øverwrite, y no te preocupes, siempre estaré aquí—dijo para luego con una mano tocar la cabeza del esqueleto—, y aquí.—tocó dónde estaba el alma de su amigo.
Le entregó el fragmento y desapareció entre un remolino de pétalos de rosas, todo el lugar cubierto con tallos negros con aquellas espinas se destrozaron dejando aquel sitio en blanco completamente, ya había tomado su decisión, sonrió de manera triste, fue lindo volver a ver a su amiga pero ahora debía seguir con lo que dejó inconcluso. Abrió el dije de su collar sacando el otro trozo de alma que brillaba con más fuerza como si al sentir la otra mitad de su ser diera un vuelco desesperado por volver a estar unidas. El de fragmentos unió los trozos y aquella grieta que se veía en el alma se cerró completamente como si nunca hubiera estado ahí. El alma se elevó y volvió a dar brillo nuevamente, la luz era tanta que tuvo que taparse sus cuencas con sus brazos para evitar quedar ciego. Al abrirlas nota que el ambiente volvió a ser el que era antes, miró hacia abajo y se encontró con una lápida que decía "Alisson Blake", ahora entendía todo; ambos hermanos habían heredado una mitad del alma, por eso podían comunicarse, ¡Ellos lo eligieron a él antes que ELLA! Miró al frente suyo a aquella fuente de poder que se acercó a él, los tatuajes en sus brazos comenzaron a brillar en un rosado opaco, era como si estas detectaran la magia que desprendía aquella fuente de energía.
Lo siguiente que sintió fue un peso en su espalda que lo tumbó boca abajo al suelo, posteriormente lo elevaron al cielo y ante él estaba aquella criatura que lo acompañó varias noches después de haber salido de aquella habitación, aquel ser semi demonio y esqueleto con cola de escorpión afilada como la daga, sus ojos rosados irradiaban alegría y sus colmillos lo hacían ver amigable, Sorrow abrazó al menor con fuerza restregando su mejilla contra la ajena con felicidad, incluso su cola se movía felizmente.
—¡Lo hiciste pequeño! ¡Por fin me liberaste! ¡Awww! ¡Sigues igual de suavecito!—exclamó alegremente la criatura de coraza resistente, daba vueltas cargando al esqueleto lamiendo su rostro como un cachorro.
—¿¡S-Sorrow!? ¡Hey me haces cosquillas! ¡Suéltame, suéltame!... ¡S7ēl5æmê!—dijo gruñendo deshaciéndose como el agua entre los brazos de la criatura, para luego volver a la normalidad.
Risitas nerviosas salieron de la boca del mencionado Sorrow mientras el esqueleto daba pequeños golpes al piso con su pie viéndolo con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa, no podía culparlo, la emoción carcomía a cualquier persona o mounstro y para aquella criatura, la emoción ya lo había devorado, soltaron unas carcajadas por lo sucedido anteriormente, parecían unos recién casados; Sorrow poniéndose tierno y el como alacrán enojado o en otros términos: mamón. Se escuchó un aplauso lento tras ellos, se giró sobre sus pies viendo a la persona que no pensó ver desde que era un niño. Aquella Deidad que selló un pacto irrompible, siempre vestida con aquella armadura rosada con aquellos delineados negros, aquellas botas rosadas largas, su cabello rebelde rapado por un lado mientras que el resto de su cabello cubría levemente su ojo de un morado casi rosado derecho. Sus cuernos rosados en degradado en negro resaltaban su naturaleza vil en cierta manera y sus guantes de brazos con dedos color rosado le daban un toque de glamour y elegancia, era mujer después de todo.
La confundes con un súcubo y ella te hará la vida un infierno, te metes con su propiedad y lo mínimo que perderás será tú familia ya que con solo simples palabras, todos tus seres queridos te dejarán desamparado. Dislove era su nombre, nombre de lo que menos queremos en nuestras vidas, una Deidad opuesta a lo que su hermana gemela menor representa. Dejó de aplaudir para poner sus manos sobre sus caderas, sonrió mostrando sus colmillos con malicia y se acercó a paso lento al esqueleto. Sorrow se apartó un poco cuando la mujer ya estaba cerca de su radar, la mencionada puso una mano bajo la mandíbula de Fly para elevar su mirada hacia ella, debía admitir que, a pesar del tiempo transcurrido desde la última vez que se vieron, seguía igual a como lo conoció, sentía el alma ajena irradiar odio, odio que ella únicamente podía ingerir de él, ese odio hacia todo aquel que se atrevieron a herir a su pequeño y fiel Guardián.
—Je... A pasado un tiempo Øverwrite.—el mencionado asintió sin dejar de verla. Su sonrisa de amplió al ver el gesto de afirmación de su lacayo. —Entoces...
<<¿Comenzamos de una vez?>>
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