|Capítulo 5|
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𝙔𝙤𝙪𝙧
𝙊𝙗𝙚𝙙𝙞𝙚𝙣𝙩
𝙎𝙚𝙧𝙫𝙖𝙣𝙩
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El soñador caminaba en círculos preocupado por la actual situación, era cierto que prometió mantener la calma, pero la situación lo estaba empujando a tirar algo y destrozarlo. Cuando Dust llegó al castillo lleno de heridas y con una pupila destrozada, tuvo la corazonada de que fue una emboscada, pero su preocupación era que, quien los emboscó fue el mismísimo Fly, pero esta vez sí le habían dado pelea. Pero por supuesto fueron superados medianamente en número, era agotador, llevó dos dedos al puente de la nariz elevando la cabeza. Fue a la enfermería para ver como el de ropas polvorientas usaba ahora un parche en su cuenca dañada de color blanco, sostenía la barbilla con una mano apoyado en la camilla viendo a la ventana de la habitación con cierto ceño fruncido, mientras Nightmare curaba las heridas de su mano derecha con gazas y agua oxigenada, junto con un poco de magia verde para cerrar las heridas. El único que no resultó herido en batalla fue Horror, y menos mal, puesto que le iban a necesitar más adelante. Suspiró tocando la puerta abierta, llamando la atención de los que se encontraban en la habitación.
—... Hey ¿Se encuentran mejor? —indagó con un tono preocupado y calmado, sólo recibió el gruñido del polvoriento con una mueca de fastidio.
—Yo estoy bien, gracias por preguntar sueñito. —tarareó el de lágrimas negras con una de sus tantas sonrisas.
Estaba feliz de que al menos, ellos estuvieran bien.
<<Era todo lo que necesita>>
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—Y eso fue lo que pasó.
El de ojos hipnóticos explicó brevemente y sin muchas parafernalias al sueño corrupto sobre la situación que aconteció no hace mucho en Outertale, el de pupila dorada estaba revisando el informe que se le fue dado, elevó una mirada sin quitar su semblante hierático, suspiró haciendo un ademán con la cabeza para que Crazy se retirase de la habitación, el sonar de la puerta cerrándose con un sonido grave. El de coronilla se echó hacia atrás haciendo que la silla giratoria también fuera movida hacia atrás, soltando un suspiro cerrando su único ojo bueno. Lo que escuchó después fue en sonar de algo caer en su escritorio, haciendo que los papeles en su escritorio volaran, abrió su cuenca y con su pupila miró de reojo y con desdén observó al responsable del desorden; el fragmentado había estado todo el rato en el techo, escuchando la versión de los sucesos recientes a boca de su compañero, había puesto sus piernas contra su pecho, viendo al frente. Se volteó, sentándose mejor para luego levantarse y recoger los papeles.
Parte de lo que dijo no lo podía negar, pero tampoco lo podía aceptar como tal. Puede que fuese alguna reacción del momento o la adrenalina misma carcomiendo sus huesos al poder liberar toda esa energía, sobretodo cuando casi perdía la cabeza, cielos un día de estos podría morir por que alguien le destroce toda la cara o su torso ¿Y si una luxación en el cuello sería suficiente para aniquilarle de una manera rápida e indolora? Ya se estaba volviendo paranoico o algo así, al tener ya todos los papeles que habían caído al suelo los acomodó y los puso en un lado del escritorio que no fueran a molestar. El sueño corrupto le veía con detenimiento y de manera crítica, podía culparle por su recién comportamiento al caer de esa manera del techo a su escritorio y desordenar su trabajo, pero no lo hizo. Hizo una señal con un movimiento de dedos para que se acercara, dócilmente el contrario acató la orden, y al ver que no había problema o el dueño del castillo mostraba alguna señal de incomodidad, se sentó de nuevo en el escritorio pero esta vez en la orilla del mismo, cruzándose de brazos viendo al mayor de los dos.
El sueño corrupto suspiró, pero terminó en un chasquido de lengua y luego habló:—Pregunta sarcástica ¿Por qué te expusiste de esa manera en frente de ellos? —indagó poniendo una mano en su tentáculo recién invocado, el sueño corrupto podría importarle un carajo la elección de otros, pero de alguien que está bajo su ala, no, no lo podía dejar pasar.
El de bufanda meneó la cabeza, para luego acomodarse la bufanda; primera señal de que le habían engatusado sin intertarlo si quiera, las personas siempre tienden a poner alguna señal de incomodidad ya sea en una discusión o en una conversación formal, señales obvias como rascarse el cabello, o la piel cuan perro con sarna o simplemente tensar alguna parte de su indumentaria hasta quebrarla bajo sus manos, y Fly pese al mostrarse calmado, mostró esa señal, y con un deje de ligereza al forzar una mueca tranquila que parecía distorsionada, habló casi con un hilillo de voz:
—Respuesta irónica; porque ya quería dejar en claro que estoy con ustedes no que ustedes me tienen como ave enjaulada. —respondió soltando su amada bufanda para ver a su jefe a la pupila, quien alzó una ceja inexistente en señal de que no estaba del todo convencido—Sé que fue un error mío.
—Uno de muchos que podrías cometer en tu joven vida. Mírate, sentado en el escritorio de tu superior solo por gusto y no porque mostré que no tenía problema. —alargó un poco el cuello hacia delante y con voz grave habló:-Pues yo si tengo problema, con lo que acabas de hacer.
El más joven meneó la cabeza al tempo que la elevaba hacia arriba, luego le miró y con una sonrisa de medio lado se bajó del escritorio para quedar del otro lado del escritorio del sueño corrupto, con las manos tras la espalda. Tarareó un poco mirando a su jefe—Cosas como esas no volverán a ocurrir mientras yo viva. Pues, tengo el honor de ser su humilde y obediente sirviente. —hizo una reverencia—No me arriesgaría a filtrar información vuestra o de alguno de mis compañeros.
El de coronilla sondeó las emociones de su Mano Derecha con detenimiento, buscando algún signo que estaba mintiendo, ocultando la verdad bajo sus máscaras ensayadas y sus gestos de poca preocupación... Nada... Estaba diciendo la verdad, conocía esas emociones, las había percibido antes, tanto en él como en sus anteriores "amigos" (Que de amigos no tienen nada) sólo hizo un ademán para que se retirara para que no se quedara ahí estático sin hacer movimiento alguno. Y eso hizo, Fly se retiró, teniendo en mente tener listo el informe antes de que termine el día, al llegar a su recámara en el Castillo, pudo ver que su querida casi hermanita Astell le esperaba, literalmente se abalanzó para abrazarle mejor y más fuerte, el de fragmentos correspondió con dulzura. Estaba muy feliz, ignorando el hecho de lo que acaba de pasar dentro de aquella oficina.
Por supuesto que le importaba, pues bajo su máscara despreocupada y de ligereza burlona, un rostro preocupado y totalmente desconfiado de su entorno, pensando: "Hey, al menos aquí encajo bien"... Buscar donde encajar... Hmm, pero ¿en donde encajaba realmente?. Dejó aquellos pensamientos fuera de su mente, llevándole a la realidad del ahora, su querida Astell al parecer tenía sueño, por supuesto, la emoción de verle, tener que soportar a sus compañeros y demás la tenía cansada, literalmente se dormía en sus brazos, segura en ellos, se acurrucó soltando suaves ronroneos que se iban apagando a medida que se iba durmiendo, Fly sonrió feliz mientras suspiraba sin dejar de lado su sonrisa, al verla tan apacible solo le conmovió aún más, la cargo con cuidado, dejándola con la misma delicadeza sobre la superficie suave del colchón de su habitación. Estaba feliz de que al menos ella esté tomando un descanso, y hablando de féminas importantes en su vida... Se levantó con cuidado del colchón, arropando a la niña cabra para que no sintiera frío o similar, de esa manera no tendría problemas al dormir, abrió un portal y entró en el.
Se encontraba en una tienda, al parecer era una costurería y boutique, puesto que habían muchas prendas pomposas, galantes o casuales en varias partes de dicha tienda, en la ventana que daba vista al público había un maniquí usando una prenda de invierno. Caminó a paso gatuno al único taller de la zona, la puerta estaba abierta y al asomarse pudo confirmar sus sospechas y preocupaciones; la mujer monstruo gato seguía trabajando, pero la veía con poca energía, estaba dibujando algo en su enorme blog de diseño. Liza siempre se inspiraba a las horas menos pensadas, y esa no era una excepción, con melindrosidad se acercó a ella notando que su cansacio era tanto que, no la hacia ser consciente de su entorno o quienes estaban con ella, solo en su trabajo. Liza alargó su brazo para agarrar la jarra con café y no la taza para poder tomar todo de un golpe, haciendo una mueca por lo amargo, sus orejas se apegaron a su cabeza por su mueca de asco, oh demonios, que tierna le había pareció aquel reaccionar. Sonrió suavemente, viendo que por fin, tras 25 minutos de espera, la fémina se quedó dormida. Se acercó a ella y la cargó con cuidado no queriendo derramar el café en su trabajo.
Atajó a la habitación de la fémina, caminó con ella en sus brazos para acto seguido dejarla en su respectiva cama, oyéndola murmurar en sueños, sólo sonrió suavemente, la arropó y depositó un beso en la frente de la chica gato de manera afectuosa, sin la intención de despertarla, aunque sí amó como frunció el ceño, enrollando su cola esponjosa y tierna entre sus patas. Abrió un pequeño portal sacando un pequeño broche con forma de Rosa y lo dejó sobre la mesita de noche junto a una nota, luego salió por la ventana cayendo a un portal a la biblioteca. Debía hacer su informe.
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