—Tenemos un mayor problema mis señores.

—¿Qué puede ser peor que la desaparición de SeokJin?— preguntó YoonGi con notable irritación.

La neonata rubia se retrajo en su lugar al ver como los ojos azules del mayor de los Min se tornaban rojos y temió que salieran a relucir sus instintos demoníacos. Pese a eso, nada ocurrió, ya que YoonGi había consumido la sangre de JiMin durante la noche anterior y ahora podía controlar sus emociones adecuadamente.

—Algunos neonatos volvieron recién de su caza con noticias sobre un levantamiento, los del pueblo se reunieron y se dirigen hacia acá, están molestos por la luna roja y vienen armados.— informó nerviosamente.

—Mierda, esto no es bueno.— exclamó Agust al mismo tiempo que hubo una explosión en el bosque al lado del castillo —Ya están aquí.

JiMin dio un brinco por el estruendo, el olor a quemado comenzó a llenar sus fosas nasales y en ese momento la habitación comenzó a llenarse de humo. Suga se le acercó para envolverlo en sus brazos, no sabía lo que podría pasar, pero él no permitiría que nadie lo tocara.

—Tranquilo, Minnie, todo estará bien.— le intentó tranquilizar.

Sin embargo, JiMin no le escuchaba, estaba aterrado rememorando en su cabeza el sueño que tuvo antes, donde el bosque se incendiaba y él iba por JungKook. Su cuerpo se estremeció, podía sentir las llamas consumiéndole y su desesperación por rescatar al pequeño, era tan vívido que inevitablemente llamó la atención de los hermanos.

JiMin no quería que lo leyeran, trato de controlarse, enfocarse en otros pensamientos

para no interferir, no volverse una carga para ellos y logró esconder parte de sus

temores, pero los tres se dieron cuenta del pánico que le daba el fuego.

—Debemos asegurar el castillo, diles a los encargados de cada área que reúnan a

todos y se protejan en los pasadizos de sus respectivas habitaciones.— ordenó YoonGi imperturbable.

La neonata rubia asintió, realizó una reverencia para cada uno de los presentes y se retiró lo más rápido que pudo del lugar para cumplir con lo que se le ordenó.

—Tratare de ponerme en contacto con HoSeok, necesitaremos su ayuda.— comentó Agust desapareciendo sin esperar respuesta alguna.

YoonGi bufo, se acarició las sienes intentando apaciguar su repentino dolor de cabeza y se giró para mirar a su hermano. Ambos hablaron telepáticamente sobre la situación, no sabían quién había alentado a los transilvanos para atacarlos o donde estaba SeokJin a estas horas.

Suga agradeció que no hablaran en voz alta de lo que pensaban porque JiMin en sus brazos temblaba sobre manera, tenía todos los pensamientos desordenados y un miedo inmenso, se estaba imaginando escenarios muy turbios, preocupado por ellos y su raza.

Así que concordaron en una cosa: Mantener seguro a JiMin.

—Llévalo al árbol de la vida, nadie sabe de ese escondite solo nosotros y SeokJin, si llegase a volver es probable que vaya directamente allí.

Suga asintió —Lo dejaré y me reuniré con ustedes en el gran salón.

—¿Qué harán ustedes?— cuestionó JiMin mirándolos con pura inquietud —No quiero dejarlos solos, debemos estar juntos... tal vez pueda hablar con los de mi raza para que no les hagan nada.

—Ellos no te escucharan, están cegados por su miedo a lo desconocido y sobrenatural.— le aclaro YoonGi.

—P-puedo intentarlo.

—No.

—¡¿Por qué no?! Déjenme ayudarlos, si algo les pasa...

—Vamos, JiMin, no pasara nada malo.— le cortó Suga apretándole ligeramente los hombros y encaminándolo hacia el pasadizo del espejo.

JiMin dejó de insistir, la penetrante mirada de YoonGi lo doblegó sin mucho esfuerzo y permitió que el peli azul lo llevara de regreso. Agacho su rostro para ocultar el escozor en sus ojos, el solo imaginarse a alguno de los hermanos Min heridos... le provocaba terror.

YoonGi se maldijo en sus adentros por ponerlo en ese estado, se apresuró a detenerlos, tomó el rostro de JiMin en sus manos y lo beso. Él trataba de transmitirle que también tenía miedo, pero su peor pesadilla era perderle y no iba a permitir que nada le ocurriera, ni a su familia.

—Por favor espera por nosotros.

—Siempre.— le aseguró JiMin sonriéndole levemente.

Suga se encargó de llevarlo al árbol de la vida, le dejó parado en medio de la habitación y se dirigió al pasadizo que provenía del exterior para revisarlo. Dejar esa entrada libre no era tan peligroso ya que estaba escondida muy bien en el bosque, también se necesitaba una llave especial para abrirla y solo SeokJin a parte de ellos la poseía.

—Puede que Jinnie vuelva por aquí así que no te espantes si escuchas ruidos.

—Estoy seguro de que volverá, había ido con su pareja para pasar la luna roja y planeaba traerlo al castillo para que yo lo conociera— comentó JiMin con felicidad al recordar su plática de la noche anterior.

Suga se sintió más tranquilo al saber que no lo dejarían solo, mínimo SeokJin podría proteger a JiMin si las cosas se salían de control y se lo llevaría junto a su pareja al refugio de emergencia. Todos los neonatos sabían sobre los pasadizos bajo tierra ya que fueron hechos para situaciones como esta, todos podían ir al antiguo castillo sin exponerse y es a donde YoonGi los había mandado.

Aun así, Suga esperaba que JiMin no tuviera que irse con ellos, que no fuese necesario y que pudieran controlar a los pueblerinos sin llegar a algo grave. Tenían más oportunidades de arreglar todo de manera civilizada si HoSeok venía porque podría hechizarlos, borrarles la memoria. De no ser así... tendrían que recurrir a medidas más desesperadas y darles pelea, podían hacerlo, pero no querían herirlos.

—Está bien, entonces escucharás a dos personas llegar y cuando lo hagan asegúrate

de que se queden aquí a hacerte compañía.

JiMin no pudo responder pues Suga se había lanzado hacia él para abrazarlo y besarlo, sus lenguas se encontraron y el calor de la lujuria los invadió. Ambos reaccionaron al instante, se separaron y se miraron con ternura, aunque había una chispa de necesidad en sus ojos que los hizo sonreír cómplices.

—Terminaremos esto cuando volvamos, te quiero, Minnie.

—Te quiero, Suga.

Después de eso JiMin se quedó solo en ese lugar, su vista viajó al instante al árbol y el lago, volvió a sentir la necesidad de tomar y comer, pero se abstuvo de hacerlo, no era el momento de pensar en eso. Ahora que se encontraba solo se permitió escudriñar su sueño, sentía que había detalles que podían ayudarlo y había dejado pasar. Hilda ya había demostrado que intentaba comunicarse con él y solo debía comprender el mensaje oculto.

Bosque...

Fuego...

Turba...

Pueblerinos...

Gigante...

JungKook...

Muerte...

¿Qué es lo que Hilda intentaba decir? Ella lloraba por JungKook, quien había sido llevado por el gigante mientras el pueblo realizaba un levantamiento, los muy malditos habían incendiado el bosque. JiMin había sentido la desesperación de Hilda, despertó un instinto maternal que lo obligó a actuar y buscar a JungKook para salvarlo, conocerlo y protegerlo, todo eso en conjunto provocó la muerte de ambos. Pero su hijo ya estaba muerto y no había ningún gigante que lo haya atrapado, entonces nada tenía sentido y JiMin creyó tras pensarlo demasiado que solo era una casualidad, que el ataque de los pueblerinos y el fuego en el bosque solo eran eso.

Holaaa, sorpresa, sé que no se esperaban actualización, pero me he estado esforzando mucho para recordar la historia y poder continuarla. También ha influido mucho que me diagnosticaron cáncer, por lo que no podía centrarme, aunque hoy trataré de darles un maratón de todos los capítulos que pueda :3

Recuerden que pueden dejar propinas, solo me envían mensajito al privado 💖