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CAPITULO 3

[MI NUEVA ASESORA]
- - -

Eina miraba los documentos que había terminado de llenar y se estiró agotaba, había sido un día lleno de trabajo.

Ya estaban por cerrar actividades el día de hoy, ahora solo faltaba revisar las solicitudes de Aventureros, pero para su suerte hoy solo había una.

- Bien, el chico se llama Bell Cranel tiene 14 años y Preferiría que su asesor fuera una elfa - Todos miraron a Sophie - Bueno que dices, encajas en la descripción - Dijo Rehmer.

- Me niego - Dijo así sin más - No quiero responsabilizarme su de su fallecimiento, que dices tú Rose? - Todos miraron a la mujer lobo.

- A mí ni me miren - Dijo sería - Ese niño no sabe en lo que se mete, no durara ni un mes - Eina abrió los ojos con sorpresa.

- Un mes? No crees que estás siendo muy exagerada? - Dijo con una leve sonrisa - Alguien como el tendría suerte de salir vivo una semana jajaja.

- Tienes razón - Dijo Rose con una sonrisa - Es solo un debilucho.

- Cómo se atreven! - Todos miraron a Eina - Cómo pueden bromear con la vida de alguien! - Apretó sus puños - Yo seré su asesora y el será más grande aventurero de todos - Eina estaba tan molesta que no sabía lo que decía.

- Si tan segura estás, entonces apostemos - Dijo con seriedad Rose - O solo eran palabras vacías? - Eina se molestó más.

- Apostemos! - Dijo con irá - Haré que se coman sus palabras.

- Apuesto 10,000 valis a qué no dura una semana - Dijo con una sonrisa un asesor de el gremio.

- 16,000 valis a qué dura dos semanas - Dijo Misha con una sonrisa pues comprendió lo que hacía Rose.

- Yo Apuesto 60,000 valis a qué no dura un mes - Todos se quedaron en silenció - Ahora dime cuánto vale para ti ese Aventurero.

- Yo apuesto ... 100,000 valis! - Grito - No solo sobrevivirá, si no que en un mes, el se hará reconocido! - Eina extendió su mano - Es una apuesta.

- Mas te vale esforzarte en enseñarle - Eina asintió - Confío en que darás lo mejor de tí - Estrecharon sus manos - Listo, el joven de pelo blanco ahora tiene una asesora, con eso terminamos las actividades diarias - Dijo para después comenzar a irse.

Todos comenzaron a retirarse, mientras Eina se relajaba camino salió de el Gremio y se fue a su casa para poder descansar, debía dormir bien para poder hacer su trabajo correctamente.

Por otro lado Rose veía como Eina caminaba y ella sonrió levemente, ella sabía que Eina reaccionaria así si decían esas cosas, estaba agotada por el trabajo y no quería hacerse cargo de otro aventurero, por lo que decidió jugar su carta y hacer que Eina se ofreciera por voluntad propia.

Si no hubiera hecho eso Eina sin duda habría rechazado ser su asesora, debido a la responsabilidad que tendría.

También sabía que el niño tenía experiencia nula en el manejo de armas y tenía conocimientos muy básicos de los mounstros, entonces Eina quien era considerada una de las más estrictas asesoras y siendo motivada por la apuesta sería suficiente para enseñarle bien.

Habrían dos posibilidades, la primera y las más probable para ella, que el joven al ver lo estricta que era Eina se rendiría pues ya varios aventureros habían hecho eso y la menos probable el chico aguante la forma de enseñar de Eina y gane la apuesta, pero con cualquiera de los dos resultados ella estaba satisfecha, aunque muy en lo profundo de su mente estaba la tercera opción ... La muerte de el conejo.

Misha había entendido el plan de Rose a la perfección por si también apostó, aunque confiaba en que Eina ganaría y después la invitaría a comer a un restaurante.

A la mañana siguiente el peliblanco ya se encontraba en la entrada de el Gremio.

- Bien, estoy a nada de poder entrar a la mazmorra - Dijo emocionado - Eh sentido que llevo una eternidad.

Bell entro a el [Panteón] o coloquialmente llamado Gremio de aventureros, apesar de ser tan temprano las recepcionistas ya se en sus puestos listas para hacer su trabajo.

Eina llevaba vigilando la entrada desde que llegó, estaba bastante nerviosa, pues el joven que asesoraría no tenía nada de experiencia, los Aventureros anteriores a el puestos a su cargo tenían almenos una idea en el manejo de las armas y sabían que tan cruda es la vida de un aventurero.

Pero el peliblanco parecía tener aún intacta su inocencia, cosa que la ponía nerviosa, no quería verlo a la cara cuando conociera los colmillos de la mazmorra.

Por fin salió de sus pensamientos y lo vio en la entrada, el no se esforzaba en ocultar su emoción, ella rápidamente fue a buscarlo.

- Buenos días, soy tu asesora asignada - Dijo con una sonrisa - Vayamos a una habitación más privada.

- Si - dijo con simpleza.

Ambos comenzaron a caminar hasta llegar a una habitación, Eina se sentó y Bell hizo lo mismo.

- Me presento, Soy Eina Tulle y apartir de ahora seré tu asesora - Tomo un libro bastante grande y lo coloco en la mesa - Cualquier duda que tengas puedes ir conmigo y te la aclararé.

- Me llamo Bell Cranel - Dijo nervioso - ¡Espero contar contigo! - Eina miro con una leve sonrisa su entusiasmo.

- Bien empezemos con lo básico - Acercó el libro a Bell - Necesitas aprenderte este primer libro.

- S-si... - Dijo sorprendido por el tamaño - Me esforzaré.

- Obviamente ni será todo de golpe iremos por partes - Bell se relajo - Este libro solo cubre 5 de los primeros pisos de la mazmorra - Bell trago saliva - Es importante que te aprendas todas y cada una de las palabras escritas en el libro - Dijo sería - Si lo haces tendrás permitido, entrar a la mazmorra solamente hasta el piso 3.

- Entonces sera mejor que empieze ahora - Comenzó a leer.

- Volveré en un rato para hacerte preguntas sobre lo que leíste - Se levantó - Si tienes cualquier duda estaré en la biblioteca.

La semi-elfa se levantó de su asiento y se fue, Bell por otro lado comenzó a leer el contenido de el libro.

El solamente tenía conocimientos de los mounstros debido a los libros también una vez estuvo apunto de ser asesinado por un goblin pero su abuelo lo salvó.

O eso es lo que contaban sus vecinos y abuelo, pues Bell no recordaba ese evento debido a lo traumático que fué para el así que su cerebro lo borro.

Bell leía con entusiasmo lo que decía el libro acerca de los goblins, los mounstros más débiles de la mazmorra, son mounstros regordetes de color verde con ojos grandes,solos no eran un problema pero podrían llegar a ser problemáticos si te agarraban en grupo, normalmente dropean colmillos de goblin y se encuentran en la superficie y los pisos 01 al 04, 08 al 09.

- Entonces hasta una daga puede acabarlos - Dijo al terminar de leer lo que decía el libro sobre los goblins - Bien ahora vayamos con los Kobolds - Dijo aún con energía.

Tras algunos minutos después de haber analizado la información acerca los dos monstruosas frecuentes de los primeros 4 pisos Eina se acercó.

- ¿Cómo vas? - Pregunto con una sonrisa.

- Voy comprendiendo mejor a lo que me enfrentaré - Dijo con una sonrisa.

- En ese caso puedo hacerte una prueba - Bell asintió - Bien estuve preparando estás preguntas desde que empezaste a estudiar.

La hoja fue entregada y Bell se sorprendió al ver la cantidad de preguntas.

- Tienes 10 minutos para contestar - Dijo para después sentarse - Estaré aquí a lado.

Bell se esforzaba para contestar todas las preguntas, pero se sentía muy presionado lo que hizo que olvidará lo que leyó.

Cuando el tiempo acabo Bell se sentía triste por no haber podido responder el exámen completamente, aunque Eina le explicó que solo era una prueba para saber que tanto sabía.

Después de eso Eina se puso manos a la obra para comenzar con la verdadera enseñanza.

Eina era conocida por ser la asesora las estricta de el Gremio, cosa que se hizo notar desde el principio, pues no dejaría entrar a la mazmorra a Bell hasta que se supera al derecho y al revés los primeros 5 pisos y solo una vez los conociera solo lo dejaría bajar hasta el piso 3.

Tras varias horas de estar estudiando el estómago de Bell rugió con fuerza y Bell se sonrojo por ello y Eina sonrió levemente.

- Perdón - Dijo apenado - No quería interrumpirla.

- No te preocupes a decir verdad yo también tengo hambre - Dijo con una leve sonrisa - Tu quédate aquí traeré algo para comer - Se levantó y se fue.

- Uff - Suspiro agotado - Tener que aprenderme todo esto suena complicado - Se limpio el sudor de su frente - Pero no me rendiré.

Tras varios minutos Eina hizo acto de presencia con un poco de comida para ambos, Jakamaru-kun no era la más nutritiva pero sería suficiente para calmar el hambre.

- Aquí tienes - Dijo sonriendo y le ofreció el Jakamaru-kun - Espero te guste.

- Muchas gracias - Recibió el Jakamaru-kun y lo probó - ¡Está increible! - Sonrió con felicidad.

Eina vio la sonrisa de Bell una llena de esperanzas y sueños, una sonrisa muy rara entre los aventureros, Eina se alegro de que aún hubiera aventureros que no habían sucumbido ante sus deseos más oscuros, "Tarde o temprano terminará sucumbiendo ante la oscuridad, pero almenos pude conocerlo antes de eso" pensó Eina.

- Oye Bell cuentame un poco de tí - Dijo con curiosidad - ¿Por qué quieres ser un aventurero? - Bell casi escupe el Jakamaru-kun.

- Perdón - Dijo limpiando dónde escupió - No esperaba que me lo preguntaras - Dijo rascando su nuca - Yo quería venir a Orario para convertirme en un aventurero tal y como mi abuelo quería - Dijo con una sonrisa melancólica - Pero esa no es toda la verdad ... Yo quiero ser un héroe - Eina se sorprendió - Quiero poder tener la fuerza para ayudar a quien lo necesité, salvar a la chica y proteger al débil - Dijo con una leve sonrisa - Se que es infantil pero así es como soy...

Eina se sorprendió por lo que escuchó, pudo ver en la cara de Bell que él decía la verdad, el deseaba desde lo más profundo de su corazón poder ser un héroe.

- Entonces estaré más que feliz de ayudarte a convertirte en un héroe - Dijo sonrojandoa Bell - Si das todo de ti probablemente lo cumplas.

- ¿Encerio lo crees? - Eina suspiró - ¿Ocurre algo?

- La vida de un aventurero es peligrosa, se que quieres ser un héroe pero recuerda - Bell presto atención - Un Aventurero no debe aventurarse tanto - Dijo preocupada por lo que le pueda pasar a Bell.

- Lo tendré en cuenta - Dijo con una sonrisa - Bien terminemos de comer y sigamos.

Eina asintió y los dos continuaron con su comida, Misha quien estaba en su descanso decidió ir a ver cómo le iba a su amiga con el nuevo aventurero.

Grande fue su sorpresa al verla con una sonrisa mientras comía Jakamaru-kun, apesar de conocerse desde hacia bastante tiempo no imagino que Eina haría algo como eso, así que como buena amiga fue a molestar un poco a la semi-elfa.

- Hola Eina, parece que te llevas muy bien con el novato - Dijo con una sonrisa burlona - ¿Me lo presentarás o lo quieres para ti sola?

- ¡Misha! - Dijo sonrojada - No digas cosas que se pueden malinterpretar.

- Entonces tú no hagas cosas que yo pueda malinterpretar - Dijo aún conservando su sonrisa - ¿Entonces si me lo presentas?

- Bien tu ganas - Suspiro - Bell Cranel, Misha Flott ,Misha Flott ,Bell Cranel, listo - Bell saludo algo apenado.

- Un gusto Misha-san - Dijo sonríendo - A decir verdad me tomo por sorpresa.

- Así que te llamo la atención su sonrisa - Dijo sonrojando ambos - ¿Le atiné?

- Misha fuera de aquí, debo seguir con mi trabajo - Dijo empujando a Misha - No me interrumpas.

- Nos vemos Bell ,Te encargó a Eina cuidala,¿si? - Bell vio como Eina saco a Misha de la habitación.

- Bien - Se sacudió las manos - Ahora sí continuemos - Dijo algo sonrojada por lo anterior.

Ambos reanudaron los estudios si bien Eina tenía mano de hierro al enseñar acerca de la mazmorra, Bell tenía una voluntad de hierro y estaba dispuesto a aguantar lo que sea solo para lograr su cometido.

Bell termino saliendo de el Gremio casi al anochecer, Eina había pasado casi todo el día enseñándole todo acerca de la mazmorra, si cara agotada decía todo, el pobre Bell Cranel apenas había sido capaz de aguantar el estilo de Eina.

Literalmente había pasado técnicamente todo el día allí a paso relativamente lento regreso a la [Clínica Azul] dónde vio como Naaza está atendiendo a unos clientes.

- Me dijeron que aquí encontraría lo que necesitaba - Golpeo la mesa - Pero solo me han estafado - Dijo molesto.

- Si lo rompes lo pagas - Dijo con seriedad - Si no vas a comprar nada vete de aquí.

- Tsk - El aventurero salió de el local y chocó con Bell - ¿Tienes algún problema? - Lo tiro al suelo.

- N-no - Dijo nervioso.

El aventurero de nombre Jed miro hacia atrás y vio como Naaza apuntaba a su cabeza con un arco, cosa que lo puso nervioso.

- No molestes a Bell - Dijo molesta y volviendo pesado el ambiente - Ahora largó - Jed chasqueo la lengua y se fue.

Bell vio como Jed se iba con una mirada de molestia pero quién no estaría molesto si había "perdido" su cartera.

- Cómo te fue en el Gremio - Dijo cambiando el semblante a uno más amigable - Estuviste todo el día allá así que me gustaría saber que hiciste.

- Bueno, mi asesoría fue muy larga - Dijo rascando su nuca - Dejando eso de lado, ¿tu eres una Aventurera?

- Lo fui hace algún tiempo - Dijo con una leve sonrisa - Pero ahora solo me encargo de la clínica, aunque solo llegué al nivel 2.

- Increible - Dijo sorprendido - ... Crees que ya sabes ... ¿Enseñarme lo que sabes...? - Dijo avergonzado - Si no quieres no es necesario - Dijo achacando la mirada.

- Será un gusto ayudar a un compañero de [Familia] y amigo - Dijo con amabilidad - Tendré que cerrar la clínica antes de tiempo, más te vale que cuando vayas a la mazmorra ganes mucho dinero - Dijo con una sonrisa y Bell Asintió.

- Empezemos con lo simple - ambos entraron y cerró al puerta - Nunca pierdas de vista a los mounstros - Coloco el cartel de la tienda en cerrado - Siempre pon atención a tus alrededores.

Bell anotaba todo en una hoja que había agarrado, Eina le brindaba información y Naaza datos que solo los Aventureros podrían saber.

- Entonces debo tener un ojo en todo - Naaza Asintió - Suena complicado pero estoy dispuesto a correr el riesgo.

- También debes cuidarte de otros Aventureros - Dijo con una mirada sombría - Pueden decir ser tus amigos o camaradas pero a la hora de la hora pueden abandonarte - Bell entendió que Naaza había pasado por algo.

- Lamento haberte hecho recordar cosas amargas - Dijo triste - Si te molesta hablar de eso...

- No es eso - Cambio su expresión Aúna más amable - Es que me molestan un poco lo que hicieron pero eso ya está en el pasado.

- Quería preguntarte otra cosa - Naaza Asintió - ¿Crees que puedas enseñarme un poco acerca de usar un arma...?

- ... - Lo miro con confusión - ¿No has tocado un arma en ti vida?

- ¿Los cuchillos de cocina y las hazadas cuentan? - Naaza suspiro con alivio.

- Si - Bell se limpio el sudor - Mira yo soy de usar más un arco, pero te puedo enseñar uno que otro truco con las dagas.

- ¡Gracias! - Dijo emocionado - Y perdona las molestias.

- No te disculpes tu nos sacarás de la miseria - Dijo con una sonrisa - Bien mira esto.

Naaza saco una de sus dagas y le entregó otra a Bell, no había presupuesto como para comprar otra arma así que Bell solo tendría el equipo otorgado por el Gremio.

- Lo más importante es la postura - Dijo poniéndose en postura de combate - También la forma en la que sostienes el arma.

- Si - Copió lo que hizo Naaza - ¿Así? - Naaza Asintió.

- Aunque te falta confianza - Realizó un tajo y Bell se quitó - Tienes buena velocidad de reacción.

- ¿Emmm Gracias? - Dijo confundido - ¿Que otras cosa hago? - Naaza coloco sus dedos en su barbilla.

- Atacame - Bell se sorprendió - Vamos no me voy a dejar a cortar solo quiero ver qué tanto sabes.

- Bien - Se colocó en la guardia que aprendió de Naaza - ¡Allá voy!

El ataque de Bell era muy evidente y hacia demaciado movimientos innecesarios al igual que la forma en la que atacó con la daga solo haría que se rompiera.

Naaza tomo la muñeca de Bell para sorpresa de el peliblanco y por más que este intentará safarse le era imposible.

- No estás usando una espada - Bell se sonrojo - Aún tienes mucho por aprender - Bell agachó la mirada - Cuando dijiste que entrarías a la mazmorra.

- Bueno Eina-san dijo que entraría cuando me aprendiera los primeros 5 pisos de la mazmorra - Naaza se sorprendió - ¿Que?

- Oh no fue nada - Recupero la compostura - ¿Y que pisos te aprendiste hoy?

- Solo el piso 1 - Dijo con orgullo y Naaza agacaho la mirada.

- A este ritmo podrás ir a la Mazmorra en una semana - Suspiro - Parece que será tiempo suficiente para que aprendas a usar la daga.

- Entendido - Bostezo - Pero por ahora quiero cenar y dormir.

Como si fuera magia el Dios Miach abrió la puerta para sorpresa de Bell ya que Naaza había olido su aroma desde bastante antes, pero bueno es una chienthrope con falna de nivel 2 sus características físicas habían mejorado bastante.

- Quien dijo que tenía hambre - Dijo con una sonrisa - Despues de hacer mi pago mensual con Dian Cecht Pensé que tendrían hambre así que fui por algo de comer - Mostró las bolsas que traía - Vayamos a la mesa.

Los tres fueron a la mesa y Miach coloco la comida en el centro de la mesa había gastando un buen dinero en la cena pues quería darle algo sabroso a Bell para que pudiera recuperar energías, despues de todo las necesitaba.

- No preguntaré cuánto le costó por qué está Bell aquí - Dijo sería - Pero lo hablaremos cuando Bell vaya a sus asesorías - Miach trago saliva - Mejor disfrutemos de la cena - Dijo con una leve sonrisa.

Los tres disfrutaron de una agradable cena y después de cenar Bell se fue a dormir, mientras Miach y Naaza terminaba de acomodar las estanterías.

A la mañana siguiente Bell se levantó bastante temprano y comenzó a practicar lo que le dijo Naaza el día de ayer sobre el manejo de la daga.

Después de eso partió directamente al Gremio dónde Eina lo estaría esperando para seguir con las asesorías.

Para suerte de Bell el sabía cómo recordar cosas de los libros atra vez de palabras claves que le permitían recordar las cosas con facilidad.

Por otro lado Misha seguía molestando a Eina con lo que había pasado el día anterior.

- ¿Entonces el novato es interesante? - Dijo con una sonrisa - Parece que te agrada mucho.

- Es solo como ... ¡un hermano menor! - Dijo mirando hacia otro lado - En verdad quiero asesorarlo para que no le pase nada.

- Vaya - Suspiró - No es divertido si no te pones nerviosa - Se dió la vuelta - Mejor ve a asesorar a tu hermanito - Eina se sonrojo.

Se giró y justo Bell había entrado rápidamente camino hacia ella para después ambos ir otra vez a la misma habitación de el día anterior.

Sin duda la semana de asesorías sería una bastante dura para Bell, pero no por eso se rendiría, si algo identifica a Bell es su voluntad de hierro.

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