CAPÍTULO 10
[ARMAMENTO DIGNO]
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Después de que acabo el entrenamiento repentino de Naaza, el peliblanco y la Chienthrope regresaron a la Farmacia
- ¿Donde estaban? - Pregunto preocupado Miach.
- No se preocupe Dios Miach ,Naaza solo me fue enseñar algunos trucos - Dijo Bell con una sonrisa - Ya debo ir a la Mazmorra.
El peliblanco fue al piso de arriba para acomodar su equipo e ir listo a la mazmorra, mientras que Naaza le daba una explicación mas detallada a Miach.
- Eso fue muy amable de tu parte Naaza, pero para la otra avisame, ¿si? - la chienthrope asintió - Gracias despertar y no ver a ninguno de los dos me asusto bastante.
- Mejor dejemos esto de lado y terminemos de abrir la farmacia - Miach asintió - Podríamos estar perdiendo valiosos clientes.
- Estoy listo - Dijo Bell mientras bajaba a toda velocidad - Nos vemos despues.
Naaza y Miach lo vieron salir a toda velocidad, el joven corrió hacia el Gremio para tener su asesoria con la semi elfa.
En el camino Bell escondió sutilmente su espada para evitar atraer atención no deseada, despues de todo había costado una fortuna.
Al llegar fue recibido por la amiga de Eina, aunque rápidamente se apareció la elfa ojos esmeraldas, Eina lo guío hacia la habitación donde siempre tenían sus asesorías.
Rápidamente comenzaron con su asesoria, pero Bell no dejaba de pensar en lo que habia hablado con Naaza, el debía ayudar a la [Familia] para que ella pudiera acompañarlo a la mazmorra, lo que a su vez significaba tener que bajar mas en la mazmorra.
- ¿Como vas? - Pregunto Eina al ver a Bell algo distraído - ¿Tienes algún problema?
- No - rasco su mejilla - Es solo que eh estado pensando en algo.
- Pues deberías concentrarte en tus estudios - Dijo con seriedad - Si te distraes podrias perderte de algo importante - Bell agacho la mirada - Pero cuando acabe la asesoría con gusto te escucharé.
- Gracias Eina eres la mejor - Dijo sonríendo - Me esforzaré.
Bell rapidamente continuo con sus estudios sobre la mazmorra,los segundos se trasnformaban en minutos y los minutos se transformaban en horas, hasta que por fin termino.
El joven de cabellos blancos cerro el pesado libro agotado despues de varias horas de arduo estudio y Eina se acerco para ayudarlo a recoger.
- Como ya terminamos ahora si puedes contarme lo que te tenia tan pensativo - Dijo con una sonrisa - Siempre puedes contar conmigo.
- Quisiera ir a pisos mas profundos - Dijo sin dudarlo.
- ¡¿Pero si hace poco casi mueres en el piso 5?! - Exclamo alarmada.
- Es que mis estadisticas han subido mucho desde entonces - Rasco su nuca apenado - Y realmente quiero bajar.
- En ese caso date la vuelta y quítate tu chaqueta - Dijo seria - Tienes suerte de que comprenda un poco del lenguaje de los Dioses.
Entusiasmado el peliblanco sin dudar ni un segundo se quito su chaqueta y le dio la espalda a su asesora la cual comenzo a analizar sus estadísticas y se sorprendio de las mismas, simplemente no tenían sentido.
- Fuerza y Resistencia en ... ¿[E]?- Exclamo con sorpresa - Y Agilidad en ¡[B]! - Casi se caia de la sorpresa pero se recompuso - No puedo entender lo demas.
Bell se puso la chaqueta nuevamente mientras Eina pensaba que el joven de cabellos blancos estaba listo para ir al piso 8 hasta que miro su equipo, el cual estaba compuesto por su clacica chaqueta de cuero y un pequeño peto.
- ¿Y bien Eina? - Se veia algo inquieto - ¿Puedo bajar mas?
- ¿Tienes planes para mañana? - Bell inclino la cabeza con algo de dudas - Necesitas un mejor equipo, te ayudare a encontrarlo, ¿que dices?
- ¿Encerio harías eso por mi? - Eina Asintió - Muchas Gracias - Dijo con una sonrisa.
- Te veré mañana enfrente de la [Torre de Babel] antes del medio día - Dijo alegre y Bell asintió.
Eina no pudo evitar sonreír al ver la felicidad que irradiaba Bell, el peliblanco salió a toda velocidad del Gremio, ya había terminado su asesoría despues de todo.
- Veo que estás muy feliz - Dijo Misha con una sonrisa astuta - Supongo que tiene que ver con tu hermanito.
- Continúa con tu trabajo - Dijo dándose la vuelta para que no viera su sonrojo.
Mientras Eina lidiaba con Misha ,Bell corría directamente hacia la mazmorra, aún tenía tiempo suficiente para eliminar uno que otro Monstruo.
Al llegar a los fríos y húmedos pisos de la mazmorra corrió en busca de uno que otro Monstruo, simplemente para no regresar con las manos vacías y poder conseguir algunos cuantos valis extra.
Los Kobolds y Goblins no tardaron en aparecer, todos ellos con un objetivo en concreto, matarlo o almenos intentarlo.
Para mala suerte de ellos, el peliblanco los superaba, una sonrisa apareció en su rostro para seguidamente rebanarlos a todos y cada uno de ellos sin ningún problema con su espada nueva.
Tras unas cuantas horas más dentro de la Mazmorra el joven de cabellos blancos decidió que era hora de regresar, satisfecho con el botín conseguido se abrió paso hacia la superficie.
Fue directamente al Gremio tras salir de aquel agujero de mala muerte, aunque esta vez Eina no se encontraba allí, debido a que ya había terminado su turno.
A paso lento camino hacia el mostrador para intercambiar las piedras mágicas y alguno que otro drop item que obtuvo de los Monstruos que murieron por la hoja de su espada.
Tras conseguir su dinero el peliblanco camino de regreso a la [Farmacia] para poder descansar y estar listo para mañana.
"¿Me preguntó a dónde me llevará Eina?" Se preguntaba el peliblanco "Debe ser algún lugar secreto o algo así, ¿No?".
Con esos pensamientos llegó hasta la [Farmacia Azul], dónde rápidamente fue a hablar con Miach.
- ¿Ocurre algo Bell? - Pregunto el Dios al verlo correr hacia el.
- B-bueno a decir verdad mi asesora dijo que me llevaría a comprar equipo para poder explorar la mazmorra - Dijo algo nervioso.
- Entendido pero ¿por qué me preguntas? - Bell agachó la mirada algo apenado - Si es para ayudarte a explorar la mazmorra no hay problema.
- Muchas Gracias Dios Miach - Dijo Bell más tranquilo .
La puerta se abrió repentinamente dejando ver a Naaza con algunas bolsas, Bell rápidamente se acercó para ayudarla.
- Cómo pidió Miach, ya traje la cena - Dijo con una pequeña sonrisa - Oh y gracias por la ayuda Bell.
- No hay de que - Dijo con una sonrisa.
Después de ese pequeño intercambio de palabras, Naaza cerró la [Farmacia] y procedieron a cenar.
- Oh Bell, cómo mañana irás a comprar equipo con tu asesora ,creo que necesitaras algo de dinero - Dijo con una sonrisa y se levanto - Espera aquí.
- E-espera Miach no es necesario - Dijo intentando detenerlo pero Naaza lo detuvo.
- No lograrás nada - Dijo conociendo la forma de actuar de Miach - Recibir lo que te dé con una sonrisa es lo mejor.
Bell suspiro resignado y Miach regreso con una bolsa llena de Valis, para sorpresa de ambos.
- Ten, es todo el dinero que me has estado entregando - Dijo sonríendo - No podría simplemente adueñarmelo así que lo guarde.
Bell estaba sorprendido y Naaza Simplemente siguió comiendo, el peliblanco con mano temblorosa tomo el dinero.
- P-pero yo se lo di a usted - Dije con voz temblorosa - ¿Por qué no lo acepto?
- ... - Miro al techo pensativo - No lo sé, creí que podría ser de utilidad despues y mira era verdad.
Bell sonrió forzosamente para sorpresa de Miach, el se había estado esforzando por ayudar aunque sea un poco a su Dios y resultaba que el nisiquiera había usado un solo valis.
- Entiendo que estés molesto - Dijo Miach - Pero no podría simplemente tomar siempre el dinero de mi dependiente más nuevo.
- Y-ya me di cuenta - Dijo mirando ligeramente al suelo - Pero está bien, comprendo el sentimiento de no querer gastar el dinero que otra persona te dió.
Naaza estaba sorprendida de como congeniaban ambos panes de Dios, sin duda eran muy parecidos ambos.
- Me iré a dormir que mañana tengo que salir, a paso lento subió las escaleras y desapareció de la vista de ambos.
Al día siguiente Bell ya se encontraba justo en el punto de encuentro solo que había llegado muy temprano, mientras veía la bolsa de Valis que Miach le había dado el día anterior.
- Vaya, llegaste muy temprano - Dijo Eina al llegar - Parece que alguien no podía esperar para salir de compras.
Bell se había quedado sorprendido por el look de Eina pues se veía más juvenil que de costumbre.
- E-eh n-no e-es eso - Dijo sonrojado.
- ¿No dirás nada de mi vestimenta? - Pregunto Eina intentando avergonzar a Bell - Tarde mucho en escogerla.
- E-ehmm te ves muy joven con eso - Dijo no sabiendo que otra cosa decir.
- ¡Solo tengo 18 años! - Dijo avergonzada.
- Oh... Perdón es que normalmente te ves como una persona confiable y sería - Dijo rascando su mejilla - Pero vestida así te ves linda.... - Se sonrojo a la comprender lo que dijo.
- M-mejor vayamos a comprar - Dijo comenzando a caminar.
- Si - Dijo apenado.
Eina había comenzado a caminar directamente a la [Torre de Babel], con un algo confundido Bell.
Ambos tomaron el ascensor impulsado de por piedras mágicas y subieron hasta el piso donde se encontraban las tiendas de armas, aunque la mayoría eran de la [Familia Hefesto].
- Pero Eina, aquí no hay nada que pueda comprar con el dinero que tengo - Dijo al recordar los precios de las dagas.
- No te preocupes Bell, confía en mí - Dijo con una sonrisa - Después de todo soy confiable, ¿no? - Bell se sonrojo por el cometen.
- E-esta bien - Comenzó a caminar junto a Eina.
De reojo miraba los precios de varias armas y armaduras, justo como lo recordaba una sola de sus armas superaba con creces el dinero que tenía.
- Se nota que eres nuevo por aquí - Dijo al percatarse de la expresión de Bell - Ya te dije que no te preocupes.
- No puedo evitarlo, simplemente es demasiado dinero para que mi cabeza lo procese - Dijo sosteniendo su frente.
- No te preocupes de todos modos ya llegamos - Dijo extendiendo su mano hacia la entrada de una tienda.
Eina abrió la puerta y una campana sonó , ambos entraron, seguidamente de la expresión de sorpresa de Bell al ver los precios.
- ¡Wow! - Exclamó con sorpresa - Me alcanza para está arma y no se ve de mala calidad.
- Aquí es donde los herreros novatos de la [Familia Hefesto] ponen a la venta sus armas para que Aventureros puedan probarlas.
- Increíble - Dijo sorprendido - ¿Puedo ir a ver?
- Claro, venimos aquí por ti - Dijo con una sonrisa - Busquemos una armadura.
Eina comenzó a tomar diferentes petos de diferentes tipos de armaduras que se ajustarán a la contextura de Bell.
Mientras que Bell exploraba la tienda con curiosidad viendo una que otra armadura y aunque en su cabeza buscaba una armadura de color rojo para parecerse a un héroe de cuentos.
Para su sorpresa su mirada se vio atraída por una armadura de color blanco la cual estaba en una caja arrinconada, como si la hubieran ocultado para que nadie la compre.
Levantó la caja para después dejarla en un mueble, reviso su contenido, una brillante armadura ligera blanca tomo el peto de la mismoa para poder mirarla más de cerca y no pudo evitar esbozar una sonrisa.
- Welf Crozzo - Dijo al leer la firma de el creador de la misma.
Dejo el peto nuevamente en la caja tomo la caja para llevarla hasta el mostrador donde Eina ,quien estaba aún lado viendo aún varias armaduras.
- Aquí está la armadura que quiero - Dijo con una sonrisa.
- Así que una armadura ligera - Dijo viendo el contenido de la caja.
- ¿Hay algún problema? - pregunto y Eina negó con la cabeza.
- Despues de todo eres tú quien la va a usar - Bell sonrió y compro la armadura.
- Son 9,900 valis - Dijo el vendedor.
Bell sonrió y le dió los valis el hombre parecía tener desagrado hacia la armadura en cuestión pero dinero era dinero.
Ambos bajaron por el ascensor de la torre y salieron de la misma, Bell había notado que Eina tenía algo en una bolsa pero había decidido no preguntar.
Hasta que sorpresivamente Eina de detuvo y por consecuencia Bell también lo hizo, Eina respiró ondo y le entregó la bolsa.
- ¿Eh? - Exclamó algo confundido - ¿Que es esto Eina?
- Tu tómalo - Bell recibió la bolsa - Es un regalo.
Bell reviso el contenido de aquella bolsa y para su sorpresa había una brazal de color verde esmeralda justo como los ojos de Eina.
- N-no puedo aceptarlo - Dijo sorprendido - Ya haz hecho mucho por mí.
- Por favor acéptalo Bell, es para tu seguridad en la mazmorra no por mí - Dijo con la mirada agachada - Muchos entran y varios de ellos no regresan, esto es lo mínimo que puedo hacer para tratar de asegurar tu regreso - Dijo con una sonrisa nerviosa - Al final si es por mi...
Bell se había quedado sin palabras, pues comprendía la preocupación de Eina por su seguridad, despues de todo el mismo sabía que al bajar por aquellos escalones había posibilidad de que no regresará.
Con una sonrisa acercó aquel brazal a su pecho y Eina no pudo evitar sonreír también.
- Muchas Gracias Eina - la elfa de ojos esmeraldas simplemente giró su mirada - Lo usaré.
Ambos se despidieron Eina camino directamente a su casa, "Se supone que no debo relacionarme con los Aventureros a mi cargo" pensó decepcionada de si misma "Pero no puedo evitarlo...".
Mientras Eina caminaba pensativa en su relación con Bell, el joven peliblanco iba con una sonrisa, por fin tenía una armadura digna de un aventurero.
Fue por un callejón alegre por lo fructífero que fue el día para el, hasta que escuchó como algo caía al suelo.
- ¡Maldita bastarda! - Grito un aventurero enojado - Está es la última vez que me haces esto.
El Aventurero enojado blandío su espada dispuesto en acabar la vida de la joven que estaba en el suelo.
Bell al percatarse de eso descenfundo si propia espada y bloqueo el tajo de aquel hombre.
- ¿Tu quien carajo eres? - Exclamó molesto - No te metas en los asuntos de otras personas.
- O-oye hay mejores formas de solucionar esto - Dijo algo nervioso por la actitud de el hombre - ¿Que dices?
La joven chica que estaba en el suelo miro la mirada inocente de aquel joven de cabellos blancos y su mirada se dirigió al arma que portaba, ella no era una experta pero sabía que esa arma tenía un gran costo.
Una sonrisa se esbozo en su cara al tener a su siguiente blanco a la vista y aprovechando la conmoción de la intervención de aquel joven se escabullo.
- Los duelos entre Aventureros están prohibidos - Dijo la Elfa cabellos verdes llegando a la escena.
- No te metas - Dijo molesto - Hoy en día todos son unos metiches o ¿que?
- No me hagas intervenir - Puso una mirada sería - Por qué normalmente suelo exagerar.
El hombre sintió un fuerte escalofrío al ver la mirada de aquella elfa, para su desagrado retrocedió y guardo su arma.
- Da igual - Se fue.
Bell suspiro y guardo su espada solo para encontrase la mirada expectante de Ryuu, ella quería una explicación.
- No creí que fueras un busca pleitos - Dijo la elfa.
- A no, solo defendía a... - se percató de que ya no se encontraba - Que raro estaba justo aquí.
- Bell no es un busca pleitos, Ryuu - Dijo la camarera de cabellos grises - Seguramente aquel Aventurero estaba molestando a alguien.
- ¡Exacto! - Dijo con una sonrisa.
Ryuu no tuvo de otra que creerle despues de todo no tenía la actitud de un busca pleitos.
- Bien pero no te metas en problemas - Dijo sería - No me gustaría que preocuparas a Syr.
- Entendido - Dijo con una sonrisa - debo irme.
Las dos chicas asintieron y Bell continúo con su camino, mientras una joven Pallum caminaba directamente hacia la posada de aquel gnomo para poder planificar el robo de su siguente blanco.
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