━━.𝟻𝟼
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Desacuerdos
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Narrador Omnisciente.
Y ahí estaban, todos los guerreros de Marley y la Legión de Eldia en un mismo lugar, juntos, compartiendo la comida. Era muy incómodo tener que comer con el "enemigo" al que hace poco se mataban entre ellos, pero no podían hacer nada. Sus metas en estos momentos era la misma y no tenían tiempo para pelear por tonterías.
—¿Nadie va a darme una mano aquí? Por favor dejen de mirarse mal los unos a los otros... — pidió Hange.
—Huh, compartir comida con la gente que hemos matado y quienes también han matado los nuestros... — dijo el General Magath. —Qué interesante... ¿Por qué cambiaste de parecer? Si hubiesen dejado a Eren Jaeger sólo habrían visto al mundo convertirse en lo que deseaban, ¿no? Un paraíso para los demonios de esta isla. Estuvimos así de cerca de prevenir que Eren y Zeke hicieran contacto... Si tan sólo no hubieran interferido...
—Tal como se lo expliqué, señor General, nosotros no deseamos un genocidio. De hacerlo, no habríamos huido hacia el bosque a hacer estofado. — repitió Hange.
—En otras palabras, ¿me dices que han desarrollado un sentido de la justicia?
—¿Justicia, dices? — todos miraron al castaño claro alzar la voz hacia el general Magath. —¡¿Estás hablando de justicia?! ¡¿Tú, de todas las personas?!
—Jean, baja la voz...
—¡Vivimos bajo la amenaza de los titanes que ustedes enviaron tras nosotros, ¿pero resulta que somos los malos?! ¡¿Me oyes?! ¡La razón por la que peleamos desesperadamente es porque no queríamos morir siendo devorados por titanes! ¡¿Me estás diciendo que eso nos hace actuar como demonios, viejo de mierda?!
—Sí, ustedes son demonios... — afirmó sin verlo a los ojos. —Las teorías acerca de la amenaza que Paradis posee resultaron ser ciertas y ahora el mundo será destruido. Este es el resultado que ustedes obtuvieron por pelear hasta la muerte. ¿Me equivoco?
—Un momento... ¡Para empezar, si las murallas no se hubieran roto y su madre no hubiese sido devorada frente a él... Eren jamás habría hecho esto! ¡¿Estás seguro que ustedes no fueron los que provocaron el Retumbar?!
—Hey, ¿estamos hablando de historia ahora? ¿Entiendes que Eldia fue la que hizo que Marley sufriera y los pisotearon primero?
—¡¿Cuánto tiempo van a hacerse las víctimas por algo que pasó hace 2000 años atrás?!
—Realmente parece que estoy hablando con un mocoso. ¿De verdad crees que esa tontería vale algo contra 2000 años de historia actual?
—¡¿Qué dijiste?!
—Ahh, paremos esto... Esta charla de 2000 años de lo que sea, que nadie vio con sus propios ojos, es realmente tonto. — dijo Hange en un suspiro. —Jean. — éste no volteó. —El señor Magath está obviamente desconcertado por tu existencia. Somos extraños demonios que están tratando de renunciar a su paraíso para rescatar a la gente que trató de exterminarlos. Pasamos muchas veces en el mundo exterior, no podemos volver a ser ignorantes demonios de nuevo.
—Entonces... ¿Están preparados para matarlo? — preguntó Annie.
—¿Matarlo...?
—Mikasa, ¿eres capaz de matar a Eren?
La albina y los demás estaban con la boca cerrada, esa pregunta era algo fuerte para ellos y deseaban no considerar esa opción.
—Matar a Eren no es la única forma de detenerlo...
—Pensé que dirías eso, pero... ¿Cómo lo harás, Mikasa? ¿Vas a hablar con él o algo? ¿Alguien que cometería genocidio cambiaría de opinión sólo por eso?
—No lo sabremos a menos que tratemos de hablar con Eren... — le respondió la albina.
—Entonces... Asumiendo que podremos tener una conversación con él... ¿Qué haremos si él no detiene el genocidio? ¿Deberíamos tratar de no pensar en la opción final tanto como sea posible? — ninguno supo responder. —Lo sabía. Si nosotros quienes tenemos un hogar en Marley, intentamos matar a Eren... Ustedes van a terminar enfrentándonos para proteger a Eren seguramente... — tampoco dijeron algo. —Así son las cosas después de todo, ¿verdad? Mikasa... Porque probablemente nunca has pensado en algo más importante que Eren.
Mikasa bajó la mirada levemente con un aura del demonio... Se puso de pie con sus armas al alcance para dirigirle la palabra a Annie.
—En otras palabras, ¿estás diciendo que debes matarme?
Annie no se quedó atrás, le mostró su anillo como amenaza hacia la Ackerman, logrando alarmar a casi todos los presentes al tan solo imaginar que se convertiría en un titán ahí mismo.
—¡¿Eh?!
—¡¡Leonhartd!! — regañó Magath.
Mikasa se había tomado muy literal la amenaza de Annie. La rubia la detuvo poniendo su mano frente a ella en señal de alto, Mikasa se detuvo ahí mismo para oír lo que tenía que decir.
—Entiendo bien cómo te sientes. Yo también tengo una razón para querer detener a Eren. No quiero que maten a mi padre que está en Marley. Por eso les estoy ayudando. Si podemos detener a Eren hablando con él, está bien. Por lo menos no tenemos ninguna razón para pelear hasta entonces.
—... Entendido.
—¡Va-Vamos! ¡El estofado ya está listo! ¡A comer! — dijo Hange intentando despejar la tensión.
「•••」
—Incluso si dejamos descansar a los caballos, el puerto está a 5 horas de aquí. Podemos agradecer a los Azumabito. Parece que Kiyomi preparó un bote volador en el puerto para observar el retumbar. Si usamos eso, podemos acercarnos al titán Fundador.
—Lo sabía... Los Azumabito estaban trabajando a nuestras espaldas. — escupió Magath con molestia.
—El problema es la ubicación del titán Fundador. Si sólo volamos a ciegas, nos quedaremos rápidamente sin combustible.
—Así es, tenemos que buscar el rastro del Fundador. Tenemos una pequeña pista, por eso la traje. — miró a la rubia de dos metros. —¿A dónde se dirige Jaeger, en primer lugar?
—... No lo sabría. Incluso si lo supiera, ¿Por qué tendría que responderte?
—Quien prestó su conocimiento a Eren, que no sabía nada del continente fuiste tú. Jaeger estaba planeando el retumbar de antemano. Deberíamos poder predecir algo.
—Tú, pedazo de mierda... — llamó.
—¿Huh?
—Estoy preguntando porqué es necesario que coopere con un pedazo de mierda marleyana. — lo fulminó con la mirada.
—¿No será porque tenemos la ventaja sobre tu vida aquí? — le contestó Haru.
—No tiene sentido, ella está actuando como si quisiera morir. — dijo Jean.
—¿Pero no pelearas contra Marley por tu patria? ¿Estás bien con que tu patria sea pisoteada así? — preguntó Connie.
—¿Yelena? — Onyankopon la miró confundido.
—¿No está bien? Porque ella también es un pedazo de mierda de Marley. — dijo Magath.
—¿Eh?
—Desde que me atrapaste completamente el Liberio... Yelena, investigue todo sobre tu pasado y me sorprendí mucho. — dijo el titán Cuadrúpedo de Pieck. —Cambiaste tus genéricos y cotidianos orígenes marleyanos a un pequeño país anéxodo por Marley desde que conociste a Zeke. Decepcionada con Marley, se te ocurrió cierta historia. Es decir, una historia milagrosa de salvar al mundo con un príncipe. Cubriendo la verdad sobre ti, intentaste esculpirte en la historia. Admiro profundamente tu avaricia.
—He... — Yelena llevó su mano al rostro del titán cuadrúpedo de Pieck y la acarició suavemente. —Es casi como si dijeras que son diferentes a mí. ¿Qué es exactamente diferente entre ustedes y yo? Salvar al mundo. ¿Hay alguna dulce palabra que cautive a la gente más que eso? Entregarse a esa noble emoción de salvar cientos de millones de vidas, lavar todos los males hasta ahora por sus gargantas como si no existieran. Así es como ustedes se ven para mí en este momento. Hagamos un pequeño viaje por el carril de la memoria, ¿de acuerdo?
Yelena desvío la vista de Pieck hasta encontrarse con la de Reiner, este se tensó un poco.
—Reiner Braun. Al abrir un agujero en la muralla, ¿cuántos eldianos crees que fueron devorados por titanes puros? Deslizándote en las murallas, compartiendo alegrías y penas con tus "camaradas" aquí. Traicionando, matándose unos a otros y ahora finges ser un camarada de nuevo. — ahora su vista se fue contra la rubia. —Annie Leonhartd. Parece que también mataste a una horrible cantidad de soldados. Eventualmente pisoteaste a los residentes de Stohess en grandes números. Ah, por supuesto, ustedes los de Paradis también fueron extremadamente heróicos contra Marley.
Yelena cambió te dirección y colocó su vista sobre Armin. Eso causó molestia en la albina al sentir la mirada de Yelena sobre la del rubio.
—Tú, normalmente una persona sensata, destruiste tan ruidosamente el puerto militar... Armin, usando el poder que robaste de Bertholtd Hoover, incluyendo los civiles... Oh, y sobre todo a la familia de la dulce y tierna Kikyo. — rió. —¿Qué tan alta es la montaña de cadáveres que levantaste junto con tus ganancias militares? Y no sé nada sobre su valor en Liberio. Magníficamente aniquilaron a los soldados de Marley que los superaban en número y tiñeron a Liberio del color de la sangre. — ahora se dirigió a Jean. —Para derrotar al titán Cuadrúpedo, apuntaste a Falco y Kikyo, disparaste con valentía tu Lanza Relámpago. Porque la lanza apenas falló es que ellos todavía están aquí.
Kikyo quien era la única que estaba al lado de Pieck, desvío la mirada al recordarlo.
—Yelena–
—Tú eres igual, Kiara Akaime. — recalcó su nombre real. —¿De quién crees que es ese nombre que llevas puesto? Oh, ahora recuerdo... Es del hermanito mayor al que mataste. Y por si fuera poco... Volviste a mancharte las manos con la sangre de Kuro Akaime. Dime, ¿cómo se siente devorar a un humano? Tengo curiosidad por saber...
—Tú... Ni siquiera sabes la razón por la cual sucedió. No tienes idea de nada, no sabes nada de mí. — dijo la albina viéndola con repugnancia.
—Oh... Y hablando de mancharse las manos, ¿no fue Rosé quien recibió un disparo de la niña que está ahí? Gabi, ¿verdad? — Haru palideció tras oír el nombre de la prodigio de las Tropas de Guarnición. —Rosé es la heroína que salvó a Sasha de una muerte segura y recibió el disparo en su lugar, pero aún así Sasha fue disparada... Rosé era tan buena chica... Yo también estaba triste... Pero seguramente no se puede comparar con la tristeza y odio de aquellos que pasaron tiempo con ella, la familia de Sasha. Porque no debemos olvidar que en cualquier momento ella también podría morir. ¿Qué puedo decir? Si Sasha muere, la muerte de Rosé sería en vano.
La albina estaba por levantarse y darle una lluvia de golpes a Yelena, de no ser porque Armin la sostuvo de la mano para detenerla y negar. "No vale la pena, no dejes que ella te controle", quiso decirle con la mirada que le dedicó. Agarró su plato y comió tranquilamente, dejando su botella de lado.
Todos mantuvieron el silencio y se dedicaron a comer sin hacerle caso a Yelena.
「•••」
—Mmm...~ Está delicioso, Hange. ¿Puedo repetir?
—Sí. Todavía hay mucho. — le respondió a Jean recogiendo su plato para servirle más de la olla.
—Gracias, Yelena. — dijo. —Nos estás ayudando a sacar la mala voluntad del otro y a controlar nuestras mentes, ¿verdad? Incluso aunque tu sueño caprichoso que tanto querías hacer realidad que incluso volaste los sesos de tus preciados compañeros, terminó sin sentido y estabas lista para morir. Lo siento por la molestia.
—Ah... — suspiró para continuar soltando palabras hirientes. —Lo olvidé... ¿Cuál era de nuevo? El nombre de tu amigo cercano que me dijiste antes. Eso es... Es Marco. Si no me equivoco... Dijiste que Annie estuvo involucrada en su muerte, ¿verdad? — Reiner y Annie abrieron los ojos impactados. —¿Ya lo escuchaste de Annie? La verdad sobre la muerte de Marco.
Jean miró a Annie esperando a que abriera la boca y diga algo con respecto al tema.
—Tomé el equipo de maniobras tridimensionales de Marco. Por eso Marco fue devorado por un titán–
—Annie sólo obedeció mi orden. — intervino Reiner, llamando la atención de los otros. —Marco... Él escuchó una conversación entre Berthold y yo que debía mantenerse en secreto. Temía que descubrieran nuestras verdaderas formas... Pensé que si Marco era asesinado por un titán, eso lo silenciaría. Yo... Arrojé a Marco a un techo desde el aire y mientras lo sostenía para que no pudiera moverse, Annie le quitó el equipo de maniobras. Marco no pudo moverse desde esa esquina y... Fue devorado por un titán que estaba detrás de él.
A todos los presentes de Paradid que conocían a Marco les dolía recordar su muerte, en especial Jean que era su mejor amigo... A él fue quien le afectó más la pérdida del pecoso, ellos siempre estaban juntos y no sólo por sus metas iguales de querer unirse a la Policía Militar.
—Marco... ¿Cuáles fueron sus últimas palabras?
—Él dijo... "Aún no hemos podido hablar". —...
—¡Sí! ¡Es cierto! Aún no hemos podido hablar apropiadamente. ¿No es por eso que... nos hemos matado los unos a los otros hasta que alguien de nosotros muera?
—Sí... Si tan sólo hubiéramos hablado bien desde el comienzo... Toda esta matanza hasta ahora...
—Es muy tarde para empezar ahora. — dijo Hange. —Incluso personas como nosotros que se han matado los unos a los otros sin piedad. Al menos... Estamos intercambiando palabras sin matarnos. ¿Quién podría imaginar que algo así sería posible? Que comiéramos juntos frente a la hoguera...
—Mientras miraba a Marco ser devorado por ese titán, yo... Me dije a mí mismo porqué se lo estaban comiendo...
—¿Qué dices?
—Y luego me dejé llevar por la rabia y maté a ese titán mientras decía "tú le hiciste esto a Marco..."
Reiner, los vas a empeorar... – 🐿️
—Suficiente. Te volviste loco porque te sentías culpable, ¿cierto?
—No me perdones... Realmente no tengo idea de qué hacer...
—Suficiente, ya basta.
—Lo siento... — Jean se levantó del piso y le dio un puñetazo a Reiner en su mejilla que lo mandó hacia atrás. —¡Argh!
—¡Jean! ¡Detente!
El chico le daba múltiples golpes al rubio mayor hasta sacarle sangre de la nariz y labios, pareciera que Jean se sentía mal de que Reiner pueda regenerar su cuerpo, parece que le quería causar dolor. Armin y Connie lo detuvieron agarrándolo de ambos brazos. Pero esto no detuvo a Jean y éste le quiso dar un patada.
El golpe se lo llevó Gabi al lanzarse sobre su primo para salvarlo de sus golpes. Jean por fin se detuvo estupefacto de lo que acaba de hacerle a una niña. Esa patada la había dirigido con toda su rabia acumulada.
—¡Gabi!
—¡¡Gabi!! — gritó Kikyo para ir en su ayuda. —Oye, ¿estás bien, Gabi?
—Sí... — dijo apenas.
La azabache se levantó del piso con sus lágrimas bajando y apretando la tela de su vestido, miró al piso con su cuerpo frente a los eldianos de Paradis.
—Perdón... — dijo. —Nosotros... Deseábamos que todos los de la Isla Paradis... Deseábamos que todos ustedes murieran... Mi familia ya está muerta, pero mi gente va a morir dentro de poco... ¡Lo siento!
Kikyo se arrodilló frente a ellos con la voz rota.
—S-Sé que esto es muy imprudente de mi parte, pero... Necesitamos de su ayuda. Por favor... ¡Dennos sus fuerzas!
—Kikyo...
Gabi colocó su mano sobre el hombro de Kikyo para sostenerse después de la patada.
—Por favor... Detengan el Retumbar con nosotros... ¡Por favor!
—Tsk... Suéltame. — dijo Jean para perderse en el bosque con sus dos manos en los oídos.
—¡¿A dónde te vas, Jean?!
—¡Jean! ¡¿N-No quieres un segundo plato?!
—No sirve de nada... — dijo Kikyo. —Es inútil...
—Son muy ruidosos... — dijo el capitán Levi levantándose por fin, toda su cara estaba vendada.
La albina se levantó del piso y se dirigió a las mejores amigas. Se agachó a su altura sin sonreír, pero con una mirada cálida y gentil.
—No tienen de qué preocuparse. Los vamos a ayudar. Jean sólo está mal, no le hagan caso. — las despeinó. —Es hora de dormir, pero primero... Vas a acompañarme para curar ese moretón, Gabi.
—¿Por qué tú? — preguntó Pieck.
—¿Saldrás de ahí para curarla? Tú tranquila, sé lo que hago. — dijo viéndola a los ojos.
—… Está bien.
—Vamos. — la agarró de la mano para perderse entre los árboles y curar a Gabi.
「•••」
A la mañana siguiente muy temprano, Jean se acercó a los tres candidatos a guerrero para levantarlos.
—Levántense. Es hora de irnos.
—¿Nos ayudará?
—Sí. Lo haré. — se levantó y se dirigió al cuerpo de Reiner para levantarlo del cuello de su abrigo con molestia. —¡¿Y bien?! ¡¿Hasta cuando vas a dormir, Reiner?! ¡Todas tus heridas ya deberían estar sanadas!
Qué salvaje, me compadezco... – 🐿️
Oficial Braun, lamento decirlo... Pero me agrada verlo sufrir. – 🎀 pensó la azabache mientras amarraba sus largos cabello con el pañuelo rojo del destino.
Las carretas estaban listas para salir, ya estaban de camino al puerto para dirigirse a Marley. No faltaban mucho. Claro que Pieck también se adelantó para poder divisar la posición del enemigo, porque era imposible que los Jaegeristas se queden de brazos cruzados.
—Gabi... Lamento haberte pateado... — la castaña dirigió su vista a Jean. —¿Estás bien?
—Sí, estoy bien, no hay problema.
—Si tú lo dices... — murmuró. —Reiner, no voy a disculparme contigo.
—Está bien. — respondió.
—Yo... No puedo perdonarte.
—Lo sé.
—¿Qué hay de mí? — preguntó Annie. —No vas a perdonarme, ¿no?
Haru tomó a Annie de la mano, le sonrió tiernamente y negó.
—Cuadrúpedo, detente. Parece que algo ocurrió. — dijo Magath.
Pieck salió del interior de la nuca de su titán con el rostro preocupante, lo cual sólo decía una cosa: malas noticias.
—El puerto... Parece que fue ocupado por los Jaegeristas. Probablemente llegaron antes que nosotros usando los trenes. Hay un gran número de soldados con el equipo tridimensionales preparados para pelear. Parece que presentían que nos estábamos organizando para detener el Retumbar y por eso decidieron enfrentarnos.
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