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El Retumbar
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Narrador Omnisciente.
—Esos malditos demonios... No sé por qué me pasa esto... — maldijo Gabi por lo bajo, encerrada y aislada de otros.
La puerta de su prisión se abrió, lo que hizo que la prima de Reiner se asuste al ver de quién se trataba.
—Hola, mocosa que mató a Rosé. — dijo Eren.
—¿Qué...? — retrocedió. —¿Qué es lo que quieres?
—Si quieres que Falco sobreviva, coopera con nosotros.
—¿Coo... perar? ¿Cómo?
—Quiero que pidas ayuda por la radio. Así encontraremos a los infiltrados de las murallas.
De repente a su atrás, apareció la señorita Pieck con las vestimenta del enemigo, le clavó un cuchillo a la garganta del Policía Militar que acompañaba al castaño, para luego apuntarle a Eren con una pistola.
—No te muevas. Gabi, silencio.
—¡Señorita Pieck–!
—Mantente callada. — silenció. —Tú eres Eren Jaeger, el líder de todos... — cerró la puerta. —¿No es verdad?
La castaña sintió algo de alivio al ver a su superior, lo que quería decir que sus camaradas estaban aquí para vencer a los demonios.
—Gabi, toma ese rifle y apúntale a Eren. — ordenó, pero ella se quedó quieta. —Gabi.
—S-Sí. — Gabi salió de su trance y agarró el arma apuntando al castaño mayor.
—Eren, saca las manos de los bolsillos.
—¿Y qué es lo que harás y no te obedezco?
—Jalaré el gatillo, y todos tus sesos quedaron esparcidos por el suelo. ¿Has visto algo así? No tendrás tiempo de hacerte titán.
—¿Qué haces? ¿Por qué no me has disparado? Si no vas a jalar del gatillo, entonces dime por qué viniste. ¿Qué harás si no saco la mano de los bolsillos?
—Supongo que eso es algo que jamás vas a saber, una vez que te vuele los sesos–
—No, ya lo sé. — interrumpió. —No jalarás del gatillo. — se acercó de forma en que su frente se apegue al arma. —No puedes porque no tienes permiso de matar al titán fundador. Tus órdenes son recuperarlo a cualquier costo, ¿o no? Pero en esta situación para lograr tu objetivo tendrías que transformarte en titán y devorarme vivo, ¿no es así?
—¡Señorita Pieck! — Gabi apuntó a la cabeza de Eren.
—Gabi, quiero que retires el dedo del gatillo. — dio otra orden distinta.
—¿Qué...?
—Sé que no serás la única que pague el precio por desobedecer una orden... Tu familia también lo hará. — Pieck parpadeó y retiró el arma con las manos en alto.
—Sí, no puedo dispararte. Y la verdad, tampoco creo que sea capaz de devorarte. Discúlpame... ~
—¿Señorita Pieck?
—Oye, Eren. Lograste encontrar mis huellas de titán después de que me escabullí, ¿cierto? — no respondió. —Planeaba infiltrarme antes de que actuaras y pudieras capturarme, me alegra haber llegado hasta aquí, pero... Hay otra razón por la que no puedo dispararte... — dijo. —Si utilizas el poder del titán Fundador, creo que podría derrotar a la nación de Marley. Sé que ustedes dos no hicieron al mundo su enemigo, sino un método para ganar. ¿Tienes un as bajo la manga además del poder del titán Fundador?
—Señorita Pieck... ¿de qué está hablando?
—Gabi, baja el rifle en este instante.
—Y si así fuera, ¿cuál es el propósito? — preguntó Eren.
—Derrotar a Marley... Deseo liberar a todos los eldianos que están bajo su poder, y también quiero que mi padre sea liberado de ese lugar. Justo ahora, también tengo a una niña a quien debo proteger... — Gabi logró recordar a Kikyo cuando Pieck mencionó a su familia. —Me hice guerrero para le den una mejor atención médica a mi padre, su vida se prolonga un poco más, pero está sufriendo porque sabe que ya no me queda mucho tiempo de vida... Antes de morir, quiero mostrarle a mi padre un futuro alentador para todos los eldianos. Y para lograr eso, es necesario vencer a la nación de Marley. Mientras erradiquemos a los Marleyanos, ¡quiero cooperar!
—Quien planeó el ataque a Marley, fue el señor Zeke. — dijo Gabi. —Y ahora usted también... ¿Para qué luchamos todo este tiempo? ¡¿No era para que el mundo entero aceptara a los eldianos buenos y que un día finalmente nos liberen?! ¡Cuando mencionó que ahora también debe proteger a una niña, se refería a Kikyo, ¿no es verdad?! ¡¿Qué cree que pensará ella cuando se entere de que nos está traicionando?! — Gabi le apuntó a Pieck. —¡Usted es igual que Zeke, ¿también va a tracionarme?!
—Gabi... — se le acercó a pasos lentos de forma amenazante. —¿Nosotras somos Marleyanas o Eldianas? Tú dime qué crees.
—Nosotras somos... Marleyanas honorarias.
—No es cierto. — negó. —Somos parte del pueblo de Ymir. — le quitó el arma. —Y ni tú ni yo podemos huir de esa verdad. No importa cómo nos llamen, somos la raza capaz de transformarse en titán. Y tal como lo viste en el fuerte Slava, algún día el poder de los titanes será nulo y dejaremos de ser de utilidad para Marley, ¡y ellos nos matarán a todos! Entiéndelo, aunque le demostremos al mundo entero que somos Eldianos buenos, nunca llegará el día en que podamos ser libres. Nuestra única opción es reclamar nuestros derechos usando todo el poder que tenemos.
—Demuéstralo... — Eren mostró su dedo índice en donde tenía un corte, una amenaza. —Si realmente deseas cooperar con nosotros, demuestra que hablas en serio.
—Te diré en qué parte de la ciudad se encuentran mis compañeros.
—¿Y cómo harás eso?
—Si subimos al tejado de este edificio, te señalaré su ubicación.
—... De acuerdo... — regeneró su dedo.
「•••」
—¿Qué? ¿Quieren evitar que nazcan más niños?
—Tal y como lo escuchaste, Haru. — habló Yelena. —El objetivo del plan de Eutanasia de Zeke es eliminar de este mundo el sufrimiento generado por los titanes de forma lenta y pacífica. Es la única forma de detener esto.
—Oye, espera, eso no es pacífico. Si el pueblo de Ymir disminuye su población y comienza a morir, en sus últimos años sólo quedarán un montón de ancianos. ¿Cómo vamos a poder defendernos? El mundo no nos dejará en paz.
—Respecto a eso seguiremos con el plan. El uso del Retumbar servirá para disuadirlos. Es por eso que necesitamos un heredero real para el fundador. Por fortuna, la reina Historia será bendecida con un sucesor. Sin los integrantes del pueblo de Ymir conservan el poder del Fundador hasta que muera ese heredero.
—Hablas como si todo fuera a salir a la perfección.
—¿Perfección? Tales cosas no existen en una nación. Cada una de ellas tienen que liderar con sus propios problemas. Sin embargo, una cosa es segura... La amenaza que son los titanes y que nuestra historia puede finalmente terminar con la ayuda de dos personas... Son Eren y Zeke. — los ojos de Yelena se iluminaron. —No sé cuánto años va a durar la humanidad, pero me pregunto si volverán a existir personas capaces de tal hazaña... No cabe ninguna duda, ese par de hermanos será reconocido sin importar cuántos milenios pasen. Serán un símbolo como los Dioses antiguos. Aunque mueran, siempre serán recordados como salvadores de la humanidad y–
Armin estaba lagrimeando lo más creíble que podía.
—¿Sucede algo malo?
—No, es sólo que... Esas nobles intenciones... — el rubio levantó la mirada dejando ver sus lágrimas. —Me conmovió de todo corazón...
—Eso es maravilloso... — dijo con los ojos igual de lagrimeando. —Me alegra mucho que seas capaz de comprendernos.
—¡Yelena! — llamaron. —¡Por favor, ven de inmediato! ¡Hay un intruso! ¡Se infiltró un enemigo!
「•••」
Tenían a Pieck y a Gabi atadas de manos con esposas, delante estaba Eren, y detrás la Policía Militar.
—Disculpa, ¿ahora sí puedo dar por hecho que soy una de tus aliadas?
—Después de que me digas dónde están tus infiltrados. Mientras tanto, estarás atada a esa mocosa. Y si te conviertes en titán, ella terminará en mil pedazos.
—No te preocupes. — la sujetó de ambos hombros con una sonrisa. —Sé que ella comprenderá esto muy pronto...
Ya desde el segundo piso, los militares observaron a las dos chicas esposadas.
—Oye, ¿ella es la soldado de Marley?
—Pero si es muy diminuta...
—Pero aún así es muy linda.
—¿Alguien como ella es un titán?
Pieck levantó sus dos manos y los sacudió con su sonrisa confiada.
—¡Hola, mucho gusto! — saludó.
Gabi recordó por un momento a su amigo Grice, por lo que preguntó por él.
—Oye, dime dónde está Falco.
—Él también está aquí, pero... Ingirió el líquido de la médula espinal de Zeke. — las dos chicas se sorprendieron al oír las noticias.
—¿Cómo pasó? — preguntó Pieck.
—No lo sé, sólo me dijeron que un poco del líquido contaminado entró en su boca.
—Fue en esa ocasión...
"¡¡Desgraciada!! ¡¡Tú les hiciste eso, maldita asesina!!"
—Gabi.
—Una vez más, fue... — sintió su voz romperse. —Es mi culpa.
—Ahora comprendo. Lograron controlar al ejército con el líquido espinal de Zeke. Dime, ¿sabes por qué Zeke posee una habilidad tan particular?
—No tengo idea, ¿tú sabes por qué la tiene?
—No, Eren. Ninguna persona lo sabe, nadie más que el propio Zeke. — Eren se detuvo. —Desde que lo conocí, siempre tuve la impresión de que nos decía una mentira tras otra, y eso pude comprobarlo hace cuatro años... Cuando estuvo frente a ti, por fin fue sincero con alguien en su vida... "Confía en mí, yo sé por lo que pasaste, Eren... Algún día regresaré para poder rescatarte." Sí confía tanto en ti, supongo que eres el único al que le contaría su secreto. Quizá la naturaleza de su habilidad podría estar relacionada con el control del titán Fundador.
La puerta se abrió dejando ver a Yelena y su grupo.
—Vaya, ya te afritaste esa barba. Te veías tan bien con ella...
Mandaron a Pieck al gran lugar en donde todo el distrito se veía, ahí le podría "indicar" en dónde estaban sus camaradas.
—Eren, confiar en esa mujer es demasiado peligroso. — le advirtió Yelena.
—Sí, lo sé. Es mutua la desconfianza que sentimos el uno por el otro. — dijo para acercarse al centro.
—... Por cierto, ¿aún no usas el poder del titán Fundador? — le preguntó. —¿En dónde está Zeke?
—Tranquila, pronto lo sabrás. — dijo. —Quiero que señales, ¿en dónde está el enemigo?
Eren pasó algo de la corriente por su mano para dar su orden. Gabi sólo cerró los ojos con miedo, pero Pieck apretó su mano unida para darle confianza. Le sonrió tiernamente, diciéndole que todo estaba bien. Pieck levantó el brazo y giró para señalar a Eren.
—Allí. —...
Pieck rodeó a Gabi y saltó a otra dirección para que ataquen a Eren como planearon.
El titán Mandíbula salió debajo del piso y le quitó una pierna a Eren de un mordisco, Eren frunció el ceño con molestia, todo era una trampa por parte de Marley. Onyankopon y Yelena estaban más que sorprendidos por lo que veían.
Eren se transformó al fin, dando su ubicación al enemigo que llegaría a su Ilsa desde el cielo.
—¡ARGHHHHHH!
「•••」
La Legión sintió pequeñas rocas en su cabeza y el temblor que los alertó aún más.
—¿Qué es lo que sucede?
—Bueno, parece que ya inició... Los titanes entraron en acción...
—Este es...
—Sí, Connie. — afirmó Haru. —Esto es... el Retumbar de la tierra.
「•••」
El titán Mandíbula protegió a Pieck y a Gabi con su mano del viento que generaba Eren por transformarse.
—Vaya, fue más difícil de lo que creí. — mencionó.
—¡Señorita Pieck, ¿entonces no nos traicionó?! — preguntó.
—Gabi, ¿creíste que vendería a mis compañeros? — preguntó ofendida.
—¡Pero... Usted dijo que no tenemos futuro aunque trabajemos para Marley! — gritó.
—Mira allá.
Gabi levantó la vista, desde el cielo sus camaradas venían desde varios dirigibles. En total, eran 5. Sus lágrimas no tardaron en salir, estaba tan feliz de verlos.
—Escucha, Gabi, no confío en Marley. — dijo. —Sin embargo, confío en mis compañeros con los que siempre luché.
「•••」
Desde el dirigible en la parte trasera, una niña trató de salir de las cajas de provisiones.
—Esa es la señal... Pieck y Galliard lograron localizar a ese desgraciado. El titán Fundador...
Todos los del ejército de Marley se prepararon para descender, sólo debían recibir la orden del General Magath para atacar.
El General por fin dio la orden de descender para los demás paracaídas, tenía que ser muy cuidadosa con las armas que portaba, no tenía suficientes balas, pero aún así se aseguraría de llevar a Gabi y Falco a Marley otra vez.
Habían muchos soldados, eran más que suficientes para acabar con algunos cuantos de la Isla, el equipo del titán Cuadrúpedo también tenía que descender cubierto en una gran manta. Kikyo se sentía feliz de saber que ahora formaba parte de la familia de la gran guerrera como lo es Pieck Finger...
—Falco, Gabi... Por favor, espérenme ahí. Pronto todos nos iremos juntos a casa...
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