━━.𝟻𝟶
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Salvajismo...
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Narrador Omnisciente.
Haru llegó a la habitación en donde se encontraba Gabi y los chicos. Kaya por fin se había calmado y estaba con su familia, pero los iban a trasladar. La castaña que mató a Rosé estaba sentada, parecía muy herida. Antes de entrar, se limpió las lágrimas de sus ojos y se le acercó con una sonrisa forzada.
—¿Estás bien? Ese golpe se ve muy mal... — dijo con más confianza.
—Ustedes... ¿Por qué me protegieron hace rato? — le tiró el ojo a Haru. —¿Por qué te preocupas por mí? Yo la maté...
—Por nada en especial... No tenemos motivo.
—Fui yo la que mató a su amiga en en el dirigible, dejé a esa chica en estado crítico, maté a un hombre con un ladrillo. Falco no lo hizo... A la única a la que deben matar es a mí, no a él...
—No vamos a matarlos, a ninguno... — dijo el rubio.
—Pero eso es lo que quieren, ¿no?
—No quiero matarte... — suspiró. —Mata aquí, mata allá... Eso es lo único en lo que piensas... Te pareces a alguien que yo conozco.
La puerta fue abierta de repente, dejando ver a una persona que se supone que se tiró la fuga de la prisión subterránea. Los tres chicos se sorprendieron, más bien era como una especie de susto y sorpresa a la vez.
—¡E-Eren! — mencionaron las dos chicas.
「•••」
Gabi temblaba tanto que ni siquiera lo podía ver a los ojos. Sus amigos tenían las manos sobre la mesa como ella, Eren habló por fin.
—Quería hablar con los tres... No necesitamos pelear para resolver los problemas de Eldia. Hange y los demás estarán bien, simplemente van a trasladarlos.
—Eren, nosotros también queríamos hablar contigo. — dijo Armin. —Lo que queremos saber es... ¿Qué fue lo que te impulsó a atacar a Marley por tu cuenta? ¿En verdad Zeke y Yelena te persuadieron para unirte a ellos?
Eren se tardó en responder a su pregunta. —... Ahora soy libre... — la albina entrecerró los ojos. —Tanto las cosas que hago o como lo que elijo, todos se basan en mi voluntad libre.
—Lo que hiciste después de verte con Yelena... ¿También fue por tu voluntad? — preguntó la albina.
—Así es.
—No es cierto. — dijo Mikasa. —Tú fuiste manipulado por ellos. Aunque se trataba de un país enemigo, tú nunca habrías involucrado a niños o a personas inocentes. Además, tú siempre nos has apreciado más que nadie en el mundo. ¿No es así? Tú me rescataste cuando esos hombres me secuestraron, ¡y me diste esta bufanda! — se levantó. —¡Eso es lo que demuestra que eres bue–!
—¡Mikasa, deja las manos sobre la mesa, ¿no se los dije?! — Mikasa se sentó. —Escuchen, tuve una plática con Zeke en Liberio. Hablamos de hermano a hermano... Zeke tiene grandes conocimientos sobre los titanes, más de los que Marley se podría imaginar.
Eren sintió su vida irse a la mierda cuando llamó a su hermana albina, siendo la primera con la que iba a comenzar su salvajismo. Sí había algo que lastimaba a Haru, era las miles de veces que se echaba la culpa de las muertes de todas esas personas a las que más quería y las que morían por ella. Eren sabía que decirle algo así, era como hablarle con las mismas palabras de sus padres al decirle que era culpa de ella matar a su hermano.
Era hora de escupir palabras hechas mierda, sólo para seguir con su plan al pie de la letra.
—Haru, incluso ahora, sigues viendo a Annie a escondidas. ¿Eso lo haces por tu voluntad?
—¿Q-Qué? Pe-Pero eso es porque yo la considero...
—Si la memoria es un factor que te define como a una persona, pues entonces podría decir que una parte de ti es el enemigo qué mataste... Te volviste una enemiga hace mucho tiempo y no te diste cuenta... — le frunció el ceño. —Haru... A todos los hombres que te pedí que mataras en el asalto... Están vivos, siguen con vida. Estás teniendo compasión del enemigo. Tú eres la que está siendo manipulada...
—¡Eren, ¿qué es lo que–!
—¡Es igual para ti, Mikasa! — gritó interrumpiendo. —La familia de los Ackerman fue creada para proteger al rey de Eldia, quiero que recuerdes la situación extrema cuando los dos enfrentamos a la muerte. Escuchaste mi orden, "pelea"... En ese instante se despertaron instintos de Ackerman... Y sólo por mera casualidad decidiste que yo era el amo que debías proteger.
—Eren...
—Te equivocas... — dijo la azabache.
—¿Me equivoco? ¿En qué cosa?
—No fue... casualidad... ¡Lo hice por ti, porque eres tú, Eren! ¡Decidí volverme fuerte sólo por ti!
—Cuando un Ackerman despierta su poder es bastante común que sufra dolores de cabeza. Quizá ese dolor se deba a que su personalidad original intenta rechazar el instinto que le obliga a proteger a su amo. ¿Eso te suena? — ella bajó la vista.
—... Para nada.
Armin tenía su mano sobre la de Haru, quien sólo miraba a Eren en silencio. Mikasa empezó a temblar, los dos se dieron cuenta de eso. Eren la estaba lastimando con cada una de las palabras que salían de su boca.
—Sólo digo que...
—No es cierto.... Yo sólo–
—Tu familia es un clan creado con el fin de seguir órdenes y abandonar su propio ser. En resumen, estás–
—¡No, ya basta! — gritó Armin.
—¡Por favor, no sigas!
—Mikasa, sabes bien qué es lo que odio más en este mundo, ¿cierto? Aquellos que no son libres, los que son como ganado...
—¡¡Eren!!
—Siento una repugnancia incontrolable con tan sólo mirarlos, y al fin pude entender la razón... Yo jamás he soportado ver a quienes se comportan como simples esclavos siguiendo órdenes sin vacilar...
—E-Eren, ya basta...
—Desde que somos niños... Mikasa, siempre te he odiado.
—¡¡Eren, ¿cómo puedes decirles eso a las chicas–?!!
Armin sintió su rostro chocar contra la mesa de un golpe, al levantar la mirada, se impresionó de la persona que lo detuvo.
—Mi... Mikasa... — dijo asombrado el rubio al ver las acciones de la azabache.
—Escucha con atención, Mikasa... Toda tu vida has seguido órdenes.
—¡N-No! ¡No es así! — ella lo soltó.
—Eres esclava de esos instintos... — otra vez le dirigió su mirada a la albina, está al percatarse se tensó. —¿Qué hay de ti, Haru? Dime, ¿por qué no haces nada para detenerme? ¿Acaso ya no te importan ellos o lo que les pase? ¿Sólo te preocupas en proteger a la asesina que mató a Rosé? Acabo de decir que Mikasa es sólo una esclava sin valor, y tú no hiciste nada como Armin... Sólo ayudaste a esa mocosa.
Haru soltó los hombros de Gabi al darse cuenta que la hizo retroceder para evitar que le afecte en algo lo que pasaba, ella sólo miró sus dos manos temblando. Recordando que con esas mismas manos sostuvo el cuerpo sin vida de Rosé, el de el verdadero Haru, el cuerpo quemado de Armin...
—Kiara, la verdadera enemiga de la humanidad... Eres tú.
—¡N-No, no es así! ¡Es-Esa vez... yo sólo quería...! — tartamudeó con la voz hecha trizas.
—Ya no te preocupas por Armin ni Mikasa... Eres mi enem–
Eren cayó al piso junto a la silla, Armin intentó darle un golpe a la cara, pero Eren fue más rápido y golpeó su bello rostro.
—¡¡Armin!! — Eren lo tiró al estante donde colocaban los platos, copas y el vino.
Los platos de linda decoración se tambalearon y se rompieron, lo cual causó que los de la Policía Militar entraran.
—¡Señor Jaeger!
—No hay ningún problema. — dijo. —Escucha, Armin... Desde que nos conocemos, nunca me peleé contra ti. ¿Sabes por qué? — se le acercó para volver a lastimarlo.
—¡¡Eren, contrólate!! — la albina corrió y lo sostuvo de ambos brazos por atrás.
Perdóname...
—¡Ahh! — la albina recibió una gran cachetada. Ella sólo quedó perpleja, por un momento le pareció haber sentido un Deja Vu, un hilo de su sangre bajó desde su nariz.
Ver eso sólo causó más rabia en el interior de Armin. Eren volvió a darle una lluvia de golpes al rubio.
—¡Al hacer esto, no hay forma en la que sea una pelea justa! — terminó con una patada a su estómago que lo dejó en el piso.
—Armin... — la albina negó otra vez al ver a Armin lastimado, y sólo para protegerlas a ellas. Cayó de rodillas y trató de levantar su cuerpo. —Eren...
No lo digas... – 🐿️
—Eren, eres un...
¡Cállate de una maldita vez! – 🐿️
—¡¡Eres un maldito monstruo!! — le gritó sin pensar, para luego darse cuenta de lo que dijo, desvío la vista a un lado con enojo.
Eren abrió un poco los ojos con sorpresa al escuchar a Haru decirle eso, era la primera vez que ella la miraba con tanto terror y furia, se sentía jodidamente mal... Eren llevó su vista a la marca de su mano en la mejilla de la albina y la sangre que caía desde ahí. Eso lo hizo él, con sus manos, le hizo daño a su querida hermana menor... Les volvió a dirigir su mirada gélida a los que acaba de lastimar y habló por fin.
—Bien, como les había dicho... Si me dicen la localización de donde tienen a Zeke, no tendremos la necesidad de pelear.
—Ha-Haru... ¿T-Te duele mucho? ¿Estás bien?
—... Ahora vengan sin dar problema. Pueden llevárselos.
—¡S-Sí, señor! — dijeron.
—Y también a la mocosa que mató a Rosé. — Gabi abrió los ojos y frunció el ceño.
Mikasa se acercó a Armin y posó su mano en el hombro de la albina con sus lágrimas saliendo a mares. Haru sintió su corazón partirse en miles de pedazos al verla llorar. Eren, fue él quien hizo todo esto...
Armin levantó el rostro malherido y miró con enojo a quien consideraba su mejor amigo de la infancia.
—Entonces... ¿Sólo viniste para decirnos esto? ¿Herirlas a ellas era parte de la libertad que tanto buscabas? Al final... ¿Quién es el esclavo que sucumbió ante un bastardo? — preguntó.
—Tsk... ¿A quién le dices esclavo? — le frunció el ceño. —En marcha.
—¿A dónde?
—En donde todo inició... El distrito Shinganshina.
「•••」
Los tres chicos fueron llevados a Shinganshina y encerrados en la prisión. Haru curó las heridas de Armin con total tristeza...
—Perdón... Te lo iba a decir, no me gustaría pensar que me ves como a una enemiga...
—No te veo como a una enemiga, jamás lo haré. Lo que te dijo él no tenía mucho sentido. — la miró con la vista entrecerrada. —Tú siempre estuviste al lado de Annie... Hasta cuando ella no tenía las suficientes ganas de tener que aguantarte. Eres demasiado buena hasta con gente como ella...
Haru se sonrojó.
—No quería que lo sepas de esta forma, no así... A los dos. Debo de decirles perdón, es mi culpa que–
—Por favor, no vuelvas a decirlo... — Armin sostuvo su mejilla con la tela encima. —Odio que siempre te hagas daño a ti misma... Eres muy valiente, graciosa, y te importa más que a nadie tus camaradas y tu familia, confías en ellos hasta cuando sabes su verdad, eres tan leal... Esa es la Haru de la que yo me enamoré y de la que aún sigo tan enamorado. Nunca te veré como a una enemiga. Así que no te sientas culpable...
—Me metí a la celda de Eren sin el permiso de los altos mandos... — le soltó de frente.
—Tú... Dijiste que lo harías al salir de la habitación, ¿no?
—Es diferente... En ese momento estaba segura de lo que hacía, pero al salir, sentí miedo... Ese no era el Eren a quien tanto quiero. Estaba tan cambiado, ya no sé quién se ha llevado a mi hermanito...
—¿Te hizo algo?
—Mmm... No, sólo me dijo que todo esto... lo hacía pensando únicamente en nosotros.
Armin la apegó a su pecho y sintió bajar una lágrima por su mejilla.
—Perdón... No debí decirte eso. — le dijo. —Sé que quieres mucho a Eren y a Mikasa, y aún así dije delante tuyo que tenía pensado que lo devoren... No tomé en cuenta tus sentimientos ni los de Mikasa... Las dos lo estiman mucho y aún confían en él a pesar de todo lo que hizo...
Haru rodeó su cuerpo con sus dos brazos y habló con el rostro en el corazón de Armin.
「•••」
—¿Y bien? — preguntó Connie. —¿Nos quedaremos aquí sin hacer nada como simples espectadores?
El señor Blouse bajó una taza de té para la albina.
—¿Gustas de una taza de té?
—Gracias. — sonrió bajito.
—Armin, ¿podrías sacarnos de aquí con el poder de tu titán?
—No, Connie... Destruiría por completo esta ciudad. El Titán colosal no tiene el poder de hacer algo tan preciso. No es como el de Eren...
—¿Y tú, Haru?
—Tampoco, todos morirán bajo mis pies. No haré tal cosa.
—Y... Quiero saber por qué Eren terminó golpeándolos a los dos, sobre todo a ti. — dirigió su vista a Haru. —Ya es hora de que hablen con nosotros.
—... Les dijo a Haru y Mikasa cosas muy hirientes. Intenté enfrentarlo, pero él me regresó el golpe.
—Oye, si tú lo enfrentaste, ¿cómo es que Haru recibió un golpe?
—Fue porque... Intenté detenerlo para que no le haga daño a Armin.
—Será un...–
—Ya basta, Jean. — habló Mikasa. —Está bien.
—No, claro que no está bien. Quiero que me cuentes lo que Eren les dijo.
—Oye, ya fue suficiente, Jean. — le paró Connie. —Ahora todos sabemos que ese imbécil es un maldito bastardo. Está loco, olvídalo, ya lo perdimos. Lastimó a las personas que supuestamente eran lo más valioso para él.
—Sé que todavía sigue cuerdo, el debe tener algún motivo para haber hecho algo así. Quizás intentó ocultar sus verdaderas intenciones.
Los ojos de la albina, el rubio y la azabache se iluminaron por un momento, de no ser por los pasos que venían hacia ellos.
—Cuánto tiempo sin vernos, héroes de Shinganshina. Me duele profundamente hablar con ustedes en este sitio.
Connie dejó su taza en la mesa y se apegó a las rejas con furia.
—¡Ya los apoyan, Yelena! ¡Sácanos de aquí!
—Creo que estás pidiendo demasiado, chico. — habló el moreno. —Después de ponernos en arresto, hasta que tengan contacto con él, ustedes estarán aquí.
—Muy bien por ti, Yelena. — Jean avanzó hasta las rejas para quedar al lado de Connie. —Debe ser genial que todo haya salido justo como planeaste. Gracias a ti, Zeke logró manipular a Eren a su antojo. Lo hicieron atacar a Marley, obtuvieron el apoyo de los eldianos y tomaron el control total del ejército por medio de ese vino con líquido espinal. Con eso aseguraron a Eldia y el poder del Titán Fundador. Podrán destruír a Marley y vengar a sus países. Ese es el verdadero objetivo que tienen los voluntarios, ¿no es así? — preguntó.
—Les dimos avances tecnológicos, esta Isla primitiva está retrasada un siglo.
—¡¿Qué?!
—¡Pero sólo lo hicieron para poder disfrutar de su vida como los nuevos gobernantes de la Isla! — dijo Nicolo.
—La culpa es de quién se deja engañar, eso es todo, Nicolo.
—Tú... — sujetó las rejas. —¡Veo que ellos te ascendieron al grupo de Yelena después de traicionarnos! ¡Asquerosa rata!
—¿Eres idiota? El traidor que se puso del lado de los demonios eres tú, Nicolo.
—¿Qué dijiste?
—Te la pasabas babeando por esos engendros demonios que apestaban a patatas. — escupió con odio.
Nicolo enfureció al oírlo insultar a Sasha, por lo que sacó su brazo de la reja para sujetarlo, este retrocedió antes de que lo haga.
—¡¡Te mataré, maldito!!
—¡Tranquilizate, Nicolo!
—No te cansabas de hablar todas las noches de esa asquerosa mujer, creí que al verla al borde de la muerte ibas a recuperar la cordura, pero estaba tan equivocado.
—¡¿Qué acabas de decir, idiota?!
—Te lo voy a expresar con claridad, esa perra no es más que una-
—¡¡Ahhhh!! — gritaron los niños y la madre de Sasha.
—¿Yelena?
—Diablos, Yelena... — la albina se cubrió la boca.
—Me disculpo por su descortesía... — Yelena hizo una reverencia con la pistola en mano. —Escuchen, esta Isla no necesita a esas personas que los consideran unos demonios.
—Por favor, confíen en mí... Nuestra verdadero objetivo no es algo tan trivial como vengarnos de la nación de Marley. Lo que queremos es cortar la cadena de odio y salvar tanto a Eldia como a Marley, eso es lo que deseamos. No tendré más secretos... Así que les contaré todo, como Zeke desea salvar al mundo con el plan de Eutanasia de los Eldianos.
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