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Voluntarios

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Narrador Omnisciente.

—Supongo que ahora la familia de Sasha debe estar triste, y no sólo por ella... Al saber que Rosé murió, se habrán sentido igual de mal. A todos les caía muy bien Rosé. Fue una de las mejores soldados, siempre nos trató con respeto y cariño.

El disparo resonó junto al vidrio roto de la botella, la puntería de Eren con las armas era cada vez mejor que antes.

—Muy pronto el puerto estará terminado. — dijo Armin. —Gracias al apoyo de los ingenieros de Marley hemos avanzado mucho en la construcción.

—Me sorprende que hayan querido ayudarnos, somos "demonios" ante sus ojos. — dijo la albina entre comillas.

—Bueno, al principio no querían hacerlo porque no confiaban en nosotros. Pero al pasar el tiempo nos conocieron y vieron como personas. Sé que nos entenderemos.

Me gustaría ver el mundo como tú lo haces, Armin... A pesar de todo lo que pasaste, sigues de pie con una sonrisa. Es lo que admiro de ti... – 🐿️

—Armin, ¿has descubierto algo en los recuerdos de Bertholdt? — le preguntó Eren de golpe.

—¿Q-Qué? — preguntó. —No... No he visto nada que sea útil.

—¿Qué hay de ti, Haru? — se dirigió a ella.

—Hasta ahora, todo lo que ya pude declarar a la Legión. — afirmó. —A veces veo a la mayoría de todas esas personas en los recuerdos de Kuro, ellos no se ven tan malos como nos dicen. Somos todos iguales... Pero no pueden verlo.

—Ya no tenemos tiempo. — dijo el castaño. —A Zeke sólo le quedan 3 años de vida.

—Sí... Oigan, hablando de eso, al parecer todo el mundo va a seguir el plan de Yelena, ¿es buena idea?

—¿Hay algún problema con su plan? — preguntó Mikasa.

—¿Realmente amenazar al mundo con hacer retumbar la tierra es una la única opción para proteger a los eldianos? Sería terrible que todos sigan creyendo que somos unos demonios. ¿No podríamos tratar de dialogar con ellos? — preguntó. —Sé que podríamos acabar con este feo malentendido.

—¿Malentendido? — Eren volvió a disparar a la botella. —¿Y cuál es ese malentendido, Armin?

—Que la gente crea que somos unos terribles demonios.

—A los ojos del mundo somos unos monstruos que se convierten en titanes. Eso no es un malentendido, ¿o sí?

—Pero hay marleyanos a los que les agradamos. — dijo Mikasa.

—Sí, como a Nicolo. — dijo Haru.

—¿Te parece suficiente con una sola persona, Haru? A la mayoría de los marleyanos ven con desprecio a los eldianos que viven en la Isla.

—Pero tal vez puedan cambiar con el tiempo.  — dijo la albina. —Todos pueden cambiar alguna vez.

—Así es, necesitamos más tiempo. — habló el rubio.

—Exactamente. Y para poder conseguir más, nos aseguraremos de que no se metan con nosotros.

━💥🔫

—¿Realmente hicimos lo correcto? — preguntó. —Si hubiéramos podido elegir otro camino, ¿qué es lo que habría pasado? Mi mente sólo piensa en eso desde que Eren se fue. Yo... Creí que lo conocía bien al ser tan cercana, pero ahora ya no sé quién se apoderó del cuerpo de mi hermano. Siempre creía que su meta era matar a todos los titanes y vengar a su madre, pero estaba tan equivocada...

La albina apretó los dientes.

—Creía que con acabar con el titán Colosal, todo acabaría... Podríamos vivir en paz otra vez. Yo estaría muy feliz al lado de Armin y de todas esas personas a las que amo. ¿Cuándo fue que terminamos en guerra con nuestros semejantes? Siento que hasta hace poco sólo matabamos a los titanes. A veces siento que era mejor que ahora... Annie, ¿tú te sentiste así al venir a esta Isla? Pues yo me sentí algo extraña la primera vez en pisar tus tierras, todo era maravilloso hasta que Eren decidió atacar. Me sentí mal por todas las vidas a las que fueron arrebatadas, cuando veo mis pies, la imagen de todas esas personas llegan a mi cabeza. Dime, ¿así es como se siente? ¿En serio tú querías matar a todas esas personas sin piedad? Estoy segura de que no... Todos aquí tienen una pizca de humanidad, no existe persona que mate sin un propósito...

La albina levantó la mirada y se recostó en el piso, extendiendo sus brazos y piernas como ángel de nieve.

—Quiero seguir contándote más... Y mejor lo soltaré de una vez.

「•••」

Connie y Jean estaban tirando a grandes picos en la tierra para crear las vías por donde pasaría el nuevo tren.

—Oye, ¿esto es... algo que nosotros... realmente necesitamos... hacer? — preguntó Connie agitado.

—No es necesario que lo hagamos, pero a ese imbécil le pareció buena idea abrir su bocota. — volteó a ver a Eren. —"Así podemos desarrollar la Isla y nuestros cuerpos al mismo tiempo, capitán". — imitó su voz en burla.

Desde el fondo Haru, Rosé y Sasha se robaron el agua de los barriles, porque ya estaban muertas de tanto trabajar bajo la luz del sol.

—¡Es Armin, corran mijas! — gritó Sasha. —¡Lleven lo que puedan!

—¡Dejen eso, el agua es para todos! — dijo Armin persiguiendo a las demás chicas.

—¡No puedes atraparnos, querido! — dijo la albina.

—¡Debería rendirse, señor Arlert! — gritó Rosé. —¡Está luchando con dos de las 10 mejores en la tropa 104!

—¡Bien dicho, Rosé!

Armin persiguió a las tres, y para perder de vista al rubio, tomaron caminos diferentes para que le sea difícil perseguir a sólo una de ellas.

Las tres se repartieron del agua, logrando terminar todo y dejando a Armin muy cansado. La albina se le acercó al rubio y le sonrió.

—Maravillosa jugada... ¿No? — le preguntó agitada a un lado.

El rubio la miró con los ojos llorosos  reclamando que no le dejó nada y que él también tenía sed. La albina se puso mal al oír a Armin decir la verdad, besó su mejilla y le mostró una pequeña cantimplora que sacó de su pantalón.

—¿Creías que te dejaría sin nada? — dijo. —Es un buen vino.

—¡Hola! ~ — llamó la Comandante Hange desde la distancia a caballo junto al capitán Levi.

「•••」

—Vaya, me sorprende que ustedes puedan trabajar tanto con este calor. — sonrió la castaña.

—De hecho, nuestra única opción era cuidar de estos idiotas. — dijo Jean con fastidio, dirigiéndose a Eren y Haru.

—Siguen igual de idiotas, lo único que tienen desarrollado aquí es su cuerpo. — dijo el capitán al ver que ya todo su escuadrón era mucho más altos que él.

—¿Hablaron sobre Hizuru?

—La familia Azumabito nos acaba de dar su respuesta.

—¿Qué dijeron? — preguntó Eren.

—Nada bueno. Parece que no vamos a poder contar con Hizuru. — al oír esto, Eren se decepcionó. —Tenía razón, el país de Hizuru quiere monopolizar todos los recursos de la Isla Paradis. No nos ayudará a comercializar con las otras naciones. Además, el mundo entero quiere que la Isla Paradis siga siendo la raíz de todas las desgracias. Porque creen que eso ayuda a unir a sus países y se mantiene la estabilidad global.

—Entonces... ¿Sólo dependemos del retumbar? ¿En verdad debemos de sacrificar a Historia? — preguntó la albina juntando sus manos.

—Así es. — dijo Levi.

—No puede ser. Entonces deciden por su cuenta que nosotros somos unos demonios, ¿por qué no pueden considerar un camino en la que todos estemos en paz? — el rubio desvío la mirada.

—... Creo que ellos no saben cómo hacer eso. — dijo Mikasa. —Ellos no saben nada de nosotros, y es por eso mismo que nos temen.

—Exacto. — dijo Hange. —El mundo no puede confiar en personas que nunca han mostrado sus rostros, por eso debemos conocerlos. Si ellos no saben de nosotros, entonces iremos a decírselos. — levantó ambos brazos. —Después de todo, ¿no es eso lo que hace la Legión?

「•••」

Ya por la tarde, al terminar el gran trabajo, el escuadrón de Levi se retiró en el tren mismo.

—¿Establecer una base en Marley e infiltrarnos? — preguntó.

—La Comandante siempre tiene un plan para todo, ¿verdad? — dijo la azabache de ojos ámbar con alegría.

—Cuando estemos ahí, al fin podré comer la verdadera comida marleyana. — dijo Sashacon ilusión.

—Ah... Me pregunto qué debería llevar. — Connie suspiró y levantó su cabeza. —Sería horrible que me enfermara del estómago.

—Medicina, un cepillo de dientes y un poco de comida casera. — enumeró la castaña.

—¿En serio escucharon el plan de Hange? — preguntó Mikasa.

—No es tan sencillo como parece... — habló Haru.

—Si el mundo llega a enterarse de que nosotros buscamos la paz, es probable que algo vaya a cambiar. — los demás guardaron silencio al oír a Armin.

—... Si tan sólo tuviéramos más tiempo. De hecho, a mí no me quedan más de cinco años de vida. Vamos a tener que decidir, ¿quién va a heredar mi poder de titán?

—Yo voy a heredarlo.

—Tú no puedes hacerlo, Mikasa. — le dijo Jean. —Oye, aún no sabemos con certeza qué diablos son los Ackerman. Además, todos los planes de Hizuru dependen de ti. ¿Qué va a pasar si te conviertes en titán? Hay muchas razones por las que no puedes ser tú.

—¿Entonces quién debería ser?

—Pues yo. — se señaló. —En primer lugar, soy más inteligente que el idiota de Eren. — mencionó con fastidio. —A diferencia de este maníaco suicida, yo siempre utilizo mi extraordinaria capacidad de juicio para evaluar cualquier situación. Por eso, seré yo. — lo miró. —No me agrada quedarme con tus sobras, pero yo soy el más apto para este trabajo.

—Sí, pero no podemos dejar que alguien tan asombroso como tú muera en 13 años. — dijo Connie. —¿Eres idiota?

—¿Qué?

—Tú enfócate en ser líder de la Legión. Yo voy a hacer el sucesor de Eren, ¿no es así? — preguntó con una sonrisa. —Estás de acuerdo, ¿verdad?

—Connie...

—Es lo peor que se te ocurrió. — le dijo Sasha. —Entiende, eres el más idiota.

—¿Qué?

—Nada de "qué", Connie. No pueden dar esa responsabilidad al más tonto de nuestro equipo, entiéndelo.

—¿Qué?

—Ah... — suspiró. —Eres peor que una mula, mijo. — dejó salir su acento norteño. —Yo heredaré al titán. Tengo experiencia en combate,  y también soy una persona muy confiable. Por eliminación, yo soy la única que puedo hacerlo.

—Ay, chicos...

—La verdad no quiero, pero ya no hay de otra, huerco. — dijo asustada.

—Sasha, oye, lo que dijiste no tiene sentido. — habló Connie.

—¿Qué?

—Es que... Tú dijiste que no le pueden dar esa responsabilidad al más tonto del equipo. — Sasha lo miró. —Y tú eres mucho más tonta que yo. Por lo tanto, te estás contradiciendo en todo.

—¿Eh...?

—¿Eh...?

—Yo me ofrezco como sacrificio. — dijo Rosé. —Tengo gran experiencia en combate justo como el titán del señor Jaeger lo indica, y también soy de mucha confianza.

—No. — negaron Haru y Sasha. —Eres muy joven.

—¡U-Un año no es la diferencia! — se quejó en un sonrojo.

—No quiero que ninguno de ustedes herede mi poder. — dijo Eren.

—¿Y por qué? — preguntó Jean.

—Porque les tengo mucho aprecio, más que nada en el mundo. Por eso quiero que tengan una larga vida. — se sonrojó.

Rosé se tapó el rostro y soltó un grito interno, todos los demás desviaron sus miradas para que no vean sus rostros sonrojados.

¡El señor Jaeger se preocupa por nosotros! ¡La señorita Haru y la señorita Blouse dijeron que soy muy joven, se preocupan por mí! ¡Mi corazón llora de felicidad...! – 🥀

—¡¿Qué?! ¡Idiota, ¿por qué estás tan rojo?! — gritó Jean. —¡¿Qué se supone que hagamos en esta situación tan rara?!

—Lo siento...

—Jean, es por la puesta del sol. — le dijo Armin. —Por eso todos estamos sonrojados...

—Claro, no podemos hacer nada con el sol.

Haru se percató de las pequeñas miradas de Eren y Mikasa, así que decidió actuar como la actual cupido de ambos.

—Pss... Oye, Eren. — el chico levantó la mirada. Haru le apretó un pecho a Mikasa con una cara coqueta, lo que causó que ambos chicos se sonrojen más que antes.

Eren cubrió su rostro apunto de explotar de vergüenza, Mikasa le dio un golpe a la cabeza a Haru por lo que hizo.

¡Salvaje! Pero no me arrepiento de nada... – 🐿️

「•••」

En la actualidad...

—Arrestaron a todos los voluntarios... No creí que el Comandante Pixis hubiera hecho algo tan drástico. — dijo Jean.

—Como la Legión de Exploración tenía una relación cercana a ellos, decidieron no decirnos nada y actuar por su cuenta. — dijo Haru mirando por la ventana. —No creí que el Comandante Pixis hubiera...

—Sí... Supongo que no tenían muchas opciones. Hasta que Zeke no explique claramente su plan, todos nosotros estamos en peligro. Además, Eren de pronto decidió unirse a él. Me pregunto sobre qué cosas hablaron esos dos. Supongo que es algo que sólo ellos saben.

—Oigan, díganme lo que pensaron cuando vieron a Eren. — habló Connie. —Lo sentí diferente, ese tipo no es Eren. Sí decidió dejarnos de lado sólo para unirse al plan de su medio hermano, entonces...

—¿Entonces qué, Connie? — preguntó Mikasa. —¿Qué es lo que harás?

—Nosotros... Tendremos que prepararnos para matarlo si es necesario–

—¡No lo voy a permitir! — gritó.

Connie volteó y a verla.

—¿Significa que apoyas al enemigo?

—Connie, escucha lo que dices. — dijo Haru. —¿Eren un enemigo? Él jamás sería capaz de hacer eso. Él nos aprecia más que a nada en este mundo, porque somos su familia. Ustedes también deberían saberlo. ¿O acaso es que... ustedes ya no creen en lo mismo? ¿Ya no confían en su compañero?

Todos guardaron silencio.

—Quizás por eso se volvió agresivo... Con toda la gente menos con nosotros, sus sentimientos son muy fuertes.

—No, te equivocas, Mikasa. — habló Jean. —Escucha, el Eren de antes, sin importar lo fuerte que eras, siempre te mantenía lejos del combate.

—Exacto, la mantenía lejos del combate. Era para protegerla. — recalcó Haru.

—¿Y qué hay del ataque a Marley? Obligó a Armin a destruir el puerto, hizo que ustedes fueran a la batalla. Tú más que nadie no querías ir a combatir sabiendo que muchas personas iban a morir. Dime, ¿por qué lo hizo?

—¡Lo hizo porque confía en todos nosotros! — dijo la azabache ya en un grito. —Además, si nosotros no hubiéramos ido, él no podría haber hecho todo solo.

—Y Rosé seguiría con vida, ¿no?

—¡Connie! — Mikasa alzó la voz.

—Haru, cuando Rosé murió, ¿qué crees que hizo? — le preguntó. —¿Crees que fue capaz de llorar, que se arrepintió de lo que hizo?

—¿A qué te refieres...?

—Oye, Connie, no sigas... — le dijo Jean. —La vas a empeorar.

—Solamente se rió.

Los tres chicos se sorprendieron abriendo los ojos a la par. Les era imposible creer que Eren fuera capaz de hacer algo así ante la muerte de un amigo.

—¿Qué demonios fue lo que le pareció tan gracioso? ¿Qué tiene de divertido la muerte de Rosé? Expliquen eso... Haru, Mikasa. ¿Por qué Eren se rió con eso? Ustedes lo conocen más que nadie, ¿no es así? ¡Contéstenme, ¿por qué se rió?!

Haru desvío la mirada, sus ojos estaban empapados, estaba por llorar otra vez.

—¡Ya basta, Connie! — gritó Armin. —Nosotros... Vamos a hablar con Eren, los cuatro. Así podremos saber cuál es su objetivo.

—¿Y de qué servirá hablar con él? — habló Jean. —Además, ¿qué harán si tiene el mismo objetivo que Zeke?

—Ahora que contamos con el suero de transformación de titán, tenemos unas opciones.

—¿De qué hablas, Armin? — esta vez Mikasa era la que se preocupaba de sus palabras.

—Podemos convertir a alguien de confianza en titán y... — la albina se levantó de golpe sin dejar terminar a Armin. —¿Ha-Haru?

—Inaceptable... — susurró. —¡No voy a permitir que muera! ¡No voy a dejar que alguien más de mi familia se aparte de mí! Y si es posible... ¡En este preciso instante iré a hablar con él! ¡Ahora mismo! ¡Le daré una gran cachetypara que deje está tontería de una maldita vez!

—¡Espera, Haru! — Armin la detuvo. —Perdón, no quería que lo veas de esa manera. Créeme que esto también me duele, pero no podemos dejarnos cargarnos, debemos estar prevenidos.

Haru se soltó de su agarre, por lo que Armin se sintió algo culpable de sus palabras.

—Creéme que tengo los ojos bien abiertos... Voy a creer en Eren hasta el final, sin importar lo que pase... Creo en mi familia.

—¡Haru, no es lo que piensas! — le dijo, pero ya era muy tarde. Ella ya se había retirado dejando un gran portazo. —¡Haru!

Las discusiones nunca tardan en llegar, y muy pronto... La familia toma diferentes caminos.

–JosyUnnie.