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Bala asesina

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Narrador Omnisciente.

El titán Colosal caminó entre pasos gigantes por la tierra, era muy grande, comparado al titán Colosal de Bertholdt, este no tenía orejas.

Las personas que con suerte aún habían sobrevivido, veían con terror a ese "monstruo". Sus últimos momentos de vida, sería viendo al titán Colosal destruir su hogar.

Armin salió del interior de la nuca de su titán, al ver su área, quedó muy impresionado. Habían tantas personas muertas a su alrededor, tanto como los eldianos de sangre Akaime y como los de otras familias. El dirigible pasó por encima de él, se acercó al punto en donde podría subir aún en shock.

—Este es el paisaje que veías, ¿verdad? Bertholdt...

「•••」

—Ya basta, por favor... — dijo Falco al ver como poco a poco iban en desventaja.

—¡Ahora, acabémoslo!

Kikyo se adelantó en proteger a la titán Cuadrúpedo, no podía dejar que ella muera. Falco imitó su acción, colocándose frente a ella.

—¡No disparen! ¡Por favor, deténganse! — gritó Kikyo.

No quiero morir... Hay tantas cosas que quiero contarte... Nunca pude decírtelo, que me sienta atraída por ti desde que éramos pequeños... Pero ahora sólo puedo decir, que estoy satisfecha con la vida que tuve... No fue un verdadero infierno, porque ahí estabas tú...

Jean no entendía, ¿estaba dudando por ver a esos dos niños proteger a esa titán Cuadrúpedo? No podía dudar a estas alturas. Jean disparó sin más, dejando que su Lanza Relámpago llegue cerca de los tres guerreros, pero antes de que logre impactar, el vapor de Pieck alejó la Lanza Relámpago a otra dirección.

Falco y Kikyo también fueron algo afectados por esa situación, pero apenas y el vapor cesó, fueron a ayudar a Pieck.

—¡S-Se-Señorita Pieck!

—¡Salió el usuario del carguero!

—Ki-Ki... kyo... Llévate a Falco... Lejos de aquí... — dijo con todo el rostro empapado en sangre. —Los dos... Huyan...

—¡Está loca si piensa que me iré sin mirar atrás! — lloró en gritos.

Protegieron a Pieck con las balas de rifle, aunque fuera poco, podrían sacar a Pieck de ahí a tiempo antes de que la Legión la matara.

—¡Braun, ayuda a los soldados Grice y Akaime!

Kikyo y Falco llevaron a Pieck a un edificio donde podría curarse, Gabi abrió las puertas. El único peleando ahí afuera era el señor Galliard, pero contra ellos no podría solo.

Totalmente desconcentrado, Porco atacó a Eren, pero el látigo de Haru le quitó su brazo derecho, Porco le dio arañazos al rostro de la albina, se quejó desde sus adentros por el dolor y la fuerza con la que atacaba.

Haru se quedó sin el ojo izquierdo, al siguiente ataque, Eren intervino colocándo la gran nuez en medio para que Haru no salga más herida.

El ojo de Haru se regeneraba lento pero seguro.

Galliard escaló el árbol de cristal del Martillo de Guerra, pero fue tarde para los hermanos, ya habían descubierto la forma de sacar a Lara Tybur de ahí dentro.

Ese papel de cascanueces lo haría ese titán pequeño.

「•••」

Por otro lado, Kikyo rogaba con todas sus fuerzas para que Pieck se mejore. Falco y Gabi también estaban muy preocupados por su salud, sobre todo por la lenta regeneración que daba la mujer.

—Es terrible... Su cuerpo no puede sanarse tan rápido. Pero si tiene el poder de un titán, ¿por qué?

—El titán Carguero no tiene un cuerpo tan resistente. No es como el titán Acorazado. — dijo Kikyo.

—¡Por cierto, ¿y Reiner?! ¿Dónde está? — preguntó Gabi. —Le dijiste a Magath que Eren Jaeger atacó y que no puede moverse, ¿entonces él no puede luchar? ¡Contesta!

—Es que no lo sé, está bajo el edificio del escenario, pero... Pero yo... — desvío la mirada. —¡Creo que lo mejor que podemos hacer es no involucrar al señor Reiner!

—¿Qué...? ¿Cómo dices eso? ¿Y Udo y Zofia? ¿Y el resto de las personas que fueron asesinadas por el demonio de Eren Jaeger?

—... — se mantuvo en silencio sin decir nada más.

Gabi se levantó al no obtener su respuesta, se acercó a pasos lentos a la ventana para observar la batalla.

—Oye, Gabi... ¡No te acerques a la ventana, el enemigo se percatará de nosotros! — dijo.

—¿Qué...?

Gabi no podía creer lo que estaba viendo, el enemigo... Estaban en un dirigible.

No puede ser, ¿en serio creen que podrán escapar en eso? ¡No lo permitiré! pensó Galliard.

Porco se apresuró demasiado, se había olvidado por completo de la presencia de la albina, de un solo arañazo por parte de sus brazos, dejó a Porco sin sus dos piernas. Galliard cayó a los ojos de Eren, que lo miraba fijamente con frialdad. Eren lo agarró de los cabellos y lo lanzó al piso, Haru colocó un pie en su pecho y agarró sus brazos para desprenderlos de su cuerpo.

—¡Arghhhhh–! — Eren colocó la gran nuez de Lara Tybur en la mandíbula de Porco.

Oye, ¿qué creen que hacen? No es cierto... ¡Alto!

Eren fue levantado el cuerpo del titán Mandíbula con ambos brazos y fue apretando sus dientes, estaba dando resultados.

¡Deténganse!

El cristal se estaba haciendo grietas poco a poco.

¡No sigan!

Eren puso más fuerzas y presionó fuerte mientras el cuerpo de Lara Tybur se quebró.

¡¡¡Ya basta, por favor!!!

Eren rompió la nuez que contenía a Lara Tybur, tragando su sangre y el resto de su cuerpo con todo cristal. Eren sentía fuertes punzadas en su corazón, era el poder que se comió.

¡Lo logró! ¡Eren lo consiguió!

「•••」

—¿Qué fue lo que pasó...?

—¡Se devoró al Martillo de Guerra! ¡El siguiente será el Mandíbula! — dijo su superior sorprendido.

Eren agarró del cabello a Porco y lo estrelló varias veces contra el piso. El cuerpo del titán de la albina sólo desvío la mirada para no ver esa escena, si Reiner le hubiera hecho lo mismo, obviamente dolería.

—También se comerá al señor Galliard... No lo hagas... Detente...

Porco no podía levantarse, ya había perdido totalmente la batalla. Gabi asomó su cabeza por la ventana y gritó desesperadamente.

—¡REINER! ¡AYÚDAME! ¡EL SEÑOR GALLIARD, SERÁ DEVORADO! ¡SÁLVAME! ¡AHHH! ¡¡REINER!!

—¡¡REINER!! — Falco también ayudó a la chica de cabello castaño.

—¡¡REINER!!

—¡Oigan, ya basta! — gritó el superior, mientras Kikyo y Pieck quedaron de espectadoras.

Kikyo paseó por sus recuerdos, en los días en las que sólo era Pieck la que veía su potencial. La única de las guerreras que confiaba en ella y en lo que era capaz de hacer por sus fieles camaradas. Sus compañeros que luchaban junto a ella.

Cuando su rendimiento subió, los otros guerreros por fin le tomaron en serio.

Pieck era la razón por la que pudo llegar al segundo lugar, estando tan cerca de conseguir ser sucesora del titán Cuadrúpedo. La misma Pieck la recomendó para ser la siguiente en heredar su poder. Magath estaba totalmente Dee acuerdo, claro que considerando el hecho de sea la única sin saber que su tío estaba fallecido desde hace años...

Después de tanto gritar, el titán Acorazado por fin se mostró atrás de los dos. Eren se encargó de atacar al rubio, Haru observó su pequeña pelea que duró menos de un solo minuto. La única intención que vio en Reiner, fue rescatar a su amigo.

Eren salió del cuerpo de su titán, ya habían terminado la pelea. Mikasa y Eren le dieron la señal Haru de tomar la retirada. Pero Haru era simplemente Haru, por lo que dio pequeños golpes en el aire que se lo dirigía a Reiner.

¡Hueles feo, por eso nadie te quiere! ¡Cara de perro! — gritó con el ceño fruncido por la situación.

Haru salió del cuerpo de su titán y usó el equipo de maniobras para irse al dirigible.

—Se retiran, pero el titán Demonio le dio una última amenaza al oficial Reiner... "Te mataré y te sacaré las entrañas". — interpretó el superior.

—Tsk. — Gabi agarró un arma y se fue corriendo escaleras abajo por los pasillos. —¡¡¡Eren Jaeger!!!

—¡Ga-Gabi!

Kikyo iba a retirarse, de no ser porque su superior logró detenerla antes de que huyera.

—Quédate a cuidar de Pieck. — le dijo. —Yo iré por tus amigos.

「•••」

Eren y Mikasa fueron los primeros en llegar al dirigible, la puerta fue abierta por Armin. Su mirada estaba algo fría, era la primera vez que la tensión en ellos les afectaba. Sin embargo, él le ofreció su mano para ayudarlo a entrar.

Cuando estos dos entraron, Armin se quedó algo impaciente, estaba esperando a Haru, su novia. Cuando la vio llegar, le ofreció su mano con una linda sonrisa.

—¡Armin! — sonrió para entrar por la puerta y cerrarla de golpe. —¡Qué bueno que estás bien!

—Y-Yo debería decirte eso, peleaste con el enemigo. ¿Te duele algo? ¿Te hicieron heridas letales?

—No, estoy de maravilla. — abrazó al rubio.

—Ya dejen las cursilerías. — ordenó Levi por milésima vez, para luego dirigirse a Eren. —Pero qué aspecto tan asqueroso tienes... Parece que hubieras caído en un montón de estiércol... Eren.

—Capitán... — pronunció.

La primera acción que hizo Levi, fue darle una patada como en los viejos tiempos. Eren se estrelló en el piso cerca de la puerta, y como era de esperar, Mikasa quiso ayudarlo. Pero Armin y Haru se lo habían negado por completo.

Dos soldados apuntaron a Eren con sus armas, de esa manera podrían evitar que haga algo malo.

—Esto me trae recuerdos, Eren... Me alegra que siempre seas tan fácil de patear. — dijo. —Serás arrestado, tú y yo hablaremos después.

—No tengo problema, pero todo ocurrió como lo describí en mis cartas. — dijo. —Creí que usted lo entendería.

Sus miradas causaban un aura muy aterradora, tanto que Haru desvío la mirada temblorosa.

—Tsk... Ese rostro. — murmuró. —Me recuerda a la maldita escoria que vive en la ciudad subterránea. Increíble, eres como ellos... — dijo. —Alégrate, idiota. Todo salió justo como esperabas, ¿no es así?

「•••」

Gabi fue detenida por Falco, el Grice trató de convencerla de no ir. Ya se estaban retirando, y no podría hacer nada más aunque quisiera.

Gabi no podía dejar que todo esto terminara así, era inaceptable. Por lo que volvió a retirarse con el arma en sus manos, lista para matarlos a todos ellos.

El escuadrón ya estaba listo para irse, el último en ascender fue un ex miembro de la tropas de Guarnición que debía cuidar el dirigible hasta salir oficialmente de zona enemiga.

Gabi llegó rápidamente y apuntó al hombre, este se detuvo porque él no podía matar a una niña.

—Es una niña...– — Gabi disparó y lo mató, su cuerpo cayó al piso con el equipo de maniobras aún sujeto.

—Acerté el tiro... — se acercó al cadáver. —... Todavía... sigue enganchado.

—¡Gabi! — gritó Falco. —¡¿Qué es lo que piensas hacer?!

—Este es el gatillo... Si lo presiono. — su mano se elevó un poco, lo cual los sorprendió. —Ah...

—Gabi, ¿subirás allá? ¿Enserio lo harás?

—Eliminaré a todos los demonios de la Isla...

—¡Lo único que pasará es que vas a terminar muerta, idiota! — regañó.

—Por favor, dile a mi papá y a mi mamá, a Reiner y también a los otros que hice todo lo que pude y peleé hasta el final. — suspiró. —Y dale a Kikyo el pésame por su familia...

—¡¡Falco!! ¡¡Gabi!! ¡¿Qué es lo que hacen?! ¡¡Esperen!! — les gritó Colt corriendo para detenerlos.

—Hermano...

—Adiós, cuídate Falco... Recuerda que eres uno de los buenos. — Gabi jaló del gatillo, pero Falco también se agarró de la pierna del cadáver.

—¡¡Falco!! — gritó su hermano.

—¿Falco? — volteó. —¿Por qué estás aquí?

—¡Gabi, el que heredará al titán Acorazado, seré yo!

Los dos jóvenes y el cadáver chocaron con el globo, por lo que la castaña de apodo "Chica Patata" volteó al sentir el ruido. Al parecer nadie se dio cuenta.

—Oigan, no sé porqué, pero creo que oí algo. — dijo.

—Soldados, no hagan tanto ruido.

—¡Gritan más fuerte, tenemos la victoria! — contradijo Floch.

—Oigan... Floch, eres un... — trató de calmar Rosé.

Gabi se metió al dirigible de sus enemigos, llegó justo a tiempo y disparó sin demora alguna.

—¡No, espera! ¡Ah–!

—A-Ah...

Su cuerpo comenzó a tambalear de poco a poco hasta caer al piso con la boca abierta de sorpresa.

—N-No, por favor... No...



































































































































—¡¡Rosé!! — gritó Sasha.

En su acto más valeroso, Rosé se puso en medio para recibir el disparo que le iban a dar a Sasha.

Gabi volvió a recargar su escopeta para darle a alguien más. Jean estaba furioso, también apuntó a la niña sin dudar. La castaña disparó mal porque Falco la intentó detener, esta vez le cayó a Sasha en el estómago. Era una bala perdida.

—¡Mierda, Sasha también!

—¡Ahhh! — gritaron todos los demás soldados para darles su merecido.

Jean estaba estupefacto, de no ser por el gritó desesperado de Connie por auxiliar a sus amigas.

—¡Chicas, aguanten! — gritó.

—Y-Yo estoy bien... — respondió la castaña. —Pero... Rosé está peor...

—¡Rosé, reacciona! — gritó Connie. —¡Por favor, resiste!

—Señor... Springer... — pronunció débilmente. —Q-Quiero... Déjenme ver... la...

—¡Está hablando de Haru! ¡Tienen que traerla!

—Traigan... Señorita Haru... — soltó una pequeña lágrima. —Quiero que ella... Sea la última... que me vea...

—¡¡Quiero una vendas, debemos parar la hemorragia de las chicas!!

—¡Rosé, resiste hasta la Isla!

—Haru... Haru... — murmuró.

「•••」

Sasha se desmayó, estaba en peligro, pero aún así podría resistir. Pero en el caso de Rosé, bueno... Podría morir en cualquier momento sin que los demás se den cuenta... La cantidad de sangre que perdía era impresionante.








































































































Haru escuchó poco el alboroto que se armó hace un rato, quería ir para callarlos, pero no podía parar de esa forma su celebración.

La puerta fue abierta por Jean, que traía a Falco y a Gabi con sangre en el rostro y atados con sogas.

—Demonios, Jean. ¿Qué le hiciste a esos niños? — preguntó la albina con una mano en la boca. —¿Qué pasó? ¿Por qué están así? O mejor pregunta... ¿Quién los trajo?

Ambos jóvenes abrieron los ojos de par en par, no podían creer lo que veían. Se trataba del mono gigante.

—Gabi... Falco... ¿Por qué están en este sitio? — preguntó Zeke.

—¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué está usted aquí?

—¡Sigue con vida, pero...! ¿Por qué permitió que lo capturen, señor? — dijo Gabi.

—¿Quiénes son estos mocosos? — preguntó Levi.

—Ellos mataron al señor... Usaron su equipo de maniobras para subir. — explicó. —Y esta niña... Disparó a Rosé y Sasha. — desvío. —Haru... Lo siento, pero sólo Sasha podrá salir con vida... E-Ella me pidió que la vieras...

—¿Q-Qué...? — tambaleó, para luego dirigirse a la otra habitación junto a Mikasa y Armin.

Una mujer salió de la puerta, de cabello castaño y un parche en el ojo. Era la Comandante de la Legión de Exploración, Hange Zoe.

—Te dejo a ti el resto, Onyankopon.

—¡Sí, entendido, señora Hange! — se escuchó desde el fondo.

—¿Y bien? ¿Todo salió exactamente conforme a tu plan? Zeke Jaeger...

—A grande rasgos, supongo que salió bien... Pero hubo errores de cálculo. — dijo fríamente.

—Señor Zeke...

—¿Eh? ¿Quiénes son estos niños? — preguntó Hange.

—Errores de cálculo... — dijo.

「•••」

Haru cayó al piso para acercarse al cuerpo de Rosé, sus lágrimas caían como cataratas en sus mejillas.

—¡¡Rosé!! ¡Resiste, por favor! ¡Vamos a ir al hospital y ahí te pondrás mejor! ¡Aguanta un poco! ¡Tú eres muy fuerte! — gritó.

—Se... Señorita Haru... Está aquí... — susurró con una sonrisa. —Gracias...

—¡Rosé, reacciona! ¡No puedes irte! — gritó Haru. —¡No te vayas! ¡Vamos, quédate conmigo!

—Me alegra que... Haya podido estar con usted... Hasta el final...

Haru tomó su mano entre las suyas llorando con la voz rota.

—Rosé... No digas eso... — negó.

—El tío Pixis... Estaría triste... De que no me matara una titán sexy... — río un poco. —Siempre estaré en su mente y corazón... Señorita Haru...

Sus ojos poco a poco se fueron cerrando, mientras que su mano trataba de agarrar la mejilla de la albina para limpiar sus lágrimas. Armin lloraba triste al verlas así, sobre todo a Haru que era la más débil en estas situaciones, y Mikasa se tapaba la boca con las lágrimas acumuladas en sus ojos.

—¡¡Rosé!! ¡¡Despierta!! — sacudió un poco su cuerpo y la sostuvo entre sus brazos. —¡¡¡Ro-Rosé!!! A-Ah... — su mano cayó al piso, mientras que la albina empezó a negar por lo que vio. —N-No... No, por favor, no... — comenzó a respirar alteradamente.








































































































































































































































—¡¡¡AHHHHHHHH!!!

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