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━━.𝟺𝟸

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De vuelta a casa

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Narrador Omnisciente.

Desde el puerto al atardecer, los candidatos a guerreros esperaron a que llegara el capitán Braun. Gabi estaba muy preocupada por su primo, fue bombardeado a tal punto de quedar desmayado. Galliard se había quedado con él.

Udo se levantó para ir por una roca que encontró en el piso.

—Oigan, si los titanes dejaran de ser necesarios, ¿qué pasaría con nosotros? Los eldianos y los guerreros.

—De pequeña me gustaba creer que seríamos libres, y ya no deberíamos usar estos brazaletes. — la azabache agarró con fuerza su distintivo, aún sentía rabia por tener que usar eso.

—Eso es lo que todos los eldianos soñamos. — dijo Zofia. —Ser libres.

Kikyo volteó, vio como Falco trataba de calmar a Gabi, convenciéndola de que estaba bien.

—Uh, todos ellos... — Falco captó la atención de todos. —Seguramente son enemigos que sobrevivieron al ataque de los Titanes puros.

—Si los devuelven a su país, le dirán a todo sobre la inhumana que es la guerra de los titanes. Lo único que harán esos tipos será empeorar la situación de los eldianos. — agarró a Kikyo y Zofia de los hombros. —Muy bien compañeros, vamos a matar a los hijos de Ymir.

Udo caminó hasta el puente y con su furia, comenzó a patear el pequeño poste donde aseguraban los barcos para que no se alejen.

—Mierda, mierda, mierda, mierda–

—Ya basta, Udo. — se escuchó una voz a sus espaldas. —No golpees propiedad pública.

—¡Reiner! — la castaña se levantó aliviada de ver a su primo en buen estado. —¿Está bien que camines?

—Sí. — afirmó. —Chicos, ¿todos están bien? — preguntó. —Gabi. — la despeinó, como a todos. —Udo.

—Sí, algo así.

—Zofia.

—Sí, lo normal. — respondió.

—Kikyo. — la chica puso su mano delante en señal de alto.

—Gracias por la preocupación. — el rubio suspiró.

—Falco.

—Hola, señor. — saludó con total respeto.

—¡Oye, nos acaban de decir que podremos regresar a Liberio! — dijo Gabi. —¡Mientras, vayamos a pasear por la ciudad! ¡No vamos a tener otra oportunidad así!

—Oye...

—Señor Braun, ¿no será mejor que descanse un poco más? — preguntó Falco.

—Todas esas balas anti-titán debieron doler demasiado. — la razón por la que Kikyo era así con el señor Braun, era por la misma respuesta que recibía sobre su tío. "No ha regresado aún".

Reiner se acercó a ambos y colocó su mano en la cabeza de ambos. Kikyo quería dejar salir una lágrima, pero sintió vergüenza y se tapó el rostro.

—No se preocupen, estoy bien.

—Chicos, si no quieren venir. Sólo váyanse. — dijo Gabi.

—Oh, no. Claro que iremos. — el Grice agarró a Kikyo de la mano y la llevó con ellos. La azabache sintió sus mejillas enrojecer por el acto, sus manos eran tan cálidas para ella.

—Espera, Gabi. — paró Udo. —Este no es lugar para niños, lo dijo Magath.

—Sí, tal vez. Pero lo vi caminando hacia allá. — dijo Zofia.

—No se preocupen.

Reiner parpadeó por un momento, sintió como regresaba a su infancia y veía a sus amigos con vida, como si hubiese terminado otro día de entrenamiento... Todo lo que ocurrió cuando aún no pisaban esa isla de demonios.

Porco, Bertholdt, Marcel, Annie y a Kuro.

—Esperen... — dijo.

—¿Ah? — Reiner bajó la mano y se levantó del piso. —Aún es muy pronto para que vayan a esos lugares.

—¿Qué...? Ah... — suspiró Gabi.

Desde el segundo piso de una casa, alguien le tiraba el ojo a los demás, Kikyo levantó la mirada al sentir que los observaban de mal ojo, pero no encontró a nadie. Habría sido sólo su imaginación o la costumbre por estar en la guerra.

「•••」

Ya por la noche, en el tren que llevaba directo a Liberio.

—¡Ustedes lo vieron! ¡Fue muy valiente! — habló Colt totalmente ebrio. —¡Nuestra Diosa eldiana! — bebió. —¡Gabi se enfrentó sola al tren blindado en lugar de los 800 soldados eldianos!

—Ya basta, Colt. Apestas a alcohol.

—¡¿Por qué te pusiste en peligro, idiota?! — se apegó.

La abrazó, por lo que está trató de sacarse a Colt de encima.

—¿Por qué se arriesgó? ¿Lo saben, compañeros? ¿Saben por qué esta tonta casi sacrificó su vida?

Los espectadores sintieron sus corazones saltar.

—¡Yo sí sé la razón! — dijo. —¡Lo hizo sólo para salvar a la unidad eldiana! ¡Fue sólo por nosotros! —...

—¡¡Yahaha!! — celebraron.

—¡Gabi! ¡Gabi! ¡Gabi! ¡Gabi!

—¡Sí, soy yo! ¡Sí, soy yo! — terminó uniéndose a los halagos que recibía.

—¡Gabi! ¡Gabi! ¡Gabi! ¡Gabi!

—¡¡Gracias a todos!! — gritó.

「•••」

Después de todo el viaje a tren y el constante bullicio, los pasajeros llegaron por fin a Liberio. Hogar de los guerreros.

Kikyo estaba emocionada, podría ver a su papá otra vez, después de tanto tiempo.

—¡Llegamos! — Gabi saltó de la salida del tren con una gran patada voladora apenas abrieron las puertas. —¡Logramos regresar con vida! ¡Estamos en casa! ¡Nuestro querido pueblo natal, Liberio! ¡¡Ya llegamos!!

—Gabi, ¿podrías gritar menos fuerte? — dijo Colt con una horrible resaca. —Ayayay...

—Esto te pasa por beber cuando ni siquiera lo sabes hacer. — le regañó Porco. —Uf...

—Por cierto, ¿quién fue la persona que le dio de beber a mi hermano? — preguntó Falco.

—Fui yo. — dijo Pieck. —Colt tenía cara de querer probarlo.

—No puede ser, Pieck fue amable y tú sólo te la pasaste vomitando por todo el vagón. — Zeke también lo regañó de paso.

—Creo que debí regañarlos en su fiesta de anoche. — esta vez recibió un regaño por parte de Magath.

—Señorita Pieck, ¿la ayudo con sus pertenencias? — preguntó Kikyo.

Pieck soltó sus muletas y abrazó a Kikyo sin dejar que diga otra cosa.

—Eres tan tierna, ¿cómo puede existir personas tan lindas como tú? — dijo.

—Ayer todos te estaban felicitando. — le dijo Porco a la niña Braun.

—¡Es que Colt empezó!

—Estuvo bien. — le dijo Pieck a la distancia. —Fue divertido mientras duró, ¿no? Hiciste un gran trabajo en el campo de batalla.

Kikyo levantó las muletas de Pieck para que se levante y camine, sus familiares ya estaban esperándolos con ansias, bueno... Al menos a los que lograron sobrevivir.

Al llegar a la zona, las rejas fueron abiertas, Kikyo buscó con la mirada a su padre por todos lados.

—Yo puedo desde aquí, ve a buscar a tu papá. — dijo la azabache mayor.

—¡Gracias, señorita Pieck! — hizo una reverencia y se retiró, buscó por todos lados. El encuentro era muy conmovedor para todos.

—¡Kikyo, por aquí! — escuchó esa voz que hizo que soltara lágrimas.

—¡Papá! — corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas. —¡Estoy aquí!

—Mi pequeña guerrera, estaba tan preocupado... — dijo.

—Sentí que fue una eternidad, papá. Pero al fin estoy en casa. — lo soltó. —Los abuelos, ¿ellos están bien?

—Ellos están en casa, te esperan con ansias. — sonrió. —Yo llevaré tus cosas, debes estar cansada.

—No fue para tanto...

Al llegar a casa, sus abuelos le dieron besos y abrazos a Kikyo, estaban felices de verla otra vez.

—Abuelos, ¿quieren que les cuente lo que pasó mientras estaba en la guerra? — preguntó entusiasta.

—Nos encantaría, hija.

—Bien, prepárense... ¡Achu! — estornudó fuertemente.

「•••」

Por otro lado, en la casa de la familia Braun.

—¡Y boom! — gritó. —¡Fue como lo planeé! ¡Con la explosión logré descarrilar el tren blindado! ¡Mi plan fue todo un éxito! ¡Pero tuve que huir porque comenzaron a dispararme con la metralladora! ¡Kikyo estuvo ahí para ayudarme a que ninguna bala me de, pero ya cuando creí ya no tenía escapatoria, el señor Galliard nos protegió con su forma de titán Mandíbula!

—Eres asombrosa, Gabi. — dijo su madre.

—Hija mía, tu valentía logró salvar a muchas vidas de los nuestros. Ahora eres la gran salvadora de Eldia.

—Estamos muy orgullosos de ti, hija. 

—Reiner. — habló Karina, la madre de Reiner. —¿Crees que Gabi vaya a convertirse en guerrera?

—Sí, creo que es muy posible que Gabi herede el poder del Titán Acorazado, madre. — afirmó.

—Eso es fantástico. Es un gran orgullo que la familia tenga a dos maravillosos guerreros. Si tan solo pudiéramos desaparecer a los abominables demonios de la isla, finalmente los eldianos podríamos vivir todos en paz.

—Pero, Reiner. Sí no me equivoco, fue difícil para ti huir de esa isla de demonios, ¿no?

—¡Papá, no hables de eso! Lo infiltraron en esa horrible isla infestada de demonios, y vivió ahí por cinco años. El pobre Reiner sufrió mucho. — dijo Gabi. —Y aunque no fuera secreto, no creo que quiera contarnos.

—Tienes razón, querido sobrino... Perdóname.

—Tranquilo, hay cosas de las que no puedo hablar. — dijo. —Tuve que unirme a las filas militares de la isla. En verdad todos eran unos demonios... Puras personas inhumanas y crueles. En la ceremonia de ingreso, hubo una mujer que estaba comiendo una patata. El instructor la reprendió, pero ella le respondió sin remordimiento. "La vi en la cocina y por eso la tomé." Unos segundos más tarde notó su error y lo sobornó con la mitad de su patata. "Tenga la mitad, cómala." Sin embargo, la parte que ella le ofreció, no era ni por asomo la mitad. Más tarde, una chica comenzó a reír fuertemente. El instructor le gritó por estar bebiendo bebidas alcohólicas a una temprana edad, ella sólo le dijo: "Vengo de Shinganshina, soy Haru Akaime, señor... Calvo, señor".

—¿Esa mujer era esa Akaime? — le preguntó Gabi asombrada.

—Sí. Era una chica muy activa que estaba enamorada de un inútil que odiaba las guerras. — dijo. —Todos esos demonios no entienden lo que es compartir. Supongo que ninguno de ellos tiene remedio, recuerdo que había un idiota que se olvidaba lo que debía hacer en el baño. También había un mentiroso que sólo pensaba en sí mismo. Un aburrido que le preocupaba sólo ver a los demás. Un estúpido que hacía las cosas sin pensar, habían muchas clases de personas. Y luego estábamos nosotros, el tiempo que pasé fue un verdadero infierno...

La señora Karina lo miró con el rostro confundido, lo que acaba de decir parecía ser algo muy normal. Reiner notó su error y guardó silencio.

—Creo que hablé de más. Olvídenlo.

—¿Qué otra clase de personas había? Todos eran malos, ¿cierto?

—Sí, por supuesto, Gabi. — la señora Karina cerró la ventanas por el viento fuerte que corría. —Los de la isla son demonios que han convertido este mundo en un infierno. Podrían aplastarnos con sus titanes en cualquier momento. No sabemos cuándo nos atacarán, por eso detener a esas bestias es algo que sólo nosotros, los eldianos buenos podemos hacer. — Gabi asintió. —Tenemos que castigar a todos los que escaparon a esa isla y se olvidaron de nosotros sin mirar atrás. Ellos nos abandonaron a nuestra suerte...

「•••」

—¡Y luego, Gabi destruyó el tren blindado! Falco quería ir a ayudarla, pero estaba muy herido. Así que fui yo en su lugar sin mirar atrás. Ambas nos quedamos bajo tierra y el señor Galliard nos salvó. Luego, la señorita Pieck acabó con todos los enemigos que se escondían desde abajo. ¡Fue impresionante!

—Nos alegra que hayas regresado con vida y seas tan valiente al ir a rescatar a tus amigos.

—Lo sé, y bueno... Ya que regresé con vida... Papá, ¿podemos probar del vino que guardas? ✨

—No, pequeña rata. Mañana tienes entrenamiento, ve a dormir.

—Oh, al menos lo intenté... — ella se levantó. —Hasta mañana, abuelos, papá. Me iré temprano para visitar a mamá. — dijo para retirarse.

—Ella es igual a Kagami... En todos los aspectos. Pero esa mirada, sin duda es tu hija...

Kikyo se fue a dormir para salir temprano al cementerio, en donde su madre, Kagami, descansaba. A la mañana siguiente, Kikyo se alistó rápidamente y amarró su cabello con el pañuelo rojo de siempre, se colocó su brazalete amarillo y corrió al cementerio.

Con suerte, su torpeza no la hizo tener que chocar con algún mayor por el camino, y mucho menos con un Marleyano. Sería su fin...

Se quedó a limpiar la lápida de su mamá y habló con ella sobre su entrenamiento y la guerra resiente que terminó, colocó las flores en el piso y salió corriendo a su entrenamiento matutino. Todos sus amigos ya estaban ahí.

—Por poco y llegas tarde, ¿qué es lo que estuviste haciendo? — preguntó Gabi. —Un poco más y ya iniciaba con Falco.

—Ha, quiero la revancha de la vez anterior. — dijo. —Prepárate, esta vez ganaré yo.

—Quiero ver que lo intentes. — le sonrió.

—Muy bien, empiecen. — dijo Zofia, iniciando la batalla.

—¡Juro que estaré a tu nivel!

「•••」

Un tres de diez, al menos progresó en algo. En poco tiempo y con esfuerzo, ella podría alcanzar a Gabi y ser digna de heredar al titán cuadrúpedo. No se quedaría atrás, estaba totalmente dispuesta a seguir y alcanzar su objetivo.

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