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Sueños y cartas
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Narrador Omnisciente.
—Duele... Duele mucho...
Desde muy profundo de un sueño, Armin se veía aislado en la oscuridad, pero parecía que él era la única luz que existía alrededor. No había nadie, ni siquiera podía asegurar en dónde estaba sentado.
Había una presencia que lo dejó muy helado a medida que se iba acercando más a él.
El rostro del titán Colosal, una mitad era puro cráneo, el otro era piel. Pero lo más fascinante fue que este titán lloraba. Armin se quedó viendo al titán con sorpresa, y en un solo parpadeo, ya estaba en otro lugar.
Se oían gritos, eran algo fuertes y sabía bien de quién era la voz.
—¡No! ¡¡¡Aún quiero estar contigo!!! — escuchó.
La escena fue cambiada en cuestión de un parpadeo, ahora estaba en medio de lo que parecía ser una misión. Delante de él podía ver el cuerpo de su novia ser llevaba lentamente por un titán a su boca. No sentía miedo como antes, sino rabia y coraje.
—¡Quita tus manos de mi novia! — gritó furioso.
La escena cambió otra vez... Era un muy lindo jardín, lo reconocía. Todos los fines de semana jugaba junto con Haru, Mikasa y Eren cerca del río. Recordó que una vez, Mikasa lanzó a los tres al agua y agarraron un resfriado.
Haru tenía su estatura tal y como la recordada, su cabello despeinado y su ropa sencilla en tonos azules. Sus ojos que se iluminaban con el sol y su cabello blanco.
—Armin, ¿ocurre algo? — cuestionó con su sonrisa que siempre le dedicaba. —Estabas hablándome de el mundo exterior y te quedaste trabado. — agarró el libro que antes tenía en sus manos. —Es este párrafo de aquí, ¿quieres que lo lea para ti?
Lo único que hizo Armin fue darle un abrazo a la albina, esta algo sorprendida, correspondió con un notable sonrojo.
—¿Qué sucede?
—N-No es nada, sólo me... alegra tenerte cerca de mí. — se sonrojó. —¡Ay, perdón!
Simplemente le quitó el libro de sus manos y escapó lejos de ella, parecía que aún tenía esas costumbres.
Era necesario solo decir la palabra "linda" a la albina para que Armin huya lejos antes de ser rechazado. Y siempre era la albina que lo perseguía desde atrás para darle un buen golpe a la cabeza por dejarla sola y sin compañía.
•••
—Duele... Duele mucho... — esa voz no era nada más y nada menos que la de Sasha que dormía.
Armin ya había despertado, estaba encima de la muralla sin camisa, la única prenda que tenía era su chaqueta de la Legión.
—¿Sasha?— se acercó a ella.
La castaña reposaba sobre la muralla y decía constantemente que le dolía, se mantenía dormida algo cerca del rubio.
—¿Qué fue lo que pasó?
—¡Armin! — escuchó la voz de su mejor amigo desde lejos correr hacia él, ablandó la mirada.
—¿Eren?
Eren sollozó y tembló por un momento mientras seguía rodeando a su mejor amigo del cuello.
—Me alegra... que hayas vuelto a ser tú... — dijo en un pequeño llanto.
Desde lejos, el capitán Levi llegó con su equipo de maniobras a la cima junto a los dos chicos.
—Al fin despiertas. — se acercó.
—Capitán... No comprendo, ¿qué es lo que está pasando? Recuerdo que... Berthold se transformó, ¿los demás soldados se encuentran bien? — preguntó con preocupación. —¿En dónde está Haru? ¿Le pasó algo? Por favor, díganme.
—Eso es todo lo que puedes recordar, ¿verdad, niño? — levantó su señal de humo y disparó. —Eren, explícale lo que pasó.
Armin no comprendía nada, era como le había pasado a Eren hace mucho tiempo y lo descubrió hace poco meses.
「•••」
Armin se quedó en shock, no sabía que decir ante tal informe.
—¿Y bien? ¿Entiendes ahora, Armin? — preguntó Levi.
—... Entonces, toda la Legión se redujo a nosotros 11, ¿es en serio?
—Al menos es lo que creemos. Hemos estado buscando sobrevivientes, pero no hemos tenido suerte en cuatro horas. — dijo Jean.
—Al final... Tuvimos éxito sellando a Shinganshina. Reiner, el titán Bestia y otro más huyeron, capturamos a Berthold... Y luego, discutieron sobre quién debía vivir, usar el suero en mí o en el Comandante Erwin, Haru sufrió de un desmayo... Y yo... Quien se convirtió en titán y devoró a Berthold... Fui yo...
Armin sintió náuseas y las ganas de vomitar le ganaban por la increíble información que se acaba de tragar. Jean le ofreció agua al rubio que aún seguía totalmente sorprendido.
—¿Por qué...? — preguntó. —¿Por qué me eligieron? Estoy seguro de que la opción más lógica era revivir al Comandante Erwin, ¿no lo creen? Capitán, ¿por qué me inyectó a mí el suero?
—Tsk. — el enano azabache le dio una patada a la espalda de Eren. —Te dije que le explicaras todo, mocoso. — dijo. —Pues al parecer, tus dos amiguitos y tu novia no pensaban de la misma forma que tú. Recurrieron a la violencia y lo hicieron para tratar de detenerme.
—¿Qué...?
—Lo lamento. — dijo Eren. —Vamos a aceptar cualquier castigo.
—Bien. Los tres van a ser castigados por insubordinación, ¿pero eso les da derecho a hacer lo que quieran?
—No, señora.
—En todo caso, fui yo quien decidió inyectarte con ese suero. Mejor dicho, al final fui yo quien decidió en dónde descansaría Erwin.
—Aún así, no lo comprendo. Por nada del mundo podía morir el Comandante, ahora que él no está con nosotros... ¿Qué es lo que vamos a hacer? — el rubio estrujó la bolsa de agua que le ofreció Jean.
—Yo también creí que lo mejor era inyectar el suero a Erwin. Debo admitirles... No, resulta frustante él no haber evitado esto. Sin embargo, Erwin confío la jeringa con el suero al Capitán Levi, y al final Levi te eligió a ti. No tengo nada que decir, te encomendaron el legado de Erwin y también el poder de un titán. Sin importar lo que digan los demás, este poder es parte de ti ahora, Armin. — terminó de decir Hange.
—Yo... Yo soy... ¿El sustituto del Comandante Erwin? No digan estupideces.
—Estás muy equivocado, niño. — dijo Levi. —Tú jamás vas a poder reemplazar a Erwin. Pero, es verdad que tú posees un poder que ningún otro humano tiene. — dijo. —Yo me arrepentiré de mi decisión, pero...
Sujetó de la cabeza a Mikasa y Eren con sus manos, mientras estos aún sentían algo de culpa por el alboroto que causaron.
—No hagas que estos dos y esa niña se arrepientan. Ni ellos ni nadie. Y por supuesto, tú tampoco te arrepientas. Ahora esta es tu misión.
El cuerpo de la castaña comenzó a moverse poco a poco, parecía tener quejas en su interior.
—Cállese... Cállense todos...
Más le vale a esta mocosa estar dormida... – ☕
—Hahahaha...
La Sargento Hange comenzó a reír por las palabras de Sasha hacia quien parecía decirle a Levi.
—Sashs es una soldado increíble. — dijo mirando a la castaña. —Bueno, como sucesora de Erwin, siendo la Comandante de la Legión de Exploración, estoy en una posición similar. A partir de ahora, los dos tendremos que ser más firmes.
—Sí, señora.
—Bien, si Ermin se siente mejor, pongámonos en marcha. El Capitán Levi, Eren, Mikasa y yo iremos a investigar. Los demás verán a Shinganshina desde la muralla.
—¡Entendido!
—Eren, ¿todavía tienes la llave?
—Sí. — la mostró.
—Armin, olvidé informarte esto. Haru está en su casa, dejé que revise su hogar, es un favor que me pidió antes de iniciar con la misión. Dijo que debía buscar algo de mucho valor en su antigua casa.
—E-Entendido... — dijo.
—Bien, en marcha.
「•••」
Vamos de vuelta con la albina, ella estaba caminando por las calles de su antigua ciudad, en donde vivió la mayor parte de su vida.
Todo estaba en ruinas, había algo de fuego por los interiores que poco a poco se destruían en pequeñas cantidades. Si su hogar seguía tal y como la dejó, tal vez habría esperanzas de que eso que buscaba sobreviviera a la destrucción.
—Entonces... ¿Usted vivió por aquí?
—Sí, me crié la mayor parte de mi vida aquí, en Shinganshina. — le dijo a la azabache. —Perdona que te tenga que arrastrar hasta aquí... Y... Perdón, por casi matarte.
—No se disculpe, yo hubiera hecho lo mismo si tuviera que elegir a una persona que es importante para mí. — dijo sonrojada. —El señor Arlert, ¿es muy importante para usted?
—Por favor, no me llames de usted. Tenemos casi la misma edad. — le sonrió. —Y sí, él es muy importante para mí. Es el primer amigo que tuve, me enseñó muchas cosas. Me cuidaba y yo a él.
—Comprendo... — bajó la mirada con una pequeña sonrisa. —¿Es por aquí?
—Sí, perdón. Está algo lejos, ¿ves esa gran roca? — apuntó.
—Sí, ¿es ahí?
—Ajá. — afirmó. —No falta mucho.
Ambas se mantuvieron en silencio, era un poco incómodo para Haru ya que con recordar lo que le hizo a la azabache, se sentía culpable.
Pensó que no fue bueno recurrir a la violencia, pero estaba desesperada por hacer que Armin vuelva.
Avanzaron un poco más hasta que la albina se detuvo. La azabache también se detuvo detrás de ella y observó el lugar en ruinas.
—Es... — Rosé trató de hacer sentir mejor a Haru con un lindo comentario a su casa. —Es muy...
—Sucia, pequeña y de mala madera. Tenemos mal gusto para los diseños de un hogar. — dijo. —¿Puedes ayudarme a buscar una pequeña caja azul?
—C-Claro. — dijo. —Y eso que busca, ¿tiene alguna clase de joya?
—Mmm... Bueno, podría decir que es una joya para mí. Algo de mucho valor.
Entre los escombros, se pusieron a buscar la caja que Haru describió, habían platos rotos, sangre seca, piedras y madera. Obviamente, Haru casi tenía ganas de vomitar y la rodeaba un aura depresiva.
Era como estar viviendo ese día otra vez, en donde olvidó entregar las botellas de alcohol a su padres. Recordaba bien ese día, no podía tan siquiera olvidar algo como eso.
Una auténtica pesadilla.
Ese día, iba a morir... De no ser por su ángel justiciero, el que la salvó de ese infierno y lo transformó en un paraíso. El chico que la hacía sentir diferente, y que también correspondía a sus sentimientos.
—O-Oye... Creo que lo encontré. Está bajo estos escombros. — dijo Rosé.
—Oh, ¿en serio? A ver. — se acercó a la azabache. —¡Sí, es esa! — sonrió. —¡Vamos a sacarla!
—¡Sí!
Ambas sacaron los escombros y grandes pedazos rotos de madera y tierra, tela rota que parecían ser ropas y sábanas blancas. La caja estaba sucia, pero se notaba que era muy resistente como para haber sobrevivido ahí abajo durante un largo periodo.
La albina sopló encima de la caja dejando mostrar su color azul, pero estaba muy sellada como para abrirla.
—Está atorada.
—Deje que lo intente. — la azabache agarró la caja y la puso en el piso, sacó inmediatamente su cuchilla y la metió en la tapa.
Hizo fuerza en la hoja como palanca para abrirla y la tapa salió volando a la derecha.
—Wow... Qué mujer. — susurró. —Veamos, espero que esté todo ahí dentro. Aunque dudo que algo malo le hayan pasado, con suerte no se han inundado.
La azabache le entregó la caja algo decepcionada del contenido.
—Son... Cartas.
—Ajá. Son mi más grande tesoro. — dijo mientras abrazaba la caja. —Son algunas cartas que recibía de mi hermano cuando estaba en la Policía Militar, las otras son cartas de Armin en cada día de la amistad y cumpleaños. — sonrió como boba al recordarlo.
—¿Son muy importantes para ti?
—Sí. — sonrió. —Cada carta está en orden, esta de aquí es de mi cumpleaños número 10 — dijo. —Es la más importante de todas.
「•••」
Tras una larga narración, las señales de humo se dejaron ver. La albina lloró y golpeó a Armin por haberse sacrificado se esa forma.
Ya le habían contado todo...
Otra vez, había pasado algo muy triste para la Legión. La pérdida del Comandante sólo ocurrió porque ellos intervinieron,o eso es lo que Haru veía.
Todos volvieron de su expedición de la reconquista de Shinganshina, la información del sótano de Eren fue llevada con ellos. Pero eso pronto iba a ser información para más tarde... Antesde eso, Eren, Mikasa y Haru debían visitar la prisión como castigo.
No tuvieron quejas, sabían de los grandes errores que cometieron, pero la albina era la que menos se arrepentía. Claro que se sentía mal de perder al Comandante, pero Armin era más importante para ella que el destino de la humanidad.
「•••」
Perdón por lo corto, sé que mis trabajos del hogar a la ✨ maravillosa escuela✨ no deben ser una excusa. Pero en serio... En serio no aguanto.
Hehe... ¿Qué puedo decir? Tareas. 🔫
En fin, bueno. ¡Preguntas!
1.- ¿Qué escena de la historia las mató de risa?
2.- ¿De qué país son?
3.- ¿Alguna referencia favorita?
4.- ¿No les enoja que la historia tenga clichés? ʘ‿ʘ
5.- ¿Hicieron su tarea?
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