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Aún quiero estar contigo

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Narrador Omnisciente.

—Sabía que esto podría terminar así... Pero, lo único que me quedó fue depender de ti. Armin... ¿Por qué nunca escapas del peligro?

La albina volteó a ver el cuerpo del chico que amaba después de haber escuchado esas palabras por parte de Eren, se sentía destrozada.

Depender...

Seguiría distraída de no ser que alguien cayó en unos de los tejados cerca de ellos.

—¿Huh? — levantó la mirada.

Era el Titán Cuadrúpedo, quien venía con un hombre rubio y barbudo con él en la espalda. Este saltó de casa en casa hasta quedar frente a los dos, claro que ellos no se quedaron quietos. Haru llevó su cuerpo al frente del rubio y el castaño para protegerlos, acercó su cuchilla a esas dos bestias, Eren agarró a Berthold de la cabeza y amenazó con matarlo.

—¡Ni se les ocurra! — gritó la albina. —¡Si intentan llevarlo, lo vamos a matar ahora mismo! ¡Lo juro!

El barbudo misterioso miró a Eren son asombro, no decía nada. Eso le resultó raro a Haru, ¿quién era ese sujeto? ¿Por qué tenía marcas de Titán? ¿Él era el Titán Bestia?

—Tú, muchacho... Eres Eren Jaeger, ¿verdad? — preguntó.

Eren frunció el ceño y rozó su arma en el cuerpo inconsciente del azabache de poca piel, su sangre salió y bajó lentamente.

—Vaya, no te pareces en nada a papá. — esas palabras alertaron a Eren y bajó por instante la guardia.

—¿Qué?

—Eren, confía en mí... Yo sé por todo lo que pasaste... Ambos somos víctimas de ese hombre. Escucha, papá te lavó el cerebro. — dijo.

—¿Dijiste... papá?

El rubio tembló al sentir esa mirada asesina desde el cielo, o más bien desde la Muralla de Shinganshina, era Levi,  se veía terrible... Este dejó su cuerpo caer para ir directamente a él y matarlo.

¡Maldita sea, ese enano me siguió hasta acá! – 🐒

—Bien, de acuerdo, Levi. Vamos a dejarlo en un empate. — dijo. —Berthold, lo siento, compañero. Hasta aquí llegaste....

El titán cuadrúpedo cambió de dirección para irse junto al barbudo, el rubio le dejo unas últimas palabras al castaño antes de huir.

—Eren, algún día regresaré para poder rescatarte. — fue lo único que dijo para marcharse lejos de allí.

—Escapó... — dijeron.

El capitán Levi llegó rápidamente al tejado y aterrizó fuertemente.

—¡Capitán!

—¡Usé todo lo que me quedaba de gas, iré tras él! ¡Rápido, dame tus cuchillas y tu gas! — le ordenó al castaño, extendiendo su mano con prisa.

—¡Sí! — obedeció y comenzó a sacarse el combustible y sus armas.

—¡De prisa!

La albina abrió los ojos y volteó, le pareció escuchar por un instante el pequeño respiro del rubio que ahora estaba grave, se dirigió rápidamente a verlo con lágrimas que llegaron de inmediato a su rostro.

—¡A-A-Armin! — puso sus manos alrededor de su rostro. —¡Él... aún respira! ¡Por favor, sigue así, no te rindas! ¡Resiste! ¡Vamos, respira! ¡Tú puedes, Armin!

—¿Qué...? ¿Armin? — dijo Mikasa apenas y llegó al lugar, también se sentía confundida.

—¡Capitán, por favor, debemos usar el suero! — gritó Eren.

—¡Capitán! ¡Dénos el suero, podemos hacer que Armin devore a Berthold! — gritó la albina desesperada.

—¡Por favor, dele el suero!

Levi dudó por un momento, pero logró sacar el suero de su bolsillo interior de la chaqueta y elevó su brazo para darle el suero a Eren y hacer que Armin se lo coma.

Haru sintió que sus preocupaciones se iban, podría volver con Armin otra vez, estaba aliviada. Pero de repente apareció alguien en el tejado con preocupación, eran Rosé y Floch, ellos tenían al Comandante Erwin en sus espaldas. Estaba hecho trizas, medio muerto.

—Capitán... Levi... — trató de calmar su respiración. —Por fin... Lo encontramos... — sonrió la chica aliviada. —Es el Comandante Erwin, está herido... Tiene abierto el estómago, todos sus órganos están deshechos, no deja de sangrar.

—Creo que usted... ¡Podría usar el suero con él! ¿No lo cree, señor? ¿Es eso posible?

La albina miró con temor al capitán que parecía haber cambiado de opinión rápidamente al nombrar al Comandante Erwin. La relación que ellos dos tenían... Eran inseparables.

—¿Qué...?

Rosé y Floch llevaron a Erwin boca arriba para examinar su cuerpo, debían hacerle ver a Levi que aún seguía con vida.

—Aún respira... Todavía sigue con vida... — bajó la mirada.

—¿Ca-Capitán?

—A quien voy a inyectar... es al Comandante Erwin.

Eren se puso de pie y se acercó al capitán con lágrimas de enojo, la albina sintió como si una bala le hubiera dado al corazón, estaba destrozando su corazón con esas palabras tan crueles para ella.

—Usted dijo... Qué Armin iba a ser el elegido. — mencionó.

—Esta jeringa será para quien pueda salvar a la humanidad. — dijo sin verlo a la cara.

Mikasa sacó su arma sin dudar para usarla contra el capitán Levi, ella también era de las que no dejaría que Armin muera.

Haru se levantó con apuro y le arrebató el suero de las manos al capitán Levi, perfectamente buena para robar botellas como los sueros. Y en estos momentos, su único deber era traer a Armin de vuelta.

—¡Haru!

—¡Srta. Haru! — exclamó Rosé.

—N-No se acerquen... ¡Hagan lo que sea conmigo, pero usted ya tomó una desición...! — retrocedió.

—Srta. Haru...

—¡No me importa si me dejan encerrada de por vida o me toman de rebelde, pero no dejaré que él se aleje de mí!

—Ustedes... — Levi frunció el ceño por el acto irresponsable de los tres soldados. —¿Acaso tienen una remota idea... de lo que están haciendo? Es Erwin, el Comandante de la Legión, ¿en verdad quieren que lo deje morir?

—Capitán, usted no lo comprende... — susurró ella.

—Ya no tenemos tiempo, Haru, dame el suero. Ahora, vamos. — se acercó.

—¡No, no puedo...! — negó. —¡Amo profundamente a Armin!

—Haru, deja de lado tus sentimientos.

—¿Me pide que deje de lado mis sentimientos?

—Exacto.

—Dígame, ¿por qué no le dio el suero a Eren antes cuando se lo pedimos...?

—Consideré la posibilidad de que el Comandante Erwin siguiera con vida. — dijo.

—¡Eso no es cierto, nadie podría imaginar que Floch y Rosé traerían el cuerpo del Comandante medio muerto! — gritó.

—Aunque eso sea verdad... En este momento, Erwin está aquí.

—¡Pero...! ¡Ah-!

Levi avanzó rápidamente a la albina y le arrebató el suero, empujó su cuerpo lejos de él, la albina escupió sangre con un rostro de dolor. Los golpes de Levi siempre eran letales. Eren trató de detenerlo y robarle el suero, pero el daño fue igual o peor para él por interponerse, le dio un tremendo puñetazo que lo dejó al borde del tejado.

—¡Ahh! — Mikasa se lanzó encima del capitán y acercó su cuchilla al cuello de Levi, no medía su fuerza. Y cuando se trataba de los tres, ella era capaz de asesinar al capitán por su bien.

—¡Oye! — exclamó Floch con sorpresa.

Resiste, puedo quitárselo a la fuerza. Se está debilitando... Debo quitarle el suero y dárselo a Haru, de esta forma podrá regresar... – 🧣

—Tú también lo sabes perfectamente. Sin el Comandante Erwin, la humanidad no le podrá ganar a los titanes. — dijo el viejo enano.

—¡Mikasa, el capitán tiene razón! ¡Es suficiente, déjate de tonterías! — regañó Floch.

—Si Armin muere... Será el fin... — dijo Eren débilmente.

—¡Chicos!

—Y usted lo sabe capitán... ¿Quién les sugirió sellar la abertura de la puerta con la roca? ¿Quién descubrió la verdadera identidad de Annie? ¿Quién dijo que era mejor viajar por la noche? ¡Fue Armin! ¡El escondite de Reiner fue descubierto por él! ¡Berthold fue derrotado gracias a él! ¡¡Todo gracias a Armin!! ¡Quién salvará a la humanidad, no serán ni Haru, ni yo! ¡Mucho menos el Comandante! ¡¡Será Armin!! ¡¿No es así, chicas?!

Mikasa volvió a hacer fuerzas en su mano para quitarle el suero a Levi. Su aura tenebrosa llegaba hasta las mentes de todos.

—Deme el suero, por favor...

Floch se acercó a Mikasa para seguir regañándola por sus actos de rebeldía contra el capitán.

—Quien salvará a la humanidad, es el Comandante Erwin.

—¡Cierra la boca!

—¿Quieres que me calle? ¡Ustedes no son los únicos que sufren, idiotas! — gritó.

—¡Floch!

—¡Sé que aún no lo saben, pero...! ¡Al otro lado de la muralla, no queda nadie más con vida! El titán Bestia mató a todos con sus proyectiles. Creí que nadie se había salvado, pero Rosé sobrevivió, el Comandante Erwin sobrevivió. A pesar de la situación, él pensó en un plan para derrotar al titán Bestia, y lo puso en marcha. Todo el mundo acabó hecho pedazos, estoy seguro que al final sólo sintieron terror... Cuando encontramos al Comandante, sentí ganas de acabar con su sufrimiento. — Levi se sorprendió. —Pero... Rosé me lo impidió, dijo que no podíamos perder a la esperanza de la humanidad. Y ahora sé por qué... ¡Él único que puede derrotar a los titanes, es un demonio! ¡Revivir a este monstruo, es la misión que tengo en esta vida!

Haru se levantó como pudo y limpió con su pulgar la sangre que salía de su boca, miró con furia a Floch, esas palabras las decía por algo...

—Alguien débil como yo sobrevivió... Y sé muy bien por qué. — levantó sus aires de superioridad. —¡Es porque mi misión en esta vida es revivirlo! ¡¡Así que no estorbes en mi misión!! — se quiso aventar encima de Mikasa para atacarla.

Mikasa lo iba a matar, pero de no ser por Hange que llegó a tiempo, él estaría con la cabeza en el piso.

—¡Hange! — exclamó el capitán.

Haru se acercó al Capitán para robarle el suero, aprovechando que estaba con la guardia baja, pero Rosé la detectó y se lanzó sobre ella quedando encima de la persona a quien tanto admiraba, nunca pensó que iba a discutir con ella de esa forma con ella. Una gran tontería a su parecer.

—¡Rosé! ¡¿Qué crees que haces?! ¡Suéltame ahora!

—¡Entiéndalo, por favor! — gritó con la voz rota. —¡No podemos perder al Comandante! ¡Él es la esperanza que nos queda dentro de las murallas! ¡Sería una baja muy grande dejarlo morir así!

—¡Pero Armin...–!

—¡Qué sus sentimientos no la confundan! ¡No deje que la dominen, usted es más fuerte que eso! ¡Por favor!

—¡¡Suéltame!! ¡Ahh! — forzó.

—¡Haru!

—¡Suficiente, voy a revivir a Erwin! — afirmó Levi.

—¡¡Ahhhhhhhh!! — gritó la albina con dolor. —¡¡¡Suéltame!!! ¡¡Armin!!

—¡¡Srta. Haru!! ¡¡Sabe lo mucho que necesitamos al Comandante!! ¡¡No podemos dejar que muera!!

—¡¡Armin puede hacerlo!! ¡¡Está al mismo nivel!! ¡¡Él nos puede sacar de los problemas, es el indicado!!

—¡Sé que él tiene talento, pero necesitamos la experiencia y liderazgo del Comandante Erwin!

Haru cambió la posición, quedando encima de ella, empezando a apretar el cuello de la azabache.

—¡También quiero revivir a todos aquellos a quien perdí! — esas palabras hicieron que Haru disminuya su fuerza en su cuello.

—¡Son muchos! ¡Nunca pensé que mi primer día sería así...! Ver morir a mis compañeros delante de mí sin poder hacer nada, y para rematar... Salir con vida... ¡Siempre tienes que despedirte de los demás! Eso duele mucho, es algo a lo que nadie puede estar acostumbrado...

—Rosé... — sollozó.

—Por favor, no me odie. — lloró.

Rosé pensó que con eso se iba a calmar, pero no se daba cuenta de que la cordura de Haru se iba a la mierda. Estaba volviéndose loca.

Perder a esa persona que te importa tanto, a quien quieres... Esa persona que es como un Dios para ti.

Ridículo, totalmente ridículo... — 🥀

—Capitán... — la albina volteó al escuchar la voz de Eren cerca.

El castaño se arrastró a él, agarró su pierna débilmente antes de que él hiciera otro movimiento con el suero en sus manos.

—Usted... ¿Conoce el mar? — le preguntó. —No importa desde dónde lo mire, siempre llega hasta el horizonte. Es un lago muy enorme, Armin dijo–

—¡Oye! ¡Ya es suficiente! — dijo Floch. Simplemente noqueó al chico y lo dejó caer, llorando.

Rosé cargó a Haru como costal de papas, ella pateaba con todas sus fuerzas las piernas de su compañera y daba rodillazos débiles. No tenía las fuerzas suficientes para pelear.

—¡Déjame! ¡No puede acabar así! ¡No puedo dejarlo morir! ¡Capitán! ¡Fue una promesa, para eso vivo día a día! ¡Quiero ver el mar y a los pingüinos! ¡Quiero quedarme con él! — cerró los ojos. —¡Tiene un gran sueño, y lo quiero cumplir junto a él! ¡Por favor! ¡No lo separe de mi lado! ¡Ahh!

Levi frunció el ceño, se levantó de forma amenazante y habló con firmeza.

—¡Ahora quiero que todos se vayan de aquí! ¡Porque en este instante, haré que Erwin devore a Berthold!

—Srta. Haru... Por favor. — suplicó. —Deje que él se aleje de este infierno... Deje que sea libre. ¿No es lo que quiere? ¿Qué viva en un mundo sin guerras ni titanes? — esas palabras sorprendieron tanto como a Levi y Haru.

Rosé se impulsó con su equipo de maniobras para alejarse de la zona.

—¡No! ¡¡¡Aún quiero estar contigo!!!















































"Ya se los dije, primero tenemos que visitar el mar. Sí existe, pronto lo veremos." – 🌊

A Levi le llegó un recuerdo del rubio cuando los espió un día antes de la misión, la envidia de ver como ellos disfrutaban lo que él no tenía... Unos compañeros que no mueran cada vez que se encariña.

"En verdad, deseaba entrar a ese sótano..." – ♥️

—Maldita sea, todas las personas son iguales. No paran de lloriquear como estúpidos mocosos. — dijo ya harto de la situación.

"Todos debemos embriagarnos de algo para poder seguir adelante... Todos somos esclavos de algo." —🔫

Se arrodilló frente a Erwin junto al cuerpo de Berthold. Era el momento de regresarlo al mando.

"Pero eso no es lo único... ¡El mar! ¡Iremos juntos!" – 🌊

"Deje que sea libre. ¿No es lo que quiere? ¿Qué viva en un mundo sin guerras ni titanes?" – 🥀

Erwin levantó su brazo bruscamente, alejándolo del alcance de Levi.

—¿Qué pasa, Erwin? — preguntó.

—Profesor... ¿Cómo sabe que allá afuera no hay más humanos? ¿Cómo sabe que... somos los únicos?

Levi comenzó a recordar todas esas palabras, sentía la necesidad de dejar a Erwin descansar. No podía traerlo al infierno otra vez. Pero, Armin... Él tenía que cumplir sus sueños, Erwin ya estaba roto por dentro. Era como si él le dijera que ahora, era el turno de los novatos para liderar. Sin dudas, él era un gran héroe...

「•••」

Berthold despertó por el ruido cerca de su alcance, un titán de cabello rubio corto y ojos azules se había levantado y estaba muy cerca de él. No se podía mover, no tenía brazos ni piernas para huir de ahí.

El titán rubio lo agarró con su mano para ir llevándolo a su boca.

—¡Ahhh! — gritó aterrado.

Al voltear, sonrió aliviado de ver a sus compañeros no muy lejos de ahí.

—¡Amigos! ¡Ayuda! — al ver que no respondían, recordó que tampoco iban a ayudarlo.

Todas las barbaridades que hizo, no merecía siquiera seguir vivo.

—¡¡Ahhh!!

El titán llevó el cuerpo del azabache a su boca con más prisa.

—¡¡Annie!! ¡¡Reiner!! ¡Ahh–!

La cabeza de Berthold fue aplastada por los dientes del titán rubio, Haru seguía llorando sin poder creerlo.

—A-Armin...

El cuerpo de ese titán cayó al piso, la albina se apresuró en ver a quién salía de la nuca.

Armin, ¿así fue como te sentiste cuando salí de ese cuerpo aquella vez? Ese espacio ser rellenado de la forma más irreal.

Haru cayó de rodillas cerca de él, el cuerpo de Armin cayó encima de ella. Haru revisó su pulso, estaba con vida... Otra vez, se sentía aliviada.

—¡Ahhh! — gritó en llanto. —¡Ahh!

La albina aferró el cuerpo del rubio al de ella, protegiéndolo.

—Por favor... Perdóname...

La albina miró al cielo, recordando todos esos momentos en donde su infancia no fue un infierno. Gracias a ese ángel que llegó del cielo a protegerla.

—Perdón por traerte a este infierno otra vez... Es mi culpa.

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