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La reina de las murallas

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Narrador Omnisciente.

—Papá... Uri... Frieda... Espérenme, ya voy... — absorbió del líquido y su cuerpo brilló, ya era muy tarde.

—Oh, mierda... — maldijo Haru.

El repentino viento llegó a destruir columnas de la cueva hasta llegar a debitarlas, estaban en líos enormes si no se iban de ahí.

—¡Vamos, Historia! ¡Llévate a Haru lejos de aquí!

—¡No lo haré!

—¿Por qué no?

—A pesar de ser enemiga de toda la humanidad, sigo siendo amiga tuya y de Haru. No puedo ser una chica buena y tampoco puedo ser una Diosa, pero mientras haya una persona que sufra por pensar que no es necesario en este mundo, iré a su lado y le diré que no es cierto. Yo siempre iré a salvarlo, sin importar qué... ¿Entendido?

Historia y Haru fueron empujadas por el viento constante del Titán frente a ellos.

—¡Chicas!

Mikasa logró atrapar a Historia justo a tiempo, lo mismo sucedió con Haru quien fue atrapada en brazos de su amiga Sasha.

—¡Historia, dame las llaves! — ordenó Levi.

—¡Chicos, capitán Levi!

—¡Connie, de prisa! — ordenó.

—¡No, déjenme aquí! ¡Ya no hay tiempo, tienen que irse!

—¡Ya cállate! — le gritó Jean. _¡Estúpido exhibicionista! ¡No sólo es ese titán, también nos persiguen otros soldados armados!

—¡Ya está suelto!

—Sasha, ¿dónde está Armin?

—Él está bien, tranquila. — observó al frente. —Parece que esta cosa es más grande que el titán colosal, ¿no les parece?

El techo se iba destruyendo a medida que el cuerpo de Rod Reiss crecía.

—¡El techo, cuidado!

—¡Retrocedan! — los tres sacaron a Eren de ahí antes de que la roca les caiga encima.

Ahora sí que estaban rodeados.

—Maldición, no tenemos escapatoria.

Eren volvió a llorar y caer rendido en el piso.

—Perdónenme, amigos... No puedo hacer nada, soy un maldito inútil. Al parecer, siempre he sido una carga. Lo siento, yo nunca he sido la esperanza de la humanidad.

—Eren...

—Oye, ¿qué te pasa? ¿Acaso te crees el protagonista de una tragedia? — Eren llevó su vista a Jean. —Que yo recuerde, no hay una situación en la que hayas solucionado un solo problema.

—Cobarde, no te quejes. — dijo Connie. —No es la primera vez que estamos en una situación así.

—Sí, pero tampoco es para que nos acostumbremos. — dijo Sasha.

—Bueno, creo que podremos salir. Aunque no será nada fácil.

—Sasha y yo sacaremos a Eren y Haru de aquí. — habló Mikasa.

—Es imposible, no podremos escapar... — repitió.

—¿Entonces qué quieres? ¿Ver como tus amigos y familia mueren junto a ti? ¿Sin hacer nada?

—Escucha, lamento tener que decir siempre lo mismo. — habló Levi. —Eren, sólo toma una maldita decisión.

Eren dejó de llorar por un momento, agarró un pequeño frasco que encontró en el piso y gritó valientemente para ir hacia el frente de todos.

—¡Eren!

El castaño se transformó, pero esta vez fue diferente. Empezó a manejar la cristalización de su cuerpo para usarlo como soporte y defensa para sus compañeros.

—¿Qué demonios?

—¡Todos, debajo de Eren!

—¡Argghhh!

Rod Reiss avanzó arrastrándose en el piso para ir directo a las murallas. Mikasa se apresuró en sacar a Eren del cristalizado cuerpo del Titán.

—¡Eren! ¡Eren!

「•••」

—El poder de la cristalización, aunque te sacamos de tu titán, su cuerpo no ha desaparecido. Es sorprendente. — dijo el capitán.

—Supongo que el frasco... Claro, me transformé en Titán cuando bebí de ese frasco que decía "Acorazado". — miró a la albina. —Creo que también debí conseguir uno para ti.

—¿Por qué lo dices? — le preguntó Jean. —Alto... No me digas que...

—Haru...

—Sí, me dieron el poder un Titán. — afirmó. —Es un poder que sólo le es compartido a los del clan Akaime. No puedo recordar mucho, sólo son visiones borrosas del antiguo portador... — cuando se dio cuenta de las palabras que salían de su boca, observó como Mikasa y Jean soltaban lágrimas de tristeza y enojo.

—¡Maldición! ¡No pudimos salvarte!

—O-Oigan, tranquilos...

—¿Cómo quieres que estemos tranquilos? — Mikasa la tomó por los hombros. —No sabes lo mucho que me preocupé por ti y Eren.

—Mi-Mikasa... — se sonrojó.

—Hermana idiota. — habló con la voz rota.

—Perdón, chicos... Es mi culpa. — dijo Historia. —Yo le quité a Haru su humanidad... Lo siento.

Mikasa fue rodeada por un aura oscura y tenebrosa. Escuchar eso la dejó fuera de zona de confort.

—Historia, tú...

—¡Mikasa, cálmate! — le gritó la albina al ver como estaba por levantar su arma contra la rubia. —¡No hagas nada impulsivo, ella fue controlada por su padre!

—¡No me interesa! Historia... Te advertí cuál era el límite de vidas que podía soportar y cuáles eran las más importantes para mí... — la fulminó con la mirada. —Ya hiciste mucho daño, no te acerques más a mi hermana...

—Mikasa, cálmate. — ordenó Levi. —No es un buen momento para estar sorprendidos, primero debemos detener a Rod Reiss. Luego hablaremos de ese tema.

Por el fondo, el Capitán Levi tenía una combinación de de emociones en él, enojo y tristeza sobre todo

—¡Capitán, logramos asegurar la salida! — dijo Sasha bajando de la abertura en el techo.

—Armin, Hange y Moblit están bien.

—Perfecto, buen trabajo.

—¡Chicos! — Sasha se acercó con una sonrisa.

—¿Están bien?

Sasha se arrodilló y puso su frente en el piso, una situación algo incómoda para Haru, no era muy común de Sasha hacer eso.

—Ay, gracias a ti seguimos con vida. Aunque siendo franca contigo, en ese momento cuando todos te vimos echarte a correr y luego empezaste a gritar y a llorar como un bebé... Ay, creí que todos moriríamos, que era nuestro fin.

Sasha apretó un poco sus puños y prosiguió.

—Y me dije "¿Po' qué este huerco no deja de chillar? Mijo haz algo antes de que a todos nos vaya de la..." Bueno, eso fue lo que pensé.

—Oye.

—Extrañé ese acento... — susurró la albina.

—Andando. Tenemos que ir por ese titán enorme.

「•••」

—Sube, Eren.

—Moblit...

—¡Armin! — exclamó Haru.

—¡Haru! — sonrió, para Haru, era como ver a un ángel por encima de ella. —¡Menos mal!

Armin la ayudó a subir y la abrazó, la tenía entre brazos y su rostro estaba en su cuello, su cuerpo se estremeció al sentir al rubio respirar justo ahí, muy tierno para ella.

Es muy cálido... Huele a vainilla.

—Perdóname, aún no soy... capaz de...

—Armin... — ella besó su mejilla con delicadeza, sonrió. —Gracias por venir por mí.

E-Es... ¡Es una diosa!

Luego de la conversación en el carruaje sobre el Titán Fundador, el Titán Demonio y la discusión sobre el nuevo cargo de Historia como la futura reina de las murallas.

Haru se metió a los vestidores para ponerse el equipo de maniobras. Armin aún no podía asimilar que Haru poseía el poder de un titán, casi le dio un ataque al corazón.

Él ya había analizado el aspecto físico de Haru, pero jamás creyó que sus sospechas fueran ciertas. Además, trató de negarlo varias veces.

Ya en la sala de reuniones, Historia salió ya equipada y lista para la nueva estrategia.

—Cuando seas la reina, podrás darle al enano un buen golpe. — le dijo Mikasa. —Y si lo haces, perdonaré lo que hiciste.

—Mi-Mikasa... No digas eso. — le susurró la albina.

—Hemos determinado la posición de Rod Reiss, se aproxima desde el sureste, es probable que el titán llegue a su destino por la mañana.

—Entendido, soldado. — habló el hombre de las tropas de Guarnición. —Comandante Erwin, ¿podría decirnos cuál es exactamente su plan? ¿Qué método usaremos para evacuar a la población?

—No evacuaremos a nadie.

—¿Qué dijo? — preguntó muy confundido.

—Todo se quedará como está. Los habitantes se quedarán en Orvud.

—¿Se volvió loco? — Erwin mantuvo su firmeza y no respondió. —¿En qué estás pensando, Erwin? — el soldado lo agarró del cuello de la chaqueta. —¿Realmente quieres abandonar a la población en la ciudad? Te juro que ese titán estará frente a la muralla para cuando amanezca.

—Él es un titán anormal. — explicó Hange.

—¿Y eso que rayos significa? — preguntó mientras que uno de sus ojos parpadeaba repetidas veces.

—Para esos titanes, los sitios con mayor concentración de población se convierten en punto focal. Por lo cual ignoran las pequeñas aldeas y directamente se encaminan hasta la ciudad de la muralla, donde hay una gran concentración de gente. Si tomamos la decisión de evacuar a la población dentro de la Muralla Sina automáticamente el titán atravesaría la muralla para llegar hasta ahí. Incluso podría alcanzar a la capital real, Mitras, donde hay mayor cantidad de gente y poner a la humanidad en peligro de extinción, mientras volvíamos, tratamos de utilizar el poder del Titán para controlar a los titanes, pero no funcionó con Rod reiss.

—¡Titán, detente! — gritó mientras movía sus puños delante de él. —¡Te estoy hablando! ¿Acaso no me escuchas? ¡Infeliz, hazme caso! ¡Viejo enano! —... 😀🔫

—Debemos derrotar al titán, tenemos que hacerlo en el exterior del distrito Orvud. Para eso necesitamos que la población se convierta en la carnada, eso no cambia que nuestra misión sea proteger a la población, aunque eso signifique que sacrifiquemos nuestras vidas. Entonces, debemos esforzarnos para que no muera ninguno de los pobladores. Lo que debemos hacer, es anunciar un simulacro de evacuación en Orvud, los prepararemos para salir del distrito rápidamente.

—Al parecer es la única opción. — levantó la mirada con nervios.

—El objetivo tiene un cuerpo enorme y descomunal, pero eso lo hace débil y fácil de atacar. Los cañones de la muralla deberían ser efectivos. Aunque si no son suficientes, habrá que usar la mayor arma de la legión de exploración.

—De acuerdo, confío en ti, Erwin.

「•••」

Ya en la mañana, los cañones estaban listos para abrir fuego frente al enemigo que se acercaba más a la muralla. Cuando ya lo consideraron lo suficientemente cerca, dieron la señal.

—¡¡Fuego!! — comenzó todo un espectáculo de balas de cañón.

—¿Y bien? ¿Funcionó?

La pregunta del Comandante Erwin fue respondida en el momento en que Rod Reiss se seguía moviendo, destruía todo a su paso, como las tierras y árboles.

—¡¡Fuego!!

—Los cañones de tierra resultaron menos efectivos.

—Naturalmente, ni siquiera los de la muralla le dieron en la nuca. ¿Qué esperabas? — preguntó Erwin.

—Tenemos una mezcla de soldados y cañones, y una organización y liderazgo firme en la ciudad norteña. Los soldados que aquí no tienen experiencia en combate, pero es lo mejor que podemos reunir en tan poco tiempo.

—Sí, lo sé. Al fin y al cabo, la estrategia de la Legión de Exploración vuelve hacer una apuesta, ¿no es así? Es la única idea que se te ocurre.

—¡Erwin, mira lo que traje! — gritó Hange con emoción. —Es toda la pólvora, cuerdas y rales que conseguí. Aunque, nosotros tenemos que armarlo. — dijo. —Ah, también hay esto. Incluso del lado opuesto, el gatillo está atado. Así cuando jalen, rebotará igual que el equipo de maniobras tridimensionales. ¿Qué tal con la artillería?

—Como la actividad de la picadura de un insecto.

—¿Realmente piensan usar esto?

—De acuerdo, es hora de armar esto. Por favor, háganlo con cuidado. Como si su vida dependiera de eso.

Haru ayudó con los barriles llenos de pólvora y los colocó, formando una torre de estos.

—¡Eso es, apílenlos hasta el borde! — ordenó Hange.

Haru volteó a ver a Eren, este se quedó viendo a Mikasa, por lo que sonrió para ella misma.

—Eren, se te cae la baba, sigue trabajando. — soltó la albina.

—Ah... — Eren se dio un puñetazo a él mismo.

—¡Eren, era una broma, animal! — se acercó para detenerlo.

Eren continuó dándose golpes, Haru y Mikasa lo agarraron de ambos brazos.

—No te desesperes.

—No. Le estaba dando una golpiza a un mocoso inútil. Auqnue, preferiría haberlo matado.

Cuando el titán llegó a estar a pocos metros de la muralla, se detuvo y expulsó vapor muy caliente. Su rostro ya estaba cerca en el borde de la muralla. Su enorme mano se sostuvo del muro y se levantó.

Sus órganos internos caían sobre la muralla, eso hizo que los soldados que se encontraban ahí tuvieran que saltar. Los gritos de los pobladores se escucharon al ver a ese monstruo en la ciudad.

Los soldados se mojaron con el agua a los barriles, era importante su uso por las quemaduras que causaba de vapor. Llegaba la hora de actuar.

El titán de Rod Reiss se colocó en la posición que la Legión quería.

—¡Estamos listos!

La bengala fue disparada al cielo, era la señal de humo. Activaron sus armas contra el titán para debilitar sus brazos con las explosiones.

—¡¡Ahora!!

Eren llevó la pólvora en la sus hombros y los introdujeron en el interior de la boca de Rod Reiss, con el calor que había en el interior, era suficiente Ara que todo se active y explote en él.

¡Ya lo tenemos!

—¡Arghh! — Eren se llevó parte de las consecuencias al estar cerca.

El cuerpo de Haru se alistó, debían acabar con los trozos gigantes que aún quedaban volando.

—¡Todos los soldados! — escuchó.

Se impulsó y cortó grandes pedazos de carne flotante, logrando que se disminuya el peligro de que el titán se incorpore otra vez a atacar.

「•••」

Luego de tal batalla, llegó la oficial coronación a la reina, protectora de las murallas.

Historia Reiss.

—¡Viva la reina!

—A pesar de ser tan pequeña, derrotó a un titán del doble de tamaño de la muralla.

—Es pequeña...

—¡Viva la auténtica reina de las murallas!

—¡¡¡Viva la reina Historia!!!

En la habitación de Haru, la albina quiso descansar un rato después de tanta pelea y celebración.

Armin estaba junto a ella, se quedó dormida y el rubio no se quería separar de su lado.

Armin se sentía incompetente ante la vida, que le arrebató a la persona que más quería su humanidad. No podía creerse eso de que ella había devorado a una persona.

Haru sintió su mano cálida, despertó sintiendo las manos de Armin en su mano derecha, el rubio también se quedó dormido.

—Armin... — se sonrojó al sentir su mano cálida. —Armin, despierta.

—Mmm... — abrió los ojos y soltó un ligero bostezo muy tierno. —Haru, estás despierta. ¿Cómo te sientes?

—Bien. — respondió. —Sólo debía dormir un poco, ya me siento bien. ¿Qué dices de comer sin que nadie se de cuenta?

—¿Tienes hambre? Puede traerte algo para comer.

—Armin, eres demasiado bueno. — se secó una lágrima falsa. —Quiero comer, comer y jamás engordar. Te gustan las peras, puedo traerte unas de la cocina sin que se den cuenta.

—H-Haru, eso es robar. No puedes hacer eso sin pedir permiso.

—No necesito permiso para comer, podría devorarme a un jabalí. — se levantó, pero fue detenida por el rubio. —Armin.

El rubio la agarró de la mano y la abrazó, para darle un beso en la punta de su nariz.

—Yo iré, quédate aquí. — dijo con su típica sonrisa de ángel.

Haru sonrió como boba y devolvió el beso, pero en su mejilla.

La puerta fue abierta bruscamente por una persona.

—¡Así te quería agarrar, puerca!

—¡Sasha! — gritaron ambos.

—¡Vengan ya, Historia dijo que le daría al capitán un buen golpe!

—¡¿Qué?! — exclamó el rubio con temor.

—Mikasa... Te pasas en serio. Vamos, tengo que detener esto, o tendremos a una reina caída. — se levantó.

Por el pasillo, estaban sus demás compañeros, en el medio lideraba una Historia muy decidida de sus futuras acciones.

—¡Historia, dime qué no harás lo que creo que harás! — habló la albina con temor a cómo podría reaccionar el capitán.

—Espera, ¿en serio lo vas a hacer, Historia?

—Sí, desde luego. — afirmó.

—Mikasa lo dijo de broma, ¿no es así, Mikasa? — preguntó Eren.

—Después de golpearlo, puedes decir... "Atrévete a regresarme el golpe." — dijo con simpleza.

—Ay, qué diablos...

—Si no le guardas rencor, no lo hagas.

—Si no lo hago, no me sentiré digna de ser reina... Y también, no podré obtener el perdón de Mikasa.

—Historia, no hace falta, en serio. — repitió la albina.

—No, debo hacerlo...

—Bien dicho, Historia. Así se habla.

—¡Jean!

Delante de ellos por la ventana, se encontraba el capitán, este se le acercó unos pasos. Historia estaba nerviosa, asustada también. Tembló, hasta que por fin se armó de valor.

—¡Ahhh! — corrió a él y lo golpeó.

—¡Whoa! — exclamaron todos con asombro, menos Mikasa, ella se sentía como madre orgullosa.

—¿Qué te parece? Ahora soy la reina, si tienes quejas.

—Hmp... — los demás palidecieron.

—Muchachos, les agradezco.

El capitán sonrío... es un día terrible para la humanidad.

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