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Suplicar por sus vidas
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Narrador Omnisciente.
La albina secó sus lágrimas y miró atentamente los labios de Reiner y Bertholdt, este último parecía estar nervioso y muy rojo.
No entendía qué diablos decían.
Reiner descendió hasta la rama en donde los tres chicos se estaban, miró fijamente a la albina y después a Eren.
—¿Qué sucede, Reiner? ¿No esperaremos a que anochezca?
—Ya no, nos iremos ahora. Bien, chicos. No intenten oponer resistencia. — la albina no pudo comprender la razón por la que querían irse, así que trató de ganar tiempo en el último minuto, Eren pensó igual.
—Entiendo... Sólo no hagas uso de la violencia, por favor. Mira el estado en la que está mi cuerpo, no hay forma en la que pueda oponer resistencia. Por favor, ten compasión de mí y mi querida hermana. — sonrió débilmente.
Eren retrocedió, su expresión cambió otra vez a una de total fastidio, avanzó y golpeó a Reiner en el estómago. Con las manos que no tenía, golpeó el rostro de Reiner.
—¡Muere, muere maldita escoria!
Haru no se quedó atrás, aprovechó que Reiner estaba en el piso y con su pie comenzó a patear su rostro, el peculiar líquido carmesí salía de su nariz y labios.
Reiner apartó a Eren de una patada de dos piernas a su estómago, agarró del cuello a la albina y junto a Eren del otro lado, poniendo fuerza en el apretón al cuello.
—¡Déjame! ¡Te mataré, te juro que te mataré! — gritó Eren.
Haru mordió su mano con fuerza.
—¡Suéltame de una maldita vez!
—¡Ya déjanos, traidor!
—¡Ya cierren la boca!
Bertholdt suspiró y se acercó a la albina para ayudar a Reiner. Esta frunció el ceño y lo veía como un animal rabioso, ella trató de morder su mano cuando se acercó.
Bertholdt golpeó la nuca, sintió algo de pesadez en los párpados y su vista se hacía borrosa, hasta que dejó de hacer fuerza.
—A-Armin... — fue lo último que pudo pronunciar.
「•••」
—¡Por ahora, busquemos un lugar con menos titanes! ¡Hay que alejarnos de ellos todo lo posible! ¡Mi forma de titán es demasiado lenta, si llegan a rodearnos, no me será posible defendernos!
—¡Idiota, ¿entonces por qué no han esperado al anochecer?! — Ymir volteó, hasta que pudo distinguir las bengalas. —¿Son bengalas de humo? ¿La Legión viene a rescatarnos?
—La Legión necesita una gran cantidad de caballos para que la formación pueda funcionar, ¿han pedido refuerzos? Sólo hay alguien que podría conseguirlos muy rápido... El Comandante Erwin debe estar aquí no podemos confiarnos.
La bengalas estaban cada vez más cerca.
—Maldición, están muy cerca. Estos idiotas se resistieron para ganar más tiempo.
No puede ser... Ella... Ella está aquí...
—¡Reiner! ¡Creo que Christa... seguramente viene con ellos! — gritó. —¡Hay que llevarla con nosotros!
—¿Ya la viste? ¿Cómo sabes que vienen con ellos?
—¡Estoy segura! ¡Es tan buena, que siempre hace cosas muy estúpidas, definitivamente viene a rescatarme! ¡La conozco!
—¡Aunque estés en lo cierto, no podemos...! ¡No huiremos con ella!
—¡¿Qué?!
—¡En esta situación, no es probable que lo logremos! ¿Cómo vamos a localizarla entre tanta gente? ¡No seas impaciente!
—¿Qué no sea impaciente? ¡Sus guerreros... me comerán apenas llegue a su país, estoy segura de eso! ¡Olvídalo, no confío en ustedes!
—¡Confía en mí! ¡Christa también es muy importante para nosotros!
—¡Entonces vamos a buscarla, demuéstrame que te importo de verdad! ¡No quiero irme si ella no viene también! ¡Al menos la quiero ver! Si me voy ahora, no volveré a verla nunca, ¿no es verdad?
—No se puede... — Bertholdt se metió a la conversación de Ymir y Reiner. —Lo lamento, Ymir. Incluso sin detenernos, no sé si escapemos. Esto es demasiado arriesgado.
—¡Pero te lo prometo, volveremos por Christa! ¡La rescataremos de este conflicto! ¡Confía en nosotros, Ymir! ¡Solamente ten paciencia, lo hacemos por el bien de Christa! ¡Entiéndelo, por favor!
—¿De verdad esto... Es lo mejor para Christa? — volvió a preguntar.
—¡Seguro!
—Entiendo...
—Muchas gracias. — dijo Bertholdt.
Ymir empezó a vagar en sus recuerdos y sentimientos, las veces en las que ella se mentía a sí misma. Hasta que conoció a Christa, quien era igual a ella, mintiendo... Ella también vivía en otra realidad.
Christa... No te pido que entiendas lo que hago, sólo... quisiera ser honesta conmigo, al menos una vez más...
—Lo siento... Pero en esta situación, yo soy más fuerte que todos...
—¡Ahhh!
Ymir cubrió medio rostro Bertholdt con su mano, lo cual dificultó que el azabache mantenga el equilibrio de su equipo de maniobras.
—¿Qué haces, Ymir? ¡Detente!
—Sólo quiero que entiendas algo importante. — acercó su rostro al más alto. —Quien manda en este momento soy yo, ¿lo ves?
Bertholdt desprendió el cable del árbol para no chocar y recuperar un poco el equilibrio.
—Ymir, ya basta, nos vamos a caer.
—Eso a mí no me importa, puedo volverme titán, y en esta forma, aunque sea más débil que ustedes, soy más ágil y puedo huir por el bosque. Incluso puedo llevarme a Eren y Haru y los entregaría directo en manos de la Legión... No sería difícil. — ambos se detuvieron en el árbol que tenían en el frente, mientras Reiner veía de mala cara a Ymir por sus locuras. —Si no regresan para buscar a Christa, en este instante comenzaré a una pelea y no podrán escapar...
—¡¿Qué estás diciendo?! ¡Esto es por Christa! ¡De otro modo no podremos ayudarla!
—Lo sé, y me da igual. Quiero ver a Christa aunque arruine su futuro. Tengo que hacerlo, mientras siga con vida... Ya sé que sólo soy lo peor de escoria de la humanidad, pero... Ustedes no lo entienden, ¿verdad? La única que me sonríe dulcemente, aún sabiendo la basura que soy... Es ella.
—¡Tú... Maldita!
—Pero tranquilo, tengo un plan. Si me ayudan ganamos todos, pelearé junto a ustedes y haré lo posible para ayudarlos a escapar... — puso su mano en el rostro de Bertholdt mientras lo apretaba, tampoco es como que pudiera hacer algo para defenderse. —¡O prefieres que nos matemos...! ¡Si quieren, puedo demostrarles lo loca que estoy!
「•••」
Una parte de la formación de la Legión de Exploración entró al Bosque de Árboles Gigantes con el equipo de maniobras, hasta que el destello amarillo se presentó en el medio del bosque, alguien de ellos transformó.
—¡Lo primero es encontrar al enemigo y avisarles a los otros, deben estar huyendo del bosque! ¡Adelante! — ordenó Hannes.
La primera fila de cuatro se dispersó para buscarlos, pero el grito de un Titán los dejó alertas.
—¡Argghhh! ¡Argh!
El Titán colgaba de un árbol como un mono, un miembro sacó sus cuchillas al verlo, pero Connie lo detuvo.
—¡No, espera! — se posó a su lado. —¡Deténganse, es Ymir! ¡La soldado que secuestraron, esta es su forma de Titán! — miró a su compañera. —Oye, Ymir, ¿por qué estás aquí sola?¿Dónde están Eren y Haru? ¿Qué pasó con Reiner y Bertholdt?
—¿En serio esa es Ymir? — preguntó el rubio.
—¿Se transformó en Titán y peleó contra Reiner?
—¡¿Ymir, te alejaste de Reiner y Bertholdt?! ¡Dinos donde están, responde! — le gritó Jean.
—¡Dinos algo, por favor! ¡Ymir! — esta ignoró lo que dijeron y empezó a buscar con la mirada a Christa.
—¡Oye, abre la boca! — Connie saltó sobre su cabeza. —¡Fea! ¡Tenemos prisa! — pateó su cabeza.
—Está vigilando por si Reiner vuelve... No, algo no está bien. — el rubio frunció el ceño. —¿Por qué nos está observando uno a uno?
—¡¡Ymir!! — una persona se acercó, su voz llegó a los oídos de la Titán. —¡Qué alivio! ¡Me alegra saber que estás bien!
Ymir dio un pequeño impulso y saltó en dirección a la rubia, abrió su boca e introdujo a la menor en el interior.
—No es cierto...
—¡Esa cosa se acaba de devorar a Christa!
—¡No se queden ahí parados, tras ella! — ordenó Jean.
Entre todos la perseguían desde atrás, pero ella era muy rápida y ágil en ese territorio.
—¡Es veloz, vamos a perderla!
—¿Por qué Ymir haría eso? — preguntó Mikasa.
—¡Lo sabía, esa maldita mujer nunca estuvo de nuestro lado! — respondió Jean.
—¡Es cierto, claramente está en nuestra contra! — dijo Armin. —Al parecer, ella está cooperando con Reiner, mierda.
Al final del bosque, Bertholdt le dio la señal a Reiner de adquirir su forma de Titán, él asintió y llevó su pequeño cuchillo con cabellos blancos a la mano, cortó su palma y saltó, Bertholdt mantuvo a sus dos rehenes con fyerza en su espalda y saltó, enganchándose al cuerpo del Titán Acorazado, Ymir saltó y se colocó a la espalda de Reiner para huir otra vez de la Legión.
—No puede ser...
—Ay, no... Se los está llevando... — el rubio sintió sus ojos aguarse mientras que fruncía el ceño.
—¡No se detengan, monten sus caballos y persiganlos! — ordenó el de las Tropas de Guarnición. —¡Los vamos a recuperar, aunque tenga que pagar con mi vida! ¡Adelante!
La albina sintió algo de aire por su rostro y el movimiento constante, fue despertando hasta darse cuenta de la Legión delante de ella y los titanes persiguiéndolos muy de cerca.
—¡Mmm! ¡Mmm! — gritó.
¡¿Qué hace Ymir transformada en Titán?! ¿Se enfrentó a la Legión?
—¡Mmm! — la albina vio ante sus ojos como la Titán de Ymir sacaba a Christa del interior de su boca.
Estaba cubierta de saliva y comenzó a toser mucho.
—Ymir... — ella salió del interior de la nuca, mostrando medio cuerpo cubierta en vapor. —¡Ymir!
—Christa... No, Historia, perdóname por haberte c-comido así. — siguió tosiendo. —A-Apuesto que estás enojada co-conmigo...
—Ymir... ¿Qué significa...? ¿Qué significa esto? ¿Qué estás haciendo? Vinimos aquí a rescatar-
—¡No es necesario! Simplemente quédate quieta... He decidido que voy a seguir a Reiner y Bertholdt. Tú también vendrás conmigo. No hay futuro dentro de las murallas. — su respiración se agitó. —Escúchame... Historia, fuera de las murallas, no es un sitio tan malo cmo crees. Especialmente porque nadie te va a decir que sería mejor si no hubieras nacido.
—¡Estoy muy segura que los titanes no me dirán eso, porque estarán muy ocupados tratando de comerme!
—¡Nadie es perfecto, todos tenemos una o dos fallas! ¡Si puedes ignorar eso, ellos no son tan malos!
—¡Ymir! ¡No tiene sentido! ¡Todo lo que dices o haces carece de lógica para mí! Tal vez, podría ser que... Reiner y Bertholdt te tienen amenazada.
—Al contrario... Ella- — Bertholdt fue interrumpido.
—¿Tengo razón, Ymir? ¡Los combatiré junto a ti, pero déjame ir! ¡No me importa si hay algo que no puedes contarme, sin importar lo que pase! ¡Yo siempre voy a estar de tu lado!
—Ymir... Mira eso. — Bertholdt llamó su atención. —La Legión ya está pisándonos los talones. Si hubiéramos subido antes, en este momento estaríamos bastante lejos. Esto pasó porque quisiste volver por Christa, y ahora estamos perdidos. ¿Por qué, Ymir? — extendió la mano y cambió su expresión a una de preocupación. —Entonces... ¿Para qué nos esforzamos en huir? ¿Vas a volver a cambiar de opinión? Sé que lo haces por Christa, ¿pero ahora... te vas a quedar con ella en las murallas? Respóndeme, Ymir.
—¡Ymir! ¡Rápido, libérame, por favor!
—¡No puedo! — gritó. —Historia... No te equivoques, la que planeó secuestrarte fui yo. Lo hice sólo... Para poder salvarme. Hace mucho tiempo... me robé los poderes del titán de uno de sus compañeros, hay unas personas con mucho poder... Tarde o temprano, me matarán. Pero si llego a colaborar y te entrego esos individuos, me dijeron que entonces, perdonarían mi crimen y nunca más me volverían a hacer daño. Tú eres una persona muy importante, conoces los secretos del culto de la muralla. Pero cuando la situación de este mundo cambió, creí que a tu lado, mi futuro de algún modo estaría asegurado. Pero esa noche en la torre, cuando mi vida estuvo en peligro, fue la gota que derramó el vaso, me da miedo morir. Haré lo que sea por salvarme, soy alguien despreciable, incluso dije que luchaba por salvarte, pero todo lo hice por mi propio bien. Te lo ruego, Historia... Por favor... ¡Eres la única que puede salvarme!
—... — permaneció un momento en silencio, hasta que levantó la cabeza y conectó con su mirada. —Ya te lo dije, Ymir. Pase lo que pase... ¡Yo siempre voy a estar a tu lado!
Eren fue despertando, observando las vidas que se perdían a cada segundo por querer salvarlos a los dos de las manos de esos traidores.
En un descuido, el ojo de la Titán de Ymir fue dañado y ella gritó.
Se trataba de Mikasa que no dudó en dañarla.
—¡Reiner, rápido! ¡Protégenos!
Reiner escuchó el pedido de su mejor amigo, colocó ambos brazos alrededor de su cuello, protegiendo a los chicos en el interior de sus manos. Mikasa se acercó mirándolos fijamente desde afuera.
Ymir la atacó, por lo que se quitó del medio.
¡Lo sabía! ¡Primero mataré a Ymir!
—¡Espera, Mikasa! — la rubia la hizo parar, ella se desvió y se posó en la cabeza de Reiner. —¡No mates a Ymir!
—¡Eso va a depender de Ymir! ¿Qué harás? ¡Mataré a quién se interponga en mi camino! ¡Elige!
—¡No, espera! — volvió a gritar. —¡Ymir estaba amenazado de muerte por Reiner y Bertholdt! ¡La pobre no tiene otra opción!
—Aún así, hay un límite de vidas por lo que me preocupo. Y decidí cuáles eran las más importantes hace seis años... Así que cometes un error al rogarme por su vida. Porque en este momento, ya no tengo tiempo ni serenidad. Christa, estás con ellos o con Ymir... ¡Contesta! ¿Te vas a interponer en mi camino? — Ymir levantó su mano para atraparla, pero la rubia la paró.
—¡Basta, Ymir! ¡No te resistas, morirás! ¡No te muevas! — ella bajó la mirada y obedeció a Historia.
Eren y Haru comenzaron a patear y apegar el cuerpo de Bertholdt al de Reiner, y considerando lo caliente que era estar en el interior...
—¡Ya basta, chicos! ¡No se resistan!
—Sabes que eso es imposible, Bertholdt. — escuchó la voz de Jean. —A todos nos consta que esos idiotas son tercos, en especial Eren. Es el tipo más irritante que existe, lo digo por experiencia, yo también lo odio tanto como tú. Démosle una paliza juntos. Vamos, salgan de ahí. — sonrió.
—¡Bertholdt, devuélvemelos! — le gritó Mikasa.
—Oigan, es broma, ¿verdad? Reiner, Bertholdt... — pronunció Connie. —Durante todo este tiempo, ¿ambos han estado engañandonos? ¡Eso es algo muy cruel!
—¡Por favor, chicos! ¡Digan que todo es una mentira! — gritó Sasha.
—Oigan, un momento... ¿En serio piensan seguir huyendo? No hagan esto, chicos... Por tres años, ¿no hemos dormido todos juntos bajo el mismo techo como buenos amigos? Oye, Bertholdt... Cuando dormías, siempre hacías poses muy artísticas. Todos nosotros, esperábamos con qué pose nos ibas a salir. Hasta podíamos predecir el clima, pero ustedes dos... Podían dormir tranquilamente, al lado de sus víctimas, como si nada hubiera pasado...
—¿Entonces todo fue mentira? ¿Recuerdan que hablamos de sobrevivir a esto juntos, que nos haríamos viejos y un día todos iríamos por unos tragos? ¿Todo eso, fue una mentira? ¡Respondan! ¿En qué estaban pensando durante todo este tiempo?
—No necesitamos saber sus razones, sólo tenemos que concentrarnos en cortar su cuello. Si dudamos por un segundo, no vamos a recuperarlos. Son enemigos de la humanidad, eso es todo. — habló Mikasa.
—¡D-Díganme quién! — habló por fin. —¡¿Quién querría matar gente por elección propia?! — todos se callaron. —¿Quién demonios querría algo así? ¡¿En serio creen que queremos hacer esto?! La gente nos desprecia, somos asesinos, entiendo por qué nos odian... Hicimos muchas cosas terribles, pero nosotros nunca esperamos ser perdonados. Mientras fingímos ser soldados, fuimos felices, aunque fuera un poco. ¡Nada de eso fue mentira, Connie, Jean! ¡Es verdad que los engañamos! ¡Pero no todo fue mentira! ¡En verdad los considerábamos camaradas! Sabemos bien que no tenemos el derecho de pedir perdón, pero... Alguien, se lo suplico...
—No importa quién sea... ¡Qué alguien nos encuentre! —...
—Bertholdt... Devuélveme a Eren y a Haru...
—No lo haré, no puedo... Lo siento, pero alguien tiene que hacerlo. Siempre hay alguien que debe manchar sus manos de sangre.
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