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Sospechas horribles

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Narrador Omnisciente.

—¡¡¡Haru!!!

La Titán Hembra se detuvo, con el cuerpo de la albina en su mano.

—¡¡¡Te mataré!!! — Eren no dudó ni un segundo en transformarse en Titán para defender a su amiga y vengar al escuadrón de Levi.

La Titán lanzó a la albina con algo de fuerza. Con suerte, Haru logró agarrarse de un árbol algo alejados de ellos dos. Observó a Eren a la distancia con preocupación.

—Fui muy impulsiva. 

—¡¡¡Arghhhhhh!!!

Ese grito llegó a oídos de todos en el bosque de árboles.

—¡¡Eren!!

Se transformó... La Sargento Hange tenía razón, se pudo transformar sin necesidad de que yo esté con él.

—¡¡Arghhh!!

La batalla comenzó, la albina no dudó en apoyar para que sea más fácil matarla, ya era demasiado peligro que la mantengan con vida. Al demonio con la información, la vida de Eren era más importante.

—Le cortaré los talones, así caerá. — Haru se acercó con sus dos cuchillas en la mano, cortando sus talones de Aquiles. —¡Eren!

—¡Argh! — se puso encima de ella y empezó a rugirle.

Levantó el puño contra ella, pero esta llevó su cabeza al costado, su puños impactó a su lado.

Si tan sólo hubiera creído en mí... Nada de esto estaría pasando.

Su otro puño impactó a su lado, ya que la Titán esquivó su ataque.

—¡¡Arghh!!

—¡Eren! — gritó.

Sus dos brazos se iban regenerando, el impacto que le iba a dar fue tan fuerte, que sus huesos se rompieron.

—¡¡Arghh!! ¡¡Arghhh!! ¡¡Arghh!!

La Titán Hembra agarró su brazo y lo pateó, haciendo que choque en el árbol.

—¡¡Eren!! — la albina se asustó.

Este se levantó y con su puño apenas pudo rozar el rostro de ella, con el otro la hizo caer.

Eren se acercó rápidamente a ella, falló con el impacto. La lucha estaba algo pareja.

La Titán Hembra hizo endurecer su brazo y destrozó la mandíbula de Eren, pero eso no lo detuvo. Aprovechó ese pequeño momento para mandarla a volar,  estrellándola en el árbol.

Eren se acercó a ella ahora que estaba quieta, pero aún así, esquivó el ataque de Eren por completo.

—¡Eren! ¡Aléjate de ella! —...

La Titán le dio una patada a su cabeza, partiendo en dos hasta el árbol en la que estaba apoyado.

—¡¡Nooo!! ¡¡Eren!! — la albina se acercó rápidamente para sacar el cuerpo de su amigo y huir lejos.

Cortó la nuca logrando ver el cuerpo de Eren, hasta que una sombra apareció encima de ella. Levantó la mirada con temor y lágrimas, estaba asustada y temía morir.

—O-Oye... ¿Por qué-

「•••」

Mikasa no llegó a tiempo, vio como esa Titán se devoró a sus amigos. Pero eso no le quitó las esperanzas de recuperarlos a ambos.

—¡Regresa... A mis amigos! ¡Regrésame a mis hermanos! — gritó.

Mikasa logró detenerla y hacerla, caer. Pero al intentar darle el golpe de gracia, sintió unas manos alejarla de ella.

Era el Capitán Levi, ambos planearon atacarla para salvarlos, Levi era muy rápido. Su nuca ya estaba expuesta.

Mikasa trató de aprovechar ese momento para sacarlos de ahí, Levi al darse cuenta de sus planes. Se torció el tobillo, al parecer ella iba a matar a Mikasa.

Con sus cuchillas, abrió la boca de la Titán. Mikasa agarró a Haru y Levi a Eren, y se alejaron.

—Ya lo tengo, está bien. Siguen con vida, nos alejamos.

—¡Sí!

「•••」

Ya listos para la retirada y terminando de recoger los cuerpos, la albina despertó con un pequeño grito.

—¡Ahh! — respiró agitada.

—Haru, ¿estás bien?

—Mikasa... ¿Qué ocurrió? — observó el cuerpo de Eren a su lado.

—La misión fracasó, la Titán Hembra los capturó, pero gracias al enano, los salvamos.

La albina abrazó a Mikasa sin previo aviso.

—¡Es mi culpa! ¡Dejé que todos en el escuadrón del Capitán mueran!

—No digas eso, cálmate y respira. — dijo como consuelo. —No podían saberlo, no es tu culpa.

—M-Mikasa. — la azabache abrazó a la albina y pasó su mano por su cabeza.

—Tranquila, por ahora debes descansar. — dijo. —Vamos, ¿sí?

—Mikasa... — cerró los ojos.

Ella observó los cuerpos cubiertos de sus compañeros.

Hubo muchas bajas, ¿cuál de todos ellos son los cuerpos del escuadrón del Capitán Levi?

La albina negó para ella misma y se dio una cachetada, no debía pensar en eso o le afectaría más.

—Mikasa, ¿dónde está Armin?

—Él está vivo. — ella suspiró con una mano en su pecho.

—Qué alivio... Me alegra que al menos ustedes no hayan muerto. — susurró.

「•••」

Los que sobrevivieron, regresaron a las Murallas, pero dos cadetes iban desde muy atrás atrayendo a dos titanes, todo por recuperar a uno de los cuerpos de sus amigos.

La única opción que tenía la Legión, era usar los cadáveres de sus compañeros como distracción y señuelo para los titanes.

Al entrar a las murallas, todos los ciudadanos los vieron con total decepción, eran menos que en la mañana.

—Qué desperdicio, sólo van allá a morir.

—¿De qué sirven estos impuestos?

—Lograron desperdiciar con éxito su tiempo.

—Capitán Levi. — llamó un hombre, la albina prestó atención a su conversación. —Gracias por cuidar a mi hija. —...

—Soy el padre de Petra, me gustaría discutir algo antes de que ella me vea. — dijo. —Verá, es que mi niña me envió esta carta, y está escrito que fue asignada para servirle en su escuadrón. Y me dijo que quiere dedicarle el máximo a usted. Es que mi niña está tan concentrada, no sabe lo preocupado que estoy. — soltó una pequeña risa. —Y bueno, como su padre, comprenderá que yo siento que es demasiado pronto para que se case con ese chico Auruo. Ella es joven y tiene mucho por vivir.

Me odio... Te odio, monstruo.

Mikasa también escuchó del tema, puso su mano en el hombro de ella.

—¡Comandante Erwin, responda! ¡¿No le da vergüenza?!

—¡¿No se arrepiente de todas las muertes de sus soldados?!

—¡¿Qué le pasa?!

Los gastos y las víctimas fueron suficientes para la suspensión de las expediciones. También bastó para humillar por completo a la Legión de Exploración...

Todos los responsables, incluido el Comandante Erwin, fueron llamados a responder en el palacio. Eren y Haru serían devueltos a las autoridades por fallar en su misión. 

𝔪𝔞𝔰 𝔱𝔞𝔯𝔡𝔢...

Mandaron a llamar a los cadetes a una reunión importante en el cuartel de la Legión.

—¡Ya llegue, capitán! — de un portazo, la albina entró a la sala. —¡Llegó por quien lloraban!

—¿Qué diablos? ¿Por qué estás borracha, mocosa?

—Haru, ¿de dónde sacaste esa botella? — preguntó Eren.

—Oh... ¿Esto? — agitó su botella. —Es una historia muy divertida...~ Te encantará. — rió.

—¿Por qué esta niña está boraacha?

—Verá, la muerte de su escuadrón le afectó. Estuvo llorando casi toda la noche hasta que la dejaron salir. Me imagino que aprovechó el tiempo para ir a hurtar una botella.

—¿Qué dices, Eren? — se acercó. —Estoy de maravilla, ¿no ves? Estoy segura de que la señorita Petra me regañaría por tomar siendo aún una menor de edad...~ — entrecerró los ojos. —Pero esto es delicioso...~

—¿De dónde sacaste...? ¡Dame eso! — el castaño le quitó su botella.

—¿Ehh...? ¡Dame eso, yo la robé primero! — dijo.

Eren la miró de pies a cabeza con algo de desaprobación.

Sus mejillas estaban rojas, así como su nariz y sus ojos de tanto llorar. Su cabello estaba algo despeinado y apenas se podía mantener en pie.

—Esto es malo para alguien que apenas tiene 15, te traeré agua.

—Malo. No me dejas tomar en paz.

—Quédate ahí sentada y no hagas nada imprudente.

—¿Quién, yo?

—Sí, tú.

El Capitán Levi no podía creer que una niña mocosa como ella esté tomando a esa edad. Y sobre todo el ser capaz de tomar sólo porque su escuadrón que falleció, sin duda no era buena en temas de psicología al perder a un compañero, una clara desventaja.

—Ten, bebe. — le entregó la taza con agua. —Quédate quieta.

—Gracias... — bebió. —Capitán... ¿Qué esperamos, o a quién?

—A las tropas de Erwin, estos idiotas me hacen esperar. A este paso, la Policía Militar llegará primero. Lo más probable es que tenga diarrea, como la última vez.

—Capitán, el día de hoy lo noto muy hablador. — comentó Eren.

—No seas tonto, normalmente me gusta mucho hablar.

—¿Ven? nos estamos entendiendo muy bien...~ — sonrió.

Levi terminó de beber su taza de té negro y tocó suavemente su pierna. Ambos novatos se percataron de su acción.

—Lo siento mucho, capitán. Todo esto no habría pasado si hubiera tomado la decisión correcta. — habló Eren.

—¿Pero no viste, Eren? Esa Titán... ¡La tenía más grande-! — la mano de Eren tapó la boca de la albina. —Mmmh... ¡Mmhhh!

—Eres demasiado sincera.

—Ya te lo había dicho, no sé qué es lo correcto.

La puerta se abrió.

—Lamento la demora. — habló el Comandante.

—Ah... Chicos.

—¡Armin! — la albina se levantó y fue directo a abrazar al rubio.

—¿Haru? ¿Por qué estás borracha? ¿Quién te dio de beber?

—No importa... Lo que me interesa en estos momentos eres tú y nada más. — se aferró a su pecho, logrando con éxito el sonrojo del rubio.

—Sepárense, mocosos. No están permitidas las cursilerías aquí.

—Sí, señor, lo sentimos. — habló el rubio.

—Queremos saber la identidad de la Titán Hembra. — soltó Erwin. —Puedo asegurar de que la vamos a capturar.

Todos tomaron asiento y el mapa se mostró en la mesa.

—La misión comenzará pasado mañana. — dijo. —La carroza tiene una ruta marcada hacia la capital, pasando por el distrito Stohess. Será la última oportunidad, dentro de las murallas, el gobierno tomará la custodia de Eren y Haru. Y dificultará la investigación de los que buscan destruir las murallas. La gente será extinguida, tendremos que apostar todo en esta jugada. — ambos novatos asintieron. —El plan es el siguiente... Al pasar por el distrito Stohess, serán el cebo y atraerán al objetivo a esta pasaje subterráneo. Al llevarlo a este espacio, a juzgar por su tamaño y poder, sus movimientos deberían ser bastante restringidos, incluso si se transforma. Pero en el caso de que eso llegara a ocurrir, ustedes tendrán que intervenir.

—Señor, lo que está diciendo... ¿Es que el objetivo se encuentra en el distrito de Stohess?

—Eso es correcto. El objetivo es parte de la Policía Militar.

—¿La Policía Militar?

—Armin fue quien dedujo eso. — la expresión de ambos era de sorpresa. — la Titán Hembra es la responsable de matar a los dos titanes capturados. Y posiblemente sea miembro de las tropas de cadetes 104. — ambos abrieron los ojos con sorpresa en sus miradas.

—E-Espere un momento. ¿El 104?

—Eñl nombre de la persona sospechosa de ser el Titán hembra es... Annie Leonhart.

La albina mantuvo la mirada baja, hasta que una sonrisa se formó en su rostro por el chiste de Erwin.

—Ha... Hahahaha. — soltó unas muy pequeñas lágrimas. —Qué buen chiste Comandante...~ Hahaha...

—¿H-Haru?

La albina se levantó de golpe de su asiento con enojo.

—Ese tipo de chistes no es para nada divertido, Comandante. — abrió la puerta y se fue corriendo.

—¡Haru, espera! — el rubio fue detrás de ella.

La albina salió del cuartel azotando las puertas con enojo. No se podía creer lo que decía el Comandante sobre su amiga, y más por la misma sospecha que le puso Armin a ella.

—Haru, espera. Por favor, vamos a hablar.

—No, dudaste de mi amiga. ¡Yo la conozco, podrá ser una amargada, pero ella no es un demonio!

—Por favor, deja que te explique.

La albina se sentó en el escalón de donde tenía en frente.

—Está bien, tampoco tengo que dudar de tus habilidades, pero quiero que sean buenas teorías como para llegar a acusar a Annie.

Armin le explicó que desde hace un mes, había notado algo diferente en Annie en el día de la revisión de equipos. Resultó ser que el equipo que Annie portaba, no era de ella. Era de Marco, eso dejó a la albina muy impresionada. Luego le dijo que cuando fue atacado, esta le levantó la capucha, su rostro y su actitud le resultaron familiares.

—Dime, Haru... ¿Llegaste a ver algo en su comportamiento que te hizo dar cuenta de que es Annie?

Claro que ella recordaba. —Sí, creo que sí. Esa vez, cuando el escuadrón del Capitán fue asesinado por ella, me enojé y me descontrolé. Lo único que pasaba por mi mente era... "Es tu culpa, que todos estén muertos". Creí que podía acabar con ella, pero me agarró... Y no sentí  dolor, fue cuidadosa. Ahí fue cuando Eren se transformó, ella lanzó mi cuerpo, pero no lo hizo con fuerza.

—¿Y tú crees que haya sido poque eras un objetivo o porque te tuvo compasión?

—Sí lo pones de ese modo, no sé qué decirte... — cerró sus ojos. —Si ella resulta ser inocente, quiero que te disculpes con ella. Y si no es así... Pues, la convenceré de unirse a la Legión de Exploración, junto a todos nosotros.

—Haru... — bajó la mirada. —Espero que sea así de fácil...

La Albina lo abrazó, para luego quedar dormida en su hombro. El rubio contemplaba a la albina  dormir, se veía tranquila. Eso le trajo paz, verla calmada le quitaba un peso de encima. Ella es su mundo, su razón de ser y vivir. Sin ella, estaba perdido, ella sentía lo mismo que Armin. Era sin duda una muy linda pareja, que esperaban que dure por siempre, hasta que la muerte los separe.