━━.𝟷𝟻
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Ese maldito monstruo
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Narrador Omnisciente.
Dentro del Escuadrón de Levi, las señales humo llegaban de todas partes.
—Es humo verde, Aurou, dispara también. — ordenó Levi.
—Entendido.
—¡Reporte de bajas, es del Flanco Derecho! ¡Sufrieron bastantes pérdidas! — anunció Gunther. —¡Informen al Flanco Izquierdo!
—¿Escuchaste, Petra? Andando.
—¡Sí, señor! — se alejó de la formación.
El Flanco Derecho es donde está Armin, espero que esté bien. — la albina cerró los ojos por un momento.
Hubo otra señal desde la derecha. La señal de humo negro, un anormal.
—Haru, dispara tú. — ordenó.
—¡Sí! — la albina agarró la señal de humo negro y la lanzó.
—Qué problemático, parece que un tonto dejó que un titán entre a la formación. — dijo Levi.
El Escuadrón llegó al Bosque de Árboles Gigantes, adentrándose en el interior.
—¡Capitán! ¡Capitán Levi!
—¿Qué quieres, Eren?
—¿Qué está haciendo? Entramos en el bosque. Sólo la línea central está en este lugar, vamos a estar incomunicados. Además, un titán se acerca por la derecha. Si no sabemos de dónde vienen las amenazas, ¿cómo protegeremos la carga?
—Ya deja de lloriquear de una maldita vez, mocoso. Es obvio que ya no podemos hacer eso.
—¿Por qué dice eso?
—Mira a tu alrededor, Eren. Estás en un bosque de árboles gigantes. Es el lugar perfecto para usar el equipo de maniobras tridimensionales. Intenta pensar un poco, para eso tienes la maldita cabeza. Si no quieres morir, tendrás que usar el cerebro.
—¡Sí, señor!
Claro... Como Haru y yo somos novatos, es normal que no entendamos. No nos dirá la respuesta porque quiere que lo descubra.
Haru observó a sus compañeros, pero ninguno de ellos comprendía la situación. Parecía que ninguno de ellos sabía lo que estaba pasando.
Y para ambos, parecía que ni el Capitán Levi lo sabía con exactitud.
La distracción se terminó cuando recibieron otra señal de humo muy cerca de ellos.
—¡Es humo negro!
—¡Está detrás de nosotros!
—De seguro es la que llegó desde el Flanco Derecho. — opinó la albina. —Es rápida...
—Todos, preparen sus cuchillas. — ordenó Levi. —Cuando aparezca, sólo tendremos... 1 segundo.
La tensión en el aire era horrible y aterradora, un soldado se acercó desde el aire, pero murió por la Titán Hembra que llegó detrás de él.
—¡En marcha!
La Titán destrozó un árbol desde su atrás y por poco agarra a la albina y al castaño.
—Es rápida, maldición. No hay forma de evitarla en este bosque.
—¡Nos alcanza!
—¡Capitán! ¿Usamos el equipo de maniobras? ¡Capitán! — llamó Petra.
—¡Capitán!
Más soldados llegaron desde la misma dirección para detenerla y evitar que alcance al escuadrón. Pero morían muy rápido en el intento.
—¡Capitán, diga sus órdenes!
—¡Capitán!
—¡Ataquemos, es muy peligrosa!
—¡La cortaré en pedazos!
—¡Capitán!
—Te acabas de meter en el mismo infierno. — habló Haru. —Estás persiguiendo a personas que son expertas en acabar con titanes como tú. — sonrió con el ceño fruncido.
—¿Capitán Levi?
—¡¡Capitán!!
—¡Diga sus órdenes!
—¡Está por alcanzarnos! ¡Tenemos que matarla aquí! ¡Por eso hemos entrado a este bosque! ¿No es así!
—¡Capitán!
—¡Capitán, diga algo!
—Todos, cúbranse los oídos. — se dignó a hablar.
El Capitán Levi lanzó una bengala sonora muy aguda.
—¿Una bengala sonora?
—Díganme cuál es nuestro trabajo, ¿dejarnos llevar por lo que sentimos en el momento? No, nuestra misión es mantener a salvo a estos dos mocosos. Aunque nos cueste la vida. Les ordeno seguir avanzando a caballo.
—¡Sí, capitán!
—¿Seguiremos avanzando? ¿Pero por cuánto tiempo, señor? — preguntó Eren.—¡Además, esa cosa está casi por encima de nosotros!
Más refuerzos llegaron desde la retaguardia y sirvieron como una pequeña distracción.
—¡Capitán, siguen muriendo!
—¡Chicos, mirada al frente!
—¡Señor Gunther!
—¡No pierdan el paso y mantengan la velocidad al máximo!
—¡Señor Erd! ¿Por qué? ¡Si el escuadrón de Levi no derrota a ese Titán, morirá más gente!
Haru volteó la vista con temor hacia atrás, viendo como más soldados caían y morían sin más.
—¡Mató a otro, maldición! ¡Me gustaría no sentirme culpable!
—¡Otro soldado está ahí, podemos ayudarlo!
—¡Chicos, no pierdan la vista del camino! — ordenó Petra.
—¿Pretendes que ignore a un soldado que nos necesita? ¿Tengo que huir y dejar atrás a uno de los nuestros?
—¡Sí, exactamente! ¡Obedezcan las órdenes del Capitán!
—¡No entiendo por qué debo dejarlo morir! ¿Por qué nadie me explica?
—¡El Capitán ve innecesario decirnos la razón! ¡No entenderían porque son unos novatos! — habló Auruo. —¡Obedezcan!
Eren observó su mano, estaba a punto de morderse.
—¿Qué estás haciendo, Eren? ¡Tu transformación es sólo cuando tu vida está en peligro! ¡Lo prometiste!
—¡Eren, por favor! — gritó la albina. —¡No estamos acostumbrados, pero intenta confiar en ellos!
—No está equivocado, Haru. — dijo Levi. —Si quieres hacerlo, hazlo. Sólo diré esto, ese mocoso es un verdadero monstruo. Depende de su poder de Titán, no importa cuánto lo reprimamos, ni en qué jaula lo metamos. No va a obedecer. Eren, nuestra decisiones difieren de las de ustedes por la experiencias que hemos vivido, elije... ¿Creerás en ti o en tu Escuadrón? Nunca sé qué es lo correcto, aunque confío en mis fortalezas y en mis compañeros. Nadie sabe lo que pasará, así que toma una decisión por tu mismo.
—... — se mantuvo callado, para de nuevo ver su mano.
—Eren. — llamó Haru, observando al chico con ojos llenos de total preocupación y esperanza. —Confía en ellos... ¿Bien?
—¡Eren, decide! ¡No tenemos mucho tiempo!
—¡Confío en ustedes! — dijo.
Haru escuchó los gritos de unos de los de atrás, gritando y llorando para que lo suelten. Al morir, la albina soltó pequeñas lágrimas.
—Perdóname, no me odies...
—¡El objetivo se está acercando más rápido!
—¡Cabalguen más rápido, la vamos a dejar atrás! — dijo Levi.
El Capitán sigue con la vista al frente, a pesar de oír los gritos de quienes fueron sus compañeros.
Al pasar entre unos árboles más, la albina y todo el escuadrón vieron con total sorpresa la aparición del Comandante Erwin y las miles de cajas de trampas.
—¡¡¡Fuego!!! — miles ee cables se engancharon a su piel, dejándola inmóvil.
—Dejen amarrados los caballos para descansar. Usaremos el equipo de maniobras, me mantendré alejado de ustedes. Dejaré como encargado a Erd. — dijo. —Cuando estén más alejados, escondan a Eren y Haru, les encargo mi caballo.
—No me digan que quieren que esa Titán siga con vida. — habló Eren.
Ambos novatos observaron a sus con emoción a sus compañeros, quienes le sonrieron.
—¿Ya vieron, chicos? ¡La Legión acaba de capturar a la Titán Hembra! — dijo Gunther.
—¡Este es el poder de la Legión de Exploración, no nos subestimen, par de idiotas! ¿Ahora lo entienden? — preguntó Auruo.
—¡Sí, señor!
—¡Son increíbles, totalmente! — dijo Haru con asombro y un pequeño brillo en sus ojos.
Eren observó hacia atrás.
—Un anormal, o tal vez es como el Titán Colosal... Un momento, el Comandante Erwin-
—¡Oye! — llamó Auruo. —¡Deja de estar distraído!
—¡Eren, piensa más tarde, ahora necesitamos seguir avanzando! — dijo Petra.
—Sí.
「•••」
Ya en las ramas de un árbol, lejos de la posición del Titán Hembra, ambos novatos y el escuadrón de Levi se tomaron un momento para respirar.
—Entiendo que no nos dijeran, pero... ¿Por qué no les dijo nada a ustedes? Debían saber esto desde el principio, ¿cómo iban a cumplir con su misión?
—Ya cállate. — dijo Auruo.
—¿Eren, estás insinuando que el Comandante y el Capitán no confían en nosotros? — preguntó Petra.
—N-No, pero eso es lo que parece, ¿no es así?
—¡Petra, calla a ese mocoso! ¡Corta sus labios para que no hable!
—No, Eren tiene toda la razón. — le intervino Erd.
—¿Qué?
—El Comandante debe tener una buena razón para no habernos revelado esto.
—¿Como cuál?
—Sólo hay una razón por la que no podría confiar en sus camaradas. El humano dentro de ls Titán debe ser un espía que se encuentra en la Legión de Exploración. No hay otra explicación.
—¿Un infiltrado? ¿Estás seguro? — preguntó Gunther.
—Al menos el Comandante Erwin y el Capitán deben creerlo, supongo que los únicos soldados informados de la operación fueron los que han sobrevivido hace 5 años.
—Entiendo, debe ser eso.
—Sí, no hay duda al respecto. ¿Han entendido, mocosos? Así son las cosas.
Petra suspiró. —Esa era la única forma de hacerlo. Hace 5 años en el momento en que cayó la muralla. Debió infiltrarse un espía dentro de nuestras filas. ¿Usaron ese hecho para delimitar sospechosos?
—Entonces, esa persona pudo ser la que mató a Sawney y Beane. — dijo Erd.
—Tal vez, en ese momento el Comandante me preguntó algo parecido.
"¿Quién creen que es el enemigo?"
—¿Él se refería a esto?
—Si hubiera sabido la respuesta, tal vez podríamos unirnos a la operación. Aunque dudo que alguno de nosotros lo hubiera hecho.
—Pues yo sí sabía todo. Pero, preferí no decir nada al respecto. — dijo Auruo. —¿Alguien sabe por qué decidí actuar así?
—No, ¿por qué?
—¿En serio, Petra? ¿Entonces no lo saben? Bueno, gente como ustedes no son capaces de descubrirlo, supongo que ninguno está a mi nivel. — dijo.
—Oye, ¿en serio sigues intentando imitar al Capitán Levi? Él ni siquiera habla de esa forma.
—¿Creen que el Comandante estaba equivocado al hacer esto?
—Bueno... — opinó la albina. —Si hubiéramos sabido que ese era el plan del Comandante, sabríamos cómo actuar y evitar más muertes.
—Haru, Eren, si es que aún no logran entenderlo, pronto sabrán la razón por la que Erwin Smith fue puesto a cargo de la Legión de Exploración y también como la esperanza de la humanidad.
—Es por eso que incluso tiene la confianza del Capitán Levi.
—Por supuesto, asumiendo que sobrevivas lo suficiente.
—Armin una vez me dijo que las personas que no están dispuestas a sacrificar algo, no pueden cambiar al mundo. — dijo. —Ahora lo puedo comprender, el Comandante eligió sacrificar la vida de sus soldados por la humanidad y pasar por encima de los titanes. Es algo admirable.
—¿Quién es ese tal Armin? — le interrogó Petra. —¿Es tu novio?
—¿Eh? ¿Novio? Haru, ¿por qué no me dijiste nada? — dijo Eren.
—E-Ehh... — rascó su nuca. —Es que apenas empezamos a salir... Hace poco. — sus mejillas se tornaron rojas y con sus manos sujetó ambas.
—Oh, es muy tierno. — dijo Petra.
—Ya, mocosa. No estamos aquí para hablar de tu vida amorosa.
—Sí, perdón, señor Auruo. — se disculpó. —No volverá a pasar.
—Déjala, Auruo. Aún es joven. — le defendió la pelinaranja.
—Haru, ya dime. ¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Perdón, Eren. Es que no encontré el momento adecuado para decírtelo y pensé que tal vez tú y Mikasa-
—¡¡¡Arghhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Arghh!!! ¡¡¡Arghhhhh!!! ¡¡¡Arghhhhhhhhh!!!
Se vieron interrumpidos por un muy fuerte y misterioso grito desde el interior del bosque.
—¿Q-Qué es eso? — preguntó Haru. —¿Fue ese titán, qué pasó?
—La señal de humo azul, hay que regresar a la base caminando.
—Parece que ya terminó, preparen a los caballos, retirada.
—Ya escucharon, ahora veamos como será el bastado dentro de ese asqueroso Titán.
—Yo no estoy muy segura después de ese grito... — susurró la albina.
—No puedo creer que lo hayamos descubrido.
—Todo gracias a ustedes, chicos.
—Pero si no hicimos nada.
—Creíste en nosotros, ¿recuerdas? En ese instante, la elección que tomó Eren, nos trajo a este resultado. A veces es difícil tomar una decisión, pero hicieron lo correcto.
—Oye, ya deja de mimar al par de mocosos, Petra. — habló Auruo. —¿En qué rayos nos ayudó? Todo lo que él hizo fue quejarse y ella sólo lloró por personas que no conocía. Bueno, supongo que volver con vida podría ser un elogio, pero sólo después de que la misión haya terminado. Escuchen, idiotas, una expedición no termina hasta que vuelves a casa.
—Sí, ya lo entendimos, señor.
—Me siento una ardilla delante del señor Auruo. — hizo un puchero.
Se lanzaron al aire para ir hacia los caballos.
—¡Auruo, Petra, para un par que lloraron y se orinaron en el pantalón en su primera batalla, han crecido mucho! — dijo Erd.
—¡Kyaaa! ¡No digas eso, me van a perder todo el respeto!
—Es la verdad, en mi caso, nunca me he orinado en los pantalones.
—¡Insolente! ¡Soy el que mató más titanes, soy el mejor! ¿Te quedó claro, imbécil?
—Tener el mejor récord de muertes, no te hace el mejor soldado.
—¡Cierra la boca!
—Petra, ¿todos se orinaron mientras estaban en el aire?
—¡Eren, le estás hablando así a una superiora y una dama a la vez! — le gritó Haru. —¡Así no te educó Mikasa!
—¡Ya fue suficiente! — les gritó Gunther. —¿Creen que están en un descanso? ¡Estamos fuera de las murallas! Además, yo tampoco me oriné, chicos.
Una señal de humo verde desde la derecha se vio.
—¡Vayamos con el Capitán Levi! ¡No hablemos hasta que estemos en casa! — se detuvo en una rama y lanzó la señal de humo.
Siguieron con el avance, hasta que vieron a una persona entre las filas.
—¿Capitán Levi? — preguntó. —No. ¿Quién eres?
Esta persona usó su equipo de maniobras y sus cuchillas para hacerle un corte profundo a Gunther que lo dejó muerto y colgando desde un árbol.
—¡Señor Gunther!
—¡Señor! ¿Está bien? ¡Responda!
—¡Señor Gunther!
—¡Eren, despista! ¡No te quedes ahí! — Auruo lo cargó para alejarse más. —¡Ya muévete!
—¡Pero el señor Gunther está-!
—¿Quién es?
—¡Protejan a los novatos! — mandó Erd.
—¡Maldición! ¡Erd, ¿qué hacemos?!
—Debemos llegar a los caballos, hay que ir al cuartel general!
—¿Será la Titán Hembra?
—¡Maldición! — Petra volteó. —¡Te mataré aunque deba morir!
Esta persona se detuvo en un árbol, mientras los demás observsron con miedo sus acciones. Una luz muy resplandeciente junto con un rayo, aparecieron de la nada. No había dudas, era la Titán Hembra.
—¡Esta vez sí lo haré, lo voy a matar!
—¡No, Eren! ¡Nosotros tres nos vamos a encargar! ¡Los dos, huyan al cuartel general! ¡Rápido!
—¡Pero señor Erd-!
—¡Obedece, Haru!
—¡Yo también voy a pelear! — dijo Eren.
—¡No lo hagas, este es nuestro mejor plan! ¡No podemos arriesgarnos a perderlos!
—¿Qué pasa con ustedes, mocosos? ¿Otra vez dudan de nosotros?
—¿Qué pasa, chicos? ¿En verdad piensan que somos poco confiables?
Petra...
—... — ambos asintieron. —¡Confío en que mi escuadrón saldrá victorioso! ¡Buena suerte!
—¡Tengan cuidado! — dijo Haru.
Ambos aún no tan convencidos, voltearon a ver a sus compañeros. En un movimiento rápido, Auruo y Petra le quitaron la vista a la Titán Hembra, estaba cegada y así sería más fácil matarla.
La Titán Hembra se cubrió la nuca con ambas manos y se apegó a un árbol. El escuadrón de Levi quiso aprovechar que estaba ciega para matarla. Al diablo con capturarla, era muy peligrosa.
De cada que pasaban, le cortaban los brazos hasta ponerse débil, debían cortar sus músculos hasta que sus brazos caigan.
—¡Sus brazos cayeron!
—¡Vamos por la nuca!
Son muy fuertes, está acorralada...
—Vamos, Haru. Debemos confiar en ellos. — dijo. —Esa es la elección correcta.
"Nunca sé qué es lo correcto, siempre ha sido así. Aunque confío en mis fortalezas y en las decisiones de mis compañeros, nadie sabe lo que sucederá al final..."
Esas palabras llegaron a la cabeza de Eren, quien volteó preocupado y deteniéndose.
—¡Dile adiós a tu nuca! — el ojo derecho de la Titán Hembra se abrió y mordió el cuerpo de Erd y escupió con asco al piso.
—¡¡Erd!!
Haru y Eren cambiaron de dirección para acercarse más con miedo y desesperación.
Petra se alejó, la Titán Hembra la vio con su único ojo y la persiguió.
—¡Petra, está detrás de ti! — la Titán aceleró el paso. —¡¡Petra!! — gritó Auuro.
—¡Ahhh!
La Titán Hembra levantó su pierna y la pisó contra el árbol.
—¡Noooo!
—¡Señorita Petra! — gritó Haru con desesperación.
Auruo con enojo al perder a su futura prometida, se enganchó al cuello de la Titán Hembra para matarla.
—Maldita... ¡¡Muere!! — al intentar cortar su nuca, sus cuchillas se rompieron por la cristalización que hizo la Titán como defensa. —¿Por qué... no pude cortarla?
De una patada, mató a Auruo.
—¡¡Señor Auruo!! — la albina aceleró el paso.
—¡¡Haru, no te acerques a ella!! — le gritó Eren.
—¡Los mataste! — Haru agarró sus cuchillas con fuerza, se acercó a su nuca.
Pero lo curioso, es que la Titán Hembra no hizo nada por esos segundos. Excepto cristalizar su cuello, para evitar que la atrapen.
Pero de la nada, la Titán la agarró del cuerpo y la miró con simpleza.
—¡¡¡Haru!!!
Ese maldito monstruo... Los mató.
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