━━.𝟷𝟹
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El Escuadrón de Levi
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Narrador Omnisciente.
La decisión del juez, fue que Eren y Haru quedarían bajo la custodia del Cuerpo de Exploración. Ya de una vez en una sala alejada, ambos fueron muy bien atendidos por Hange.
—No puedo creer como los trató. — dijo Hange. —¿Te duele?
Haru ya había despertado, sus heridas parecían graves, pero sólo se veían de esa forma.
—Un poco...
—¿Y tú, Haru?
—Estoy bien... Bien sedienta. — confesó.
—Lamento lo sucedido. — habló el Comandante Erwin. —Pero gracias a eso, conseguimos ponerlos bajo nuestra custodia. Todo el dolor que han sufrido, nos ayudó a jugar con nuestras cartas. Gracias a ustedes, pudimos hacerlo a tiempo. — se arrodilló a su altura. —Tienen todo mi respeto. — les tendió la mano.
Los ojos de ambos se iluminaron al escuchar esas palabras.
—Será un placer trabajar con ustedes. — sonrió de forma sincera.
—Señor, muchas gracias, señor. — estrecharon manos.
Levi se sentó repentinamente al lado de Eren y Haru en el mismo sillón.
—Díganme una cosa.
—S-Sí, señor. — respondieron.
—¿Sienten rencor hacia mí?
—¿Qué? No... Ahora entiendo que era algo necesario. — habló Eren.
—¿Y tú? ¿Sientes rencor hacia mí?
—Bueno, rencor me parece muy grande... Sólo estoy molesta, por como había dejado a Eren en primer lugar, pero fuera de eso... No, no le guardo rencor, señor.
—Entiendo, me alegra oír eso.
—Aún así, creo que te excediste, Levi. — Hange se acercó. —Al pobre Eren le tiraste un diente, mira. — le mostró el diente de Eren como una muestra.
—¿Por qué lo recogiste? Eso es asqueroso.
—No... Es una muestra muy valiosa para mí.
—Alégrense de no ser diseccionados por alguien tan loca como ella. — dijo Levi en su mismo tono.
—No me compares con ellos. — reprochó. —No tengo intención de matar a Eren ni Haru. — se acercó al rostro del castaño. —Oye, ¿podrías enseñarme el interior de tu boca?
—Ah, claro... Ahhhhh — abrió su boca dejándolo a la vista de Hange, quien se sorprendió al ver el interior.
—Oh...
—¿Qué pasa?
—Le creció otro diente...
「•••」
El Escuadrón de Levi fue presentado oficialmente a Eren y Haru, quien al principio los veían son inseguridad.
Justo en esos momentos, ellos se dirigían al que era el Cuartel de la Legión, el castaño y la albina fueron a caballo estando siempre muy vigilados por Levi, eso ya le comenzó a incomodar a Haru, no estaba en sus planes unirse a la Legión de esa forma.
—El antiguo cuartel de la Legión de Exploración... — comenzó la nueva charla de Auruo. —El aspecto que tiene es...
Por favor... No me uní a la Legión para esto, de seguro es mayor de edad... Callen a este tipo de una vez.
—Puedo decir que este lugar es el peor de todos... Pero quién diría que sería útil para mantenerlos escondidos. — prosiguió. —No se crean de mucho, novatos.
—Perdone, ¿qué?
—Escuchen, pueden tener el poder de un Titán, pero sólo son mocosos bajo la vigilancia del Capitán Levi. — el caballo de Auruo dio una muy mala pisada, causando que Auruo se mordiera la lengua.
—¿Estará bien? — preguntó la chica.
—Tranquila, siempre le pasa eso. — le habló la única mujer del escuadrón de Levi.
「•••」
Al llegar al cuartel, Auruo recibió un pequeño regaño por parte de Petra, una mujer muy hermosa de pelo naranja y ojos de color ámbar.
—Eso es lo que te pasa si hablas al montar a caballo. — dijo Petra.
—La primera impresión es muy importante, estoy seguro de que los dejé muertos de miedo. — habló con orgullo.
—No, más bien se quedaron muy atónitos al ver lo idiota que eres.
—Aún así, todo va de acuerdo a mi plan.
—Oye, nunca antes te había oído hablar de esa forma. — dijo. —Si estás tratando de imitar la forma de ser del Capitán Levi, por favor no sigas con eso. Tus acciones no son como las de él y eres desagradable.
—¿Acaso estás tratando de controlarme, Petra? Por favor, recuerda que aún te falta mucho para pensar en ser mi esposa.
—Ojalá te hubieras muerto por morderte la lengua. Sólo sabes alardear de los titanes que has matado. — dijo.
La albina los miró detenidamente, a veces sentía escalofríos de verlos de tan sólo recordar.
Si llego a descontrolarme, ellos serán los encargados de matarme.
—¡En serio eres patético!
Petra Ral, ha matado a 10 titanes. Y asistió a 48 muertes.
La albina observó al que estaba a su costado.
Auruo Bossard, ha matado a 39, y ha asistido a 9 muertes.
Son soldados muy fuertes...
Erd Gin, ha matado a 14, asistió a 32 muertes.
Eren le prestó atención al último.
Gunther Schultz, ha matado a 7, y asistió a 40 muertes.
Son la élite de la élite, los únicos que podran acabar con Eren y Haru si algo sale mal.
El Capitán Levi dio la orden de limpiar todo el cuartel. Haru tuvo que ser en parte vigilada por Petra, ella limpiaba pacíficamente y de vez en cuando la mirada de reojo.
—Disculpe... Señorita-
—Vamos, sólo dime Petra cuando estemos solas. — sonrió. —Haru, ¿no es así? Así te llama el Capitán.
—Sí, eh... Creo que ya está limpia está parte hasta el techo.
—Perfecto, se lo comentaré al Capitán Levi. — se alejó.
—Espéreme. — la albina se topó con el enano antes mencionado. —Ah... Capitán Levi, ya está limpia toda esta habitación.
—Eso es bueno. — avanzó para ir a revisar.
—Disculpe, ¿en qué habitación estoy asignada?
—Dormirás en el sótano, igual que Eren. — dijo.
—¿Otra vez el sótano? — preguntó.
—Sí, como aún no eres capaz de controlarte, si los dejo en el sótano, será más fácil contenerlos. — la albina palideció. —Además, fueron requisitos que nos dieron a cambio de tu custodia.
El Capitán Levi miró la habitación que limpió Eren hace un momento.
—Tsk. Qué mocoso, no puede ni limpiar una simple habitación. — dijo. Emprendió camino hacia el castaño. —Oye, Eren.
La de pelo naranja y el castaño se sobresaltaron al oír su voz.
—¡Sí!
—Tu trabajo es inaceptable. Limpia todo otra vez. — dijo.
「•••」
Ya en la noche, el escuadrón de Levi cenó y platicó sobre los asuntos de las que debían hacerse cargo.
—Asumo que nos ordenarán quedarnos unos días más aquí, pero escuché que los superiores planean una misión de exploración dentro de 30 días. Y tendremos que llevar con nosotros a todos los cadetes recién graduados. — cuando Haru escuchó eso, lo primero a lo que se le vino la mente fue Armin.
—¿Eso es cierto, Erd? Me parece algo apresurado. — opinó Gunther. —Sin embargo, los cadetes combatieron bastante bien en el último entrenamiento con los titanes.
—Apuesto que ellos mojaron sus pantalones del susto. — Auruo bebió un sorbo de su té.
—¿Todo eso es cierto, capitán? — le cuestionó Petra.
—Yo no planeo estrategias, eso no me compete. Pero conozco a Erwin, debe estar considerando más variables que nosotros.
—Es un hecho. — prosiguió Erd. —El que nos encontraramos en una situación sin precedentes. Por una parte, perdimos la única ruta que teníamos para recuperar la muralla María. Que tantas vidas nos había costado... Pero ahora tenemos otra esperanza. — observó a los recién graduados.
La vista de los otros cayó en ellos, lo que los hizo sentir incómodos.
—De hecho, yo tampoco puedo creer esto. — siguió el rubio. —¿Qué es lo que hacen para transformarse en un Titán, chicos?
—Son borrosos los recuerdos que tengo de ese día, pero... Me sentía como si estuviera en trance.
—Yo no soy capaz de moverme a mi voluntad, el que controla ese cuerpo es Eren. Sin embargo, sólo puedo sentir como me vuelvo débil a medida que paso dentro del Titán.
—Debo lastimarme para poder ser un Titán. — dijo inconscientemente. —Como morder mi mano.
—Todos están al corriente, ¿no? No podemos preguntarle nada que no esté en los informes. — Levi bebió de su té de una forma extraña. —Aunque ya saben quién seguirá insistiendo. Más les vale no morir durante los experimentos. ¿Oyeron?
—¿De quién habla?
La puerta trató de ser abierta, pero por Levi y por precaución, la puerta fue atorada con un tronco. Petra la dejó pasar, era la Sargento Hange.
—Buenas noches, miembros del escuadrón de Levi. ¿Qué tal es vivir dentro de este castillo?
—Llegaste temprano.
—Sí, lo sé. Estuve muy ansiosa por verlos. — se dirigió a los dos cadetes. —Lamento la demora, chicos. En este momento estoy a cargo de estudiar a dos titanes que hemos capturado dentro de la ciudad. Y me gustaría que me ayudaran con los experimentos de mañana. Por eso vine aquí para pedírselos.
—¿Qué clase de experimentos? — preguntó Haru con inseguridad.
—Les encantará, es la cosa más increíble de todas. — mencionó.
—Disculpe, aún no lo comprendo. — repitió. —Eren y yo no estamos en posición de decidir por nuestra propia cuenta.
—Levi, ¿tienes planes para ellos mañana? — preguntó Hange.
—Eren debe limpiar el jardín y Haru tiene que darle de comer a todos los caballos.
—¡Perfecto! Está decidido. — tomó de las manos a ambos. —Chicos, cuento con ustedes mañana.
—Claro.
—Por supuesto.
—Pero, ¿podría decirme de qué se tratan los experimentos? — preguntó el castaño.
—Mmm~ — Hange sonrió más.
—Bueno, es que yo... Sólo quiero saber cómo-
—Oye, no sigas, no preguntes. — le calló Auruo.
—Ahh... Lo sabía... Puedo ver en sus rostros de que se mueren por saber todo...~
El Escuadrón Levi se retiró de la habitación, dejando a los dos en manos de la loca de Hange.
—¿En serio tienen tanta curiosidad? Bueno, no me dejan opción más que explicarles. Les diré de estos lindos pequeños que capturamos.
Hange explicó que trataron de tener comunicación con ellos, pero eso no funcionó. Luego, ella les dio una ceremonia de bautismo. Les dio nombres a los dos titanes, fueron llamados Sowney y Beane. Luego, trataron de privarlos de la luz del sol. Sowney se quedó inactivo después de una hora sin luz. Sin embargo, Beane permaneció activo durante tres horas. Así se concluía las teorías de que ellos eran menos activos en la noche. Y luego empezó a experimentar con sus cuerpos, debían saber su tenían más debilidades que no sean la nuca. Pero no lograron sacar nada útil de ellos. Luego les mencionó que las partes mutiladas de un Titán son muy livianas.
Ambos le pidieron a la Sargento Hange que les siga contando sobre los experimentos que llevaba a cabo.
—Sargento Hange, quiero que nos siga contando sobre todos sus experimento. Así le seremos más útiles a la hora de experimentar.
—¿En serio? — preguntó con un notable asombro.
—Sí.
—Tienes razón... La verdad es que omití algunos detalles. Pero dejen que les explique, puede que demore un poquito.
—Entendemos eso, prosiga, por favor.
—¡Primero... Les voy a contar la hipótesis que tuve cuando capturamos al primer Titán!
「•••」
Al día siguiente...~
—... Por esa razón, en todos estos experimentos no hemos conseguido información nueva. Pero de seguro esto ya lo habrán escuchado en su entrenamiento como cadetes. Ya lo sabían, ¿verdad?
—Sí... Ya hemos estudiado todo lo que nos contó. — observó a la albina que estaba de cara en la mesa con la baba saliendo de su boca. —Oye... Haru, despierta... — le dio un pequeño toque a su hombro.
—¡¿Qué?! — despertó de manera muy tétrica para Eren.
—¡Ahh! — cayó de su silla hacia atrás.
—¡Estaba soñando con Ricky!
La puerta fue abierta de golpe, ahí se encontraba Moblit, subordinado de Hange.
—¿Se encuentra la Sargento Hange?
—¿Eh?
—¡Los sujetos de prueba, los dos titanes fueron asesinados!
「•••」
—¡¡Nooooo!! ¡Sowney! ¡Beane! ¡No es cierto! ¡Díganme que es mentira! — gritó la Sargento con lágrimas en sus ojos.
Los mataron... Eran sujetos muy importantes para la Sargento...
—Vámonos, mocosos. Esto ya es cosa de la Policía Militar. — dijo el enano azabache.
—Sí, claro. — dijeron.
—¿Qué crees que haya pasado, Eren? Por como nos contó la Sargento Hange, esos dos eran muy importantes. — mencionó con la voz baja. —¿Quién sería capaz de-
—¿Qué es lo que ven, niños? — la albina y el castaño sintieron un muy pequeño escalofrío al sentir la mano del Comandante Erwin en sus hombros. —Ustedes, ¿Quién creen que es el enemigo?
—¿Enemigo... Señor?
—Lo siento, no me hagan caso. — se alejó.
¿Qué clase de pregunta era esa? La respuesta de Eren y Haru debería ser obvia para ellos, los titanes. Sin embargo, si te detenías a pensar bien la situación, no serían esos demonios el único enemigo.
「•••」
Los nuevos cadetes, tuvieron que pasar por una inspección, el culpable sería castigado por matar a los titanes de prueba de la Sargento Hange. Fue un golpe muy fuerte para la humanidad. Al final, no lograron hayar al culpable de matar a los titanes de prueba.
En el Cuartel de la Legión, Haru y Eren fueron a darle de comer a los caballos. Erd y Gunther platicaban del tema de los nuevos graduados, aprovechando de que Eren y Haru estaban cerca, preguntaron si había alguien de su graduación que quiera unirse a la Legión de Exploración.
—Oigan, chicos. ¿Hay alguien de su generación que quiera unirse a nosotros? — preguntó el moreno.
—Sí, señor. — respondió Eren. —No, más bien... Antes había.
—Dudo que la gran mayoría quiera unirse después de la operación para recuperar el distrito de Trost. Hubo muchas bajas, así como hubo muchos sueños caídos al momento de ver un Titán. — dijo la albina.
De repente, Haru sintió una pequeña y tierna presencia en su hombro.
—¡Ricky! — el trote de un caballo llegó junto al Capitán Levi.
—¡Atención! — llamaron.
—Saldremos a patrullar, prepárense de inmediato. — dijo el azabache.
—¡Sí, señor! — respondieron con el saludo.
—¡A sus órdenes, señor! — dijeron ambos cadetes. —¡Capitán, Levi!
—Escuchen bien, mocosos. No se alejen a más de dos caballos de mí. Saben que están en libertad porque yo los estoy vigilando. No lo olviden.
—¡Sí, señor!
—¡Andando!
「•••」
Los días pasaron, de inmediato la Sargento Hange se puso a experimentar con Eren y Haru el tiempo necesario.
Hubo casos en donde por poco los mataban, por el hecho de que Eren se transformó sin permiso. Otra ocasión, fue donde los dejaron en un pozo y no pasó nada. Y por último, la estrategia y la formación para ir fuera de los muros. La posición de Eren y Haru era a la retaguardia, la zona más segura de todas.
Al volver a la base, las tareas y labores volvieron en los dos cadetes, sin quejas. Este día, limpiar todo el establo.
—La familia de Jean estaría feliz. — dijo Haru tratando de alegrar el ambiente. —¿Qué pasa, Eren?
—Tú también piensas en eso, ¿no?
—¿Eh? ¿Qué cosa?
—La pregunta del Comandante, de ese día. — dijo.
—Mmm... Yo no entendí a lo que se refería, seguro que los golpes del Capitán Levi me dejaron tonta. — confesó. —Y recuerdo lo de hace unos días, ni el escuadrón de Levi entendió la pregunta. — suspiró.
—Bueno, no es algo que podamos descifrar porque aún somos unos novatos. — dijo. —Toda esta zona ya está lista, con esto terminamos.
—Quiero darme un baño...
Al salir por el establo, los dos cadetes se llevaron una sorpresa al ver a sus amigos.
—Oye, Eren. ¿Ves lo que yo...?
—Sí, son ellos. — afirmó. —Señor Auruo, ¿podemos hablar con ellos un momento? Son nuestros amigos.
—Sí, entiendo, rápido.
—¡Oigan, Mikasa, Armin! — los llamaron.
La albina dio un salto y abrazó a la azabache y al rubio.
—Chicos, están bien. — sonrió.
—Haru, Eren. — ambos chicos abrazaron a la albina, Mikasa al ver al castaño, sus ojos se iluminaron.
—Armin... — apegó su rostro a su pecho. —Pensé que ya no volvería a verte... Y estás aquí.
El rubio con un sonrojo hasta los cielos y apegó también a la albina a su cuerpo.
—Te extrañé, mucho... — dijo.
—Eren, dime que no les han hecho nada horrible. Como experimentar con su cuerpo hasta el límite.
—Nada de eso.
—Tsk. Ese enano fue demasiado lejos, yo lo haré pagar por todo lo que les hizo. — su aura era tan aterradora, que hasta Haru sintió el verdadero temor.
—Estás hablando del Capitán Levi, ¿verdad?
—Hola, chicos. — llamó Connie.
—¡Chicos! — la albina sonrió. —Son ustedes... Connie, Christa, Sasha, Reiner, Bertholdt. — se acercó. —Es un gran alivio verlos.
La albina de ojos rojos empezó a buscar emtre ellos con la mirada.
—Así que... Annie sí se unió a la Policía Militar, al igual que Marco y Jean, ¿verdad? — preguntó.
Eso fue algo incómodo para ellos, Haru y Eren aún no sabían que Marco estaba muerto.
—No, yo estoy aquí. — habló Jean a sus espaldas.
—Jean, jamás me había alegrado de verte. — dijo bromista. —¿Dónde está Marco? Quería devolverle las pinzas que me prestó por esa vez que me pinché el dedo.
—Marco está muerto. —...
—¿Qué?
—Quiero que lo repitas. — habló Eren. —¿Acabas de decir que Marco está muerto?
—Pues, parece que todos los soldados mueren heroicamente. — respondió. —La verdad es que ni siquiera sabemos cómo murió.
La albina soltaba lágrimas mientras se mantenía callada, no quería que nadie la viera llorar, pero era algo inútil. Siempre era la más débil en ese tipo de situación.
¿Marco se habrá sacrificado en esa operación para recuperar Trost? ¿Es mi culpa?
Armin al darse cuenta de esto, puso su mano en el hombro de ella. Ella sacó las pinzas que quería darle a él, pero ahora estaba muerto.
La albina se acercó a Jean y agarró su mano, extendiéndola.
—Tú eras su mejor amigo, así que esto te pertenece. — dijo. —Era de Marco, Shadis nos mandó a llevar unos tablones a ambos y a mi dedo le entró una astilla, Marco me la prestó y siempre me olvidaba de devolvérselo. Tenía las esperanzas de que él entrara a la Legión. Pero ya no es posible, así que tenlo tú.
—Oye, harás que mi herida se abra.
—Lo siento, que esté en tus manos es mejor a que nunca se lo haya devuelto. — suspiró tratando de dejar de llorar frente a sus amigos.
—¡Oigan, vengan aquí novatos! ¡Ya llegaron los uniformes!
Y así, fue como Mikasa, Armin y los otros, se convirtieron en miembros oficiales de la Legión de Exploración como unos soldados valerosos.
Querido Marco... Fuiste un gran amigo.
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