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Alas de la Libertad
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Narrador Omnisciente.
Los del escuadrón señuelo, lograron atraer a la mayoría de los titanes a la muralla con éxito, pero eso no evitó que algunos soldados murieran. Y que no todos los titanes de Trost estén apegados a la muralla.
La misión iba a fracasar, gracias a que Eren no logró poner control en su cuerpo. Mikasa, quien se encontraba en el techo observando, fue la primera en ser atacada por Eren y Haru en su forma de Titán.
Mikasa se hizo un corte en la mejilla y cayó bruscamente al otro lado del tejado. La azabache se levantó como pudo y Eren volvió a atacar sin antes esperar a que su brazo se regenere por el impacto anterior.
—¡Ackerman! — Mikasa saltó de encima, logrando salvarse. Se enganchó a la cabeza de sus amigos y se paró en su nariz. —¡Oye! ¡Sal de ahí, Ackerman!
—¡Chicos! ¿No me reconocen? ¡Soy yo, soy Mikasa! — gritó. —¡Yo soy su familia! ¡Deben sellar la puerta con la roca!
—La operación es un fracaso... — dijo Rico desde un rincón seguro, lista para lanzar la bengala que les indicaba que la misión fracasó. —Es como lo sospeché, no hay ningún arma secreta contra los titanes.
—¡Eren, Haru... Son seres humanos, reaccionen!
—¡Apártate, Ackerman! — le gritó el superior.
Mikasa se sacó de en medio, Eren intentó aplastar a Mikasa con su puño, falló y se dio a sí mismo en el rostro y cayendo derrotado.
—¿Qué diablos...? Ese titán es igual que todos los demás.
—¡Eren! ¡Haru!
—¡Capitán, dos titanes se están acercando! ¡Uno de diez metros y otro de seis!
—¡Otro titán de doce metros llega desde la retaguardia! — les informó sus equipos.
—Vámonos de aquí, esos mocosos no podrán sellar el muro. — le dijo Mitabi.
—Sí, no hay opción. — le habló Rico. —Tendremos que dejarlos aquí.
Mikasa le lanzó una mirada asesina a la albina de lentes, por un preciso momento, el Capitán del escuadrón se sintió intimidado por la chica Ackerman, por la cual desvió la mirada con miedo.
Mientras tanto con el Comandante Pixis, al recibir la señal de humo roja, indicando que la operación falló. No mostró señal alguna, el rubio Arlert se acercó a ellos, logrando ver la señal de humo.
—¿Han fallado? — habló Marco.
—¿Por qué...? — Armin apretó su mandíbula con enojo y se alejó de ellos.
—¡Armin! ¿A dónde vas?
Imposible... ¿Qué fue lo que pasó? Se supone que Eren debía cargar esa gran roca. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Les pasó algo...? ¿Haru y Eren... Estarán bien...? Por favor, espero que sí.
La discusión entre dejar a los cadetes Jaeger y Akaime era difícil, el Capitán del escuadrón no se convencía en dejarlos. Sus dos compañeros trataron de convencerlo para que los deje a su suerte.
—¡Vamos, no es tu culpa! ¡La misión no tenía sentido desde el principio! ¡Todos lo sabíamos, valía la pena intentarlo! — replicó. —Escucha... Yo me iré a la muralla, dejen que se los coman.
Mikasa enfureció, trató de revelarse ante su superior. Pero el Capitán no se lo permitió.
—Espera... Cálmate, Ackerman. — dijo. —Rico, tu escuadrón eliminará al de 12 metros, el de Mitabi y el mío eliminará a los del frente.
—¿Qué estás diciendo? — gritó la albina.
—¡Yo soy el soldado que está al mando! ¡Cállense y obedezcan! No podemos dejar sin protección a Eren ni Haru. — la albina se sobresaltó. —Cambio de planes, protegeremos a Jaeger y Akaime, hasta que logren recuperarse. Son la única esperanza que tiene la humanidad. No podemos abandonarlos tan fácil. A diferencia de nosotros, ellos no son algo reemplazable.
—¿Defenderás a esa arma humana defectuosa? ¡Por su culpa murieron varios soldados! — excusó la albina. —¿Quieres recuperarlos para que vuelva a destrozar el distrito entero?
—¡Así es! ¡Tenemos que intentarlo para que las muertes no sean en vano! — gritó.
—¿Estás loco?
—Si no es así, ¿cómo podremos ganar? Rico, dame una opción. ¿Qué otra cosa podemos hacer para salir de esta situación? Mientras sigamos siendo humanos, seguiremos con estas bajas. ¿Cómo les ganaremos a los titanes con más muertes? ¡Dime la respuesta!
—No sé cómo derrotar a los titanes, nadie sabe esa respuesta.
—Sí... Por lo tanto, la única opción es la que sugerí. Proteger a esa arma humana es la mejor opción. Es lo único que podemos saber, debemos resignarnos y morir, por el bien de la humanidad.
—No puedo aceptarlo... — la albina volteó para alejarse.
—¡Rico!
—Voy a seguir tu plan, creo que todo lo que dijiste es algo muy cierto. Pero mientras pelee... Demostraré lo terrible que somos los humanos. Me rehuso a morir como un perro. Mi escuadrón va a eliminar al de 12 metros. Cuenta con eso. — se fue.
—Andando... Debemos encargarnos de los del frente. — habló Mitabi en el mismo plan que Rico.
—Gracias por lo que hizo, líder de escuadrón. — agradeció Mikasa.
—Ackerman, no me lo agradezcas. Sé muy bien de lo que eres capaz, y por un momento estuve muerto de miedo. Sigue el plan original, hazlo sola. Tus habilidades son de pura necesidad.
—Entendido.
—Y protege a tu hermana y tu novio. — Mikasa se sonrojó por lo último dicho.
—Son mi familia. — afirmó.
Mikasa volteó a ver a los antes mencionados, pero se llevó una gran sorpresa al ver sus heridas...
No se están regenerando... ¿Es por el daño que recibieron antes? ¿Cómo es que les afectó? Debo dejar se pensar en eso, debo protegerlos a ambos. — se alejó a matar titanes restantes.
Armin apareció hasta ver al titán de Eren y pararse encima de ellos, su respiración era agitada por el movimiento excesivo. Mikasa mató a un Titán de 12 metros que se iba a comer a Eren y Haru, su cuerpo cayó al tejado, mientras ella se encontraba parada encima de su nuca cortada.
—¡Mikasa! ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué sucedió con el plan?
—¡Armin!
—¿Qué ocurrió?
—¡Aléjate de ellos, es peligroso! ¡En este momento, no pueden controlar al titán! ¡Los llamé varias veces, pero no han respondido! ¡Ya no hay forma de llegar a ellos!
—¿Y el plan?
—¡Ha fallado! ¡No podemos dejar que se los coman, por eso todos están peleando contra los titanes! ¡Con tantos de ellos estamos por ser aniquilados! — el rubio frunció el ceño para mirar el cuerpo de sus amigos en forma de Titán.
—La parte trasera del cuerpo a la altura del cuello. Longitud, un metro y ancho, diez centímetros. — sacó sus cuchillas.
—¡Armin!
—¡Voy a sacar a Eren y Haru de ahí! ¡Mikasa, en lo que hago esto! ¡Trata de protegernos de los titanes!
—¿Qué haces...?
—Ellos salieron del punto débil del Titán. — se enganchó a su cuerpo. —Esto está relacionado por la naturaleza del Titán... Estará bien... Mientras no sea en el centro... Ellos no morirán... Esto no será mortal, ¡sólo los voy a herir un poco!
Armin clavó con valentía su cuchilla a lo que inmediatamente, el Titán de Eren se movía por el dolor causado.
—¡¡Armin, no seas estúpido!!
—¡Mikasa, sólo has todo lo que puedas! ¡Hay vidas que puedes salvar! ¡Ayudarás a Eren si te vas de aquí! — ella desvió la mirada y se fue. —Chicos... ¿Pueden oírme? ¡Deben tomar el control! ¡Todos vamos a morir si no controlan esto!
La albina iba abriendo los ojos poco a poco, no podía ver mucho, y casi todo era de un rojo carmesí, sentía calor y no se podía mover.
—No dejen que esta cosa les gane, por favor... Salgan de ahí. Salgan de ese pedazo de carne. — apretó la mandíbula. —¡No te pongas en peligro! ¡Esto no va sólo para ti, Eren! ¡La vida de Haru está en tus manos, debes asegurarte de que ella sobreviva! ¿Qué pasó con lo de vengar a tu madre, Eren? ¡Ese era tu objetivo! ¡Ibas a matar a todos ellos por tu madre! ¿Lo olvidas?
¿De qué hablas, Armin? Estoy aquí... Con mi mamá... — pensó.
—¡Eren! ¡Despierta, sé que están ahí dentro! ¡Si nos quedamos aquí, vamos a morir! ¡Todo terminará aquí para nosotros!
No entiendo lo que dices... Armin, Haru está bien... Ella está comprando alcohol para sus padres. ¿Por qué debería... Unirme a la Legión de Exploración? — fue el momento en la que Eren volvía a recobrar la consciencia.
—¡Eren! ¡Se supone que nosotros, exploraríamos el exterior algún día! Ver que hay más allá de estas murallas... Aguas ardientes, tierras de hielo, y campos completos de arena. Ese mundo que mis padres siempre querían ver... ¿Sabes? Pensé que lo habían olvidado, Haru quería conocer eso a lo que le llaman pingüino. Y yo quería conocer el mar... Dime, ¿por qué querías ir al mundo exterior?
¿Qué...? ¿No es algo obvio? Porque... ¡Yo pertenezco a este mundo!
El cuerpo del Titán de Eren recobró sus cinco sentidos y se levantó, dando un fuerte grito. Armin logró despertarlo de su trance.
—¡¡Arrrgggghhh!!
Eren levantó la gran roca en su cuerpo y fue caminando directo a la entrada de Trost. La gran roca era una gran tortura para su cuerpo. Para ambos, con la poca conciencia que les queda, les dolía el hombro y los brazos.
Mikasa al verlos de pie, llenó su corazón de esperanza.
—Chicos...
—¡Mikasa! — Armin apareció junto a ella. —Ellos ya han reaccionado. Ahora están por cumplir con su trabajo, debemos alejar al resto de los titanes de su camino para evitar que se los coman. — explicó. —Si lo hacen, ganaremos.
El capitán ordenó a su escuadrón y al resto a cubrir a Eren y Haru hasta que sellen la puerta.
El escuadrón de Mitabai que iba detrás de unos titanes de 14 metros para abajo, se acercaban a los dos cadetes. Esos titanes lo ignoraban al ver algo con más valor.
—¡Venga, estúpidos!
—¡Clavaremos nuestras espadas en sus traseros!
Los titanes voltearon al notar al equipo de Mitabi detrás de ellos, no usaron su equipo de maniobras, por la que fueron de camino a tierra para distraerlos.
Pero fue muy tarde, el equipo de Mitabi murió con honor. Varios seguían muriendo siendo devorados por esas bestias. Eren hacia lo que podía por llegar a la puerta. Mikasa y Armin estaban en frente guiando, para ayudar con los titanes del frente que se interponían. Su jefe de Escuadrón también murió delante de ellos en su acto de salvarlos.
—¡Un titán en frente! — alertó Armin.
—¡Yo me encargo!
—¡Mikasa! — llamó.
—¡Fuera del camino! — Rico le sacó un ojo al Titán que se puso en medio del camino.
Mikasa aprovechó esa oportunidad y mató al Titán, cortando su nuca. Eren prosiguió hasta llegar a la puerta a punto de caer.
—¡¡¡Háganlo ya!!!
—¡¡¡Argghhhh!!! — la puerta fue sellada con éxito...
Rico cayó de rodillas, conmovida por el acto de sus compañeros y por la primera victoria de la humanidad.
—Amigos... Todos los que han muerto, no fue en vano... — sacó su bengala. —Hoy por primera vez... La humanidad le ganó a los titanes.
La operación fue todo un éxito. El humo amarillo fue confirmado por el Comandante Pixis, quien mandó refuerzos a apoyar al escuadrón.
「•••」
Al sellar la puerta, los titanes seguían apareciendo desde todas partes. Armin trató de sacar a Eren y Haru como pudo del interior de la nuca de ese Titán. Pero estaban muy pegados a ese cuerpo.
—¡Armin! ¿Cómo están ellos? — le preguntó Mikasa.
—¡Hace mucho calor! ¡Sus cuerpos están muy pegados! ¡Debemos subir a la muralla! — tiró de ambos cuerpos. Rico y Mikasa se acercaron. —Parte de sus cuerpos sigue fucionado al cuerpo de este Titán. No puedo liberarlos.
—Entonces los cortaremos. — Rico sacó sus cuchillas y en un rápido movimiento, sacó a los dos chicos de ahí. Armin cayó hacia atrás con los dos cuerpos apegados a él.
Sin embargo, dos sombras se hicieron presentes antes ellos, dos titanes se los quería devorar.
—¡Armin! ¡Chicos! — gritó Mikasa preocupada.
La azabache no lo iba a pensar dos veces en ayudar sus amigos, pero... Otra persona llegó a rescatarlos, y logrando matar a dos titanes de un sólo golpe sin esfuerzo.
—Esas son... — se vio interrumpido.
—Las alas de la Libertad... — habló Eren con las pocas fuerzas que tenía en él.
—Oigan, mocosos... ¿Qué es lo que está pasando aquí? — preguntó el hombre con seriedad en su hablar.
「•••」
Después de eso y gracias a la gran participación de la Legión de Exploración y las Tropas de Guarnición. La muralla Rosé resistió un segundo ataque de los titanes. Tardaron un día en eliminar a todos los titanes de Trost. Los soldados trabajaron todo el día y la artillería no dejó de disparar cañones. Gracias a eso, una gran cantidad de titanes a murieron sin problema, del resto se encargó la Legión de Exploración.
En la operación, capturaron a dos titanes para investigarlos con detalle. Pero las bajas fueron 207, los heridos 897. Fue la primera vez que la humanidad detuvo el avance de los titanes. A cambio de esa victoria, se perdieron demasiadas vidas como para celebrar.
「•••」
Ya en la limpieza de todos lo cuerpos muertos de los cadetes, Jean pasó por uno de los cuerpos... Pero, se llevó una gran sorpresa al ver de quien se trataba.
—Oye... — la voz de Jean se iba quebrando a medida que lograba identificar el cuerpo muerto.
—¿Tú eres... Marco...? — preguntó. —No...
—Oye, recluta. — llamó una mujer. —¿Conoces el nombre de ese cadáver?
—Creí que volvería a verlo... Pero no de ese estsdo... Marco, ¿qué te ha ocurrido? No... Debe haber alguien que lo haya visto morir-
—¿Cómo se llama el fallecido? Si lo sabes, dímelo de inmediato. — Jean volteó a verlo. —¿Entiendes esto, recluta? Han pasado dos días desde que se selló la abertura, pero aún no hemos terminado de recoger todos los cuerpos. Es probable que se produzca una terrible epidemia, soldado. Debemos evitar una catástrofe secundaria. Todavía no podemos llorar por nuestros muertos. ¿Ahora lo entiende?
—... — desvió la mirada. —Es... Un soldado de la tropa de Cadetes 104. Líder del escuadrón 19, Marco Bott.
—Entonces Marco, me alegra tener su nombre. Continúe con su lavor. — se alejó.
—M-Marco...
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