━━.𝟶𝟸
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Me uniré al ejército
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Haru POV.
Mi vista estaba nublada y me cuesta mucho respirar, no sé dónde estoy... Pero sé que estuve aquí antes.
—¡Haru! — escuché. —¡Haru!
—¿Qué pasó? ¿Quién eres? ¿Qué eres? — vi una luz delante de mí, una muy brillante y atrayente. —Eh, esperame. — empecé a correr para alcanzar esa luz tan hermosa y resplandeciente, era lo único que veía en todo este lugar tan oscuro.
Pero mientras más corría, más se iba... No. Es que yo, no estoy dando el avance. Por más que corría, sólo me quedaba en el mismo lugar.
—Piernas inútiles.
—Haru... — me llamaba. —Haru...
—¡Espera! — lo llamé. —¿Quién eres tú? ¿Quién eres?
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—¿Quién eres? — desperté agitada. Era sólo un sueño. —Mikasa...
—Haru, ¿por qué lloras? — preguntó viéndome preocupada.
Llevé mis manos a mi mejilla, fue en ese entonces que recordé los sucesos que ocurrieron ayer.
—¿Dónde está Armin? — pregunté.
—Fue a buscar comida. Vamos, él me pidió que te despierte. — se levantó.
Estaba recostada en un gran establo donde habían varias personas y niños. Suspiré, me levanté y caminé junto a Mikasa.
—¿Qué lugar es este? — pregunté.
—Es una bodega en donde antes se guardaban las provisiones, pero ahora es un refugio en donde nos podemos quedar. — dijo.
Levanté la mirada encontrándome con Eren, nos estaba esperando.
—Eren... — saludé.
—¡Oye! ¡Fórmate como los demás! — las peleas por los alimentos eran las más constantes.
—Debemos seguir luchando por nuestra supervivencia. — mencionó Mikasa.
—¡Chicos!
—Armin... — venía hacia nosotros.
—Miren, llegué a tiempo. Mi abuelo consiguió extra para nosotros. Aquí tienen, coman. — nos entregó un pedazo de pan duro.
—Muchas gracias.
Sentí una mirada clavada en nosotros, era un miembro de las Tropas de Guarnición.
—Hmp. — se alejó molesto.
—¿Qué le pasa a ese tipo? — preguntó Eren.
—Así están todos, es podible que no haya suficiente alimento. Esto es lo único que tenemos, somos demasiados refugiados. Siempre ha habido escasez de comida, pero en esta situación la gente odia compartir con los forasteros.
—¿Por qué tenemos que darle nuestra comida a esta asquerosa gente? — me sorprendí al escuchar al mismo señor que nos miró con desprecio. —Sé que los Titanes rompieron la Muralla, pero hubiera sido mejor que se dejaran comer por ellos.
¿Cómo? ¿De verdad piensa eso?
Fruncí el ceño, Eren se acercó al hombre.
—¡Eren!
—Con todos ellos aquí, la escasez de comida será cada vez peor...-
Eren le dio una patada en la pierna al hombre haciéndolo enfadar.
—¡Ahh! ¡Demonios! ¿Qué carajos te pasa mocoso? — el hombre le dio un puñetazo y su compañero lo pateó.
—¡No tienen idea de nada! ¡Ninguno de ustedes ha visto como los titanes se comen a gente inocente!
—¡Ya cállate! — el hombre estaba dispuesto a darle otro golpe más, pero Armin lo detuvo.
—¡Perdónelo señor! — dijo. —¡Mi amigo está así porque tiene hambre! Por eso se está comportando como un niño imprudente. En verdad, lo sentimos.
Los refugiados que hacían cola miraban atentamente al hombre, este para no ser mal visto, lo perdonó.
—De acuerdo, sólo recuerden que somos sus salvadores. Siguen con vida por nosotros. — se alejó. —¡Ustedes niños! ¡Aprendan a ser más agradecidos!
—¡Sí señor!
—Mierda. — dijo Eren. —Prefiero morir a que un maldito como él me salve.
「•••」
—Voy a regresar a la Muralla María y voy a destruir a todos los titanes.
—Eren, no estás hablando en serio, ¿verdad? — le preguntó Armin.
—¡Lo digo en serio! — se levantó. —¡Yo no finjo valentía sólo cuando estoy siendo protegido por una Muralla! — agarró el trozo de pan de su bolsillo y se lo lanzó. —¡No necesito esto!
Armin logró atrapar el pan a duras penas.
—Eren, si no comes morirás.
—¿Por qué demonios no estás molesto? ¡No derrotamos a los Titanes porque vivimos de la compasión!
—¡Es imposible! ¡No se pueden derrotar! ¡Lo que podemos hacer es vivir en el interior! ¡Si sigues así de imprudente, terminarás muerto al igual que mis padres!
—¿Y sólo por eso obedecerás a esa gente? ¿No tienes orgullo o qué?
—¡Por ahora, es lo único que podemos hacer!
—¡Lo único que das son excusas! ¡Te gusta tanto vivir sometido! ¡Entonces hazlo asqueroso ganado!
Mikasa le dio un puñetazo a Eren que lo mandó al piso.
—Mikasa...
—Armin, si tú eres débil, entonces Haru y yo somos igual. No pudimos escapar de los titanes ni salir de la ciudad. No pudimos hacer nada por cuenta propia. Incluso la comida nos la dio alguien más. Humanos tan débiles como nosotros, no somos capaces de derrotar a los titanes, lo más importante es mantenernos con vida, justo como lo quería tu madre. — avanzó hasta él y de paso agarró el pan que despreció. Metió el pan directamente a su boca. —Come, y mantente con vida, no dejaré que mueras de hambre.
—Mikasa... — las lágrimas de Eren comenzaron a bajar por sus mejillas.
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Días después... Todos los
refugiados del barco, fueron enviados al campo con
el propósito de cultivar
alimento. Sin embargo, no
disminuyó la escasez. Al año
siguiente, en el 846, el
gobierno central decidió
retomar la Muralla María.
Y lanzó una campaña donde
participaron los refugiados.
Fueron 250 000 personas.
Una quinta parte de la población total. Al final, sólo sobrevivió
un centenar de ellos. Con
su sacrificio, se logró bajar
la escasez de alimento, y los
sobrevivientes lograron una
mejor vida.
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Solté lágrimas, el abuelo de Armin había muerto. Nos dieron la horrible noticia de que no pudo regresar de la campaña para recuperar el Muro. Lo único que nos quedó de él, fue su sombrero.
—Armin... — lo abracé. Él se mantenía aferrado al sombrero de su abuelo.
—Todo es culpa de los titanes. Si pudieramos derrotarlos, podríamos recuperar nuestro hogar. — dijo Eren. —Armin, me inscribiré al ejército el año que viene.
—¿Qué...? — le pregunté.
—Me haré más fuerte para luchar contra ellos.
—Yo también. — respondío.
—¡Pero Armin...-!
—¡También lo haré! — no nos dejó terminar.
—Pues si tú vas, yo también lo haré. — le dije.
—Yo también me uniré.
—Mikasa, no es necesario que lo hagas, tú dijiste que lo más importante es mantenerte con vida.
—Correcto. Entraré al ejército para mantenerte con vida. — le dijo a Eren.
Eren se levantó del piso. —¡Los cuatro nos uniremos!
—¡Sí!
𝔱𝔦𝔢𝔪𝔭𝔬 𝔡𝔢𝔰𝔭𝔲𝔢𝔰...
—¡Ahora ustedes, son los nuevos reclutas de la tropa de cadetes 104! ¡Y para su mala suerte, yo seré el jefe encargado de ustedes! ¡Ex Comandante Keith Shadis! ¡No estoy para darles una cálida bienvenida! ¡Sólo les diré que ustedes son el ganado que espera ser comido por los titanes! ¡No, son peor que el ganado! ¡Escuchen bien malditos inútiles! ¡Voy a entrenarlos por los siguientes tres años! ¡Les voy a enseñar a pelear contra los titanes! ¡En tres años, cuando les toque enfentrarse a un Titán! ¿Seguirán siendo comida? ¡O tal vez, prefieran ser la defensa de estas Murallas! ¡O convertirse en personas poderosas que pueden matar a los Titanes! ¡La decisión será suya!
¿Por qué grita tan fuerte? Me duele la cabeza...
Narrador Omnisciente.
—¡Tú, imbécil!
—¡Señor! — dijo el rubio.
—¿Quién demonios eres?
—¡Vengo de Shiganshina! ¡Soy Armin Arlert, señor!
—¿En serio? ¡Ese nombre es para un imbécil! ¿Lo eligieron tus padres?
—¡Lo eligió mi abuelo señor!
—¡Bien Arlert! ¡Ahora dime por qué estás aquí!
—¡Porque quiero la victoria de la humanidad, señor!
—¡Excelente respuesta! ¡Aunque serías mejor como comida de titanes! ¡Tercera línea, media vuelta! — le dijo.
La albina suspiró, sin que el Ex Comandante se de cuenta, agarró la botella de Sake que tenía y empezó a beber sorbo por sorbo.
—¿Y tú quién diablos eres?
—¡Señor, provengo de Trost! ¡Soy Thomas Wagner, señor!
—¡Dilo más fuerte!
—¡Provengo de Trost! ¡Soy Thomas Wagner, señor!
—¡No oí! ¡Regresa cuando tengas más carácter! — se acercó a otra persona. —¡Siguiente! ¿Quién sigue?
—¡Señor, soy de Karanese! ¡Mina Carolina, señor!
—¡Te equivocas! ¡Vienes de una pocilga y no vales ni como ganado!
—¡Sí! ¡No valgo ni como ganado, señor!
—¡Así es! ¡Y más te vale que siempre lo tengas presente!
—¡Sí señor! — dijo.
—¡Siguiente! ¡Tu nombre!
La albina ya iba por la mitad de su botella, sus mejillas se volvían rojas y veía el doble de personas en las filas...
Qué dolor de cabeza... — pensó.
—¡Di tu maldito nombre!
—¡Vengo de Trost, señor! ¡Soy Jean Kirschtein!
—¿Por qué razón estás aquí? — le preguntó.
—Quiero ser Policía Militar y vivir en el interior, señor.
—Comprendo... Sólo deseas vivir en el interior.
—¡Sí!
El Ex Comandante le dio un gran cabezazo y este cayó al piso de rodillas.
—¿Quién te dijo que podías descansar? ¡Si no puedes con un simple cabezazo, olvídate de ser Policía Militar! — volvió a avanzar al siguiente recluta.
—¿Quién carajos eres tú y qué haces aquí?
—¡Soy del pueblo Jinaea al Sur de la Muralla Rosé! ¡Marco Bott señor! ¡Quiero ser Policía Militar y poder estar al servicio del Rey, señor!
—Muy bien... Planeaste bien tus objetivos. Es un gran sueño. — de repente se acercó a él. —Sin embargo... El Rey no necesita soldados tan débiles como tú...
El siguiente era un chico de pelo rapado y bajo.
—¡Sigues tú imbécil! ¿Quién demonios eres?
—¡Connie Springer! ¡Soy del pueblo de Ragako al sur de la Muralla Rosé!
El Ex Comandante lo agarró de la cabeza con ambas manos al darse cuenta de que su saludo estaba mal.
—Todo lo haces al revés, Connie Springer. Se supone que te lo enseñaron, cuando haces el saludo estás ofreciendo tu corazón para combatir en nombre de la humanidad. ¿Tu corazón está del lado derecho, zoquete?
El hombre se dio cuenta de la presencia de una chica que estaba comiendo. Y no se detenía. Soltó al chico y se le acercó.
—Oye, imbécil. ¿Qué crees que haces?
Ella pareció pensar que se lo decía a otra persona que esté haciendo su misma acción. Sin importarle, le dio otro mordisco a su comida.
—¡Te estoy hablando a ti, estúpida! ¿Quién demonios crees que eres? — le gritó.
Ella tragó lo que tenía en la boca e hizo el saludo.
—¡Soy del pueblo de Dauper, al sur de la Muralla Rosé! ¡Sasha Blouse, señor!
—Bien, Sasha Blouse... Dime qué diablos tienes en la mano derecha.
—¡Una patata hervida! ¡La vi en la cocina y por eso la tomé, señor!
—Imbécil, entonces la robaste. ¿Por qué? ¿Por qué la estás comiendo en este instante?
—Las patatas hervidas, saben mejor calientes. Habría sido un desperdicio dejar que se enfriara.
—No. Lo que quiero saber, es por qué comes esa papa.
—Ah... Señor, ¿quiere que le explique la razón por la que la gente come patatas?
La albina sonrió y casi estalla en risa. El Ex Comandante tenía la mirada fría y estaba de mal humor.
La chica agarró su patata y la partió en partes desiguales.
—Tch. Tenga la mitad, cómala.
—Ah, ¿me das... la mitad? — la chica empezó a reír.
La albina no aguantó más y empezó a reír, llamando la atención del Ex Comandante.
—¡Oye, escoria! ¿Quién demonios te crees que eres? — le gritó. —¡Dime por qué carajos estás tomando!
—¿Eh...? Ah, usted. — hizo el saludo, tal y como hizo Sasha hace un momento, puso la botella también a su corazón. —¡Soy de Shiganshina! ¡Haru Akaime, señor! ¡Calvo, señor!
—¿De dónde demonios sacaste esa botella? — le gritó.
—¡La he sacado de su oficina sin que se de cuenta, señor! — le dijo.
—¡Estúpida! ¡Dame esa maldita botella, ahora!
—¿Me quitará mi botella... cuando ya está vacía? Idiota.
El Ex Comandante estalló en furia, el tan sólo pensar en la estupidez y la falta de respeto de esas dos.
—¡Haru Akaime! ¡Sasha Blouse! ¡Se quedarán sin comer!
—¡Nooo! — gritó Sasha.
—Bah. — a la albina le dio igual.
—¡Y se quedarán corriendo por toda la cancha hasta caer muertas!
—¡Nooo! — dijo la albina.
—Bah. — le dio igual a la chica.
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Historia dedicada a J_Ninx
Capítulo dedicado a J-SunshineUwU
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