La puerta de su apartamento fue abierta lentamente sin hacer nada de ruido, la luz estaba apagada pero la luz azul parpadeante del fondo hacia saber que era la TV encendida.

Subió el interruptor aun tomado de la mano de Min Yoongi y cuando la habitación se iluminó un Taehyung con sus ojos abiertos y asomó por el respaldo del sofá.

El rostro de su amigo reflejaba que había estado preocupado y en cuanto lo vio ahí parado su ceño se relajó por completo y más aún esbozó una enorme sonrisa rectangular cuando sus ojos viajaron desde la base de sus cuellos hasta llegar por los brazos  y acabar en las manos entrelazadas de los dos individuos ahí parados. Supo que todo estaba bien.

Se levantó se inmediato y fue sin dudar al encuentro de Jimin y de Yoongi. 

     —Mimi, me has tenido preocupado. ¿Ya le dijiste la verdad? Y si no lo habías hecho perdón por delatarte. —Taehyung hizo una mueca graciosa.

Jimin sonrió rodando sus ojos sin soltar aún el agarre de Yoongi y jalandolo levemente entraron hasta la sala.

     —Ya sabe todo Tae no te preocupes. 

Yoongi los miraba de manera apacible a ambos, parecía que ellos dos eran bastante cercanos, más que cercanos eran unidos le recordó a él con Hobi.

     —¿De verdad? ¿Y que paso? ¿No piensas salir huyendo verdad Min? Porque si lo haces te busco hasta por debajo de las piedras y te juro que voy a romper cada uno de tus...

     —Descuida no pienso huir a ningún lado. No tengo la intención  de que me rompas algo.

Taehyung asintió satisfecho ante aquello y a Jimin se le instaló un revoloteo en su estómago, aún no podía creer lo que estaba pasando aún su mente no asimilaba que el padre de sus cachorros estaba ahi con el asegurando que no escaparía como un cobarde.

     —Bien entonces me voy Mimi se que deben tener muchas cosas de que hablar así que hago mal tercio espero dejarte en buenas manos.

Esto lo dijo mirando a Yoongi y con sus dos dedos formó una "v" y con ella se señaló los ojos para después señalarlo a él dejándole saber que tendría sus ojos puestos en él y que no hiciera ninguna locura. 

Tomó sus cosas y con un beso en la mejilla se despidió de Jimin.

     —Vengo mañana mi amor.

     —Gracias por todo Tae te quiero. 

     —y yo a ti.

Y entonces el omega castaño salió por aquella puerta dejando sola a la pareja en la sala.

     —¿Quieres beber algo? —Ofreció Jimin un poco nervioso, ahora no sabia como actuar frente a Yoongi. 

Se pasó sus manos nerviosamente por su pantalón comenzando a caminar sin rumbo alguno, Yoongi notó eso y simplemente estiró su mano para jalarlo hacia el sofá donde se sentó e hizo que Jimin se sentara a su lado.

     —No, gracias. Quiero hablar, tenemos mucho de que hablar. Mañana en la noche vuelvo a Roma.

De pronto la inquietud se instaló en el pecho de Jimin y la calma que había acumulado desde que le confesó la verdad comenzaba  a escapar rauda de su ser.

     —¿Vuelves?

El mayor movió la cabeza a manera de asentimiento tomando una de las suaves manos de Jimin y acariciándola, eran tan suaves y muy bien cuidadas.

     —Si, aun tengo un contrato de seis meses allá así que no puedo faltar, en realidad más que venir por Taeyang a Corea vine por ti, necesitaba encontrarte y verte, hablar contigo. Afortunadamente tú llegaste a mi sin saberlo. 

Jimin miraba a Yoongi, sus bonitos ojos gatunos brillaban muy atractivos como él, su pecho saltó de la felicidad al tenerlo ahí pero por otro lado le dolía que tuviera que volver tan pronto. 

     —¿Veniste aquí sólo por mi?

Vio al mayor asentir sin prisa.

En su interior Jimin se derretía por completo no sabia cuan importante era para ese Alfa que había hecho eso solo por él. Se sentía bastante afortunado por ese hecho. Todo lo que había pensado erróneamente de él, había asumido cosas y la solución estaba en hablar sin tapujos nada más, hasta se sentía patético un tonto porque Min Yoongi estaba lejos de ser ese Alfa que se había estado creando él en su mente esos últimos meses, al contrario había viajado buscándolo como loco. Su corazón se volvió a estrujar con sólo pensarlo, porque había sentido miedo... ¿de qué? Del rechazo, del abandono, del olvido. Un temor que salia a flote cada vez que pensaba en ese asunto.  Pero estaba temiendo a ciegas, a algo que no podía ver  como un niño al monstruo debajo de la cama. Porque Min Yoongi estaba ahí, sentado a su lado, mirándolo y admirandolo como si él fuera la cosa más bella del mundo.  Sonrió tímido ante esa mirada que que pelinegro le dedicaba sin pestañear.

     —Yoon...

El Susurro se apagó en su totalidad cuando aquellos labios cálidos atraparon los suyos una vez más esa noche fresca. Se movían lento y delicado como las olas del mar en calma, como una puesta de sol.

Algo en su interior se rompió y no pudo evitar llorar por primera vez en presencia del Alfa.

Yoongi sintió sus mejillas húmedas y se dio cuenta que el lindo omega lloraba. Angustiado cortó el ósculo tomándole de las mejillas de manera tan suave y delicada como a una flor.

     —¿Por qué lloras corazón? —Preguntó con una voz calma que también transmitió a Jimin serenidad a su alma.

Jimin limpio sus lágrimas y soltó una pequeña sonrisa que le llegó al corazón, estaba eufórico, feliz... sus miedos por fin se iban de ahí y podía respirar tranquilo sabia que todo estaba bien y que todo iba a estar bien de ahora en adelante. 

     —Y-yoongi es que estoy feliz... tenía tanto miedo de decirte la verdad y de sufrir tu rechazo, tu desprecio, creí que estabas en una relación y que iba a destruir tu vida. Temí tanto por mi, y por los cachorros.

Yoongi cerró todo espacio con Jimin y lo apresó tiernamente en su pecho rodeándolo con sus brazos y con una mano acariciando su espalda y enterrando sus dedos en sus cabellos sedosos aspirando aquel aroma que tanto lo había obsesionado últimamente,  La manzanilla y la miel pero ahora acompañada de la leche con canela y el talco para bebé. Olía delicioso que se llenó todo lo que pudo sus pulmones de ese aroma tan hogareño, si... su hogar. Yoongi supo que ahí estaba su hogar al lado de ese bello omega y sus bebés. 

     —No llores bonito por favor, si te sirve de consuelo yo también tenía  mucho miedo ¿sabes? —Jimin aunque no podía verle al rostro supo que el mayor estaba nervioso confesandole sus sentimientos. —Miedo de que no me dejaras hablar contigo otra vez,  miedo de que me alejaras de ti una vez más, recuerdo como escapaste de mi allá en Roma y temí que podía perderte sin siquiera haberte tenido. Cuando vine a Corea anoche estaba decidido y determinado a encontrarte, debía decirte lo que me moría por estar a tu lado, que sabía que somos destinados que hay una conexión supernatural que nos une cariño yo estoy decidido a hacer realidad mi destino y mi destino es a tu lado mi amor seré tu Alfa y tú mi omega.

Jimin volvió a temblar entre los brazos de Min Yoongi ¿Cómo podía existir un Alfa así? Era como sacado de una novela de ciencia ficción, tan perfecto, magnífico,  estupendo, maravilloso, en fin por donde quiera que lo viera Park Jimin sólo veía perfección sin saber que Min Yoongi a su lado pensaba y sentía lo mismo de él, la misma percepción ya que Min veía ante él a un ser  espléndido, formidable, extraordinario, estupendo y  maravilloso ¿Y que era aquello que lo hacía verse más perfecto? Ah si... ¡Lo haría papá!

Lo apretó más fuerte en sus brazos, lo había encontrado y no lo iba a dejar ir jamás.

Jimin sorbio su nariz dejando que de nuevo la paz lo invadiera poco a poco y soltó un suspiro aliviado que había estado  reteniendo hasta el momento. 

     —Gracias Yoongi. —Susurró en su pecho haciendo que su aliento caliente le pegara ahí, cerca del corazón.

     —No, no gracias a ti Park Jimin por todo por dejarme estar a tu lado por darme una oportunidad y por esos tres hermosos bebes que llevas en tu vientre... ¿Puedo? —Preguntó. 

Esa pregunta llevaba siglos —o al menos eso sentía él— en querer formularla que cuando escapó de su boca salió ansiosa.

Jimin se despegó de su pecho y asintió mordiendo su labio con pena, entonces Yoongi lo hizo, estiró su mano para desatar el nudo en el saco largo de Jimin y abrir ese lugar que el omega guardaba con tanto recelo y cuidado y ahí estaba: Un no tan prominente vientre debajo de aquella camisa blanca de seda, tembloroso llevó la mano ahí y la puso sintiendo cálido una sensación que no podría explicar que le hizo un nudo en la garganta.  Luego de unos momentos comenzó a dar suaves caricias ahí, en ese lugar que era como un tesoro escondido y Yoongi estaba feliz por lo que había descubierto ahí, era lo máximo,  si hubiese descubierto la  ciudad perdida de la Atlántis se habría quedado corto en insípido a comparación de lo que había descubierto ahí en ese delicado cuerpo cálido, en ese vientre, ¡un Tesoro!

     —Hola... soy yo, papá Yoongi y solo quiero decirles que ya los espero con ansias cachorritos. Lo amo desde ya. —Murmuró acercando un poco su cabeza arrancando una risita de Jimin.

Se quedó ahí por un buen rato acariciando embelesado ese lugar sagrado. 

     —¿Yoongi?

     —¿Umm?

     —¿Te quedas a dormir conmigo? —Se animó a preguntar algo nervioso por que le dijera que no.

Yoongi de inmediato asintió así que saco su teléfono texteando a Hobi donde iba a estar y entonces Jimin lo llevó a su recamara.

     —Te daré algo cómodo para dormir.

Rápidamente busco en su gran armario algo para Yoongi,  afortunadamente no eran tan distintos en tamaño quizá Yoongi le pasaba por dos o tres centímetros.

Luego de eso ambos se acomodaron en la cama, Yoongi no perdió el tiempo en rodear a Jimin con sus brazos y acariciar sus cabellos.

     —Esto se siente tan bien. —Murmuró.

     —Yoongi...

     —¿Si?

     —¿Te quedaras conmigo? ¿No es un sueño?

     —Tengo tres grandes motivos para quedarme más y una sola convicción para estar aquí Me quedaré a tu lado Jimin... siempre.

Jimin asintió y sonrió feliz y satisfecho  con él ahí a su lado se sentía tan familiar y tan cómodo que ambos Rápidamente se quedaron dormidos con la promesa de cosas buenas en su vida.

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Vieron a Jimin en su Live? tan hermoso 🥰 hablándo de Yoongi.